A pesar de que el derecho universal a la migración establece que toda persona tiene el derecho fundamental de desplazarse, salir de su país y retornar a él cuando lo desee, en la práctica esta garantía, que en teoría simboliza la autodeterminación, enfrenta a una realidad marcada por profundas desigualdades. Para muchas personas migrantes, en especial aquellas provenientes de América Central con destino a México, este derecho se convierte en una promesa inalcanzable, restringida por múltiples obstáculos.
Uno de los principales obstáculos es el fenómeno de la inmovilidad forzada. Este fenómeno describe la situación de quienes, pese a la necesidad de migrar, se ven imposibilitados de elegir su destino final debido a restricciones legales, políticas, económicas y sociales. En México, esta condición se manifiesta a través de la ausencia de vías legales para regularización, la precariedad económica y las detenciones arbitrarias, generando una división entre quienes pueden ejercer este derecho y quienes quedan atrapados en un limbo migratorio. A su vez, el Estado impone un control riguroso sobre la movilidad de los migrantes, sometiéndolos al estigma del “falso turista”, lo que obstaculiza su permanencia regular. Históricamente considerado un país de tránsito, México ha evolucionado hacia un espacio de “permanencia forzada”, donde las personas migrantes quedan inmovilizadas sin alternativas claras ni condiciones de vida dignas para su estancia.
Este problema ha cobrado mayor relevancia en los últimos años debido a los cambios en las políticas migratorias internacionales. De hecho, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y el subsiguiente endurecimiento de las políticas migratorias en 2025 han transformado la posición de México en la región. México ha dejado de ser un simple país de tránsito, un corredor migratorio, para convertirse en un muro de contención. El reforzamiento de la seguridad en la frontera norte, sumado al aumento de controles en la frontera sur, ha restringido drásticamente las posibilidades de las personas migrantes. Muchas de ellas, con la esperanza de reunirse con sus familias en Estados Unidos, quedan varadas en territorio mexicano sin redes de apoyo ni acceso a servicios esenciales. La detención migratoria se ha convertido en una práctica sistemática, mientras que la falta de información y asistencia legal reduce las opciones de obtener protección internacional, agravando su situación. En consecuencia, la inmovilidad forzada dentro del propio México se convierte en una nueva realidad, donde los mecanismos de regularización son escasos y muy costosos, dificultando la posibilidad de establecerse legalmente en el país.
Otro factor emergente que agrava la inmovilidad forzada es el cambio climático, el cual ha intensificado el desplazamiento por razones ambientales y exacerbado problemas estructurales como la falta de oportunidades económicas y la inseguridad. No obstante, el derecho internacional aún no reconoce a los desplazados climáticos como refugiados, lo que los deja en un vacío legal sin protecciones ni mecanismos claros de regularización en México. Como resultado, muchas personas quedan atrapadas en una situación de inmovilidad forzada, sin posibilidad de avanzar ni de regresar a sus lugares de origen, condenadas a una existencia precaria e incierta.
Ante la falta de políticas inclusivas, diversas organizaciones han debido adaptar sus estrategias para asistir a quienes quedan varados en México sin opciones de regularización ni redes de apoyo. Muchas personas no encajan en las categorías migratorias tradicionales, lo que genera incertidumbre sobre su futuro. Organizaciones como Sin Fronteras no solo se dedican a la defensa de los derechos humanos ante las instituciones, sino que también trabajan en la reconstrucción de proyectos de vida para las personas migrantes en México. Esto implica proporcionar asesoramiento legal, apoyo psicosocial para mitigar los efectos emocionales de la incertidumbre y fomentar la inclusión económica. Además, documenta las condiciones de detención de los migrantes y lleva a cabo litigios estratégicos para la protección de sus derechos.
Frente a este panorama, la falta de acción gubernamental y el escaso reconocimiento oficial de estas poblaciones limitan el alcance de las iniciativas de apoyo. El derecho a migrar no puede seguir siendo una declaración abstracta, sino que debe materializarse en una realidad con garantías efectivas para todas las personas. La inmovilidad forzada, resultado de políticas restrictivas, barreras económicas y los efectos del cambio climático, constituye una grave vulneración de los derechos humanos. En un contexto donde México se consolida como un espacio de contención migratoria, resulta urgente una reforma que garantice protección e inclusión. Sin Fronteras sigue luchando por una visión del mundo en la que las fronteras no sean obstáculos para la dignidad humana, sino espacios de encuentro y acogida, donde todas las personas migrantes y refugiadas puedan elegir libremente su futuro.
* Marie Léveillé es integrante de la Clínica Jurídica de Documentación Migratoria e Identidad en Sin Fronteras IAP.
El presidente estadounidense dijo que se acabó el tiempo para negociar con sus vecinos. También aumentó los aranceles a China hasta el 20%. Tanto este país como Canadá respondieron con medidas similares contra EU. Se espera que México reaccione.
Los aranceles del 25% sobre los productos de Canadá y México en Estados Unidos anunciados por el presidente Donald Trump la víspera ya están en vigor.
Poco después de la medianoche local, la medida anunciada por el presidente el lunes se convirtió en norma.
Trump dijo que la adopta después de que se haya agotado el tiempo para llegar a un acuerdo con estos dos países.
“No queda espacio para México ni para Canadá”, dijo Trump en la Casa Blanca el lunes. “Los aranceles, ya saben, están listos. Entrarán en vigor mañana”.
El mercado de valores estadounidenses se hundió tras la confirmación de las medidas con las que Trump ha venido amenazando desde que tomó posesión como presidente en enero.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reaccionó anunciando la imposición de aranceles del 25%, también a partir de este martes, sobre bienes estadounidenses por valor de US$30.000 millones, los cuales aumentarán hasta alcanzar US$155.000 millones en 21 días.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que su país “tiene que ser respetado”. Se espera que se vuelva a referir al tema en su rueda de prensa de este martes, conocida como “la mañanera”.
Además, Washington impuso un arancel adicional del 10% sobre las importaciones chinas, lo que se suma a una tasa del 10% que había entrado en vigor el 4 de febrero.
China describió los aranceles estadounidenses como un acto típico de unilateralismo y matonismo, mientras que el Ministerio de Finanzas respondió imponiendo aranceles de entre el 10-15% a los productos alimenticios estadounidenses.
Con esto, los tres principales socios comerciales de Estados Unidos tiene ahora barreras comerciales significativamente más altas que hace apenas unas semanas.
La entrada en vigor de los aranceles supone la concreción de una amenaza que Trump llevaba tiempo planteando.
El presidente estadounidense amenazó con imponer un impuesto a las importaciones a los tres países a principios de este año en respuesta a lo que describe como “un flujo inaceptable” de drogas ilegales e inmigrantes indocumentados hacia Estados Unidos.
Tras sendas conversaciones con los líderes de Canadá y México, y después de que ambos anunciaran medidas de refuerzo de la vigilancia en sus fronteras con Estados Unidos, los pospuso un mes, plazo que se cumplió este martes.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció el lunes que estaba listo para una guerra comercial con el presidente Trump.
Trudeau calificó la acción de EE.UU. contra Canadá como “injustificada” y prometió no dejarla “sin respuesta”.
“Si los aranceles estadounidenses entran en vigor esta noche, Canadá, a partir de las 12:01 a. m. EST de mañana (martes), responderá con aranceles del 25% contra US$155.000 millones en bienes estadounidenses, comenzando con aranceles sobre bienes por valor de US$30.000 millones inmediatamente, y aranceles sobre los 125.000 millones restantes sobre productos estadounidenses dentro de 21 días”, dijo en un comunicado.
“Nuestros aranceles permanecerán vigentes hasta que se retire la acción comercial de Estados Unidos, y si los aranceles estadounidenses no cesan, estamos en conversaciones activas y en curso con provincias y territorios para implementar varias medidas no arancelarias”.
La ministra de Exteriores de Canadá, Melanie Joly, dijo previamente que los inminentes aranceles estadounidenses representan una “amenaza existencial” para su país.
“Esta es una amenaza existencial para nosotros” con “miles de empleos en Canadá en juego”, dijo Joly a los periodistas en Ottawa después de que Trump confirmara que los aranceles entrarán en vigor el martes.
Joly aseguró que los funcionarios canadienses han tenido “conversaciones constructivas” con la administración Trump para tratar de evitar los aranceles del 25%, al tiempo que advirtió que si siguen adelante, “estamos listos con aranceles recíprocos”.
Trump ha sostenido durante mucho tiempo que los aranceles son una herramienta útil para corregir los desequilibrios comerciales y proteger a la industria estadounidense, desestimando en gran medida las preocupaciones de que las medidas puedan causar daños económicos en Estados Unidos por los estrechos vínculos entre los tres mercados de América del Norte, donde las empresas han disfrutado de décadas de libre comercio.
“Francamente, lo que tendrán que hacer es construir sus plantas de automóviles, y otras cosas, en Estados Unidos, en cuyo caso no tendrán aranceles”, añadió Trump.
Los tres principales índices bursátiles de Estados Unidos se hundieron tras los comentarios de Trump. El Promedio Industrial Dow Jones terminó el día con una caída del 1,4%, el S&P 500 se hundió un 1,75% y el Nasdaq cayó un 2,6%.
Funcionarios de Canadá y México habían estado en Washington en los últimos días tratando de evitar los aranceles.
El lunes por la mañana, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo en un evento público en la ciudad de Colima que “México tiene que ser respetado”.
“Cooperación [y] coordinación, sí, subordinación, nunca”, afirmó la mandataria.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo el domingo, durante una cumbre sobre Ucrania en Londres, que Canadá “no era un problema” como fuente de fentanilo ilegal en Estados Unidos.
Las propias estimaciones estadounidenses indican que sólo el 1% del fentanilo incautado en Estados Unidos proviene de Canadá.
La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSAy, por sus siglas en inglés) dice que ha estado “intensificando” sus esfuerzos para frenar el cruce de fentanilo hacia Estados Unidos.
El gobierno canadiense ha dicho repetidamente que los aranceles dañarán a ambas economías, pero agregó que se defenderá si suceden.
El mes pasado, preparó una lista de productos estadounidenses por valor de US$30.000 millones que gravaría en respuesta a los aranceles de Trump. Los artículos de esa lista incluían productos cotidianos como pasta, ropa y perfumes.
La ministra canadiense de Comercio Interior, Anita Anand, se reunió con funcionarios en Washington en los últimos días y dijo que habrá una respuesta.
“Estamos firmes al volante. Estamos preparados para cualquier eventualidad, pero defenderemos en todo momento la economía de nuestro país”, le dijo a CBC News.
La respuesta china a la imposición de nuevos aranceles no se hizo esperar.
El Ministerio de Finanzas anunció la entrada en vigor de aranceles de un 15% a la importación de algunos productos agrícolas estadounidenses, como el pollo, el trigo y el algodón.
También ha impuesto aranceles de un 10% a la soya, el cerdo, la ternera, frutas y verduras, y productos lácteos.
“China adoptará contramedidas para salvaguardar sus propios derechos e intereses” afirmó el Ministerio de Comercio chino en un comunicado publicado el martes.
Pekín describió la imposición de aranceles de Trump como un “acto típico de unilateralismo y acoso”, y rechazó las acusaciones de Washington de que no hace lo suficiente para detener el tráfico de fentanilo y sustancias ilegales hacia Estados Unidos.
El presidente Trump también ha anunciado un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio, que entrará en vigor el 12 de marzo.
Además, ha amenazado con imponer aranceles personalizados “recíprocos” a países individuales, así como aranceles del 25% a la Unión Europea.
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