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La estrategia de seguridad de los primeros 100 días de Sheinbaum, ¿es lo que necesitamos?

La estrategia de seguridad de los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum, ¿responde a las necesidades actuales de seguridad pública del país o es más de lo mismo?
04 de octubre, 2024
Por: Armando Vargas

Desde hace unos días circula un documento con la estrategia de seguridad de los primeros 100 días de la presidenta Claudia Sheinbaum. Aparentemente lo preparó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Aunque no es extenso, el documento puntualiza objetivos y estrategias. La pregunta es: ¿responde a las necesidades actuales de seguridad pública del país? ¿Tenemos novedades o es más de lo mismo? Aquí un breve balance a partir de los problemas y las estrategias presentes y ausentes.

Un paso adelante en la definición de problemas

Buenas noticias en la definición y tratamiento de los problemas. A diferencia de López Obrador, Sheinbaum reconoce que en México existen problemas muy serios de inseguridad pública vinculados al crimen organizado. Eso ya es un paso adelante. En dicho marco, aquí destaco tres cosas: la ampliación del abanico de problemas prioritarios, el tratamiento regional de los mismos y la adopción de un enfoque político.

En sus primeros 100 días, Claudia Sheinbaum buscará reducir el homicidio doloso y el cobro de piso y la extorsión. La atención al homicidio doloso no sorprende, siempre ha estado dentro de la agenda de gobierno y se trata de la expresión más extrema de la violencia interpersonal. Además, dentro del abanico de indicadores tradicionales es el más sólido para monitorear el estado en el que se encuentra la seguridad pública. Lo que sí destaca es la inclusión del cobro de piso como un asunto prioritario. Es uno de los problemas que más se han extendido a lo largo del país y da cuenta del grado de control territorial del crimen organizado.

Se adopta un necesario enfoque regional

En el sexenio pasado se vendió la narrativa de que México se encuentra en un proceso de pacificación sostenida a partir de la reducción de los homicidios dolosos a nivel nacional. En cambio, el documento de los primeros 100 días ya reconoce que existen estados y municipios azotados por la violencia del crimen organizado, incluyendo bastiones morenistas, como Colima o Acapulco.

Finalmente, se observa un acercamiento importante en la adopción de un entendimiento sociopolítico del crimen organizado. Las políticas de neutralización de líderes criminales (distintiva de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) o de desmantelamiento tradicional de capacidades operativas (característica de AMLO), parten del supuesto de que los grupos criminales son entes separados del Estado y otras organizaciones sociales y económicas, cuando en realidad están interrelacionados. El plan de seguridad de la presidenta reconoce lo anterior al señalar que los grupos criminales cuentan con redes de protección institucional y redes de corrupción, y que desactivarlas es importante si se aspira a construir un proceso de pacificación sostenida.

En conclusión, la nueva administración marca un claro paso adelante en la definición de los problemas al ampliar las prioridades y reconocer su carácter sociopolítico.

Estrategias con expectativas moderadas

El plan busca disminuir en alguna medida la incidencia de homicidios dolosos y los delitos de alto impacto. Para esto, propone acertadamente —a nivel técnico— un enfoque reductivo: intervenir sobre problemas y territorios de atención prioritaria. En principio, Chiapas y Michoacán. Las estrategias son las apropiadas para lograr resultados en el corto plazo: desactivar generadores de violencia a través de la inteligencia a cargo de la SSPC operada por Omar García Harfuch y el despliegue de las fuerzas de seguridad con mayores recursos: las Fuerzas Armadas. Sin embargo, aquí aparecen dos reservas importantes sobre el plan.

Primero, las políticas de seguridad pública no ocurren en el vacío; hay un contexto político que las determina. Habrá que ver cuánto tiempo demoran en conformarse y después en funcionar los aparatos civiles de inteligencia del Estado. Por otra parte —y esto será clave—, habrá que ver si los militares, más empoderados que nunca a nivel político y económico, responden al liderazgo de los civiles que proponen la misma estrategia.

Mi lectura inicial es que los militares no tienen incentivos para ceder al poder civil pues cuentan con sus propios aparatos de inteligencia y con sus propios objetivos políticos. Aquí el reto de la presidenta y su secretario de seguridad no es técnico, sino político. ¿Cómo harán para sumarlos a su proyecto de seguridad? ¿Qué cederán para lograrlo? Este es un terreno peligroso, pues hoy los militares lo tienen todo para condicionar su participación a cambio de mayor injerencia política.

¿Y después de los 100 días, qué?

La segunda reserva a las estrategias tiene que ver con la sostenibilidad de los resultados. Las políticas planteadas claramente buscan la reducción de problemas en el corto plazo a través de intervenciones puntuales. Pero tal como están enunciadas, no avizoran cambios profundos en la dinámica del Estado de derecho.

En efecto, se plantea el fortalecimiento organizacional del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el establecimiento de objetivos y programas prioritarios para el desarrollo de las instituciones de seguridad, incluyendo a las policías y las fiscalías. Sin embargo, no se plantea el fortalecimiento de los gobiernos municipales en su conjunto, ni la participación de las organizaciones de la sociedad civil o los empresarios. De acuerdo con la evidencia, su intervención es clave en la definición, implementación y evaluación de políticas para echar a andar procesos de pacificación sostenida… El sexenio inicia y aún es posible subsanar esta omisión, pero hay que actuar desde ahora.

El reto: la articulación entre civiles y militares

En suma, el plan de seguridad de los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum está más cerca, al menos a nivel discursivo, de atender las necesidades del país de lo que lo estuvo la política sexenal de López Obrador, quien adoptó una política de atención de problemas a partir de su negación.

Técnicamente el plan cumple, aunque tiene debilidades que pueden y deben subsanarse apuntando al largo plazo. Sin embargo, la propia concepción de la estrategia plantea un reto político mayúsculo: la articulación entre civiles y militares en un contexto en donde dicha relación está desbalanceada, cuando no rota. Si eso no se supera, cualquier diseño de política pública, por más impecable que sea, resultará irrelevante.

* Armando Vargas (@BaVargash) es doctor en Ciencia Política, profesor universitario en la UNAM y coordinador del Programa de Seguridad Pública de México Evalúa (@mexevalua).

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Imagen BBC
¿Qué ocurre en tu mente cuando experimentas emociones opuestas simultáneamente?
7 minutos de lectura

¿Pueden las personas realmente sentirse positivas y negativas a la vez? o ¿simplemente cambiamos rápidamente de una emoción a la otra?

27 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

Hace poco (al comienzo de este curso académico), innumerables padres por todo Estados Unidos llevaron a sus hijos a la universidad por primera vez.

Esa transición puede provocar un revuelo de emociones: la pena de la separación, la tristeza por el cambio permanente en la dinámica familiar o la incertidumbre por lo que vendrá. Pero también el orgullo de ver a tus hijos empezar a independizarse. Algunos podrán describir ese adiós como agridulce, y dicen que sienten emociones encontradas.

En ese escenario, ¿qué harías si te preguntan como calificas lo que sentiste en una escala de 1-9, siendo 1 lo más negativo y 9 lo más positivo? La pregunta parece absurda dadas las circunstancias; ¿cómo calificarías esta mezcla de malo y bueno?

Sin embargo, esta escala es lo que los investigadores en psicología suelen usar para sondear los sentimientos en estudios científicos, tratando las emociones como positivas o negativas, pero nunca ambas cosas a la vez.

Soy un neurocientífico que estudia como las emociones encontradas son representadas en el cerebro. ¿Pueden las personas realmente sentirse positivas y negativas a la vez? O ¿simplemente cambiamos rápidamente de una a la otra?

El efecto de las emociones

Los científicos algunas veces definen las emociones como estados del cerebro y el cuerpo que te motivan a acercarte o alejarte de cosas. Las personas típicamente las experimentan como positivas o negativas.

Si te adentras en un bosque y ves un oso, tu ritmo cardíaco y respiración se aceleran, provocando el ansia de huir, posiblemente ayudándote a tomar una decisión que te mantenga con vida. Muchos científicos catalogarían esa reacción como la emoción de “miedo”.

Igualmente, las sensaciones de calidez en torno a quienes amamos te hacen querer estar cerca de ellos y nutrir esas relaciones, fomentando el fortalecimiento de tu red social y sistema de apoyo.

Ese punto de vista de acercamiento-evasión de las emociones ayuda a explicar por qué las emociones evolucionaron y cómo afectan la toma de decisiones. Los científicos lo han utilizado como un principio rector cuando intentan descifrar la biología detrás de las emociones.

Pero las emociones encontradas no se acomodan dentro de este marco. Si los sistemas biológicos opuestos se inhiben mutuamente, y si las emociones son biológicas, no puedes tener experiencias opuestas al mismo tiempo.

Este razonamiento significaría que es imposible tener dos emociones opuestas a la vez; en lugar de eso deberías estar saltando entre una y otra. Desde que los científicos propusieron las primeras teorías de las bases biológicas de la emoción, así es como han conceptualizado las emociones encontradas.

Una madre se despide de su hija en el primer día de universidad

Getty Images

El orgullo, amor y tristeza que se mezclan cuando los padres llevan a sus hijos por primera vez a la universidad es una muestra clásica de sentimientos encontrados.

Desenredando la biología de las emociones encontradas

Los métodos tradicionales para medir las sensaciones todavía tratan lo positivo y lo negativo como lados opuestos del espectro. Pero los investigadores encuentran que los participantes de los estudios suelen reportar emociones encontradas.

Por ejemplo, las personas de variadas culturas experimentan algunas sensaciones, como nostalgia y asombro, como positivas y negativas simultáneamente.

Un grupo investigativo encontró que las respuestas psicológicas de los voluntarios -como el ritmo cardíaco y la conductividad de la piel- despliegan patrones singulares durante experiencias que son tanto desagradables como cómicas, en comparación a cada categoría por separada. Eso implica que las reacciones de desagrado y humor están en efecto ocurriendo simultáneamente para crear algo nuevo.

En lo que parece ser un descubrimiento contradictorio, una investigación que usó imagen por resonancia magnética funcional o IRMF, para estudiar las respuestas cerebrales al humor desagradable no encontraron un patrón de actividad cerebral que fuera distinto al desagrado común. Los estados cerebrales de las personas que reportaban sentirse tanto desagradadas como divertidas parecían reflejar únicamente desagrado y no un patrón singular de una nueva emoción encontrada.

Una doble imagen de una mujer seria y sonriente
Getty Images
Se han encontrado patrones singulares durante experiencias que son tanto desagradables como cómicas.

Pero los estudios con IRMF generalmente se basan en el promedio de la actividad cerebral dentro de un grupo variado de personas y a lo largo del tiempo. El meollo del asunto -experimentar verdaderas emociones encontradas versus fluctuar entre estados positivos y negativos– involucra lo que el cerebro hace a lo largo del tiempo.

Es posible que al observar el promedio de actividad cerebral a lo largo del tiempo, los científicos terminen con un patrón que se parezca mucho a una emoción -en este caso, desagrado- pero que pasen por alto información importante de cómo la actividad cambia o permanece igual de segundo a segundo.

Emociones encontradas en el cerebro

Para ahondar en esa posibilidad, realicé un estudio para ver si las emociones encontradas estaban relacionadas con un estado cerebral singular que se mantenía parejo a lo largo del tiempo.

Mientras estaban en la máquina de IRMF, los participantes vieron un agridulce cortometraje animado sobre la aspiración de toda una vida de una joven niña que, con el apoyo de su padre, quería ser astronauta. Revelación: el padre muere.

Después del escaner, esos mismos voluntarios volvieron a ver el video y marcaron los momentos exactos en los que tuvieron sentimientos positivos, negativos o emociones encontradas.

Un gráfico que resalta el córtex del cíngulo anterior
Getty Images
El córtex del cíngulo anterior (resaltado en el gráfico) tiene un papel crucial en el procesamiento del conflicto y la incertidumbre, y mostró una actividad singular con una mezcla de emociones.

Mis colegas y yo descubrimos que las emociones encontradas no mostraban patrones singulares, consistentes en las áreas profundas del cerebro como el cuerpo amigdalino, que juega un papel importante en las respuestas rápidas a asuntos emocionalmente importantes.

Curiosamente, la corteza insular, la parte del cerebro que conecta las regiones más profundas del cerebro con la corteza, mostró patrones singulares y consistentes para ambas emociones, positiva y negativa, pero no para las mixtas. Interpretamos ese resultado como que las regiones como el cuerpo amigdalino y la corteza insular estaban procesando las emociones positiva y negativa como mutuamente exclusivas.

Pero sí vimos patrones singulares y consistentes en regiones corticales como el córtex del cíngulo anterior, que tiene un papel crucial en el procesamiento de conflicto e incertidumbre, y en la corteza prefrontal ventromedial, que es importante para el autocontrol y el pensamiento complejo.

Estas regiones cerebrales de la corteza que se encargan de las funciones más avanzadas parecen representar estados mucho más complejos, permitiendo que algunos realmente sientan emociones encontradas. Las regiones cerebrales como el córtex del cíngulo anterior y la corteza prefrontal ventromedial integran muchas fuentes de información, esenciales para la formación de emociones encontradas.

Nuestros descubrimientos también cuadran con lo que los científicos conocen sobre el cerebro y el desarrollo emocional. Interesantemente, los niños no empiezan a entender o reportar las emociones encontradas hasta más tarde. Ese cronograma coincide con lo que los investigadores conocen sobre cómo el desarrollo de esas regiones cerebrales llevan a un control y entendimiento emocional más avanzado.

Una madre consuela a su hija triste
Getty Images
Los niños no empiezan a reportar sentimientos encontrados hasta más tarde.

¿Qué pasa ahora?

Este estudio reveló algo nuevo sobre cómo los sentimientos complejos se forman en el cerebro, pero hay mucho más por aprender.

Las emociones encontradas son tan interesantes, en parte, por su papel potencial durante los eventos importantes de la vida. Algunas veces, las emociones encontradas pueden ayudarte a lidiar con grandes cambios y convertirlos en recuerdos preciados. Por ejemplo, podrías percibir sensaciones positivas y negativas cuando tus amigos te dan una gran fiesta de despedida porque te vas a otra ciudad para iniciar el trabajo de tus sueños.

En otras ocasiones, las emociones encontradas son una constante fuente de angustia. Aún cuando sepas que deberías romper con una pareja amorosa, eso no significa que todos los sentimientos positivos que tienes de ella automáticamente desaparecen, o que la ruptura no te traerá algo de dolor.

¿Qué es lo que lleva a estos resultados diferentes? ¿Podrá ser que estas diferencias tienen que ver con cómo el cerebro representa estas emociones encontradas a lo largo del tiempo?

Entender mejor las emociones encontradas podría ayudar a las personas a garantizar que este tipo de sentimientos fuertes se convierten en recuerdos preciados que les ayudarán a crecer, en lugar de no poder superar un angustiante adiós.

*Anthony Gianni Vaccaro es investigador asociado de posdoctorado en Psicología de la Escuela Dornsife de Letras, Artes y Ciencias en Universidad del Sur de California. Su artículo original fue publicado en The Conversation, cuya versión en inglés puedes leer aquí.

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BBC

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