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Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria internacional que aporta su ayuda a poblaciones... Continuar Leyendo
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El costo mortal de la falta de acceso a la atención médica en Baidoa, Somalia

Cientos de mujeres, niños y niñas aún no pueden buscar atención médica en el estado sudoccidental de Somalia. El persistente conflicto en la región implica una situación precaria para cualquier persona que necesite atención médica crítica. 
12 de septiembre, 2024
Por: Médicos Sin Fronteras

Las mujeres, niños y niñas se enfrentan a una falta de acceso a la atención médica en Somalia. Tienen que emprender arduos viajes de cientos de kilómetros para llegar a los centros médicos. La inseguridad generalizada en el camino suele obstruir su acceso. Esta situación les provoca retrasos críticos que agravan las condiciones de salud y, trágicamente, a veces la muerte. Aquellas personas que pueden permitírselo corren el riesgo de quedar atrapadas en la violencia y pagan grandes cantidades de dinero para que el transporte llegue a los pocos centros de salud en pleno funcionamiento.

“Hace siete meses, mi esposa dio a luz a gemelos. Experimentó un sangrado excesivo durante el parto, pero no tenía dinero para llevarla al hospital. Nuestro pueblo carece de un centro de salud gratuito. Mientras la cuidaban en casa, nuestros dos hijos también se enfermaron. Tuve que pedir un préstamo de unos $130 dólares y viajé 300 km desde mi aldea hasta Baidoa para buscar atención médica gratuita”, dice Kalimow Mohamed Nur, un padre cuyos gemelos reciben tratamiento en el hospital regional de Bay apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Baidoa, Somalia.

La esposa de Kalimow sobrevivió a la hemorragia y, después de siete meses, logró llevar a sus hijos para que recibieran tratamiento. Pero hay cientos de mujeres, niños y niñas que aún no pueden buscar atención médica en el estado sudoccidental de Somalia. El persistente conflicto en la región implica una situación precaria para cualquier persona que necesite atención médica crítica.

Hay muchos obstáculos para acceder a la atención médica

Una parte significativa de las personas en la bahía y la región circundante vive en la pobreza, lo que les dificulta pagar los servicios de atención médica y el transporte para llegar a los servicios de atención médica secundarios. El costo del transporte, que puede ser de hasta 300 dólares solo para algunos, puede ser lo que obliga a muchos a retrasar o renunciar a la atención médica esencial, incluyendo muchas mujeres en edad reproductiva. Esto lleva a altas tasas de enfermedad y muerte por enfermedades prevenibles.

Los habitantes de la región se han enfrentado a importantes desafíos humanitarios y de salud debido a conflictos prolongados, inestabilidad crónica y crisis climáticas que han provocado graves sequías e inundaciones repentinas. El desmoronamiento del sistema de salud agrava aún más la situación, dejando a las mujeres, niños y niñas más vulnerables como los más afectados y privándoles de los servicios básicos de salud.

Las normas culturales y las prácticas tradicionales desempeñan un papel importante en el acceso a la atención médica. En muchas familias, los hombres toman las decisiones sobre la atención médica, su consentimiento es crucial para llevar a cabo cualquier procedimiento médico y las mujeres a menudo carecen de autonomía sobre su propia salud. Este retraso en la toma de decisiones puede provocar llegadas tardías a los centros médicos. Además, la desconfianza generalizada en las prácticas médicas modernas, junto con los índices de concientización sobre la salud, dificultan la adopción de medidas sanitarias preventivas y curativas.

“Ha habido una creencia generalizada de que someterse a una cirugía resultaría en que sus hijos fueran intercambiados con otras personas, lo que lleva a muchos a rechazar el tratamiento hospitalario. Además, los conceptos erróneos comunes sobre la donación de sangre incluyen temores, preocupaciones sobre tabúes religiosos o culturales y malentendidos sobre el proceso médico”, explica Habiba Mohamed Abdirahman, partera en Baidoa.

Las principales causas de muerte de las mujeres embarazadas son las complicaciones relacionadas con la presión arterial, la hemorragia y la sepsis. Todas estas afecciones pueden llegar a ser mortales si no se tratan de manera oportuna aumentan las posibilidades de muerte para ellas y sus bebés, y el igual que con el acceso tardío a la atención médica.

Una crisis de salud materno infantil

La mayoría de las muertes maternas y pediátricas se deben a retrasos en la búsqueda de atención médica: retraso en la decisión de buscar servicios de parto seguros, retraso en llegar a un centro de salud y retraso en recibir atención rápida y adecuada a su llegada al centro.

Las mujeres de la Bahía y las regiones circundantes experimentan estos desafíos, lo que contribuye a las tasas de mortalidad materna e infantil. Somalia tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, con 621 muertes por cada 100,000 nacidos vivos y una de las tasas más altas de mortalidad infantil (menores de cinco años), con aproximadamente 106 muertes por cada 1,000 nacidos vivos.

La infraestructura médica de la región está subdesarrollada y padece de una grave escasez de profesionales médicos capacitados. Las pocas instalaciones que existen en Baidoa y en la periferia a menudo se ven desbordadas, especialmente durante las emergencias y los brotes de enfermedades.

El sistema de salud de la región lucha con recursos limitados, incluyendo recursos humanos y financieros, medicamentos esenciales y suministros médicos. El conflicto en curso complica aún más la prestación de atención médica, ya que sigue estando fuera del alcance de la mayoría de las personas en zonas inaccesibles y afectadas por el conflicto.

Es necesario aumentar la inversión en infraestructura médica

“El estado actual de la salud materna e infantil en la región de la Bahía requiere atención inmediata. Es por eso que desde Médicos Sin Fronteras llamamos a las autoridades nacionales y a las organizaciones internacionales a que inviertan más en el fortalecimiento del sistema de salud, tanto en el nivel primario como en el secundario, asignando recursos suficientes para mejorar el acceso a la atención médica para las mujeres y los niños en la región de la Bahía”, explica Pitchou K, jefe médico del programa de MSF en Somalia.

Es posible prevenir las muertes maternas y neonatales

“Las muertes maternas y neonatales pueden evitarse haciendo posible que las mujeres embarazadas accedan a la atención prenatal más cerca de sus hogares, reduciendo las derivaciones tardías para casos complicados y aumentando el número de mujeres que dan a luz en un centro de salud mediante la sensibilización sobre los servicios disponibles. Al mismo tiempo, se debe ampliar la cobertura de vacunación y la detección y el apoyo nutricional. Esto solo es posible a través de un mayor apoyo financiero, la participación de la comunidad y una mejor infraestructura de la cadena de frío”.  

Desde 2018, MSF apoyamos al Hospital Regional de la Bahía en Baidoa. Proporcionamos una serie de servicios médicos para mejorar la salud materna e infantil y responder a los brotes de enfermedades. En MSF proporcionamos atención obstétrica y neonatal integral de emergencia, garantizando partos seguros y ofreciendo atención hospitalaria y ambulatoria para mujeres embarazadas y sus recién nacidos.

Nuestros equipos atienden aproximadamente a 200 personas cada mes. Además, gestionamos siete centros de alcance comunitario cerca de los campos para personas internamente desplazadas, con el fin de proporcionar atención médica primaria y garantizar derivaciones oportunas a los servicios de atención secundaria de salud.

Los desafíos para acceder a la atención médica materno infantil en Baidoa son multifacéticos e incluyen seguridad, economía, cultura, así como barreras de infraestructura. Si bien, los esfuerzos de MSF y algunas organizaciones han mejorado significativamente el acceso a la atención médica y los resultados, el apoyo continuo y la mejora de estos programas son esenciales.

El fortalecimiento del sistema de salud, el aumento de la alfabetización sanitaria y la eliminación de las barreras socioeconómicas pueden allanar el camino para obtener mejores resultados para la salud de las mujeres, niñas y niños de Baidoa. El apoyo constante de la comunidad internacional es esencial para mantener, ampliar y descentralizar los servicios de salud.

“Cuando las personas se enferman, todo lo que necesitan es atención de emergencia”, dice Faduma, una madre que vive en la región de Bay.

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Imagen BBC
El costo del “sueño americano”: los migrantes que mueren debido a las condiciones de trabajo extremas en EU
8 minutos de lectura

La industria agrícola tiene la tasa más alta de muertes en el lugar de trabajo, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estado Unidos.

03 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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El año pasado, Hugo vio morir a un amigo en un vasto campo de batatas.

Su cuerpo sin vida quedó apoyado contra el neumático de un camión, uno de los pocos lugares donde había sombra en la granja donde trabajaban en Carolina del Norte.

“Lo obligaron a trabajar”, ​​recordó Hugo. “Él seguía diciéndoles que se sentía mal, que se estaba muriendo. Una hora más tarde, se desmayó”.

Hugo, que no es su nombre real, ha pasado la mayor parte de su tiempo en Estados Unidos como trabajador agrícola migrante, un empleo remunerado generalmente con el salario mínimo o incluso menor y en el que las condiciones laborales pueden ser extremas.

La BBC aceptó utilizar un seudónimo porque expresó su preocupación de que pudiera sufrir represalias por hablar sobre el incidente.

Hugo salió de México en 2019 con una visa para trabajar en Estados Unidos. Dejó atrás a una esposa y dos hijos para perseguir el “sueño americano”, sin saber si regresaría o cuándo.

Su amigo, el que murió en la finca, se llamaba José Arturo González Mendoza.

Era la primera vez que Mendoza, de 29 años, viajaba a Estados Unidos por motivos de trabajo. Murió en sus primeras semanas en la finca en septiembre de 2023. También había dejado a su esposa e hijos en México.

“Venimos aquí por necesidad. Eso es lo que nos hace venir a trabajar y dejar atrás lo que más queremos, nuestras familias”, afirma Hugo.

Desde agricultores y procesadores de carne hasta cocineros y empleados de la construcción, los migrantes a menudo realizan trabajos peligrosos y las muertes en el lugar de trabajo suelen pasar desapercibidas para el público.

Sin embargo, durante el último año el tema ha estado en el centro de atención debido a múltiples muertes de alto perfil y a una crisis migratoria en la frontera que ha amplificado la retórica contra los migrantes.

Migrantes
Getty Images
Los migrantes se exponen a altos riesgos en trabajos de agricultura, transporte y construcción en EE.UU.

Calor abrasador

El calor era intenso el día que murió Mendoza. Las temperaturas rondaban los 32°C. No había suficiente agua potable para los trabajadores y la granja sólo permitía un descanso de cinco minutos durante los turnos de una hora.

El único lugar para escapar del calor era un autobús sin aire acondicionado, que estaba estacionado en un campo abierto.

Estos detalles los recoge un informe del Departamento de Trabajo de Carolina del Norte, que multó a la granja Barnes Farming Corporation este año por sus condiciones de trabajo “peligrosas”.

El informe confirmó la muerte de Mendoza en la finca y mencionó que la gerencia “nunca” llamó a los servicios de salud ni brindó primeros auxilios.

En las horas previas a su fallecimiento, Mendoza “se sintió confundido, demostró dificultad para caminar, hablar y respirar, y perdió el conocimiento”, señala el reporte.

Otro trabajador agrícola finalmente llamó a los servicios de emergencia, según el informe, pero Mendoza sufrió un paro cardíaco y murió antes de que llegaran.

La representación legal de la granja dijo en un comunicado a la BBC que se toman “muy en serio” la salud y la seguridad de sus trabajadores y están impugnando las conclusiones del Departamento de Trabajo.

“Muchos de los miembros del equipo trabajaron en Barnes durante años y regresaron nuevamente para esta temporada de cultivo, debido al compromiso de la granja con la salud y la seguridad”, dijeron.

Pero Hugo no regresó. Dice que ahora trabaja para una empresa de soldadura.

“A muchos de nosotros nos pasan cosas malas”, dice. “Sé que a mí también me podría pasar”.

Trabajadores agrícolas
Getty Images
Los trabajadores agrícolas en EE.UU. ganan el sueldo mínimo o incluso menos.

Muertes laborales

La industria agrícola tiene la tasa más alta de muertes en el lugar de trabajo, seguida de la del transporte y la construcción, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estado Unidos.

A principios de este año, varias muertes consecutivas pusieron de relieve algunos de estos peligros.

Seis trabajadores latinoamericanos murieron en Baltimore cuando el puente que estaban reparando durante la noche se derrumbó a finales de marzo.

Semanas después, ocho trabajadores fallecieron cuando un autobús que transportaba a trabajadores agrícolas mexicanos a los campos se estrelló en Florida.

En su intervención en la Convención Nacional Demócrata, el gobernador de Maryland, Wes Moore, recordó el incidente de Baltimore y rindió homenaje a los trabajadores que murieron “arreglando baches en un puente mientras dormíamos”.

Tanto Mendoza como Hugo tenían visas H2A, que les permitían trabajar temporalmente en la agricultura estadounidense. El número de trabajadores nacidos en el extranjero que dependen de este tipo de visas ha aumentado durante los últimos años.

Entre 2017 y 2022, los titulares de visas H2A se incrementaron un 64,7%, lo que equivale a casi 150.000 trabajadores.

Alrededor del 70% de los trabajadores agrícolas nacieron en el extranjero y más de las tres cuartas partes son hispanos, según el Centro Nacional para la Salud de los Trabajadores Agrícolas.

La migración es la fuente clave de trabajadores para muchos empleos en Estados Unidos”, dice Chloe East, profesora de Economía de la Universidad de Colorado en Denver, quien es especialista en políticas migratorias.

“Sabemos con certeza que los trabajadores nacidos en el extranjero están aceptando este tipo de trabajos peligrosos que los estadounidenses no quieren”.

Trabajadores agrícolas
Getty Images
Los titulares de visas H2A se incrementaron un 64,7% entre 2017 y 2022.

Esclavitud moderna

Una investigación federal de 2020 sobre trabajadores agrícolas con visa H2A en Florida, Texas y Georgia describió condiciones similares a la “esclavitud moderna”. Como resultado de la investigación, 24 personas fueron acusadas de trata, lavado de dinero y otros delitos.

El sueño americano atrae a personas desesperadas en todo el mundo, y donde hay necesidad, hay avaricia por parte de aquellos que intentarán explotarlas”, dijo el fiscal federal interino David Estes en un comunicado de prensa en aquel momento.

Los migrantes que ingresan irregularmente al país pueden tener incluso menos protección si son contratados para trabajar, dicen los expertos. Y casi la mitad de los trabajadores agrícolas son indocumentados, según el Centro de Estudios Migratorios.

“Los trabajadores migrantes indocumentados se concentran en los trabajos más peligrosos, arriesgados y poco atractivos en Estados Unidos”, advierte un artículo publicado en International Migration Review, una revista especializada en migración.

La producción de leche

Uno de los trabajos más peligrosos en la industria agrícola es la producción lechera.

Los riesgos incluyen la sobreexposición a productos químicos venenosos o maquinaria peligrosa. Los pozos de estiércol generan gases tóxicos mortales, que pueden causar ahogamiento.

Los animales también pueden ser una amenaza.

Olga, quien se mudó a Estados Unidos desde México cuando era adolescente, es una trabajadora migrante indocumentada de una granja lechera en Vermont. Ella asegura que vio a su hermana casi muerta mientras trabajaba.

“Básicamente, una vaca la pisoteó y ella estaba muriendo. Tenía la lengua fuera”, recuerda Olga.

La joven de 29 años dice que aunque el incidente dejó a su hermana con un brazo y dos costillas rotas, el administrador de la finca exigió que regresara al trabajo casi de inmediato.

No fue hasta que presentó una nota del médico que demostraba que su hermana no podía trabajar que “el jefe la dejó en paz”, dice Olga. Su hermana ya no trabaja en la agricultura.

Olga, sin embargo, todavía lo hace. Afirma que trabaja “12 horas al día, todos los días”. “No hay aumentos, no hay descanso y ni siquiera pagan a tiempo”, señala. “Te pagan cuando quieren”.

Trabajadores agrícolas
Getty Images
Los trabajadores agrícolas aseguran que no se respetan los derechos laborales de los migrantes indocumentados.

“Siempre nos atacan por ser migrantes”

A principios de este verano, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos implementó nuevas reglas diseñadas para hacer que las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas temporales sean más seguras.

Estas medidas incluyen protección frente a las represalias de los empleadores contra los trabajadores que se organizan para defender sus derechos y la prohibición de que los empleadores retengan los pasaportes y documentos de migración de los trabajadores.

Pero así como las autoridades han tratado de tomar medidas enérgicas contra el abuso de los migrantes, la retórica contra ellos, alimentada por debates políticos sobre niveles récord de migración irregular a través de la frontera entre Estados Unidos y México, se ha sumado a las dificultades que enfrentan.

En múltiples ocasiones, Donald Trump se ha referido a la migración irregular como una “invasión” y ha llamado “animales”, “narcotraficantes” y “violadores” a quienes cruzan la frontera hacia Estados Unidos.

“Me hace sentir triste, dijo Olga. “Deberían ver las condiciones en las que estamos para sobrevivir en este país”.

Las restricciones fronterizas promulgadas por el presidente Joe Biden en junio también pueden empeorar las condiciones de seguridad, dijo la profesora East.

La investigadora indicó que leyes migratorias más estrictas pueden hacer que los trabajadores tengan miedo de defender los protocolos de seguridad.

La mayoría de la gente se queda callada porque tiene miedo de que se aprueben todas las leyes”, dice Hugo. “No te puedes quejar”.

Hugo afirma que últimamente ha notado más discriminación y recuerda una experiencia reciente en la que el dueño de una tienda se negó a venderle agua porque tenía dificultades para hablar inglés.

“La gente nos trata mal”.

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BBC

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