Datos ambientales para empoderar a la ciudadanía
La generación de datos ambientales es clave para informar y comprender problemáticas que afectan los espacios que habita la ciudadanía como la escasez de agua, la contaminación de mantos freáticos o el agotamiento de los suelos que captan agua de lluvia. Estos datos se obtienen mediante una combinación de técnicas y tecnologías avanzadas, que van desde sensores y satélites hasta estudios de campo exhaustivos. Los aspectos evaluados incluyen la calidad del aire y del agua, la biodiversidad y el uso del suelo, proporcionando una visión integral del estado ambiental.
No obstante, el mayor reto es lograr que la información sea accesible y comprensible para el público en general, para que pueda ser utilizada eficazmente en la protección del medio ambiente y en la creación de hábitats urbanos resilientes. Para lograrlo, es esencial presentar la información de manera clara y atractiva, utilizando herramientas visuales como mapas, gráficos y aplicaciones interactivas que faciliten su comprensión.
Reto 1: mejora de la accesibilidad a los datos
Para superar el desafío de la accesibilidad, es fundamental adoptar tecnologías y herramientas digitales que permitan el acceso a datos ambientales en tiempo real. Aplicaciones móviles y plataformas web pueden ofrecer información actualizada y relevante directamente a la ciudadanía. Además, es crucial implementar programas educativos que capaciten a la población en la interpretación de estos datos, permitiéndoles tomar decisiones informadas y participar activamente en la protección del medio ambiente.
Reto 2: presentación de datos
Una presentación clara y atractiva de datos es esencial para su comprensión efectiva. El uso de infografías, mapas interactivos y dashboards puede simplificar la interpretación de la información, haciendo que sea accesible para todos, sin importar su nivel de conocimiento técnico. La comunicación debe ser directa, redactada en un lenguaje sencillo y libre de tecnicismos innecesarios, para garantizar que el mensaje llegue de manera efectiva a toda la audiencia.
Ejemplos de iniciativas exitosas
Existen proyectos internacionales que demuestran cómo la generación de datos ambientales puede catalizar la participación ciudadana y optimizar la gestión de recursos naturales. Un ejemplo destacado es el Water Project en África, que utiliza mapas interactivos para monitorear el progreso de proyectos de infraestructura para agua potable. Estos mapas muestran la ubicación de los proyectos, el avance logrado y el número de personas beneficiadas, permitiendo a las personas donantes y a la ciudadanía seguir el progreso de los proyectos, ver fotos y leer historias de las comunidades beneficiadas. Esta transparencia ha aumentado la confianza en los proyectos, incentivando mayores donaciones y participación en la misión de proporcionar agua potable segura.
De manera similar, Crowd Hydrology se destaca por su enfoque en la generación de datos sobre niveles de agua en ríos y arroyos. Este proyecto de ciencia ciudadana permite reportar niveles de agua de manera voluntaria mediante estaciones de monitoreo distribuidas en distintas zonas y mensajes de texto, cuyos datos se visualizan en un mapa interactivo en línea. Esta iniciativa ayuda a las personas científicas y gestoras de recursos hídricos a tomar decisiones informadas.
En México, plataformas como El Espacio de Datos de Información Geoespacial (ESDIG), que es una plataforma impulsada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), proporciona datos abiertos sobre temas ambientales, permitiendo a la ciudadanía identificar problemas como cuerpos de agua afectados por la contaminación y reportar estos problemas a las autoridades. Utilizando los mapas interactivos de ESDIG, la ciudadanía de La Paz, BCS, puede visualizar la calidad de agua subterránea en pozos ubicados dentro de la zona de la Cuenca de La Paz. Dentro de la información más importante se destaca la calidad del agua en términos de su potabilidad tanto para uso humano como para riego o consumo de animales.
ESDIG está diseñado para ser accesible al público en general, proporcionando datos abiertos que pueden ser utilizados para la investigación académica, trabajo de ONG y ciudadanía interesada en temas ambientales.
La mejora en la accesibilidad y la presentación efectiva de este tipo de datos es crucial para fomentar la toma de decisiones informadas en la gestión ambiental. Herramientas como mapas interactivos y aplicaciones web, junto con programas educativos y una comunicación clara, pueden empoderar a la ciudadanía, a personas investigadoras y a responsables de lo público para comprender mejor los problemas ambientales y para tomar acción en la protección del medio ambiente y asegurar un desarrollo sostenible para la región.
La iniciativa Contener La Paz también está marcando una diferencia al proporcionar visualizaciones intuitivas de información compleja sobre el agua en la zona urbana del municipio, mediante una Red de Infraestructura Verde y Azul (RIVA). Esta herramienta pretende facilitar la identificación de riesgos, tendencias y la evaluación de impactos. Es vital promover la transparencia y la difusión de datos para fortalecer la confianza y la colaboración entre distintos sectores, impulsando acciones colectivas para la conservación y el uso sostenible del agua y el suelo.
La disponibilidad de datos precisos y detallados en esta materia también permitirá a las personas tomadoras de decisiones en la región comprender las dinámicas complejas y los desafíos específicos de la gestión del agua y del uso del suelo. Esta información fundamenta la formulación de políticas basadas en evidencia, facilitará la identificación de áreas críticas que requieren intervención urgente, y permitirá evaluar el impacto de las acciones implementadas.
Sin datos claros y accesibles, las decisiones que se tomen en la ciudad de La Paz pueden basarse en suposiciones o información incompleta; o incluso en tendencias de inversión que no han sido cuestionadas. Para enfrentar los desafíos ambientales, especialmente en lo que respecta a la gestión del agua y la adaptación al cambio climático, es crucial adoptar un enfoque coordinado que integre la generación de datos ambientales y la participación ciudadana. La accesibilidad y la presentación efectiva de los datos no solo mejoran la calidad de la toma de decisiones, sino que también fortalecen la participación ciudadana y la gobernanza ambiental.
* Mariana Orozco Camacho es especialista en políticas públicas y gestión integral de la ciudad. Baruch Sanginés es Geógrafo con Maestría en Población y Desarrollo.
Un grupo de científicos logró estimar por primera vez la antigüedad de Pando.
Para el visitante desprevenido, Pando no es más que un hermoso bosque de una especie de álamos llamados temblones.
Pero durante miles de años sus raíces han guardado un secreto genético que lo hace aún más interesante.
Ubicado en un área de 43 hectáreas cerca de Fish Lake, en Utah, Estados Unidos, algunos científicos lo consideran “el organismo vivo más grande y más pesado del mundo”.
¿Por qué?
Resulta que los 47 mil árboles que lo conforman están conectados por un sistema de raíces y son idénticos genéticamente.
“Todos estos árboles son en realidad un solo árbol”, le dijo a BBC Mundo el geógrafo Paul Rogers en 2018.
El fenómeno ha atraído durante décadas a los científicos. Y una de las grandes dudas que había respecto de Pando tenía que ver con su antigüedad.
Aunque desde hace tiempo ha sido considerado como uno de los seres vivos más antiguos de la Tierra, los expertos no sabían con certeza su edad.
Ahora, esa duda se disipó luego de que un equipo de biólogos lograra datarlo por primera vez.
¿Su conclusión?
Pando, el árbol más grande del mundo, tiene al menos 16 mil años.
¿Cómo lograron descubrirlo?
Para estudiar la historia evolutiva de Pando, la bióloga Rozenn Pineau, del Instituto de Tecnología de Georgia, en Atlanta, y sus colegas, recolectaron y secuenciaron más de 500 muestras del árbol, así como de varios tipos de tejidos, incluyendo hojas, raíces y corteza.
El objetivo era extraer datos genéticos, buscando en particular las mutaciones somáticas, que son alteraciones en el ADN que ocurren en las células de un organismo después de la concepción.
Según declaraciones de Pineau recogidas por la revista especializada New Scientist, “al principio, cuando Pando germinó a partir de una semilla, todas sus células contenían ADN esencialmente idéntico”.
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“Pero cada vez que se crea una nueva célula y se replica la información genética, pueden producirse errores que introduzcan mutaciones en el ADN”, explicó.
De acuerdo con el estudio, al observar la señal genética de esas mutaciones presentes en diferentes partes del árbol, los investigadores pudieron reconstruir la historia evolutiva de Pando y estimar su edad.
Cabe recordar que los bosques de álamos se pueden reproducir de dos maneras: una es cuando los árboles maduros dejan caer semillas que luego germinan y, la otra se da cuando liberan brotes de sus raíces, a partir de las cuales nacen nuevos árboles a los que se les llama clones.
Pando no es el único bosque clon, pero sí el más extenso. Como los expertos lo consideran un mismo organismo, suman el peso de todos sus árboles, lo que da como resultado un ser viviente que pesa un estimado de 13 millones de toneladas.
Entre 16 mil y 81 mil años
Los investigadores hicieron tres estimaciones diferentes de la edad de este árbol, pues no estaban seguros de si habían pasado por alto algunas mutaciones o si algunas de las mutaciones que identificaron eran falsos positivos.
Suponiendo que los científicos identificaran correctamente cada mutación en la parte del genoma que secuenciaron, la primera estimación dice que Pando tiene unos 34 mil años de antigüedad.
Si los expertos incluyen posibles mutaciones somáticas no detectadas, la segunda estimación —y la menos conservadora— sugiere que el árbol Pando tendría unos 81 mil años.
Y si se considera que sólo el 6% de las mutaciones que observaron los biólogos son “positivas verdaderas”, Pando entonces tendría 16 mil años.
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Considerando todas estas incertidumbres, Rozenn Pineau y su equipo calcularon que la edad del árbol probablemente se encuentre entre 16 mil y 81 mil años.
“Aunque estos escenarios nos dan cifras bastante diferentes, todos apuntan a una conclusión notable: Pando es antiguo”, dijo Pineau a New Scientist.
“Incluso en su edad estimada más joven (16 mil), este clon de álamo ha estado creciendo desde la última edad de hielo”, agregó.
A través de su cuenta de X (Twitter), Will Ratcliff, otro de los biólogos que participó de la investigación, indicó que “para poner la edad de Pando en perspectiva, incluso según nuestra estimación más conservadora, estaba vivo cuando los humanos cazaban mamuts”.
“Según nuestra estimación más antigua, germinó antes de que nuestra especie abandonara África”, agregó.
En el estudio, en tanto, se indica que “independientemente del escenario, estas estimaciones destacan la notable longevidad de Pando (…), lo que lo convierte en uno de los organismos vivos más antiguos de la Tierra”.
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