México padece graves problemas que ponen en alto riesgo el desarrollo socioeconómico del país y el futuro de las próximas generaciones. La instrumentación de políticas públicas erróneas y deshilvanadas, así como la inacción del gobierno en distintos ámbitos, han dado lugar a un escenario caracterizado por niveles de violencia e inseguridad que no se habían visto desde la Revolución Mexicana; desmantelamiento y deterioro de los sistemas de salud; persistencia de una educación de muy baja calidad; priorización del gasto público en programas -muchos de ellos de carácter clientelar-, en apoyos que no tienen una fuente propia de fondeo, como la pensión a adultos mayores, y en proyectos de inversión sin contar con un diagnóstico y sustento técnico sólido, que ha dado lugar a un desperdicio enorme de recursos fiscales y un déficit y deuda pública crecientes.
En adición a ello, México continúa exhibiendo tasas de crecimiento económico sumamente precarias (2.5 % en promedio en los últimos 30 años), lo que obstaculiza el objetivo de lograr mayores niveles de bienestar de la población. Si bien las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestran que en 2022 hubo una reducción de la pobreza, en gran medida esto se debe a las transferencias a grupos vulnerables que saca a una parte importante de la población de la línea de pobreza; sin embargo, el número de carencias sociales 1 ha aumentado 2 y, por tanto, las oportunidades de movilidad social. 3
Quisiera destacar cuáles son, en mi opinión, los cuatro grandes problemas que inciden directamente en la situación económica de México:
1. Ausencia de Estado de derecho. 4 Además de los niveles de inseguridad y crímenes de alto impacto que ponen en evidencia la debilidad del marco institucional, el gobierno actual ha intentado eliminar instituciones que representan contrapesos del poder; destacan las constantes descalificaciones al Poder Judicial y a los Órganos Constitucionalmente Autónomos (OCA’s), tales como el INE, INAI, Cofece, etc. Las iniciativas que el presidente envío al Congreso el 5 de febrero pasado es una prueba de la búsqueda del poder absoluto, entre ellas: someter a elección popular a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); reducir el número de diputados federales de 500 a 300, a fin de eliminar a los diputados de representación proporcional, y la extinción de OCA’s.
Estudios empíricos muestran que existe una correlación muy alta entre PIB per-cápita e Índice de Desarrollo Humano con Estado de derecho. 5
2. Desequilibrio de las finanzas públicas. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, al cierre de 2024, el déficit público representará 5 % del PIB y el saldo de la deuda pública alrededor de 50 %. El gasto no programable, en el que el gobierno federal no tiene margen de maniobra (participaciones a los estados, adeudos fiscales de años anteriores y el gasto en intereses) es de aproximadamente 28 % del gasto total; a esta cifra habría que agregar el gasto comprometido o ineludible, por concepto de transferencias a grupos vulnerables, entre estos, adultos mayores; apoyos a Pemex, sin que exista un plan de negocios que revierta su quiebra técnica; apoyos a CFE y empresas del Estado que no son ni serán rentables, entre ellas la refinería de Dos Bocas, el AIFA y el Tren Maya. Sin contar el gasto para sostener a las últimas tres empresas, el gasto no programable, más el ineludible ascendería a cerca de 60 % del gasto total, lo que deja con un margen de maniobra muy escaso para contingencias o ajustes que sean necesarios
Por otra parte, el rezago en la atención a los sectores como salud y educación, que se ha magnificado en la administración actual, exigirá en los próximos años una gran cantidad de recursos que, indefectiblemente, requerirá una reforma fiscal que, entre otras modalidades, incorpore a la economía informal.
3. Precariedad fiscal. Esta necesidad de obtener mayores ingresos fiscales se ubica en un contexto de enorme desconfianza en los tres niveles de gobierno con respecto a las decisiones sobre el gasto público y su destino. Este fenómeno no es nuevo, pero se ha agravado por la ilegalidad en la asignación de contratos, sin licitación pública, tal como obliga la ley en ciertos casos, y a la ausencia deliberada de información.
Si bien es urgente una reforma fiscal, considero que no debería proponerse al Congreso en tanto no exista un auténtico sistema de información y rendición de cuentas, con un seguimiento y evaluación por parte de organizaciones de la sociedad civil, que den fe del buen uso de recursos públicos. Mientras no exista dicho sistema, las personas no tendrán incentivo alguno para pagar impuestos, Asimismo, es indispensable que la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda informe desde un inicio los criterios, parámetros y supuestos para la valuación de proyectos de inversión, y que en esta valuación también participe la sociedad civil.
4. Degradación del servicio público. México requiere funcionarios de gran capacidad y experiencia en las distintas áreas de la administración pública; más ahora, dada la gran complejidad de los problemas económicos, sociales y políticos, y el rezago en la atención de asuntos de enorme relevancia como, por ejemplo, la inversión en infraestructura hídrica. Sin embargo, se ha dado prioridad a gente sin experiencia y sin pericia que esté a la altura de los retos que México enfrenta.
* Sergio Fadl Kuri es profesor de economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y Experto México, ¿cómo vamos?. Tiene amplia experiencia en el sector público, la banca de desarrollo y la administración de riesgos.
1 De acuerdo con la metodología del Coneval, las carencias sociales son: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
2 La población con al menos una carencia social pasó de 84.6 millones de personas en 2018 a 84.7 millones en 2022, mientras que la población con al menos tres carencias aumentó de 25 millones de personas a 32.1.
3 La movilidad se da si las personas mejoran o empeoran su posición socioeconómica con respecto a la de su hogar de origen.
4 De acuerdo con el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el Estado de derecho es “Un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos humanos. Asimismo, exige que se adopten medidas para garantizar el respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad ante la ley, separación de poderes, participación en la adopción de decisiones, legalidad, no arbitrariedad, y transparencia procesal y legal.”
5 Ver, por ejemplo, a Robert Barro, Determinants of economic growth: a cross-country empirical study, NBER working paper, agosto, 1996.
A pesar de que el cuerpo necesita agua para vivir, puede sufrir graves problemas ya sea por la falta o por el exceso de ella.
“Lo último que recuerdo fue el cartel de la mitad del camino”, le dijo al programa The Food Chain de la BBC.
Johanna se despertó tres días después en cuidados intensivos.
Pese a que un video grabado por su marido la mostraba cruzando la meta, ella no recordaba nada.
“Mi pareja y otros amigos estaban allí. Me saludaron, pero yo estaba muy débil. Llegamos a casa y estaba muy, muy enferma. Luego me desmayé”, recordó.
“Había bebido tanta agua que eliminé todas las sales y nutrientes necesarios para funcionar”, cuenta, recordando lo fácil que puede ser excederse en el consumo del líquido.
Según las recomendaciones generales a nivel internacional, lo ideal es beber alrededor de dos litros de agua al día para las mujeres y 2.5 litros para los hombres.
Sin embargo, los científicos afirman que nuestras necesidades de agua dependen de varios factores.
No beber suficiente puede provocar deshidratación, pero consumir demasiada también puede ser peligroso.
El agua constituye aproximadamente el 60 % de nuestro peso corporal. Se encuentra en nuestras células, órganos, sangre y en diferentes vías de nuestro sistema.
“El agua es un nutriente”, afirma Nidia Rodríguez-Sánchez, experta en hidratación de la Universidad de Stirling (Escocia).
“Nos centramos en las proteínas, las vitaminas, los carbohidratos y la fibra, pero no consideramos el agua como un nutriente importante en nuestra vida”, añade.
El agua desempeña un papel crucial en casi todas las funciones corporales.
Según la Facultad de Medicina de Harvard, algunas de estas son:
Nuestro cuerpo pierde agua constantemente al sudar, orinar e incluso respirar. Para funcionar correctamente, es necesario reponer este líquido perdido, un proceso conocido como equilibrio hídrico.
Cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, puede producirse deshidratación.
Esto puede provocar diversos problemas de salud graves:
En casos graves, la deshidratación puede causar confusión, ritmo cardíaco acelerado e incluso insuficiencia orgánica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sí, y las consecuencias pueden ser graves.
Beber cantidades excesivas de agua en un corto período de tiempo puede causar hiponatremia, también conocida como intoxicación hídrica. Esto ocurre cuando el equilibrio de sodio en la sangre cae peligrosamente, provocando la inflamación de las células del cuerpo.
Fue lo que le ocurrió a Johanna cuando corrió la maratón de Londres: al consumir demasiada agua, terminó por eliminar importantes sales y nutrientes que el cuerpo usa para su correcto funcionamiento.
Los síntomas de la hiponatremia incluyen:
El caso de Johanna ilustra lo que ocurre cuando el cuerpo ingiere más líquidos de los que puede procesar.
Los líquidos se absorben rápidamente en el torrente sanguíneo. El exceso de estos es filtrado por los riñones, los cuales pasarán luego a producir orina.
Sin embargo, nuestros riñones solo pueden procesar aproximadamente un litro de líquido por hora.
Y aunque Johanna se recuperó completamente, los casos más extremos de hiponatremia pueden ser letales.
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Para que una persona se mantenga sana, las autoridades sanitarias recomiendan beber de seis a ocho vasos de agua al día.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomienda 2 litros para las mujeres y 2.5 litros y medio para los hombres. Esto incluye agua de todas las fuentes, incluyendo alimentos, no solo bebidas.
La mayoría de los alimentos, como frutas, verduras, arroz e incluso frutos secos, contienen agua. La sandía, por ejemplo, está compuesta por aproximadamente un 92 % de agua.
Y puede que ni estas recomendaciones resulten universales.
El profesor John Speakman, de la Universidad de Aberdeen (Escocia), participó en un estudio global que analizó la ingesta de agua en más de 5.000 personas en 23 países.
“Los hombres de entre veinte y sesenta años probablemente necesitan unos 1.8 litros al día. Y las mujeres del mismo grupo de edad necesitan entre 1.5 y 1.6 litros. A partir de los 85 años, aproximadamente, solo se necesita un litro al día”, explica el profesor Speakman.
Pero la cantidad de agua que una persona necesita depende de factores como el peso corporal, la actividad física, la edad, el sexo y las condiciones ambientales.
“El factor que más influye en la cantidad que necesitas es tu estatura”, añade.
“Si vives en un lugar cálido y húmedo, tus necesidades de agua serán considerablemente mayores que las de alguien que vive en un lugar frío y seco”.
La sed es la señal natural del cuerpo de que necesita más agua. El color de la orina es otro buen indicador de hidratación: el amarillo pálido indica que estás bien hidratado, mientras que el amarillo oscuro puede indicar deshidratación.
También necesitarás beber más líquidos si tienes vómitos o diarrea.
*Esta historia se basó en un programa de Radio del Servicio Mundial.
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