
Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum decidió incorporar la República de la Niñez al Plan Nacional de Desarrollo 2025–2030, hizo algo que muy pocas administraciones se habían atrevido a hacer: colocar la vida de niñas, niños y adolescentes en el centro del proyecto de Nación como un eje rector de la política pública.
A un año de iniciada su administración, existen señales observables de que la prioridad por la infancia ya se traduce en políticas públicas concretas. Y por ello, la próxima sesión del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) representa un punto de inflexión. La presencia de la presidenta no sería un acto protocolario. Sería una declaración de Estado.
El SIPINNA es el máximo órgano político para la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes en México. Agrupa a los tres poderes, a gobernadoras y gobernadores, alcaldes, legisladores y titulares de dependencias federales. Es, literalmente, el espacio institucional donde el Estado mexicano conversa y decide sobre la niñez.
Su importancia es evidente. Pero más lo es en este momento.
Desde la llegada de Lorena Villavicencio como secretaria ejecutiva, el SIPINNA retomó un papel activo en coordinación intersectorial, construcción técnica, incidencia y articulación entre órdenes de Gobierno. Hoy, la agenda de infancias y adolescentes tiene avances; sin embargo, para consolidarse requiere respaldo presidencial explícito.
Entre los resultados más relevantes del SIPINNA en el último año destacan:
1. El Programa Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (PRONAPINNA)
Es, en los hechos, la arquitectura de la República de la Niñez. Prioriza la prevención de violencias, el combate a la pobreza, la atención a grupos históricamente vulnerados y la centralidad de la primera infancia. Para que se convierta en política de Estado, necesita el impulso directo de la Presidenta.
2. La actualización de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI) 2025–2030 y su Ruta Integral de Atenciones
Este instrumento da cumplimiento a uno de los compromisos firmados por la Presidenta durante su campaña y establece, con base en la mejor evidencia, un marco para asegurar que cada niña y niño tenga un desarrollo integral desde la gestación y hasta los 6 años. Para su éxito, se requiere que la Presidenta instruya la coordinación territorial, la adopción de indicadores compartidos y la implementación efectiva en los tres órdenes de Gobierno.
3. El impulso a una Política Nacional de Crianza Positiva
Una política en construcción que busca construir la paz desde la casa: desde la ternura, el vínculo y las prácticas de cuidado respetuoso. Tiene el potencial de transformar vidas, familias y, por extensión, al país entero. Para cristalizarse, necesita que la Presidenta sea la vocera de un cambio cultural en la manera en que México mira a sus infancias.
Además del trabajo del SIPINNA, distintos sectores del Gobierno Federal están impulsando transformaciones que requieren ser visibilizadas, acompañadas y coordinadas desde el pleno del Sistema para que lleguen a todo el territorio nacional. Algunas de ellas:
Esta inversión histórica en infraestructura de cuidados y educación inicial, a cargo del IMSS, puede cambiar la vida de miles de niñas, niños y familias. La ampliación de cobertura acompañada del esfuerzo por fortalecer la calidad requiere que la Presidenta convoque y articule a todos los sectores para lograr esta meta.
Un logro del Consejo de Salubridad General que establece un estándar de alta calidad para la atención desde la gestación y hasta los dos años. Su implementación nacional demanda una figura de Estado que respalde y priorice su despliegue. Esa figura es la Presidenta.
Desarrollado por el Sector Salud y próximo a publicarse, responde a compromisos asumidos durante los Diálogos por la Transformación. Requiere liderazgo federal para asegurar que todas las entidades se comprometan a implementarlo.
Próximo a presentarse, tiene el potencial de ampliar cobertura, mejorar la calidad y revalorizar la educación inicial y preescolar. La Presidenta puede encabezar una movilización nacional en favor de la educación desde el nacimiento.
Para materializarse, la República de la Niñez requiere la mayor prioridad política. Y esa prioridad debe expresarse públicamente, con claridad, frente a quienes tienen en sus manos la capacidad de transformar la vida de millones de niñas y niños.
Los integrantes del SIPINNA —gobernadoras y gobernadores, alcaldes, legisladores, secretarías federales— deben escuchar un mensaje directo: la presidenta Claudia Sheinbaum será la presidenta de la niñez. Y ¿cuál es el mejor lugar para decirlo? Precisamente la primera sesión del SIPINNA de su administración. Ahí, frente a todo el Estado mexicano, iniciará formalmente la puesta en marcha de la República de la Niñez en Acción.
* Aranzazu Alonso es Directora Ejecutiva y Coordinadora General del Pacto por la Primera Infancia (@Pacto1aInfancia).

Cómo, dónde y cuándo los gatos perdieron su carácter salvaje y desarrollaron estrechos vínculos con los humanos era un misterio que había intrigado a los científicos durante mucho tiempo.
Al más puro estilo felino, los gatos se tomaron su tiempo para decidir cuándo y dónde forjar vínculos con los humanos.
Según nueva evidencia científica, la transición de cazador salvaje a mascota mimada ocurrió mucho más recientemente de lo que se creía, y en un lugar diferente.
Un estudio de huesos encontrados en yacimientos arqueológicos sugiere que los gatos comenzaron su estrecha relación con los humanos hace solo unos miles de años, y en el norte de África, no en el Levante.
“Son omnipresentes, hacemos programas de televisión sobre ellos y dominan internet”, afirmó el profesor Greger Larson, de la Universidad de Oxford.
“La relación que tenemos ahora con los gatos comenzó hace unos 3 mil 500 o 4 mil años, en lugar de hace 10 mil años”.
Todos los gatos modernos descienden de la misma especie: el gato montés africano.
Cómo, dónde y cuándo perdieron su carácter salvaje y desarrollaron estrechos vínculos con los humanos ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo.
Para resolver el misterio, los investigadores analizaron el ADN de huesos de gato encontrados en yacimientos arqueológicos de Europa, el norte de África y Anatolia.
Los científicos dataron los huesos, analizaron el ADN y lo compararon con registros genético de gatos modernos.
La nueva evidencia muestra que la domesticación de gatos no comenzó en los inicios de la agricultura, en el Levante. Ocurrió en cambio unos milenios después, en algún lugar del norte de África.
“En lugar de ocurrir en la zona donde la gente se estaba asentando inicialmente con la agricultura, parece ser un fenómeno mucho más propio de Egipto“, afirmó el profesor Larson.
Esto concuerda con lo que sabemos de la tierra de los faraones como una sociedad que veneraba a los gatos, inmortalizándolos en el arte y preservándolos como momias.
Una vez que los gatos se asociaron con las personas, fueron trasladados por todo el mundo y eran apreciados en los barcos como controladores de plagas.
Los gatos llegaron a Europa hace unos 2 mil años, mucho más tarde de lo que se creía.
Viajaron por Europa y llegaron a Reino Unido con los romanos, y luego comenzaron a desplazarse hacia el este por la Ruta de la Seda hasta China.
Hoy en día se encuentran en todo el mundo, excepto en la Antártida.
Y en un giro inesperado, los científicos descubrieron que un gato salvaje convivió durante un tiempo con la gente en China mucho antes de que aparecieran los gatos domésticos.
Eran los gatos leopardo, pequeños felinos salvajes con manchas similares a las de los leopardos, que vivieron en asentamientos humanos en China durante unos 3.500 años.
La relación temprana entre humanos y gatos leopardo era esencialmente “comensal”, en la que dos especies conviven sin causarse daño, explicó la profesora Shu-Jin Luo, de la Universidad de Pekín.
“Los gatos leopardo se beneficiaron de vivir cerca de las personas, mientras que los humanos no se vieron afectados en gran medida o incluso los acogieron como controladores naturales de roedores”, añadió.
Los gatos leopardo no fueron domesticados y siguen viviendo en libertad en Asia.
Curiosamente, se han cruzado gatos leopardo con gatos domésticos para dar lugar a gatos bengalíes, que fueron reconocidos como una nueva raza en la década de 1980.
La investigación se publicó en la revista Science y en Cell Genomics .
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