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La reforma de AMLO a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos
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La reforma de AMLO a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos

¿Regulación de armas en México? ¿Cuáles son los aciertos y desaciertos de la reciente iniciativa de reforma a la Ley de Armas presentada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador previo a su salida del Poder Ejecutivo?
08 de octubre, 2024
Por: Gerardo Álvarez

El pasado 18 de septiembre, la Cámara de Diputados publicó en su Gaceta Parlamentaria una iniciativa de reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos (LFAFE), presentada unos días antes por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta iniciativa pretende modificar cerca del 65 % de los artículos de la ley.

La LFAFE es el principal instrumento legal con el que cuenta el Estado mexicano para el control de armas de fuego y municiones. Es allí en donde se encuentran definidos los “casos, condiciones, requisitos y lugares en que se podrá autorizar a los habitantes la portación de armas,” tal y como lo dispone el artículo 10 de la Constitución Federal.

Desde su publicación en 1972 a la fecha, el Congreso de la Unión ha reformado la LFAFE en 15 ocasiones. Tres de estas modificaciones ocurrieron durante el último sexenio. La iniciativa de reforma de septiembre de 2024, no obstante, plantea cambios de un alcance y profundidad importantes. A continuación, me referiré a algunos de sus principales puntos positivos y negativos: 1

Aciertos de la iniciativa

  • Adopta una definición legal de “arma de fuego” similar a la contenida en el Protocolo contra la Fabricación y Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, lo que abona a la certidumbre jurídica en un contexto de cambio tecnológico constante.
  • Incluye la prohibición de armas, piezas y componentes fabricados a través de máquinas de impresión tridimensional (3D) y de mecanismos para la conversión de armas semi-automáticas en automáticas (bump stocks). Adicionalmente, propone la prohibición de cualquier uso no militar de silenciadores, equipos de visión nocturna, designadores láser, miras holográficas y térmicas, así como de todos los desarrollos tecnológicos que “igualen o excedan” el poder las armas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
  • También prohibe la compraventa de armas, municiones, piezas y componentes a través del internet, así como el envío de estos artefactos mediante servicios de mensajería o paquetería.
  • Establece la facultad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) para recibir informes periódicos por parte de las instituciones de seguridad (policías y fiscalías) sobre las armas de fuego y municiones a su cargo. Esto resulta fundamental para que se haga realidad la integración, mantenimiento y actualización del Registro Nacional de Armamento y Equipo (RENAE) contemplado en el artículo 124 de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
  • Reduce los plazos de vigencia de las licencias de portación de armas. Las particulares individuales pasan de dos a un año; las particulares colectivas (asociaciones de tiro deportivo o cacería; empresas de seguridad privada) se mantienen en dos años; y las oficiales (instituciones de seguridad) pasan de un plazo indefinido —mientras dura el cargo que las motivó– a los dos años. Esto genera condiciones para un control más actualizado de las armas que circulan legalmente en México, así como para la detección de desvíos al mercado ilícito o malas prácticas de almacenamiento.

Aspectos negativos y preocupaciones

  • Insiste en el aumento de penas y sanciones económicas, así como en la ampliación de medidas como la prisión preventiva oficiosa, en lugar de apostar por la construcción de capacidades institucionales para el control, el desarme, la investigación en balística y la desarticulación del tráfico ilícito. Con los niveles de impunidad que prevalecen en México, resulta incluso ingenuo pensar que el incremento de las respuestas punitivas tendrá algún impacto medible en la prevención de los delitos relacionados con las armas.
  • Mantiene la rectoría casi absolutamente castrense en la materia. Pierde la oportunidad de construir un sistema de control de armas mixto (cívico-militar) que incluya mecanismos de transparencia, rendición de cuentas, evaluación, profesionalización y coordinación interinstitucional.
  • En concordancia con lo anterior, concede privilegios injustificados para los militares con jerarquía en activo o retirados (generales, jefes y oficiales, así como sus equivalentes en la Armada). Por ejemplo, se les permite la posesión de armas y municiones sin licencia, además de que se les otorga un trato preferencial para el abastecimiento de municiones.
  • Incluye muchos errores tipográficos y de técnica legislativa, así como contradicciones. Por ejemplo, elimina –parece que inadvertidamente– la fracción que contiene los requisitos para la obtención de una licencia particular de portación (fracc. I, art. 26), para luego hacer referencias directas a la misma en otro apartado de la ley.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que, de los 17.1 millones delitos con víctima presente estimados en 2023, en un 22.2 % el perpetrador portaba un arma de fuego. Es decir, independientemente de que se haya o no accionado, se estima que un arma de fuego fue utilizada en la comisión de  aproximadamente  3.7 millones de delitos durante el año 2023.

De tal forma, es indudable que una revisión y actualización a la LFAFE resulta necesaria para la construcción de una política integral para la reducción de la disponibilidad de armas de fuego y municiones y, consecuentemente, de la violencia armada y sus efectos en las comunidades. La iniciativa presentada por el presidente contiene algunos aspectos que van hacia esa dirección. Sin embargo, la propuesta de reforma también contiene falencias y omisiones importantes que se deberían corregir y atender.

En este panorama es sumamente necesaria la ampliación de la discusión y la participación, preferentemente en audiencias públicas y abiertas, de especialistas, personas funcionarias del sector seguridad y organizaciones de la sociedad civil para el enriquecimiento del proceso legislativo y de la regulación resultante. Es posible construir un marco legal que responda a la política de control de armas que urgentemente requiere México para la reducción de las violencias.

* Gerardo Álvarez es investigador en la dirección de Incidencia Política de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD). Ha litigado sobre derechos humanos y derecho administrativo y regulatorio, con énfasis en el juicio de amparo y el procedimiento contencioso administrativo. Ha realizado investigación y análisis sobre seguridad ciudadana, política de drogas, militarización y control de armas.

 

1 El  análisis técnico de la iniciativa que elaboró MUCD puede ser consultado aquí.

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Imagen BBC
India lanza ataque con misiles contra Pakistán: 3 preguntas para entender el conflicto entre las dos potencias nucleares
7 minutos de lectura

El conflicto entre India y Pakistán tiene sus orígenes en la independencia del imperio británico. Te contamos cómo se forjó la enemistad histórica entre estos dos países poseedores de armas nucleares y qué papel tiene la disputada región de Cachemira.

06 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

El ataque con misiles de India contra Pakistán ocurrido en la madrugada de este 7 de mayo es el episodio más reciente de un largo conflicto, cuyas raíces se extienden por más de siete décadas.

Hasta 1947, India y Pakistán eran parte de un mismo territorio sometido al dominio colonial británico.

Al declararse la independencia de India, el territorio se dividió en dos partes: una de mayoría musulmana (Pakistán) y otra de mayoría hindú (India).

Fue un proceso que desató una ola de violencia que produjo aproximadamente un millón de muertos y 15 millones de desplazados. Sus consecuencias se extienden hasta hoy.

Este miércoles, India lanzó ataques contra varios objetivos en Pakistán, según reconocieron funcionarios de ambos países. Al menos 7 personas murieron, según Pakistán.

La zona de Cachemira, donde ocurrieron parte de los bombardeos, es el corazón de la enemistad entre los dos países.

A continuación, te contamos en tres preguntas el origen de este conflicto, que preocupa especialmente al mundo por tratarse de dos países con armas nucleares.

1. Por qué se dividió el país

La India bajo control británico abarcaba 4.3 millones de kilómetros cuadrados, más del doble del tamaño de México.

Sus entonces 400 millones de habitantes se repartían en un complejo entramado de antiguos reinos con una amplia diversidad religiosa.

Los hindús conformaban aproximadamente el 65 % de la población, mientras los musulmanes eran la principal minoría con el 25 %, por delante de sijes, jainas, budistas, cristianos, parsis y judíos.

Mapa de la partición de la India
BBC

Estos colectivos coexistían con la mayoría hindú en las regiones del sur, centro y parte del norte, y con la mayoría musulmana en provincias del noreste y noroeste del país.

Con el Imperio Británico inmerso en la II Guerra Mundial (1939-45), el movimiento pacifista por la independencia de India liderado por Mohandas Karamchand Gandhi ganó protagonismo.

Una India soberana y emancipada de Londres era cuestión de tiempo. Pero, ¿cómo sería?

Además de Gandhi, dos figuras marcaron el devenir del país: Jawaharlal Nehru y Mohamed Ali Jinnah.

Nehru y Ghandi en 1946.
Getty Images
Nehru y Ghandi en 1946.

Nehru, de ascendencia hindú, aunque agnóstico declarado, era un popular líder independentista que, al igual que Gandhi, anhelaba una India unida en la que convivieran personas de distintos credos.

Jinnah, por su parte, presidía la Liga Musulmana, el partido político que demandaba una nación separada para los indios seguidores del Islam y que gozaba de un fuerte respaldo popular en las provincias donde se profesaba esa religión.

“A medida que veían más cerca la independencia, a más musulmanes indios les preocupaba vivir en un país gobernado por una mayoría hindú”, explica el académico Gareth Price, del instituto de política exterior Chatham House de Reino Unido.

Mohamed Ali Jinnah
Getty Images
Educado en Londres, donde adoptó su aspecto y costumbres occidentales, Mohamed Ali Jinnah tenía una visión moderada e idealista del Islam.

En aquellos años los colonizadores británicos acostumbraban a dividir a la población local por grupos religiosos, destaca la profesora Navtej Purewal, miembro del Consejo de Investigación de Artes y Humanidades de India.

“Por ejemplo, creaban listas separadas de votantes musulmanes e hindúes para las elecciones locales. También había escaños reservados para políticos musulmanes y para hindúes. La religión se convirtió en un factor en la política”, apunta.

Tras varios motines en sus destacamentos militares en India, en 1946 Londres accedió a abandonar el país y organizar una transición pacífica del poder a las autoridades locales en un plazo máximo de dos años.

El Imperio, urgido a zanjar el asunto cuanto antes por la creciente inestabilidad social en la colonia, decidió que la mejor opción era dividir India en dos.

“Llegar a un acuerdo sobre cómo funcionaría una India unida habría llevado mucho tiempo”, por lo que la partición “parecía ser una solución rápida y sencilla”, explica Price.

Y, para trazar las nuevas fronteras entre hindúes y musulmanes, Londres designó al abogado británico Cyril Radcliffe.

Cyril Radcliffe, Jawaharlal Nehru y Mohamed Ali Jinnah
BBC
Radcliffe (en el medio) participa en una reunión con Nehru (izquierda) y Jinnah (derecha) sobre la partición de India en dos estados.

Radcliffe, que nunca antes había estado en India y desconocía su complejo crisol cultural y religioso, viajó al país con el cometido de diseñar las líneas divisorias en solo 5 semanas.

Fue así que el 15 de agosto de 1947 nacieron India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana.

Nehru fue primer ministro de India hasta fallecer en 1964 y Jinnah gobernó Pakistán también hasta su muerte, aunque esta ocurrió solo un año después de la independencia, en 1948.

2. Cuál fue el costo humano de la división

La nueva frontera de unos 3 mil kilómetros delimitaba dos territorios separados: el que ocupa actualmente Pakistán y Pakistán del Este, que en 1971 se desvinculó políticamente de Islamabad para convertirse en la República de Bangladesh.

Tras la partición en 1947 se produjo la mayor migración en masa de la historia, con una cifra estimada de 15 millones de desplazados.

Hindús y sijes que vivían en el territorio asignado a Pakistán emprendieron el camino hacia un futuro incierto en India, mientras musulmanes hacían el recorrido opuesto.

En muchos casos se trataba de distancias de miles de kilómetros que por lo general las mayoritarias clases bajas recorrían a pie, las clases medias en trenes y las clases acomodadas en vehículos privados y aviones.

Migración masiva entre India y Pakistán en el año de la partición
Getty Images
Los trenes en la segunda mitad de 1947 se abarrotaron de personas en busca de una nueva vida en el lado de la frontera que correspondía a su religión.

Los meses posteriores a la independencia estuvieron marcados por una radicalización del conflicto, que produjo un enorme derramamiento de sangre en medio de un ambiente de caos e impunidad.

Grupos de soldados acostumbraban atacar trenes y puntos de concentración de desplazados.

“La Liga Musulmana formó milicias, al igual que los grupos hindúes de extrema derecha”, explica Eleanor Newbigin, profesora de historia del sur de Asia de la Universidad de Londres SOAS.

“Los grupos terroristas expulsaban a la gente de sus aldeas para ganar el control para su bando”, afirma.

Gran parte de la violencia ocurrió en el estado fronterizo de Punjab, donde las turbas se ensañaron especialmente con las mujeres, que sufrieron violaciones y mutilaciones.

Solo en ese estado se estima que unas 100 mil mujeres fueron secuestradas, violadas y en muchos casos forzadas a casarse con sus captores.

Además, la casi impenetrable alambrada que separa a los dos países dejó a millones de familias divididas de forma permanente.

Las fronteras siguen siendo objeto de disputa entre India y Pakistán hasta hoy.

3. Qué consecuencias tiene aún hoy la partición

Cachemira, una región del Himalaya conocida por la belleza natural de sus paisajes y también por su diversidad étnica, ha sido el principal foco de conflicto desde la independencia hasta hoy.

Según el plan de reparto contemplado por el Acta de Independencia de India, Cachemira podía elegir libremente si ser parte de India o de Pakistán.

En 1947, el gobernante local, maharajá Hari Singh, eligió India, lo que provocó el estallido de una guerra que duró dos años.

Desde entonces India mantiene el control de aproximadamente la mitad de la región, mientras Pakistán domina algo más de un tercio en las áreas del noroeste, y China administra los territorios restantes, en el norte y noreste.

Tanto Pakistán como India reclaman la totalidad de Cachemira.

Los habitantes de la parte de Cachemira que es administrada por Pakistán relataron a la BBC cómo en los ataques de este miércoles fueron despertados por las explosiones inesperadamente.

“Antes de que pudiéramos siquiera procesar lo que estaba pasando, más misiles caían”, señaló un residente de Muzaffarabad.

Ataque de India a la Cachemira administrada por Pakistán.
Getty Images
India afirmó que los ataques fueron dirigidos a “campos terroristas”.

En 1965 y 1999, India y Pakistán ya habían protagonizado choques bélicos por la región.

India también luchó contra Pakistán en 1971, cuando intervino para apoyar la independencia de Bangladesh.

Ambos países son potencias nucleares.

Actualmente, un 14 % de la población india es musulmana, mientras solo un  2% de los pakistaníes practica el hinduismo.

“Pakistán se ha vuelto cada vez más islámico”, afirma Price. E India, “está cada vez más bajo la influencia del nacionalismo hindú”, agrega.

Las minorías en ambos países “se han vuelto más pequeñas y vulnerables”, señala Newbigin.

Para la profesora Navtej Purewal, la división del país podría haberse evitado.

“Crear una India unida pudo haber sido posible en 1947. Habría sido una federación flexible de estados, incluidos aquellos donde los musulmanes eran mayoría”, dice.

“Pero tanto Gandhi como Nehru insistieron en construir un estado unificado, controlado desde el centro. Realmente no tuvieron en cuenta cómo podría vivir una minoría musulmana en ese modelo de país”.

Esas decisiones de hace 78 años tienen todo que ver con la escalada actual del conflicto entre dos rivales armados con armas nucleares.

Línea gris
BBC

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