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XV Foro de Derechos Humanos del SUJ: espacio de incidencia y de tejer esperanza
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La lucha cotidiana de los derechos humanos
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) es una organización civil... Continuar Leyendo
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XV Foro de Derechos Humanos del SUJ: espacio de incidencia y de tejer esperanza
La XV edición del Foro del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) continúa la tradición iniciada desde 1994: ser un espacio académico de encuentro, de reflexión, de denuncia e incidencia.
09 de noviembre, 2023
Por: La lucha cotidiana de los derechos humanos
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El espacio, organizado por los programas e instancias de derechos humanos de estas obras educativas, ha sido un ámbito relevante de articulación entre la academia, la sociedad civil y las personas que luchan por sus derechos, marcado con el sello de la educación jesuita, que en su mejor versión aspira a hacer realidad el propósito de Ignacio Ellacuría SJ, rector mártir de El Salvador, quien alguna vez escribió: “La universidad debe encarnarse entre los pobres para ser ciencia de los que no tienen ciencia, la voz ilustrada de los que no tienen voz, el respaldo intelectual de los que en su realidad misma tienen la verdad y la razón, pero no cuentan con las razones académicas que justifiquen y legitimen su verdad y su razón”.

En esta ocasión, el Foro se realizó en el Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, proyecto de educación superior enclavado en la zona oriente del Estado de México. En esa casa de estudios, durante dos intensas jornadas las y los asistentes escucharon reflexiones, testimonios, propuestas y denuncias surgidas de la realidad de los derechos humanos en el país.

Particularmente, se reflexionó intensamente sobre la primera década del Sistema Nacional de Atención a Víctimas (SNAV), creado por la entrada en vigor de la Ley General de Víctimas (LGV), con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) como uno de sus puntales. Como es sabido, esa Ley y ese Sistema fueron arrancados por las víctimas al Estado, tras la digna irrupción del Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, con la esperanza de que las instituciones estatales comenzaran a hacerse cargo de los inmensos impactos que estaba dejando la llamada “Guerra contra el Narcotráfico” en las personas y las familias.

Lamentablemente, como quedó de relieve en el XV Foro SUJ, a diez años de esto, es claro que las promesas de la LGV quedaron truncas e inconclusas. El presidente Felipe Calderón Hinojosa intentó, en su momento, vetar la Ley y nunca impulsó el SNAV. Después, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, la CEAV se caracterizó por sus múltiples problemas internos y el SNAV prácticamente no sesionó. Posteriormente, en el actual sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el sistema no se reunió en una sola ocasión en presencia del primer mandatario; la CEAV languideció sin titular por largos períodos y, en una regresiva reforma sobre la que pronto se pronunciará la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se eliminó el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FAARI) en la reforma mediante la cual se eliminaron los fideicomisos federales —salvo los del Ejército, por cierto— con el señalamiento genérico e infundado de que todos estos instrumentos eran fuente de corrupción.

En suma, ninguno de los últimos tres gobiernos ha logrado articular, sumando a todas las entidades federativas, una verdadera Política de Estado de Atención Victimal, como quedó de relieve en el Foro, a partir de análisis académicos, a partir de la perspectiva que compartimos organizaciones de la sociedad civil y, sobre todo, a partir de los propios testimonios de las víctimas que asistieron. Pero, como es propio de la identidad de las obras jesuitas, este triste diagnóstico no desembocó en una perspectiva de inmovilidad o de aceptación del fracaso, sino que en estas mismas jornadas se plantearon propuestas y alternativas para el cambio.

En el marco de esta edición del Foro, además, se entregó el Premio Tata Vasco -otorgado en cada edición por el SUJ- al Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, de Chilapa, Guerrero, que en ese municipio de la Montaña baja guerrerense realiza una encomiable labor de defensa de las personas y comunidades más desprotegidas, fundamental para visibilizar la tragedia de las personas desplazadas en la entidad.

En suma, la XV edición del Foro SUJ continúa la tradición iniciada desde 1994: de ser un espacio académico de encuentro, de reflexión, de denuncia e incidencia. La sostenida existencia del Foro a lo largo de ya casi tres décadas es muestra del compromiso con los derechos humanos de las universidades jesuitas. Un compromiso en sí mismo valioso, como es evidente cuando se le contrasta con otras iniciativas universitarias que abordan los derechos humanos en México que, o bien son intermitentes, no dan cabida a voces de denuncia u optan por un perfil más bajo.

En un país en el que de un sexenio a otro pueden ser sofocadas instancias académicas de excelencia que investigan y promueven los derechos humanos, como tristemente lo hemos constatado en este sexenio con las agresiones contra el CIDE, la persistencia de los programas universitarios sobre derechos humanos de las instituciones jesuitas, por ya casi tres décadas, es una encomiable muestra de resiliencia.

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“No sabo kids”, la burla a los latinos en Estados Unidos por no dominar el español
7 minutos de lectura
“No sabo kids”, la burla a los latinos en Estados Unidos por no dominar el español
La XV edición del Foro del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) continúa la tradición iniciada desde 1994: ser un espacio académico de encuentro, de reflexión, de denuncia e incidencia.
27 de noviembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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La entrevista que le intentó hacer un periodista a un niño, en medio de una jubilosa celebración de aficionados de la selección de México en Los Ángeles, en California, se hizo viral en julio pasado.

-Nene, ¿cuál es tu nombre?

-Mmm… ¿mi name?

-¿Por qué ganó México?

-Mmm… what?

“Está muy emocionado”, dijo el periodista para justificar la falta de respuesta del niño, mientras otro comentarista en la transmisión en directo de la cadena ESPN señalaba: “Es una generación que ya no habla castellano”.

El video fue compartido miles de veces en redes sociales, en las que muchos comentarios incluían un término que se escucha en EE.UU. en este tipo de situaciones: “No sabo kid”.

La expresión es usada por algunos latinos para referirse de forma despectiva a otros latinos que no hablan español. La mayoría de las veces son niños o jóvenes, hijos de migrantes de América Latina que crecieron con el inglés como idioma materno, por eso se habla de “kids” (niños).

Y este fenómeno no es esporádico.

Un estudio del Pew Research Center (PRC), institución que analiza cuestiones demográficas de EE.UU., indicó que el 40% de los latinos en el país han escuchado bromas o burlas de otros latinos por no hablar bien el español.

“Fue muy llamativo que los comentarios de muchos cuestionaran que por qué ese niño [del video] no habla español, lo que es una lástima porque los padres no le están hablando en español a ese niño”, le dice a BBC Mundo Mark Hugo López, director del departamento de Raza y Etnicidad del PRC y coautor del estudio.

Videos sobre No sabo kids en TikTok
TikTok
Muchos latinos en EE.UU. comparten sus buenas y malas experiencias con el dominio del español en plataformas como TikTok.

Y es que aunque EE.UU. sea considerado uno de los países con más hispanohablantes del mundo, el dominio del idioma varía mucho entre sus hablantes.

En la encuesta del PRC, un 75% de los consultados dijeron que podían mantener una conversación en español bien o muy bien. Pero del resto que no hablaba español, la mitad reconoció haber sido avergonzados por otros por no hablar bien el idioma.

Al mismo tiempo, 8 de cada 10 latinos entrevistados dijeron que no es necesario hablar español para ser considerado latino.

“Estos resultados muestran la importancia del español, por un lado, pero también que una persona puede ser latina en Estados Unidos sin hablar español”, dice López.

“Muchos dicen que es una lástima, porque esa persona está perdiendo su cultura, su identidad, por no hablar español. Pero para otros, no es importante hablar español en EE.UU. para ser latino”, añade.

Crecer sin hablar español

Vanessa Ávalos, una estadounidense de origen mexicano que vive en Chicago, rechaza el término “no sabo kid”, pues señala que eso pone la carga negativa en los niños en lugar de los adultos de su entorno que no les dan los conocimientos del idioma.

Es algo que ha vivido de forma muy personal.

“Mis papás no quisieron que mi hermano y yo habláramos español”, explica a BBC Mundo.

Su familia vivía en la década de 1980 en el estado de Texas, donde entonces se vivía un ambiente de discriminación hacia quienes hablaban en español. “Mis papás querían que nosotros no pasáramos malos momentos de racismo”.

Ávalos y su hermano, que hablan inglés como lengua materna, aprendieron español en las clases de secundaria y preparatoria por iniciativa e interés propio. “Luchamos por el idioma, por recuperarlo. Sabíamos que queríamos el idioma”, dice con orgullo.

Un salón de clases en EE.UU.
Getty Images

Tiempo después, Ávalos se dio cuenta que el español es importante no solo para saber más sobre su cultura, sino también porque es un factor que une a las familias latinas en EE.UU.

“Mi abuela no habla inglés. Desafortunadamente la mayoría de mis primos no hablan español. Entonces cuando estábamos en casa de ella, todos hablábamos inglés y ella se sentía como ‘Bueno, aquí estoy en mi casa y nadie me está hablando porque no hablan español’”, relata.

“No me gustó ver eso. Mis niños pueden hablar con mi suegro. A mi hija le gusta el fútbol y ellos ven los partidos juntos”.

Ese es un fenómeno arraigado en la cultura latina de EE.UU. Como los estudios del PRC muestran, la mayoría de los 40 millones de personas en el país que saben español lo hablan en casa. En especial, en aquellos hogares donde hay migrantes que nacieron fuera del país.

Y 6 de cada 10 latinos usan el Spanglish: la mezcla de español e inglés.

Enseñar español a los latinos

Ávalos dice que no quería que sus hijos tardaran en aprender español como le pasó a ella.

Su esposo también es de origen mexicano pero no habla español. “Pensé ‘Si nosotros no les hablamos nada de español a nuestros hijos, ellos lo van a perder también. En ese momento vi lo que podíamos hacer con nuestros hijos”, explica.

Otras personas de la comunidad latina en Chicago también querían que sus hijos hablaran español, por lo que puso manos a la obra y abrió este año un espacio que ofrece de manera didáctica y lúdica clases de acercamiento al idioma español para niños.

Los pequeños de 1 a 5 años aprenden español a través de canciones, conociendo las formas de cosas y hablando de situaciones básicas como el desayuno. Los de 5 a 9 años escriben, leen y hablan español a través de un método didáctico.

“Es algo divertido para los niños. Ahora mismo hacemos exploración de la música de Latinoamérica. Las mamás me han dicho que el español de sus hijos ha mejorado y me da gusto escuchar esto”, explica Ávalos.

“El currículo fue desarrollado por una maestra latina que tiene un programa para computadoras, una aplicación en la que los niños pueden practicar cuando se van a casa”, agrega. La meta es que en tres años los pequeños sean bilingües.

Niñas en Cielo y Luna Play Cafe
Vanessa Ávalos
Los niños en la escuela de Ávalos aprenden español con música o practicando el lenguaje de situaciones básicas.

A diferencia del pasado, los latinos en EE.UU. han cambiado su perspectiva sobre lo valioso que es hablar español como un complemento para su vida e incluso como una herramienta laboral.

“Personas que fueron jóvenes en los años 50 y 60, dicen que sus padres decían que era más importante hablar inglés y no español, porque tenían miedo sobre el futuro de sus hijos en el mercado laboral y en la sociedad en EE.UU.”, explica López, del PRC.

Pero ahora no. Ahora es diferente: una encuesta del PRC de 2019 indicó que la mayoría de los latinos que tienen hijos quieren que sus niños también hablen español”.

Además, el éxito de la música en español a nivel mundial ha despertado un gran interés entre los latinos por el idioma de su cultura.

Preservar el idioma

Sin embargo, el español que hablan muchos latinos en EE.UU. parece tener un mayor uso en la comunicación cotidiana en casa y en situaciones informales, más que en el ámbito profesional.

La mayoría no tiene un nivel para hablarlo en un empleo que requiera un cierto nivel de formalidad, según los estudios del PRC.

Otro fenómeno que se da en EE.UU. es la pérdida del idioma de los padres o abuelos entre las nuevas generaciones.

El español no escapa a esta tendencia: un 65% de los latinos de tercera generación o más no pueden mantener una conversación en español, muestra el estudio del PRC.

“Las escuelas en EE.UU. no tienen muchas clases de español que sean obligatorias para obtener un diploma”, señala López.

“Tenemos tres, cuatro décadas con diálogos sobre la importancia de una educación bilingüe, pero no ha habido muchos cambios. El inglés es el idioma de las escuelas”, añade.

Ante esto, los padres se convierten en un factor clave para que sus hijos conozcan el español y lo hagan suyo.

“Para mí era duro que mi raza se burlara de mí, porque no supiera el lenguaje”, dice Ávalos.

“En vez de reprochar a una persona por no hablar español, debemos ayudarlo. Si vas a burlarte, nadie querrá hablar español y lo vamos a perder. Es el deber los padres guiar a sus hijos para que conozcan su cultura”.

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BBC

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