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¿Una nueva policía secreta en Estados Unidos? Un análisis de ICE bajo la administración de Trump
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¿Una nueva policía secreta en Estados Unidos? Un análisis de ICE bajo la administración de Trump

Un cuerpo policiaco que hasta ahora opera con impunidad y a total discreción de Trump, que persigue a sus disidentes y que requiere de que los ciudadanos reporten a sus vecinos para cumplir con todas sus funciones presenta muchas similitudes con otros cuerpos del pasado. Quizá sería precipitado acusar a ICE de haberse convertido en una policía secreta en la definición tradicional de la palabra, pero lo que está claro es que se encuentra en el camino.
02 de julio, 2025
Por: Mauricio Rojsen

Han pasado diez años desde aquel 16 de junio de 2015, cuando Donald Trump bajó por la escalera dorada de su edificio en Nueva York para anunciar sus intenciones de competir por la presidencia en 2016. En el primer discurso donde abandonó su vida como socialité y estrella de televisión para transformarse en un actor político, dejó clara su preocupación principal. “Cuando México manda a su gente, no manda a la mejor. Envía a gente con muchos problemas y traen drogas, crimen y son violadores”, afirmó Trump aquel día. La retórica antinmigración del nuevamente presidente de los Estados Unidos y el resto de su partido no ha parado.

La migración y el control de esta continúan en el centro de la agenda pública estadounidense. Según Pew Research, para febrero de este año el 48 % de la ciudadanía considera que la migración es un grave problema para el país, mientras que el 12 % de los votantes la declaró su preocupación principal al emitir su voto en las elecciones pasadas. Sin embargo, la preocupación que este tema genera en el imaginario estadounidense es principalmente especulativa. A pesar de la insistencia de Trump de que los inmigrantes han generado una escalada significativa en la cantidad de crímenes violentos cometidos en Estados Unidos, la evidencia se ha encargado de reiterar una y otra vez que esto simplemente no es real. Esto ha creado una especie de Uróboro discursivo: la administración debe perseguir a los migrantes porque están en el centro de la agenda y los migrantes están en el centro de la agenda porque la administración los colocó ahí. El cuerpo encargado de cumplir esta función es Immigrations and Customs Enforcement (ICE), que en los últimos meses ha vivido un aumento importante de su presupuesto, sus responsabilidades y perfil público, hasta el punto de convertirse en uno de los protagonistas mediáticos de la nueva administración.

Nuevas responsabilidades y más presupuesto

ICE se creó en 2002 junto con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Department of Homeland Security), mismo al que rinde cuentas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y comenzó a operar en 2003. En su concepción, el cuerpo policial tenía dentro de sus funciones el combate al crimen transnacional y la localización, aprehensión, detención y deportación de inmigrantes indocumentados. Durante las administraciones de Obama y Bush, el organismo se encargaba de investigar y perseguir principalmente a personas acusadas de crímenes serios, pero durante el primer mandato de Trump el personal fue duplicado y cambió la directiva para que la agencia detuviera a cualquier persona de la que se sospechara una estancia irregular en el país. Hoy, durante el segundo mandato del nuevamente presidente, la agencia ha adquirido una serie de responsabilidades sin precedentes en la historia de nuestro país vecino.

Según el Project 2025 -un documento ideado por la Heritage Foundation, que establecía algunas de las acciones necesarias que debía realizar el Partido Republicano de ganar las pasadas elecciones, con el fin de consolidar la supremacía del poder ejecutivo- ICE debía cumplir con una cuota de 3,000 arrestos diarios, o más de un millón anuales. El cumplimiento de este número es extremadamente complicado. El brazo policiaco de ICE solo cuenta con alrededor de 6,100 agentes, por lo que esta cuota supondría que cada uno debería arrestar a 182 personas al año. Esto implica dos cosas: en primer lugar, no todos los detenidos serán “criminales”, como indica la misión original del organismo, y que será imposible cumplir con este número de no aumentar considerablemente el poder y las responsabilidades del cuerpo.

Una orden ejecutiva firmada por Trump en su primer día como presidente da a ICE la posibilidad de hacer arrestos en lugares que se consideraban como protegidos. A partir de esto, han empezado a llevarse a cabo redadas en lugares con una importante presencia migrante.  El cuerpo anunció que estaría proveyendo seguridad en un estadio en Miami durante un partido de fútbol de una competencia internacional de la FIFA. La semana pasada, ICE intentó a entrar a un estadio antes de un juego de beisbol de los Dodgers de Los Ángeles, pero el equipo negó el acceso a sus instalaciones. La expansión de su poder ha devenido en arrestos injustos, incluso llegando a detener a ciudadanos estadounidense. La administración afirma que está intentando perseguir a los criminales, pero solo el 8 % de las personas tienen algún antecedente de haber cometido un delito grave.

Para cumplir con todas estas funciones se necesitan fondos. Tras solo 4 meses en el poder, el Departamento de Seguridad Nacional estaba a punto de quedarse sin fondos para el año fiscal debido a su alto gasto. Kristi Noem, titular del instituto, fue acusada de “gastar sin control” por el senador demócrata Chris Murphy durante una audiencia en el Congreso. Para contrarrestar eso, la controversial Big Beautiful Bill propone aumentar el presupuesto destinado a las detenciones de ICE de $ 3.4 a $ 12.4 mil millones de dólares, un incremento del 365 % como parte de un presupuesto prospectivo total de $ 45 mil millones para la retención de inmigrantes. Además, el plan presupuestal otorgaría a la agencia más de $ 8 mil millones para contratar a 10,000 agentes más. Este presupuesto, que en total representa un gasto de $ 53 mil millones de dólares, representaría un aumento del 446.39 % de los $ 9.7 que había solicitado el organismo para el año fiscal en curso.

ICE como herramienta violenta de alto perfil

La nueva fuerza de ICE no es una casualidad. El organismo está siendo utilizado por Donald Trump para consolidar su poder y proyectar una imagen de rudeza y fuerza a cualquier persona que busque oponerse a él y su plataforma. El cuerpo ahora opera vehículos blindados y granadas aturdidoras. Debido a esta evidente militarización, sus redadas recuerdan a las operaciones militares del ejército estadounidense o a las misiones del FBI.

Esto ha generado un incremento en su perfil público. En la siguiente gráfica generada por Google Trends podemos percatarnos del interés en el tema, desde que la empresa comenzó a recopilar información en 2004:

Fuente: Edición propia con imagen obtenida de Google Trends.

Fuente: Edición propia con imagen obtenida de Google Trends.

La agencia no es una que se ubique dentro del imaginario estadounidense regularmente. Cuando Trump no estuvo en el poder, la agencia no fue relevante para los usuarios de Google, representada por una escala de popularidad de búsqueda en el sitio que va del cero a cien. Mientras el mandatario se encuentra en la Casa Blanca, es uno de los temas más buscados, con una proyección que indica que el interés seguirá aumentando. Asimismo, los medios han reportado más sobre ICE que nunca en la historia. Según información del repositorio Newspapers.com, de la creación del organismo en 2003 hasta 2024 se promediaban 13,000 menciones en periódicos estadounidenses del término Immigration and Customs Enforcement. En el último año estas palabras han aparecido más de 22,000 veces en los medios escritos de este país.

Pero esta presencia en los medios y en las mentes de la ciudadanía no es ninguna casualidad. La actual administración ha hecho un esfuerzo publicitario importante para hacerle saber al público que las deportaciones masivas están en marcha. Desde pósters al estilo del Tío Sam, videos de cientos de migrantes siendo arrastrados hacia las cárceles de Bukele en El Salvador, hasta personalidades de televisión mostrando las redadas de ICE en sus programas. Esto responde una estrategia doble: hacerle ver a su base que está dispuesto a hacer lo necesario para arreglar el “problema” (según su propia retórica) de la migración y, al mismo tiempo, intimidar a sus detractores.

Lo más grave es que el cuerpo militarizado no solo está siendo utilizado como una herramienta mediática, sino también como una violenta herramienta política. Las funciones del organismo ya no solo se limitan a la migración. Ahora, al más puro estilo de la Stasi o la Gestapo alemanas, Ice persigue a disidentes políticos. Ejemplos bastan, pero los más preocupantes son el arresto de Brad Lander, candidato a alcalde y contralor de Nueva York, por exigir ver una orden de arresto de un migrante que había sido aprendido en una corte federal; el arresto del Senador Alex Padilla por interrumpir una rueda de prensa de Kristi Noem (directora del Departamento de Seguridad Nacional), o la detención y retención de Mahmoud Khalil, estudiante extranjero que estaba en Estados Unidos de forma legal  y líder de opinión, por vociferar posturas contrarias a las del régimen.

Quizá sería precipitado acusar a ICE de haberse convertido en una policía secreta en la definición tradicional de la palabra, pero lo que está claro es que se encuentra en el camino. Un cuerpo que hasta ahora opera con impunidad y a total discreción del mandatario, que persigue a sus disidentes y que requiere de que los ciudadanos reporten a sus vecinos para cumplir con todas sus funciones presenta muchas similitudes con otros cuerpos del pasado. Aun así, todavía deben seguir las órdenes del sistema de justicia estadounidense, el cual ha logrado que liberen a Khalil y que regresen a Abrego García de El Salvador, entre otros logros. Las cortes federales deberán mantenerse vigilantes para evitar que Estados Unidos siga la ruta de los regímenes policiales y autoritarios del Siglo XX.

* Mauricio Rojsen es politólogo por la Universidad Iberoamericana y coconductor del pódcast Hablemos de EU. Es especialista en la política y el sistema electoral estadounidense y ha participado en cobertura de estos en varios medios.

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Imagen BBC
Qué es Schoenstatt, el movimiento ultracatólico al que pertenece el presidente electo de Chile, José Antonio Kast
9 minutos de lectura

La organización, nacida en Alemania durante la Primera Guerra Mundial, ha estado en el centro de la atención tras las acusaciones de abuso contra su fundador.

18 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

José Antonio Kast, presidente electo de Chile, es un hombre de profundas convicciones religiosas.

Así lo dejó en claro en su primer discurso, apenas se conocieron los resultados de las votaciones del domingo, cuando afirmó: “Nada es posible si no tuviéramos a Dios”.

“Nada ocurre en la vida, para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios”, prosiguió.

Y a continuación, pidió a su creador que le concediera “humildemente” la “sabiduría, templanza y fortaleza para estar siempre a la altura” del desafío que asumirá el próximo 11 de marzo, cuando releve a Gabriel Boric en el Palacio de La Moneda.

Estas fueron tres de las cinco frases con carga religiosa que el abogado de 59 años pronunció durante la casi hora que habló ante los miles de sus seguidores que se congregaron en Santiago para celebrar su triunfo en las elecciones presidenciales.

Sin embargo, lo anterior no debería sorprender. ¿La razón? El político y varios de sus hermanos se formaron bajo los lineamientos de Schoenstatt, un movimiento católico conservador que tiene presencia en más de 100 países, incluyendo todos los de América Latina.

Retrato de José Kentenich tomado en su exilio en EE.UU.
Cortesía Schoenstatt
El sacerdote alemán José Kentenich fundó Schoenstatt en 1914 mientras era profesor en un seminario ubicado en el pueblo homónimo.

Los vínculos del mandatario electo con el movimiento comenzaron gracias “a su hermano mayor, Miguel”, aseguró a BBC Mundo el filósofo chileno Álvaro Ramis Olivo. Miguel Kast se unió a Schoenstatt tras conocer a algunos de sus miembros durante su etapa universitaria.

Sin embargo, otras fuentes sostienen que fueron los padres del político, Michael Kast y Olga Rist, quienes tuvieron el primer contacto con Schoenstatt. Ambos eran profundamente religiosos y devotos de la Virgen María, una práctica muy extendida en la Baviera alemana de donde provenían.

De un lugar bonito en un momento feo

Schoenstatt es “un movimiento apostólico de renovación, nacido en el seno de la Iglesia”, con un marcado “carácter mariano”, según se lee en su página web.

“La formación de un hombre y de una comunidad nueva que sirvan a la Iglesia y a la sociedad” constituye el objetivo de la organización, explicó a BBC Mundo el padre Felipe Ríos, coordinador del movimiento en América.

Schoenstatt fue fundado en octubre de 1914, pocos meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, por el sacerdote alemán José Kentenich (1885-1968).

Su nombre proviene de un pueblo ubicado en la zona de Vallendar, a orillas del río Rin, en el actual estado de Renania-Palatinado, al oeste de Alemania y cerca de las fronteras con Luxemburgo y Bélgica.

Kentenich, quien era miembro de la Sociedad del Apostolado Católico -mejor conocida como Padres palotinos-, era profesor en un seminario que la orden tenía en la localidad de Schoenstatt, palabra alemana que se puede traducir literalmente como “lugar hermoso”.

El religioso, junto a un grupo de estudiantes, restauró una pequeña capilla ubicada en los jardines del seminario y pidió a la Virgen María que la convirtiera en un lugar de peregrinación.

Uno de los signos distintivos de este grupo es que en donde tienen presencia levantan replicas idénticas a la capilla alemana.

“Mucho antes de que cadenas de comida rápida como McDonald’s descubrieran el efecto cultural de establecimientos totalmente idénticos, el Espíritu Santo en Schoenstatt comenzó a hacerlo”, se lee en el sitio web de la agrupación, en el cual se asegura que actualmente hay 200 “santuarios filiales” en todo el mundo.

Un grupo de personas del movimiento Schoenstatt en una celebración.
Cortesía Coordinación Continental de Schoenstatt, América
La formación de una “nueva comunidad” es el objetivo de este movimiento de marcado “carácter mariano”.

Pero, ¿qué es exactamente Schoenstatt? ¿Se trata de una congregación religiosa o de algo distinto?

“Es una organización dentro de la Iglesia católica que nació con la idea de que los laicos podían realizar tareas similares a las de las órdenes religiosas, pero con autonomía respecto de los jerarcas eclesiásticos”, explicó a BBC Mundo el filósofo chileno Ramis.

“El movimiento cuenta con una rama laica -personas que no han tomado los hábitos- y otra religiosa, que incluye una orden sacerdotal y una comunidad de mujeres laicas consagradas. Estas se asemejan mucho a las monjas, aunque no lo son, ya que no toman votos”, añadió el experto en teología, quien es rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano de Chile.

Semejanzas y diferencias con el Opus Dei

La historiadora italiana Alexandra von Teuffenbach, además de confirmar que el grupo está conformado por “varias ramas”, señaló que algunas de ellas son “institutos seculares”; es decir, organizaciones cuyos miembros, sin ser religiosos, se comprometen a vivir en pobreza, castidad y obediencia, permaneciendo al mismo tiempo en su entorno social y profesional habitual.

“Comparar a Schoenstatt con el Opus Dei es acertado”, afirmó la investigadora a BBC Mundo, cuando se le mencionaron otras agrupaciones católicas que podrían considerarse equiparables.

Sin embargo, Ramis advirtió que existen diferencias significativas entre Schoenstatt y la organización fundada por el español Josemaría Escrivá de Balaguer.

“Aunque existen semejanzas, Schoenstatt no ha intentado influir en la política. En cambio, durante el franquismo en España, el Opus Dei aprovechó la coyuntura para ubicar a sus miembros en puestos clave de la economía y la banca, los llamados ‘tecnócratas'”, puntualizó el académico chileno.

Hasta la elección de Kast, solo otro miembro de este movimiento católico había ocupado un alto cargo en Chile: su hermano mayor, Miguel, quien se desempeñó como ministro y presidente del Banco Central durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Miembros de Schoenstatt en una de las capillas de Chile
Cortesía Coordinación Continental de Schoenstatt, América
En las zonas donde Schoenstatt está presente, sus miembros levantan réplicas de la capilla que su fundador restauró y en la cual nació el movimiento en Alemania en 1914.

“Este grupo prioriza la vida familiar más que la vida pública”, explicó Ramis.

“Y aunque comparte con el Opus Dei el rigorismo sexual y moral, no tiene un tono tan culpabilizador. No recurre a penitencias como las flagelaciones o el silicio como se denuncia del Opus Dei”, dijo.

“Tiene una fuerte implantación en clases adineradas, aunque también en sectores medios, profesionales y empresariales. No es progresista, sino bastante conservador, pero en algunos elementos se ve un mayor pluralismo ideológico que otras organizaciones de la Iglesia”, remató.

Los calificativos de “ultracatólico” o “ultraconservador” que desde algunos sectores de la sociedad y de la prensa se le da a Schoenstatt no le quitan el sueño a Ríos.

“Somos un movimiento dentro de la Iglesia católica y, por lo tanto, seguimos sus lineamientos. En mi opinión, no somos de los más conservadores dentro de la Iglesia”, remató.

La persecusión nazi y el exilio del Vaticano

Sudamérica fue la primera región fuera de Europa a la que Schoenstatt se extendió, de acuerdo con los registros de la organización.

En la primera mitad de la década de 1930, uno de los seguidores del padre Kentenich llegó a Argentina y, para 1935, se le sumaron cuatro Hermanas de María, integrantes de una de las organizaciones religiosas femeninas que forman Schoenstatt.

Casi simultáneamente arribaron miembros del movimiento a Brasil y, dos años después, ya estaban presentes en Uruguay.

Actualmente, el movimiento católico tiene presencia en todos los países de América Latina, salvo “algunas islas del Caribe, las dos Guyanas y Surinam”, aseveró Ríos.

“Funcionamos más bien desde los santuarios; solo entre Chile, Argentina y Brasil hay casi 80”, agregó el representante de Schoenstatt, quien indicó que también administran más de una docena de colegios en cuatro países (Chile, Argentina, Ecuador y México), así como un hospital en Buenos Aires (Sanatorio Mater Dei) y otras obras dedicadas a “los más pobres”.

La expansión por la región fue impulsada por el propio fundador, quien la visitó en varias ocasiones, según se lee en su biografía.

“Chile, por ejemplo, es uno de los lugares donde Schoenstatt tiene mayor fuerza internacional, debido a que su fundador vivió un tiempo aquí”, explicó Ramis.

Imagen del papa Pío XII rezando
Universal Images Group via Getty Images
El papa Pío XII removió de sus cargos al fundador de Schoenstatt y lo envió a EE.UU. durante 14 años por una serie de señalamientos, entre ellos de presunto abuso.

En 1941, agentes de la Gestapo detuvieron al religioso por sus enseñanzas y, meses después, fue enviado al campo de concentración de Dachau, donde permaneció hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Tras el conflicto bélico, los años de persecusión sufridos en manos de los nazis le otorgaron un nuevo prestigio a Kentenich pero, para finales de la década de 1940, sectores de la jerarquía católica alemana comenzaron a ver con preocupación la forma en que este hombre dirigía el movimiento y el control que ejercía sobre sus miembros.

“La autoridad suprema, a saber, el director general (Kentenich) y la superiora general, son los ‘padres’, es decir, ‘padre de la familia’ y ‘madre de la familia’. Las Hermanas son hijas o niñas. Pero, en la práctica, la ‘madre de la familia’ está totalmente sometida a la voluntad del ‘padre de la familia’, que para todas las Hermanas se equipara a Dios”, alertó en 1949 monseñor Bernhard Stein, obispo auxiliar de Tréveris, a sus colegas de la Conferencia Episcopal de Alemania.

Además, algunas de las hermanas señalaron al sacerdote de haber abusado de ellas.

En 1951 el papa Pío XII separó a Kentenich de su posición dentro de Schoenstatt y lo envió al exilio en Estados Unidos donde permaneció 14 años hasta que se le permitió regresar a Alemania, donde murió en 1965.

“Los seguidores de Kentenich nunca han negado este episodio, pero lo presentaron como un conflicto de poder, donde Kentenich fue víctima de celos y envidias de jerarcas de la Iglesia”, afirmó Ramis.

El fallecido papa Francisco junto a una image de la Mater Ter Admirabilis en 2014.
ALBERTO PIZZOLI/AFP via Getty Images
La imagen de la Mater Ter Admirabilis (Madre tres veces admirable) es el centro de la veneración de Schoenstatt y se puede encontrar en todos sus santuarios por el mundo.

Sin embargo, en 2020 la historiadora italiana Von Teuffenbach publicó el primero de sus dos libros sobre Schoenstatt y su fundador.

En su obra, la investigadora afirmó que Kentenich abusó sexualmente de una integrante de Schoenstatt en Chile en 1947, según la información contenida en los diarios de uno de los investigadores que el Vaticano envió en la década de 1950 para indagar sobre él y su movimiento, así como a partir de archivos del pontificado de Pío XII (1939-1958).

Desde Schoenstatt han negado los señalamientos, aunque han admitido que algunos aspectos del comportamiento de su fundador son controvertidos. Sin embargo, la experta considera que los hechos le dan la razón.

“En el caso de Kentenich, el proceso que llevó a los decretos y al exilio en EE.UU., como también a la prohibición de tener contactos con las monjas, se basa en motivaciones que no están escritas en los decretos. Pero vienen explicadas en los ‘actos’, y en ellos se detallan todas las pruebas que se encontraron. Y sobre esta base los jueces (del Santo Oficio) decidieron”, agregó.

Los señalamientos de Von Teuffenbach contribuyeron a paralizar el proceso de beatificación del sacerdote, iniciado en 1975.

“Cuando la Iglesia beatifica a alguien afirma: este hombre o mujer es un ejemplo para todos. Yo reconozco ciertamente que Kentenich escribió cosas interesantes y seguramente hizo cosas buenas, pero no querría en absoluto que fuera considerado como ejemplo de vida cristiana”, remató la historiadora.

raya gris
BBC

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