
Hay muchas formas de ser feliz, pero una de las más intensas es cuando se ha logrado algo por lo que se ha realizado un gran esfuerzo.
Muchas veces, los artículos de opinión y las notas de prensa son portadoras de malas noticias, pero hoy, en estas líneas, queremos compartir con ustedes, el público lector, la felicidad que sentimos en el Pacto por la Primera Infancia, en el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes y en las más de 21 Entidades Federativas que han decidido realizar el Modelo de Implementación Territorial de la Ruta Integral de Atenciones para la Primera Infancia (RIA), esto en el marco de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI).
Si usted no sabía, los primeros años de vida de las personas son determinantes para el desarrollo de las capacidades que lo acompañarán el resto de su existir. Del tipo de atención y cuidados que recibimos en esos años van a depender los alcances que tendremos en la vida; por ello, la atención y protección de la primera infancia es un elemento “igualador” por excelencia para un país con tremendas brechas de desigualdad como el nuestro.
Con esto en mente, el 20 de marzo de 2020 fue publicada la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI) que se propuso promover atenciones, bienes y servicios necesarios para garantizar los derechos y el desarrollo del potencial de las niñas y niños en primera infancia, con énfasis en las poblaciones con mayor vulnerabilidad.
A veces estas Estrategias Nacionales suelen tener una visión muy estratosférica de la realidad local y quedan impecables en los documentos, pero con muy pocas posibilidades de realizarse. La ENAPI, en cambio, desarrolló un modelo de implementación en territorio, donde cada estado o cada municipio que decidió sumarse, pudo realizar, con base en una metodología y una plataforma de acompañamiento, un diagnóstico de la situación de la primera infancia en su territorio; pudo hacer una consulta infantil para preguntarles a las niñas y niños de preescolar qué es lo que más les gusta y, a la vez, lo que más les disgusta, les enoja y les da miedo y pudieron realizar un mapeo de la oferta de bienes y servicios a los que tienen acceso las niñas y los niños en ese territorio. Con base en esa información, los servidores públicos de las Comisiones Intersectoriales de Primera Infancia, estatales y municipales, pudieron priorizar los problemas particulares en su territorio y promover acciones; esta vez, sí, en favor de las niñas y los niños de primera infancia. La ENAPI se pudo llevar de la estratósfera a la superficie terrestre.
La implementación de este modelo no estuvo exenta de vicisitudes: la información disponible de indicadores clave de primera infancia es muy limitada; los servidores públicos participantes hicieron un esfuerzo adicional por avanzar en el proceso, sumando acciones a sus tareas, ya de por sí saturadas; los recursos son siempre limitados, rotación de personal y los cambios de gobierno, hicieron a veces tortuoso o insostenible el esfuerzo. Sin embargo, 21 entidades federativas, más de 120 municipios y más de mil 600 servidores públicos en el territorio nacional perseveraron a ello y se sumaron a este proceso. Vencer estos obstáculos y lograr realizar acciones en beneficio de la niñez ha sido sin duda una gran satisfacción y felicidad en estos territorios participantes.
Por ejemplo, en el Estado de Nuevo León se detectó que uno de los principales problemas para la primera infancia en ciertos polígonos era la violencia, y que esta violencia tiene origen y destino en las familias, identificando la necesidad de brindar nuevas herramientas de crianza para las mamás y papás. En colaboración con la sociedad civil, hoy se cuenta con un “Manual de Crianza Positiva”, cuyo uso ha sido piloteado en estos polígonos logrando sensibles testimonios de cambios en la forma de relacionarse de los padres con sus hijos; bajo el mismo propósito, en el Municipio de Atizapán de Zaragoza, se promovió y capacitó sobre crianza positiva a los agentes de educación inicial en modalidades no escolarizadas, que son las que atienden a regiones más vulnerables.
Por su parte, en el estado de Querétaro se identificaron diversas problemáticas relacionadas al acceso a bienes y servicios para primera infancia, teniendo como causa transversal el desconocimiento de las atenciones que requieren las niñas y niños o bien de las instituciones públicas proveedoras de tales servicios; por ello, la solución en marcha fue el diseño de la plataforma Primera Infancia Querétaro, donde las mamás, papás y cuidadores pueden conocer lo que necesitan sus hijos e hijas en su primera infancia y dónde pueden tramitar esos bienes y servicios, a la par de ofrecer materiales y recursos para apoyar el desarrollo de sus hijos. La plataforma es para Querétaro, pero ha sido visitada por otros estados e incluso otros países. Con este mismo diagnóstico, en el Municipio de Mérida Yucatán, se puso en marcha el Centro de Orientación para Primera Infancia “COPI Oruga” en el que las mamás y papás pueden pedir orientación y recibir servicios para ellos y para sus hijas e hijos en materia de salud mental, estimulación oportuna, salud y nutrición, evaluación del desarrollo, entre otras.
En prácticamente todas las consultas infantiles que se realizaron en los territorios, las niñas y los niños dijeron que lo que más les gusta es pasar tiempo con sus mamás y papás y jugar con ellos, mientras que lo que más les entristece es no contar con ello. En respuesta, el municipio de Chalco, los estados de Sonora, Oaxaca, Coahuila, Nuevo León, entre otros, han desarrollado estrategias para ampliar los espacios de juego para la primera infancia. Los parques existen, pero normalmente son para niñas y niños más grandes y personas adultas. Esto está cambiando ahí.
En Sinaloa, por ejemplo, el proceso ha derivado en la creación del Programa Estatal de Primera Infancia que recoge todas las prioridades detectadas, pero además logró replicar el modelo en el total de los municipios de la entidad.
Te platico esto y quizá nunca habías escuchado hablar de la ENAPI y su modelo, justo porque no es una estrategia de esas que se anuncian con bombo y platillo para visibilizar que algo se hace. Esta estrategia y su modelo está siendo tangible ahí… en el terreno.
Son muchos los ejemplos, pero deberían ser más. Estamos por iniciar una nueva administración. La ENAPI está en la Constitución y en la Ley General de Educación, por lo que será obligado para la administración de la Dra. Sheinbaum establecer su estrategia y definir cómo llevarla al territorio. Es un gran desafío, pero es lo que da, a los involucrados y a la niñez, auténtica y duradera felicidad.
* Magdalena de Luna es Coordinadora Nacional de Política Territorial del Pacto por la Primera Infancia (@Pacto1aInfancia).

Casi siete años después de la imposición de sanciones por parte de EU la exportación petrolera de Venezuela parece haberse recuperado de forma significativa gracias a la contribución de la llamada flota fantasma. BBC Mundo te cuenta de qué se trata.
Cuando en 2019 el presidente de EE.UU., Donald Trump, impuso sanciones a la industria petrolera de Venezuela para presionar al gobierno de Nicolás Maduro, las exportaciones de crudo venezolano cayeron hasta unos 495.000 barriles diarios. Seis años más tarde, las sanciones siguen en pie, pero las exportaciones petroleras de Venezuela han vuelto a crecer hasta ubicarse en torno al millón de barriles diarios.
Aunque se trata de una cantidad pequeña para un país que en 1998 -antes de la llegada al poder de Hugo Chávez- producía tres millones de barriles diarios, esta recuperación de parte de la exportación de crudo es un indicativo de que las sanciones contra Venezuela no están funcionando como EE.UU. esperaba.
Y es que el gobierno de Maduro ha ido encontrando la manera de ir reactivando la producción y de crear nuevas vías para vender el crudo venezolano esquivando las sanciones.
En esa tarea de comercialización ha jugado un rol central la llamada “flota fantasma”: una serie de tanqueros petroleros que por medio de distintas estratagemas logran ocultar su labor como barcos de transporte de petróleo sancionado por las autoridades estadounidenses.
Una de estas embarcaciones fue interceptada e incautada este miércoles por las fuerzas militares de EE.UU. cuando se encontraba en aguas frente a las costas de Venezuela.
“Acabamos de incautar un petrolero frente a la costa de Venezuela, un petrolero grande, muy grande; de hecho, el más grande que se haya incautado jamás”, dijo Trump al anunciar la operación ante la prensa en la Casa Blanca.
El gobierno de Maduro reaccionó calificando la incautación como “un robo descarado y un acto de piratería” y dijo que acudirá ante instancias internacionales existentes para denunciar lo ocurrido.
Esta acción estadounidense aumenta las tensiones con Caracas que se han ido intensificando desde que en agosto de este año el gobierno de Trump inició un gran despliegue militar en aguas del Caribe con el objetivo oficial de combatir el narcotráfico, pero que muchos analistas creen que tiene como objetivo final forzar un cambio de régimen en Venezuela.
Más allá de su posible objetivo político, la medida tiene un impacto económico pues dificulta aún más las exportaciones petroleras venezolanas al meter presión sobre la flota fantasma.
Pero, ¿qué sabemos sobre cómo operan estas embarcaciones?
La utilización de flotas fantasmas es un fenómeno en aumento que ocurre no solamente en el caso venezolano, sino también de otros dos países petroleros sometidos a sanciones por parte de EE.UU. y de potencias occidentales: Rusia e Irán.
La empresa de inteligencia financiera S&P Global estima que uno de cada cinco petroleros en el mundo son usados para vender de contrabando petróleo procedente de países bajo sanciones.
De estos, el 10% transportarían solamente crudo venezolano, un 20% haría lo mismo con el iraní, mientras que 50% se dedica en exclusiva al petróleo ruso. El 20% restante no estaría atado a ningún país en particular y puede transportar petróleo de más de uno de estos países.
Según estimaciones de la firma de análisis marítimo Windward, la flota clandestina cuenta con unas 1.300 embarcaciones.
Las sanciones petroleras buscan desincentivar a países o empresas a adquirir o involucrarse en cualquier operación relacionada con crudo procedente de los países castigados.
Ante ello, los países sancionados optan por ofrecer su petróleo con grandes descuentos para que haya operadores, empresas o países que estén dispuestos a correr el riesgo de comprarlo, aplicando -eso sí- algunos trucos para disimular su origen.
Una de las estrategias más frecuentes que aplican estos tanqueros para evadir las sanciones es cambiar con frecuencia -a veces varias veces en un mes- de nombre o de bandera.
En el caso, por ejemplo, del petrolero incautado este miércoles, se trata de un barco llamado The Skipper, según informó CBS News, socia en EE.UU. de la BBC.
Esa misma cadena dijo que se trata de un barco sancionado por el departamento del Tesoro de EE.UU. desde 2022 debido a su supuesto rol en una red de contrabando de petróleo que ayuda a financiar a la Guardia Revolucionaria de Irán, así como a la milicia chiita libanesa Hezbolá.
CBS indicó que al momento de ser sancionado el petrolero tenía por nombre Adisa (inicialmente se llamaba The Tokyo) y era una de las embarcaciones vinculadas con el magnate petrolero ruso Viktor Artemov, quien también se encuentra bajo sanciones.
Al referirse a ese tanquero este miércoles, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, dijo en la red social X que esa nave era usada para transportar petróleo procedente de Venezuela e Irán, dos países bajo sanciones.
Un elemento interesante sobre The Skipper es que es un barco con 20 años de antigüedad y ese es otro elemento usual entre los tanqueros de las flotas fantasma: muchos son barcos viejos, pues las grandes navieras suelen deshacerse de estos barcos cuando tienen 15 años de servicio y luego de 25 años suelen ser enviados al desguace.
Justamente otro truco aplicado por estos barcos es usurpar la identidad de alguno de esos barcos enviados a desguace, emitiendo los números de registro únicos que la Organización Marítima Internacional le otorgó a esas embarcaciones. Así se convierten en lo que se conoce como barcos zombis, pues lo que hacen es similar a alguien que usa la identidad de una persona muerta.
Un caso de este tipo relacionado con Venezuela ocurrió en abril pasado cuando un barco llamado Varada llegó a aguas de Malasia, tras un viaje que había iniciado dos meses antes en Venezuela.
La embarcación juntaba dos elementos sospechosos: tenía 32 años y la bandera de las Comoras, popular entre barcos que no quieren ser detectados.
Una investigación de la agencia Bloomberg descubrió que se trataba de un barco zombi, pues el verdadero Varada había sido desguazado en 2017 en Bangladesh.
Otras formas habituales de operar de los barcos de flotas fantasmas consiste en “disfrazar” el origen del crudo transfiriéndolo en aguas internacionales a petroleros sin problemas legales con otras banderas, que son los que se encargan de llevar el crudo hasta su destino, presentándolo como procedente de un país no sancionado.
Ese fenómeno se produjo, por ejemplo, en el caso de las exportaciones petroleras venezolanas hacia China durante el primer gobierno de Trump. Según expertos consultados por BBC Mundo hubo un momento en el que en las estadísticas oficiales de comercio de China aparecía como si ese país no estaba adquiriendo crudo venezolano cuando, en realidad, sí lo estaba haciendo.
Esto era posible porque ciertas refinerías compraban el petróleo a estos barcos que habían adquirido la carga en aguas internacionales y que la presentaban como procedente de países no sancionados.
Un último truco usual entre este tipo de tanqueros consiste de desactivar el sistema de identificación automática, a través del cual se transmiten datos como el nombre, la bandera, la posición, la velocidad o el rumbo de la embarcación. La manipulación de estos datos permite ocultar la identidad, ubicación y rumbo de las naves.
La investigación de Bloomberg en abril detectó el caso de cuatro barcos zombis que transportaban crudo venezolano.
La agencia de noticias recurrió al análisis de imágenes satelitales y las comparó con fotos históricas de los cuatro barcos cuyos nombres y números de identificación estaban usando.
Más recientemente, la ONG Transparencia Venezuela emitió un informe basado en la observación de lo que ocurrió en los puertos petroleros de ese país en octubre de este año.
Según ese reporte, hubo 71 tanqueros extranjeros en modo visible en los puertos de la petrolera venezolana Pdvsa, de los cuales 15 están bajo sanciones y nueve se relacionan con flotas fantasmas.
Transparencia encontró que en promedio hubo 24 petroleros que estaban ubicados cerca de tres puertos en el occidente y oriente de Venezuela y que estaban operando en modo furtivo, pues no tenían activas sus señales reglamentarias de posicionamiento.
De igual modo, Transparencia afirma haber detectado seis operaciones de transferencia de carga de un buque a otro, cerca de la bahía de Amuay, en el occidente del país.
De igual modo, hubo una mayoría de barcos con banderas de países considerados como paraísos regulatorios, por tener normas de supervisión laxas, lo que termina facilitando las operaciones de este tipo de embarcaciones.
Así, de los 71 barcos, 29 tenían la bandera de Panamá, seis de las islas Comoras y cinco de Malta.
En su informe, Transparencia indica que 38 de estos petroleros pasaron más de 20 días sin tocar puerto, algo que contrasta con los barcos de la petrolera estadounidense Chevron (autorizada por Washington para operar en Venezuela) que al llegar toman su carga y se marchan en un plazo máximo de seis días.
“La permanencia extendida en las áreas portuarias del país, sin llegar directamente a las terminales petroleras, arroja serias dudas sobre el tipo de operaciones que esos buques realizan”, señaló Transparencia en relación con los barcos que tardaban muchos días sin tocar puerto.
En todo caso, dado que la operación de intercepción e incautación realizada este miércoles se originó en el portaviones Gerald Ford -el más grande del mundo-, que ahora forma parte del masivo despliegue de fuerzas realizado por EE.UU. en aguas del Caribe frente a Venezuela, es probable que la posibilidad del gobierno de Maduro de recurrir a la flota fantasma se vea limitada de una forma importante.
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