En alguna de mis vacaciones compartidas con mi papá, un talentoso empresario e ingeniero electricista, le pregunté cuándo se iba a terminar la energía eléctrica —en ese momento, él dirigía la empresa familiar en la que el día de hoy yo soy responsable. Muy sonriente y, sobre todo, muy seguro contestó “nunca”. Procedió a explicarme brevemente que, de acuerdo con la ley de conservación de la energía, esta no se crea ni se destruye sólo se transforma. A mis 12 años esa explicación fue suficiente; hoy, en un contexto de emergencia climática, y en el Día Internacional de la Eficiencia Energética, la pregunta pendiente que le haría a mi papá sería ¿cómo aprovechar de mejor manera la energía que generamos?
En términos muy sencillos, podemos definir eficiencia energética como la capacidad de utilizar la menor cantidad de energía posible para realizar una tarea determinada. En materia de energía eléctrica minimizar las pérdidas durante la generación, transmisión y consumo es fundamental. 1 Un ejemplo sencillo cuya evolución muchas hemos podido observar es la transición entre las bombillas incandescentes y los focos LED o ahorradores. Mientras las bombillas incandescentes consumían 100 watts e iluminaban cerca de 1000 lúmenes, los focos LED pueden llegar a consumir tan solo 13 watts para iluminar lo mismo que los incandescentes. Este cambio de tecnología fue acompañado en México desde 1990, con un especial énfasis entre 2007 y 2012, por programas públicos de promoción y sustitución de lámparas incandescentes.
En el contexto actual de emergencia climática, si bien el esfuerzo individual de consumir mejor la energía es valioso, lo más (valga la redundancia) eficiente es centrar nuestra atención en la forma en la que consumimos a gran escala —particularmente por las implicaciones que el consumo puede tener en la red de distribución.
Imaginemos que la electricidad que utilizamos es como el agua que fluye a través de una tubería —para el caso de México, las Redes Generales de Distribución (RGD) serían una gran tubería cuyo suministro eléctrico ocurre a niveles mayores a un kV y menores o iguales a 35 kV. Esta gran tubería, cuyo control operativo es responsabilidad del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), alimenta a los grandes centros de carga —es decir, a los grandes consumidores de energía como las plantas de producción químicas, las ensambladoras de automóviles, entre otras industrias.
Una vez conectados a esta gran tubería, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encarga de medir no solo cuánta electricidad se consume sino qué tan eficientes son los grandes consumidores: para lograrlo, mide el factor de potencia que se calcula mediante la siguiente fórmula:
Potencia Activa / Potencia Aparente
La potencia activa sería la cantidad de agua que realmente usamos para cosas útiles, como encender luces o hacer funcionar maquinaria en una fábrica. Un factor de potencia cercano a 1 significa que la electricidad se utiliza de manera eficiente; la mayor parte de la electricidad que consumimos se utiliza para hacer el trabajo real, como iluminar o producir bienes. Un factor de potencia lejano a 1 indica que parte de la electricidad se desperdicia en el camino, similar a tener fugas en una tubería; esa energía desperdiciada no contribuye a hacer funcionar nuestras cosas. El factor de potencia mide la eficiencia de esa tubería.
¿Por qué es importante mantener un factor de potencia cercano a 1? Existen varias razones.
La primera, y posiblemente la más obvia, es que al reducir las pérdidas de energía el sector industrial contribuye a mantener un sistema eléctrico eficiente y sostenible. Un factor de potencia lejano a 1 se convierte en una especie de contaminante que permea a la RNT y, en consecuencia, se convierte en un problema público al que hay que destinar recursos para solucionar.
La segunda es el beneficio económico que conlleva. Por un lado, mantener un factor de potencia cercano a 1 puede ayudar a reducir los costos eléctricos: al usar la electricidad de manera más eficiente, se paga solo por la energía que realmente necesitamos. Por otro lado, la CFE penaliza a los usuarios que tienen un factor de potencia bajo, ya que esto puede requerir más esfuerzo y recursos para garantizar un suministro eléctrico a todos los usuarios. Para 2024, los servicios con un consumo mayor o igual a 1 MW deben cumplir con un factor de potencia de al menos 0.95 para evitar recargos. 2
Mantener un factor de potencia cercano a 1 es como asegurarse de que la mayor parte del agua que pagamos realmente llegue a nuestras necesidades, sin fugas innecesarias. Esto no solo es bueno para el medio ambiente, sino que también se traduce en ahorros económicos, ya que utilizamos la electricidad de manera más inteligente y eficiente. Las estrategias para corregir el factor de potencia pueden ser implementar soluciones como bancos de capacitores o filtros activos, según sea lo indicado para cada centro de carga, pero eso ya será tema de otra entrega.
* Katia Guzmán Martínez es gerenta general Fonkel Mexicana, una pequeña empresa dedicada a distribuir soluciones en medición, control y protección eléctrica.
1 En este texto por motivos de extensión me concentraré únicamente en la distribución y el consumo a gran escala.
2 Acuerdo número A/073/2023, Párrafo 5.5.4; RES/550/2021 Manual Regulatorio de Requerimiento técnicos para la conexión de Centros de Carga al Sistema Eléctrico Nacional.
Sofía recibe atención médica para su grave síndrome en California gracias al “parole” con el que su familia ingresó al país desde México en julio de 2023.
El gobierno de Estados Unidos le garantizó a una niña mexicana de 4 años un año más de permiso humanitario para permanecer en el país y así poder seguir con el tratamiento del que depende su vida.
Así se lo confirmó a la BBC este martes su abogada, Gina Amato, del proyecto Derechos de los Inmigrantes de la organización Public Counsel.
En abril la familia de la menor -identificada con el seudónimo de Sofía- fue notificada de la revocación del también llamado parole con el que había ingresado a Estados Unidos en julio de 2023 y gracias a cual recibía atención médica para su grave síndrome.
“En 2023 recibimos un permiso humanitario que hasta ahora le ha salvado la vida”, contó la madre de la niña, Deysi Vargas, en una rueda de prensa ofrecida el miércoles en Los Ángeles, California, y que puso el caso bajo los focos.
“En las cartas que hemos recibido desde entonces nos dicen que corremos el riesgo de ser deportados y que lo mejor para nosotros es irnos”, dijo.
La abogada Amato informó entonces que habían vuelto a solicitar el permiso humanitario, algo que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) le confirmó a BBC Mundo, añadiendo que la petición estaba bajo evaluación.
Sofía nació prematura en Playa del Carmen, en las costas del Caribe mexicano, a donde su madre, originaria de Oaxaca, y su padre, natural de Colombia, se habían mudado por trabajo.
Según le contó Vargas a Los Angeles Times, uno de los primeros medios en hacerse eco del caso, la niña pronto mostró complicaciones de salud y tuvo que ser sometida a seis cirugías para aliviar su bloqueo intestinal.
Aquello desembocó en un síndrome del intestino corto, una afección grave por la cual el cuerpo no absorbe los nutrientes que necesita.
Cuando Sofía tenía siete meses, un médico le recomendó a la familia mudarse a Ciudad de México, donde encontrarían la mejor atención médica del país para su condición.
Allí, permaneció prácticamente confinada en el hospital, sobreviviendo pero sin mostrar avances. Para cuando cumplió dos años, “mi hija no crecía ni mejoraba”, relató Vargas en español, durante la cita ante los medios.
Fue en ese tiempo que la madre supo que en otros países pacientes como su hija llevaban una vida normal y que uno de ellos era Estados Unidos.
También averiguó que había una forma de migrar legal— un programa impulsado por el gobierno entonces encabezado por Joe Biden—, y que implicaba pedir cita a través de la aplicación telefónica CBP One y presentarse en un cruce fronterizo determinado el día indicado.
La cita se la otorgaron para el 31 de julio de 2023. Y ese día ingresaron a territorio estadounidense desde el puerto de entrada Tijuana-San Ysidro, donde solicitaron el permiso humanitario.
Más conocido con parole, se otorga de manera discrecional a extranjeros que, pese a no cumplir los requisitos para obtener una visa, soliciten ser admitidos en Estados Unidos de forma transitoria por “razones humanitarias urgentes o por un beneficio público significativo”.
El mecanismo migratorio no abre la puerta a la ciudadanía pero permite vivir y trabajar durante dos años en Estados Unidos, y fue uno de los recursos usados por la administración Biden para aliviar la presión en la frontera con México. Con él ingresaron al país legalmente unas 532 mil personas, entre ellos los Vargas.
Siendo ya beneficiarios de este permiso, Sofía fue hospitalizada primero en un centro de salud de San Diego, donde el tratamiento inicial implicó estar conectada las 24 horas del día a un sistema de alimentación.
Una vez fortalecida, sus médicos la refirieron al Hospital Infantil de Los Ángeles, donde le asignaron el tratamiento que hoy puede seguir en su casa situada a 160 kilómetros al norte de la ciudad, en Bakersfield.
Ahora la niña pasa 14 horas cada noche conectada a un sistema intravenoso, y cuatro veces al día, durante una hora, su madre le administra una solución con otros nutrientes a través de una sonda conectada a su estómago.
Sofía carga el líquido de aspecto lechoso en una mochila allá donde va, y cuando acude a su clase de preescolar es la enfermera de la escuela quien se lo suministra.
“Con la ayuda que ha recibido en EU, mi hija tiene la oportunidad de salir del hospital, conocer el mundo y vivir como una niña de su edad”, dijo Vargas en la rueda de prensa.
Desde que el republicado Donald Trump llegó a la Casa Blanca, habiendo prometido llevar a cabo “la mayor deportación de la historia de EU”, las detenciones de indocumentados se han multiplicado y se registran incluso cuando estos acuden a citas en los tribunales que son parte de su proceso de regularización.
Asimismo, la administración ha despojado a miles de las protecciones humanitarias con las que ingresaron a EU bajo varios programas de la era Biden.
En esa línea, la Corte Suprema de Estados Unidos le dio luz verde el viernes al gobierno para revocar este estatus legal que protegía a inmigrantes provenientes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.
Son miles los que, como los Vargas, recibieron ya avisos del gobierno federal en los que se les informa que ya no cuentan con estatus legal y se les insta a abandonar el país por sus propios medios antes de ser perseguidos y deportados.
Y la app que la familia de Sofía usó para ingresar al país se ha convertido en CBP Home, un sistema para ayudar a los inmigrantes a “autodeportarse”. Si no lo hacen, “el gobierno federal los encontrará”, avisa.
“Accedieron a EU por un período limitado (…) y DHS está ejerciendo ahora su discreción para terminar su parole”, rezaba la notificación que recibió la familia de Sofía y a la que BBC Mundo tuvo acceso.
“Si no sale de los Estados Unidos de inmediato, estará sujeto a posibles acciones de orden público que resultarán en su deportación de EU, a menos que haya obtenido de otra manera una base legal para permanecer aquí. Cualquier beneficio que reciba en los Estados Unidos relacionado con su libertad condicional, como la autorización para trabajar, también se terminará. Estará sujeto a posibles acciones penales, multas civiles y sanciones, y cualquier otra opción legal disponible para el gobierno federal”, decía la carta fechada el 11 de abril.
Tal como se les adviritió, al poco de recibir la notificación sobre la revocación del permiso humanitario, los Vargas también se quedaron sin autorización para trabajar.
La desesperación los llevó a contactar a la firma legal sin ánimo de lucro Public Counsel y su proyecto de Derechos de los Inmigrantes, y a través de ellos han solicitado la continuación de su permiso humanitario por la condición médica de la niña.
“Deportar a esta familia en estas condiciones no solo es ilegal, sino que constituye un fracaso moral que viola los principios básicos de humanidad y decencia”, subrayó la abogada Gina Amato.
El Hospital Infantil de Los Ángeles, que sigue asistiendo a Sofía de forma regular, rechazó la petición de BBC Mundo para hacer comentarios sobre el caso.
Sin embargo, en una carta solicitada por la familia y a la que tuvo acceso el LA Times, el médico que ve a la niña cada seis semanas, John Arsenault, escribió que “los pacientes que reciben Nutrición Parenteral Total en casa no se les permite salir del país porque la infraestructura para proporcionarlo o hacer una intervención inmediata si hay un problema con el acceso depende de los recursos sanitarios con sede en Estados Unidos y no se transfiere a través de las fronteras”.
Y agregó que una interrupción de esa alimentación “sería letal en cuestión de días” para la niña.
El caso de Sofía ha acaparado titulares y focos en un contexto en el que los dramas migratorios se acumulan día a día.
El jueves de la semana pasada 38 congresistas demócratas firmaron una carta dirigida a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en la se urge a la administración reconsiderar el estatus de los Vargas.
“Creemos que la situación de esta familia responde claramente a la necesidad de ayuda humanitaria. Es nuestro deber proteger a los enfermos, vulnerables e indefensos”, reza la misiva.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México también se ha pronunciado al respecto, recordando que la familia de Sofía “no ha incumplido las condiciones de su estancia”.
Los abogados “están en contacto con el consulado general de México en Los Ángeles y el consulado de México en Fresno para interceder ante legisladores estatales y federales a fin de evitar la deportación”, informó el jueves la SRE.
En una declaración enviada a BBC Mundo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) asegura que “cualquier reporte que diga que la familia está en (proceso de) deportación activa es falso”.
“Esta familia solicitó un permiso humanitario al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) el 14 de mayo de 2025 y la petición aún está siendo considerada”.
Este martes les fue notificada la extensión de la autorización por un año.
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