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Bordando resistencia: hilos y aborto
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Bordando resistencia: hilos y aborto

Camino al 8M, hablemos más de nuestros abortos como una práctica feminista de cuidados, para que cuando alguien busque información encuentre que abortar también es bienestar, autonomía y cuidado colectivo. Bordemos juntes la historia de nuestras decisiones, del derecho a vivirnos libres y felices.
03 de marzo, 2025
Por: Diana Catalina Méndez García

Era el mundo previo a la pandemia. Decidí practicar el desapego y ejercer mis derechos sexuales sin vínculo afectivo, pero el condón se rompió. Me tomé una postday. Ese día me había puesto unos calzones verdes: para coger, celebrar el año viejo y también para manifestar un año nuevo lleno de aborto legal. Terminaron las vacaciones, regresamos a clases y yo tenía algunas semanas de retraso; pensaba que podía ser un desbalance hormonal por la pastilla. Esperé una semana más y seguía “sin bajarme”.

Días después quedamos de vernos en la Biblioteca Central y él llevaría la prueba de embarazo. Había leído sobre los falsos positivos y negativos. Suena cliché, pero debo confesar que no me quedaba claro lo de una raya o dos. Luego de hacer pipí, tenía la prueba de embarazo en una mano y el instructivo en la otra. Salió positiva. Un amigo me mandó una foto de un gancho. Yo recordaba cómo días antes de hacerme la prueba me había tomado varias aspirinas para que me bajara. Había leído en internet que era un remedio infalible. No pasó nada.

Si hubiera tenido acceso a una Educación Integral en Sexualidad (EIS), no centrada únicamente en prevenir el embarazo con la abstinencia, nunca me habría pasado por la cabeza tomar todas esas aspirinas; hubiera sabido cómo leer una prueba de embarazo y hasta a dónde ir en caso de querer abortar. Porque la EIS es un derecho humano que nos prepara para afrontar la vida y la toma de decisiones sobre nuestros cuerpos, de forma autónoma, asertiva, placentera y libre. Según el ABC de EIS, la mayoría de las personas jóvenes elegimos no preguntar nuestras dudas sobre sexualidad por miedo, así como por los mitos y la falta de información adecuada.

Salí del baño y mientras lavaba mis manos pensaba que quería abortar. Guardé la prueba de embarazo para enseñársela porque tenía miedo de que no me creyera. Cuando era pequeña, me enseñaron el video de “épale, épale, mi piernita”. Varios años después, cuando iba en la preparatoria, me enteré de que existía algo llamado feminismo y descubrí que el mito de las gafas moradas era real; se abrió una nueva forma de ver el mundo ante mí. Estaba segura de que quería abortar, pero aun así sentía miedo. No sabía qué hacer, a dónde ir, cómo funcionaba, no sabía nada.

Llegué a mi casa llena de dudas y sintiendo mucha culpa. Sabía que el aborto era legal en la Ciudad de México, pero nada más. Llamé a Locatel, necesitaba hablar con alguien. Nunca me respondieron. Opté por buscar en internet. Encontré mil testimonios y me enteré también de que las clínicas donde proporcionaban el servicio gratuitamente empezaban a dar fichas desde las tres o cuatro de la mañana. No podía salir a esa hora de mi casa, ni siquiera había transporte ni me darían permiso. Busqué clínicas privadas que proporcionaran el servicio, pero no me alcanzaba. Empezamos a ahorrar de nuestras becas y dinero para pasajes. El acceso al aborto no debería depender del número de fichas que se entreguen en la madrugada ni de la capacidad económica de las personas.

A la semana ocho hice la cita. Estaba nerviosa. En internet solo encontraba experiencias que hacían que me sintiera cada vez más alerta. Una noche antes leí el Manual de aborto de la OMS de ese entonces; quería tener una idea de qué pasaría. Aprendí que el aborto es un derecho, que forma parte del derecho a la salud sexual reproductiva y (no) reproductiva. Podemos disfrutar nuestra sexualidad sin estigmas y sin fines reproductivos, y abortar también reivindica nuestra decisión legítima de embarazarnos o no, viviendo nuestra sexualidad de forma plena, libre y sin culpas.

Llegamos al lugar. Me obligaron a escribir por qué no quería pagar más para “tener un aborto sin dolor” ni decirle a mi acompañante que pasara a la consejería. Durante la revisión previa, me hicieron un ultrasonido. Alcé la cadera porque estaba frío el aparato y la enfermera me dijo: “Pero cuando abriste las piernas no te quitaste, ¿y así quieres aguantar un aborto?”. Me enojé, pero no dije nada. Tenía más miedo que enojo. Ahora sé que abortar no debe ser una experiencia medicalizada y violenta, que esto es violencia obstétrica y que también puede vivirse en el aborto.

Al subir a piso me iban explicando lo que pasaba, mientras una enfermera me tomaba la mano y me preguntaba cosas sobre mí. Me sentía platicando con una amiga a la que no veía hace tiempo. Pasaron diez minutos, me dijeron que ya había terminado todo. Pasé a una salita donde me dieron té, galletas, una mantita, una bolsa de calor para mi vientre y algunas indicaciones e instrucciones de cuidados extras. Ahora sé que abortar también se puede vivir desde los cuidados, como espacios afectivos, cálidos y libres de violencias. Antes de irme pregunté en recepción si era todo y si podía comer helado. Me dijeron que sí, así que fuimos por un helado. El mío era de menta con chocolate. Abortar también se puede vivir con tranquilidad, alivio y helado.

Desde GIRE compartimos talleres donde mientras bordamos hablamos del aborto, nuestras preocupaciones, mitos y preguntas. Bordar en juntanza es conspirar en cada puntada, coloreando con hilos mundos más libres. Una vez reflexionábamos sobre cómo serían nuestros abortos ideales. Una participante dijo que imaginaba una pijamada con amigues, películas y palomitas. Los abortos también son un tema de cuidados y afectos colectivos, porque si tenemos acceso a la información, podemos acompañarnos y cuidarnos. Para hablar de lo vivido, también tenemos que imaginar.

Camino al 8M, no dejemos de lado la potencia de reapropiarnos de la esperanza como horizonte político ante un panorama antiderechos. Hablemos más de nuestros abortos como una práctica feminista de cuidados, para que cuando alguien busque información en internet encuentre que abortar también es bienestar, autonomía y cuidado colectivo. Contar experiencias positivas también es un acto político ante una narrativa dominante que criminaliza legal y socialmente a quienes abortamos. Como lo son las colectivas que acompañan de forma amorosa y autónoma los abortos, generando espacios de escucha y cuidados, compartiendo información clara y libre de prejuicios. Esto no es un llamado a olvidar las violencias institucionales y la falta de acceso a derechos, sino a resistir desde la colectividad y el acompañamiento. Bordemos juntes la historia de nuestras decisiones, del derecho a vivirnos libres y felices.

* Diana Catalina Méndez García es Investigadora Auxiliar en @GIRE_mx.

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Imagen BBC
El escándalo de Javier Milei con $LIBRA: qué es “rug pulling” y qué recomiendan los expertos para evitar estafas con criptomonedas
6 minutos de lectura

Quienes invirtieron el la criptomoneda promocionada por Milei perdieron grandes cantidades de dinero.

20 de febrero, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Subir un 1.300% en cuestión de horas para desplomarse en cuestión de segundos. Eso es lo que hizo el pasado 14 de febrero $LIBRA, la criptomoneda que el presidente de Argentina, Javier Milei, promocionó a través de sus redes sociales.

La publicidad del mandatario, quien luego se distanció del proyecto, ayudó a atraer a unos 40.000 inversores.

Según los expertos, la debacle de la criptomoneda, que hizo que miles de personas perdieran su dinero, podría tratarse de un caso de “rug pulling” (algo así como “tirar de la manta” o “tirar de la alfombra” en español), una estafa repetida muchas veces en el mundo de las monedas digitales y que lleva años en la mira de las autoridades financieras de todo el mundo.

En el “rug pulling”, se crea una criptomoneda y se promociona profusamente para convencer a los inversores de que la compren e inviertan dinero en ella.

Milei en la pantalla en una pantalla de televisión.
Getty Images
El escándalo con la criptomoneda $Libra ha causado un fuerte revuelo en Argentina.

“Por lo general, intentan generar la mayor expectativa posible -casi siempre contratando celebridades para respaldar el producto- antes de tomar el dinero de los inversores y desaparecer”, le explica a BBC Mundo Eduardo Valpuesta, director del Máster en Derecho Digital de la Universidad de Navarra, en España.

Cuando el valor de la moneda crece porque cada vez más inversores la quieren, los desarrolladores -que mantienen la mayor parte de las acciones del proyecto- las venden de golpe de forma masiva, lo que produce un abrupto desplome del valor. “Tiran de la manta” y todo se viene abajo.

Pese a que a primera vista el proyecto parece legítimo, la verdadera intención de los desarrolladores es acumular tantos fondos como sea posible y desaparecer abruptamente dejando a los participantes con tokens -monedas- sin valor.

En el caso de lo sucedido en Argentina con $LIBRA, cuyos impulsores aseguran que se trata de un negocio legítimo, el respaldo del presidente, quien cuenta con 3,8 millones de seguidores solo en la red social X, fue suficiente para llamar la atención.

Y quienes invirtieron probablemente tenían en mente lo que pasó en enero con la criptomoneda TRUMP, que en pocas horas subió como un cohete tras un mensaje en redes del presidente de Estados Unidos.

Una pantalla muestra el valor de la criptomoneda de Trump.
Getty Images
Trump lanzó una criptomoneda con su nombre.

“Luego es muy difícil demandarles y recuperar el dinero. Para empezar habría que demostrar que hubo un fraude. Y sobre todo es complicado saber quiénes son, dónde hay que demandarles, conforme a qué normativa, y como ejecutar una posible sentencia condenatoria”, explica Valpuesta.

El profesor recuerda que entre 2015 a 2018 hubo muchísimas emisiones de monedas digitales en las que se repitió este patrón: “Los emisores lanzaban la moneda, y luego decían que el negocio no había funcionado y que no había dado rentabilidad”.

“No había forma de saber si realmente el negocio no había resultado, o es que ellos se habían quedado el dinero y no habían hecho nada. Un emisor de esos no es una sociedad tradicional que tiene una serie de controles. Son emisores constituidos en el ciberespacio, difíciles de someter a un poder concreto”.

¿Cómo podemos evitarlo?

Por lo general, las criptomonedas legítimas tienen un objetivo. “Sirven para algo en el entorno digital. Con Bitcoin podemos realizar pagos en el ciberespacio como alternativa a los pagos bancarios y Ethereum, por ejemplo, inventó los contratos inteligentes”, explica Andrea Baronchelli, profesor de Ciencias de la Complejidad de la City University de Londres y miembro del Instituto Alan Turing.

“Otras como Tether, tienen como objetivo mantener la paridad con el dólar, y son útiles, por ejemplo, si quieres enviar remesas al extranjero porque evitas muchas comisiones”.

“Entre los proyectos cripto establecidos y los fraudulentos hay una línea muy fina, pero los últimos se caracterizan casi siempre por ser pequeños desarrollos que no tienen nada detrás o en los que la moneda no tiene ninguna utilidad”, añade Baronchelli.

Según los expertos, no hay que dejarse engañar, más si no se entiende el objetivo de la criptomoneda. Pero si uno decide participar, hay que investigar al equipo detrás del proyecto y la tecnología que usan, y desconfiar de la falta de transparencia.

Un gráfico que muestra un desplome abrupto.
Getty Images
En un “rug pull” el precio se desploma en cuestión de segundos.

Normalmente, además, estos proyectos prometen fraudulentamente altos beneficios.

“Aparecen de la nada y no son conocidos en el ecosistema cripto. Sus creadores afirman que conseguirán resultados rápidos, pero como la moneda en realidad no tiene ninguna utilidad, eso significa que no tiene ningún sentido como inversión a largo plazo”, dice Baronchelli.

Para el experto, esas son las primera señales de alarma y al mismo tiempo las más difíciles de detectar por los inversores nuevos en el mundo cripto.

Como señales de advertencia, ten cuidado con los rendimientos y las ganancias poco realistas, el marketing excesivo y la presión para participar rápidamente. Evita el miedo a perderte algo.

“El caso de $LIBRA nos muestra cómo el entusiasmo generado en redes sociales puede inflar artificialmente el valor de un token, solo para derrumbarse cuando la especulación alcanza su punto máximo”, añade Javier Molina, asesor de Mercado de la plataforma eToro.

“Los inversores deben ser cautelosos y entender que, en este nuevo panorama digital, el impacto de los memes puede ser tan poderoso como efímero, convirtiendo la volatilidad en un factor clave a la hora de evaluar este tipo de activos”.

Casos notables en la historia

Aunque siempre hubo casos de “rug pulling” en la industria, algunas estafas han dejado una huella notable. Algunas incluyen OneCoin, Thodex, AnubisDAO, Uranium Finance y Squid Game Token. Estas estafas provocaron miles de millones de dólares en pérdidas para los inversores.

“Muchas criptomonedas son perfectamente solventes y serias, pero siempre hay personas que usan los mercados para aprovecharse de inversores sin experiencia, y sacarles el dinero”, añade Valpuesta.

“También hay una inmensa mayoría de compradores de criptomonedas que no las tienen para usarlas como medio de pago, sino simplemente como forma de inversión especulativa, porque esperan que suba su cotización y puedan obtener así una ganancia”, dice.

Javier Milei en una rueda de prensa.
Getty Images
Una jueza investigará si el presidente cometió algún delito penal al promover la criptomoneda.

No es la primera vez que Milei promociona un criptoactivo que luego resultó ser fraudulento o de dudosa procedencia.

En febrero de 2022, el entonces diputado nacional elogió en sus redes el activo digital de la empresa de videojuegos Vulcano, otro emprendimiento de Mauricio Novelli (hoy asociado con $LIBRA).

“Muy interesante el proyecto de vulcano game NFT gaming. Un diagrama económico sostenible en el tiempo a diferencia de la gran mayoría”, expresó Milei.

Semanas después de su mensaje, el $VULC perdió todo su valor.

Ese mismo año, el economista libertario reconoció en una entrevista con Radio Con Vos que había cobrado para promocionar CoinX, una plataforma de inversión que terminaría siendo denunciada como una posible estafa piramidal.

“Tuve el placer de conocer las oficinas de CoinX World y su equipo. Están revolucionando la manera de inversión para ayudar a los argentinos a escapar de la inflación. Desde ya puedes simular tu inversión en pesos, dólares o criptomonedas y obtener una ganancia. Escríbanles CoinX World de parte mía así los asesoran con lo mejor”, había escrito el entonces legislador en una publicación de Instagram.

Consultado sobre su responsabilidad ante quienes se habían sentido engañados, Milei dijo que no se trató de una estafa y que lo suyo solo fue “una opinión”.

“El negocio estaba bien armado”, aseguró al periodista Ernesto Tenembaum, afirmando que en este tipo de negocio nunca se puede garantizar la ganancia que se promete.

Línea gris
BBC

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