La prohibición de los vapeadores en México no ha detenido ni la venta ni el uso de estos dispositivos. Tampoco protegerá la salud de la población, y lejos de cumplir su objetivo, demostrará ser una medida ineficaz e incluso contraproducente. Es fácil observar que son productos ampliamente disponibles, pero ahora circulan en un mercado sin regulación, y la información sobre sus componentes es alarmista y carece de un respaldo científico confiable, dejando a quienes deciden vapear ante un limbo de desinformación.
A nivel internacional, México es uno de los pocos países que ha prohibido los vapeadores en su territorio, y el único en el mundo que ha elevado esta prohibición a nivel constitucional. Considerando que las constituciones deberían establecer sólo principios generales y derechos fundamentales, en lugar de regulaciones específicas a productos de consumo, el trato hacia estos productos ha destacado por ser desmedido.
En primer lugar, porque los vapeadores o vapes son dispositivos alternativos a los cigarros comerciales de tabaco, que no administran una sustancia psicoactiva nueva. Su función es administrar nicotina, un producto ya regulado y comercializado legalmente. En segundo lugar, porque los vapeadores, parches, y demás métodos alternativos de administración de nicotina –que evitan la combustión de fumar cigarros comerciales–, han sido reconocidos como exitosos para apoyar a quienes quieren dejar de fumar y reducir las muertes por tabaquismo.
En 2022, la idea de que los vapeadores eran peligrosos fue respaldada por la COFEPRIS, cuando declaró haber analizado estos dispositivos y detectado componentes de riesgo, en particular el acetato de vitamina E. Sin embargo, este análisis presentó numerosos problemas. La COFEPRIS desarrolló su propia metodología para examinar “las sustancias” de los vapeadores, pero no aclaró si analizó el líquido de vapeo o el vapor generado. Tampoco describe su metodología ni especifica las marcas o modelos analizados, no detalla la resistencia o el voltaje utilizados en las pruebas y, en general, no permite comprender de manera clara los fundamentos de sus conclusiones.
En el Instituto RIA nos dimos a la tarea de investigar esta situación. Pensamos que esta discusión debe realizarse llevando evidencia y atendiendo a la realidad que estamos viviendo. Conseguimos distintos dispositivos de vapeo 1 disponibles en el mercado ilegal mexicano, y con el apoyo de un laboratorio especializado, realizamos un análisis químico para conocer su composición. Los resultados fueron reveladores y derribaron varios de los mitos que respaldaron la prohibición de estos productos.
Aunque los vapeadores sí contenían concentraciones de ingredientes distintas a las declaradas en sus empaques, en todos los casos se descartó la presencia de acetato de vitamina E, la sustancia que justificó la prohibición de los dispositivos de vapeo en el país. No había rastro de este compuesto, pero sí identificamos algunos aspectos que deberían ser regulados: 1) disminuir el uso de saborizantes, que vuelven el producto más atractivo; 2) garantizar que el porcentaje de nicotina declarado sea preciso y no exceda los límites seguros, y 3) prohibir su venta a menores de edad.
En lugar de gastar recursos públicos en prohibir y perseguir la venta o el uso de estos dispositivos, una regulación basada en evidencia podría transformar estos productos para garantizar que sean seguros: se trata de nicotina y saborizantes. Pero para corroborarlo, buscamos complementar esta información con encuestas exploratorias dirigidas a personas que vapean en el país.
En estas encuestas, vapear tampoco fue reportado como una actividad de entrada al consumo de cigarros comerciales de tabaco. El 97 % de las personas encuestadas mencionó haber fumado cigarros de tabaco con anterioridad, el 80 % dijo no fumar después de sustituir la combustión del tabaco por el vapeo y solo el 20 % reportó vapear y fumar cigarros comerciales.
No se reportaron problemas significativos a la salud por el uso de vapeadores 2 y la mayoría se mostró a favor de una regulación de estos productos para minimizar los riesgos asociados a su uso. Para quienes vapean, resultó paradójico que los vapeadores recibieran un trato más severo que los cigarros comerciales de tabaco.
La evidencia que registramos demostró que la prohibición de estos dispositivos está fomentando un mercado ilegal carente de controles y supervisión. Pues aunque pueda pensarse como una medida preventiva, termina con la oportunidad de exigir productos seguros, no impone restricciones a la venta a menores de edad y descarta la oportunidad de convertir los dispositivos de vapeo en herramientas de reducción de daños frente a los efectos nocivos de la combustión.
Es urgente que México adopte un enfoque basado en evidencia y regule estos dispositivos oportunamente. En otros lugares del mundo ya cuentan con evidencia empírica y científica sobre los criterios de producción y regulación que se deben establecer para convertir estos dispositivos en herramientas para el control y la mitigación de daños asociados al consumo de tabaco. Pero para elaborar estrategias y políticas apegadas a la realidad social, debemos contar con más investigaciones sobre las dinámicas de consumo e iniciar conversaciones sobre la regulación de los dispositivos de vapeo en México.
Vapear no debería ser tan riesgoso. Es cierto que si una persona no fuma, lo más recomendable para ella sería no vapear. Pero también es cierto que para alguien que fuma, vapear podría representar una forma de disminuir los riesgos asociados a su consumo de nicotina. Desde la sociedad civil seguiremos trabajando para visibilizar esta evidencia y fomentar conversaciones que impulsen políticas públicas más justas. Ojalá que esta administración, comprometida con la ciencia y la toma de decisiones basadas en evidencia, cambie el curso de esta prohibición.
Te invitamos a consultar nuestra publicación para conocer cómo es posible establecer una regulación que: 1) contribuya a la creación de entornos que protejan a todas las personas, usuarias y no usuarias de cigarros electrónicos, 2) garantice que los productos disponibles en los mercados sean seguros y 3) permita la toma de decisiones libres, adultas e informadas.
* Julia Anguiano Rosas es licenciada en Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), en donde también se desempeñó como asistente de investigación. Actualmente es responsable de investigación del Instituto RIA. Contacto: [email protected].
1 También conocidos como cigarros electrónicos, vapeadores o vapes, son dispositivos alternativos a los cigarros de tabaco comerciales. Permiten inhalar un vapor generado a partir de un líquido, conocido como e-líquido o jugo de vapeo, que se inhala con ayuda de un aerosol. Su uso no está exento de riesgos a la salud, sin embargo, podría representar una alternativa al consumo del tabaco, con un impacto reducido.
2 El 95 % de las personas encuestadas afirmó no presentar problemas de salud derivado de su consumo de nicotina y el 5 % restante mencionó que sí ha presentado complicaciones; como irritación de boca o garganta, tos o problemas en las vías respiratorias.
Francisco, de 88 años, tuvo que recibir ventilación no invasiva después de sufrir el ataque de broncoespasmo, informó el Vaticano.
El papa Francisco, de 88 años, sufrió este viernes un empeoramiento de su estado de salud por un episodio “aislado” de “broncoespasmo” que lo llevó a requerir de ventilación mecánica no invasiva, informó el Vaticano.
En una actualización hoy sábado, el Vaticano informó de que el Papa había pasado “una noche tranquila y está descansando”.
Refiriéndose a la noche tranquila del Papa, un funcionario del Vaticano añadió: “Creo que tomó café esta mañana”.
En un comunicado el viernes, la oficina papal señaló que “el Santo Padre esta tarde, después de una mañana transcurrida alternando la fisioterapia respiratoria con la oración en la capilla, presentó un ataque aislado de broncoespasmo que, sin embargo, determinó un episodio de vómitos con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”.
Ante esta complicación, Francisco “fue rápidamente aspirado y se inició ventilación mecánica no invasiva, con buena respuesta en el intercambio gaseoso”.
En todo momento el papa permaneció “vigilante y consciente”, pero su pronóstico sigue siendo catalogado como “reservado”.
El papa Francisco ha estado ingresado en el sanatorio Gemelli de Roma desde el pasado 14 de febrero, después de que se agravara un cuadro de bronquitis que presentaba desde hacía unos días.
Desde entonces ha experimentado una neumonía bilateral y una crisis respiratoria más. El Pontífice de 88 años había mejorado en los últimos días hasta la complicación de este viernes.
Se espera que sus médicos tarden entre 24 y 48 horas en evaluar cómo afectará el episodio al estado de su condición clínica, dijo un funcionario citado por la agencia Reuters.
Expertos médicos han advertido de que la edad de Francisco y la enfermedad respiratoria crónica que padece implican que una recuperación sostenida podría llevar tiempo.
La actual es la hospitalización más larga que ha tenido Francisco desde que fue elegido líder de la Iglesia católica en 2013.
El líder católico de origen argentino ha sufrido varios episodios de mala salud en los últimos dos años.
Es propenso a las infecciones pulmonares, ya que de joven padeció pleuresía (una inflamación del revestimiento de los pulmones y el tórax) y le extirparon parte de un pulmón.
Ante la condición actual del Papa, El Vaticano informó que Francisco no encabezará la conmemoración del Miércoles de Ceniza del 5 de marzo, la cual marca el inicio de la Cuaresma católica.
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