Sin más argumento que su lealtad al proyecto político electoral que detenta la mayoría, ha sido reelecta para otro período quinquenal la actual titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Aunque la Presidenta de la República y el partido en el poder han argumentado con razón y contundencia contra la reelección, tratándose de cargos de elección popular, esos mismos argumentos no se extendieron a un órgano crucial para la tutela de los derechos humanos que también se beneficiaría con ello.
Las razones para optar por una renovación estaban a la vista y no fueron consideradas, pese a que se plantearon de forma objetiva y respetuosa en el Parlamento Abierto que se convocó. Aun cuando se demostró que la actual CNDH no investigó a profundidad las quejas sobre eventos recientes; que protegió en sus recomendaciones a las Fuerzas Armadas; que omitió interponer acciones de inconstitucionalidad ante leyes regresivas de la anterior administración, y que fustigó con sus comunicados a sus críticos, se impuso la definición política de avalar la reelección.
De poco sirvió la elaboración, durante el proceso, de indicadores objetivos que perfilaban como mejores opciones otras candidaturas; personas que, por cierto, comparecieron dignamente ante la opinión pública para denunciar lo que estaba ocurriendo. Tampoco se consideró que trascendieron a la opinión pública las quejas por el clima laboral interno; la documentación de recomendaciones irregulares que incluyeron reparaciones millonarias inéditas; el incremento en la institución del personal de extracción partidista denunciado aquí mismo; o la presentación de documentación falsa dentro del proceso de reelección. La “línea” se impuso y se acató con dogmatismo.
El impacto de esta decisión en el Sistema Ombudsperson es nocivo. Otros cinco años de partidización grosera e ineficacia generalizada redundarán en que las miles de víctimas del país no cuenten con una institución de derechos humanos en la que puedan confiar pues ésta seguirá entregada al proyecto político electoral en boga; la CNDH seguirá tomando “partido por el pueblo y por la transformación pues es tiempo de definiciones”, como se llegó a manifestar en un comunicado tan oprobioso como transparente. Es de anticipar, además, que este lamentable ejemplo cundirá, como ya ha ocurrido, entre las comisiones estatales, que profundizarán su histórica falta de autonomía.
Pero más allá de la agenda de derechos humanos, la decisión de defender hasta la ignominia una gestión partidizada e ineficaz envía un mensaje más amplio y preocupante. Muestra cuál es el nivel de prioridad que el nuevo sexenio asignará a los derechos humanos y a la rendición de cuentas. Más aún, deja un pésimo antecedente sobre lo que podrían ser otros procesos por venir, pues muestra cómo lo más probable es que toda consideración técnica se supedite a las valoraciones políticas y a la lealtad al proyecto, incluso en casos notoriamente insostenibles. Si lo que viene en los Comités de Selección que funcionarán como filtro para la elección judicial es igual a lo que prevaleció en la reelección de la titular de CNDH, como lo sugiere su ya anunciada conformación, la colonización partidista de las instancias de contrapeso y control será masiva, inevitable e irreversible en el corto plazo.
Políticamente, no era tan costoso ni tan difícil renovar el liderazgo de la CNDH. Que no haya ocurrido evidencia que la hegemonía política que se está construyendo en efecto busca proactivamente socavar toda instancia de control y contrapeso aduciendo su carácter innecesario dada la pretendida altura moral de la que presume la propia coalición. La historia muestra que ese camino inevitablemente acaba mal. Cuando no hay controles, hay abusos y ese es el México que parece estar por venir.
La pérdida de la CNDH adquiere mayor gravedad dado que estamos próximos a perder otras instancias de contrapeso como el Poder Judicial o el INAI. El acatamiento acrítico y precipitado del destructivo “Plan C”, con formas desmesuradas y soberbias, no augura nada bueno para el país. En un contexto de erosión constitucional, será indispensable que las y los actores comprometidos con los derechos humanos y el Estado de Derecho apuntalen la resiliencia democrática.
Los saludos de los principales líderes de mundo empezaron a llegar tras el discurso de Donald Trump en el que se declaró ganador de las elecciones en Estados Unidos.
Donald Trump ganó las elecciones de Estados Unidos y regresará a la Casa Blanca como el 47º presidente del país.
El expresidente logró imponerse en estados clave como Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte que lo acercaron a la victoria.
Por su parte, su rival, la candidata demócrata Kamala Harris, ha mantenido silencio. Su campaña anunció que hablará este miércoles.
Antes de que se confirmara su victoria, el candidato republicano se declaró ganador ante un auditorio repleto de seguidores en Palm Beach, Florida.
En su discurso, Trump definió los que hasta entonces eran recuentos parciales como “una magnífica victoria para el pueblo estadounidense que nos permitirá hacer de nuevo grande a Estados Unidos”.
También provocó una serie de saludos y celebraciones por parte de los distintos líderes del mundo.
Desde Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu felicitó a Trump y a su mujer, Melania Trump, por lo que definió como el “mayor regreso de la historia”.
“Su histórico regreso a la Casa Blanca ofrece un nuevo comienzo para Estados Unidos y una poderosa renovación del compromiso con la gran alianza entre Israel y EE.UU.”, anunció Netanyahu sobre un resultado que definió como una “gran victoria”.
Por otra parte, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, publicó un extenso mensaje en sus redes sociales donde calificó el resultado provisorio como una “¡impresionante victoria electoral!”.
“Esperamos una era de unos Estados Unidos de América fuertes bajo el liderazgo decisivo del presidente Trump”, escribió el mandatario ucraniano.
El primer ministro británico, Keir Starmer, también se unió a las felicitaciones para Donald Trump por lo que llamó una “histórica victoria electoral”.
“Espero trabajar con usted en los próximos años”, dijo, y agregó: “Como los aliados más cercanos, nos mantenemos unidos en defensa de nuestros valores compartidos de libertad, democracia y espíritu emprendedor”.
“Desde el crecimiento y la seguridad hasta la innovación y la tecnología, sé que la relación especial entre Reino Unido y Estados Unidos seguirá prosperando a ambos lados del Atlántico durante los próximos años”.
El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, también declaró su su intención de trabajar con Donald Trump en lo que dijo sería “una sólida alianza” bilateral y transatlántica.
“Felicitaciones Donald Trump por su victoria y su elección como 47.º presidente de los EEUU. Trabajaremos en nuestras relaciones bilaterales estratégicas y en una sólida alianza transatlántica”, publicó Sánchez en X.
También el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se sumó a las felicitaciones en las primeras horas del miércoles.
“Listos para trabajar juntos como hicimos durante cuatro años. Con tus creencias y con las mías. Con respeto y ambición. Por más paz y prosperidad”, escribió.
Asimismo, en Italia, la primera ministra Giorgia Meloni, indicó que un triunfo de Trump reforzará los lazos entre ambos países.
En una publicación en X, Meloni, ofreció sus “más sinceras felicitaciones”.
Dijo que Italia y Estados Unidos tenían una “alianza inquebrantable” y agregó: ”Es un vínculo estratégico, que estoy segura de que ahora reforzaremos aún más”, afirmó.
Varios líderes latinoamericanos también enviaron mensajes de felicitaciones para Trump.
El presidente de Argentina, Javier Milei, escribió en X: “Felicitaciones por su formidable victoria electoral”. Y agregó:
“Ahora, Que Estados Unidos Vuelva a ser Grande Otra Vez» . Usted sabe que puede contar con Argentina para llevar adelante su tarea”.
“Éxito y bendiciones”, declaró Milei.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue otro líder político latinoamericano que envió un saludo público al republicano.
“Gracias, Dios mío. Felicitaciones, Trump”, expresó Bolsonaro primero con un breve mensaje que después profundizó con mayor extensión.
“Hoy somos testigos del resurgimiento de un verdadero guerrero. Un hombre que, incluso después de enfrentar un brutal proceso electoral en 2020 y una persecución judicial injustificable, ha vuelto a levantarse como pocos en la historia lo han logrado”, escribió Bolsonaro en un segundo mensaje.
El expresidente de Brasil, quien perdió en su intento de reelección en 2022, definió a Trump como su “amigo” y dijo que este triunfo es “un hito que reaviva la llama de la libertad” y que su impacto “resonará en todo el mundo, alimentando el ascenso de la derecha y de los movimientos conservadores en innumerables otros países”.
De manera más breve, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, celebró la victoria del líder republicano.
“Felicitaciones al presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald. Que Dios te bendiga y te guíe”, felicitó el presidente del país centroamericano.
China, que durante el primer mandato de Trump mantuvo una relación de rivalidad en asuntos de comercio, tecnología y seguridad con Washington, ahora parece estar manteniendo una postura cautelosa.
Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, no mencionó a Trump directamente, pero reafirmó el interés de Beijing de mantener una “coexistencia pacífica” con Estados Unidos.
“Seguiremos enfocando y gestionando las relaciones entre China y Estados Unidos basándonos en los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa para todos”, dijo el miércoles la portavoz después de que Donald Trump se proclamara vencedor de las elecciones presidenciales estadounidenses.
Y también hubo un mensaje de feliticación desde la OTAN, la organización con quien Trump mantuvo una relación turbulenta en su primer mandato.
El secretario general, Mark Rutte, resaltó que el regreso de Trump a la Casa Blanca ayudará a la Alianza a mantenerse fuerte.
“Su liderazgo volverá a ser un elemento clave para mantener fuerte nuestra Alianza. Estoy deseando trabajar con él para hacer avanzar la paz”, declaró Rutte en un comunicado.
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