En diciembre de 2009, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la resolución 64/134 la cual proclamó el Año Internacional de la Juventud. A partir de esta declaración, cada 12 de agosto se conmemora el día con la finalidad de hacer un llamado a diversos actores como los gobiernos, la sociedad civil, las personas y comunidades para visibilizar el papel de las juventudes, así como las problemáticas que enfrentan. 1
De acuerdo con la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) una persona joven se ubica entre los 12 a los 29 años. Sin embargo, el concepto de juventud también tiene que ver con un conjunto de características heterogéneas que definen a las personas en esta etapa. La mayoría de las veces se describe a la juventud desde una perspectiva adultocéntrica (únicamente desde el mundo adulto) y androcéntrica (únicamente desde el mundo de lo masculino), sin embargo no existe una sola forma de ser persona joven.
Para hablar de lo que significa ser joven es indispensable retomar factores como el territorio, la cultura, la historia o la identidad, ya que el mundo de las juventudes es diverso y eso impacta en la manera en que se atraviesa por esa etapa. Si analizamos el concepto de juventud desde una perspectiva interseccional es posible entender que no es lo mismo ser un hombre joven y vivir en la CDMX que ser una mujer, indígena, joven y vivir en Chiapas. Es necesario insistir que las juventudes atraviesan en lo cotidiano una multiplicidad de realidades que algunas veces puede estar invisibilizada.
En México, diversas juventudes son partícipes de labores de defensa de derechos humanos. Pero la realidad es que, históricamente, las personas defensoras han estado inmersas en contextos de violencia, criminalización y estigmatización por su labor. En el sexenio de Felipe Calderón, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contabilizó hasta 2010 61 personas defensoras y luchadoras sociales asesinadas. 2 En el sexenio de Enrique Peña Nieto fueron contabilizados 159 asesinatos de personas defensoras. Mientras tanto, en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la organización Servicios para una Educación Alternativa (EDUCA) ha contabilizado por lo menos 102 personas defensoras asesinadas.
A pesar de que diversas organizaciones de derechos humanos, instituciones y otros actores han documentado las agresiones a las personas defensoras, no existen datos y/o estadísticas sobre la participación de las juventudes en la labor de defensa y mucho menos hay datos sobre la agresiones y asesinatos de las juventudes defensoras de derechos humanos.
Ante esto, en el marco del mes de las juventudes, desde el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria construimos el mapa de juventudes defensoras de derechos humanos asesinadas desde 2005 hasta la actualidad. El objetivo de esta investigación es poder visibilizar los nombres de las juventudes, así como sus historias. Queremos que estos asesinatos dejen de ser estadísticas y puedan ser recordadas por sus luchas y por su labor de defensa de derechos humanos que hacían en este contexto de violencia que no cesa en el país.
Los principales hallazgos de la investigación son que desde 2005 hasta 2022, aproximadamente 35 personas jóvenes defensores de derechos humanos han sido asesinadas. Ninguna organización o institución gubernamental ha desglosado las agresiones a personas defensoras de derechos humanos por edad. Sin tener en cuenta la edad de las personas no es posible visibilizar que el factor de ser joven también influye en un contexto de defensa de derechos humanos.
Por otra parte, se encontró que existen patrones de violencia que están dirigidos a ciertas personas defensoras: aquellas que defienden la tierra y el territorio, el medio ambiente, los derechos de los pueblos originarios, así como los derechos de la comunidad LGBTIQ. Por ejemplo, Antonio Chamorro Carmona fue encontrado ahorcado en las oficinas de su organización civil en 2005. Era un joven de 23 años que promovía y defendía los derechos de las personas de la comunidad LGBTIQ. Hasta ahora no se ha encontrado una persona responsable de lo sucedido pero sí han ocurrido más asesinatos de personas defensoras de la comunidad LGBTIQ como el de Alessa Flores en 2016.
Alessa, era una joven de 28 años que luchaba por los derechos de las trabajadoras sexuales. También era parte de la colectiva Red de Jóvenes Trans donde facilitó diversos talleres dirigidos a la comunidad trans. En 2016 fue hallada muerta con signos de estrangulamiento en un hotel de la Ciudad de México.
También está el caso de Josue Bernardo Marcial Santos, un joven de 24 años que se posicionó con música y protestas contra el narcotráfico, la violencia, así como a la afectación a recursos naturales, el desplazamiento de los pueblos originarios y las injusticias sociales que aquejan al estado de Veracruz. En 2019 fue secuestrado y su cuerpo apareció desmembrado y encajuelado en la carretera de Sayula-Ciudad Alemán en el sur del estado.
Estas son sólo algunas historias de las juventudes defensoras de derechos humanos que han sido asesinadas. Se pueden conocer más historias en el siguiente mapa interactivo:
En el contexto del mes internacional de las juventudes, exigimos verdad y justicia para quienes han sido víctimas de la violencia que impregna en el país. Es necesario visibilizar los nombres de las juventudes defensoras, así como sus historias y luchas. La mayoría de los casos continúan impunes por lo que nombrar y recordar permite contribuir a la memoria social y exigir respeto y dignidad para la labor que realizan las personas defensoras de derechos humanos en este país.
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Los investigadores descubrieron que las nueve momias que examinaron tenían un olor “amaderado”, “picante” y “dulce”.
Científicos han descubierto que los cuerpos momificados del antiguo Egipto siguen oliendo muy bien incluso después de pasar 5.000 años en un sarcófago.
Los investigadores que examinaron nueve momias descubrieron que, aunque había alguna diferencia en la intensidad de sus olores, todos podían describirse como “amaderados”, “especiados” y “dulces”.
Afirman que recrear la composición de los olores químicamente permitirá a otros experimentar el olor de una momia y ayudará a saber cuándo los cuerpos en su interior pueden estar empezando a pudrirse.
“Queremos compartir la experiencia que tuvimos al oler los cuerpos momificados, por lo que estamos reconstruyendo el olor para presentarlo en el Museo Egipcio de El Cairo”, le dijo a la BBC Cecilia Bembibre, una de las investigadoras.
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Durante el proceso de momificación, los antiguos egipcios rodeaban el cuerpo con olores agradables como parte importante de la preparación del espíritu para entrar en la otra vida.
Como resultado de esto, los cuerpos de faraones y miembros de la nobleza eran adornados con aceites, ceras y bálsamos.
“En las películas y los libros, a quienes huelen cuerpos momificados les suceden cosas terribles”, dijo Bembibre.
“Nos sorprendió lo agradables que resultaban”.
Los autores del estudio académico, publicado en Revista de la Sociedad Química Estadounidense, tuvieron que obtener el olor del interior del sarcófago sin interferir con la momia que se encontraba en su interior.
Los investigadores, de la University College de Londres y la Universidad de Ljubljana, en Eslovenia, lo hicieron insertando un pequeño tubo para poder medir el olor sin tomar ninguna muestra física.
Bembibre explicó que los científicos del patrimonio siempre están tratando de encontrar formas “no destructivas” de descubrir nueva información.
Los visitantes que perciban los aromas en los museos podrán experimentar el antiguo Egipto y el proceso de momificación desde una perspectiva totalmente diferente.
Ally Louks, supervisora de literatura inglesa en la Universidad de Cambridge, que escribió su tesis doctoral sobre la política del olfato, describió esto como una forma “realmente innovadora” de comunicar la historia.
“Utilizar la nariz produce una fuerte reacción emocional y física”, le dijo a la BBC.
“Sabemos que los olores eran esenciales para las prácticas sociales, religiosas y personales [en el antiguo Egipto]”, añadió.
Matija Strlič, otro miembro del equipo del estudio, le dijo a la agencia de noticias AP que los aromas pueden incluso sugerir a qué clase social pertenecía una momia.
“Creemos que este enfoque es potencialmente de gran interés para otros tipos de colecciones de museos”, dijo.
Además de proporcionar a los visitantes de los museos una nueva perspectiva sensorial sobre las momias, el descubrimiento también presenta un potencial avance para los conservadores de momias.
Los investigadores utilizaron una técnica llamada cromatografía de gases para separar los diferentes olores dentro del sarcófago que se combinan para formar su aroma.
Encontraron olores relacionados con la descomposición de las grasas animales utilizadas en el proceso de embalsamamiento, lo que podría indicar que el cuerpo está comenzando a descomponerse.
Gracias a estos hallazgos, será posible “intervenir prácticamente” en la conservación de las momias, identificando la mejor manera de almacenar y envolver los cuerpos, según el artículo de investigación.
“Esto es útil para los conservadores que cuidan esta colección [ya que] podemos asegurarnos de que llegue a las generaciones futuras”, dijo Bembibre.
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