El sector energético global en 2025 se definirá, en lo esencial, por el desarrollo de los conflictos en Medio Oriente y Ucrania, por la política energética de la nueva administración en Estados Unidos, así como por el factor impredecible: ¿un invierno más crudo en Europa? ¿Un nuevo conflicto geopolítico?
Quizás por primera vez en la historia de la economía moderna, a pesar de dos guerras en lugares clave para la producción y comercio de hidrocarburos, sumado a una demanda creciente, no se espera un incremento en los precios del petróleo y del gas natural el año entrante. La consolidación de Estados Unidos como la potencia petrolera y gasera indispensable permite a Occidente contar con un suministro confiable y suficiente. No se trata de un cambio menor.
En lo que refiere a la transición energética, las tecnologías solar fotovoltaica y eólica mantendrán su auge, con estimaciones de 250 nuevos GW y China como el principal mercado. De igual relevancia en este rubro es el retorno de la energía nuclear en el mundo desarrollado, impulsado por el imperativo de la seguridad energética en un entorno global convulso.
México tiene la fortuna de estar en una región del mundo con abundancia de energía. El reto para el siguiente año recae en lo político, en la habilidad de la presidenta Claudia Sheinbaum para balancear los objetivos de soberanía energética –pilar de la plataforma política de su coalición– y las restricciones presupuestales, técnicas y operativas que enfrenta el Gobierno Federal.
Cinco aduanas serán claves para los prospectos del sector energético en 2025. Primero, la toma de posesión del expresidente Donald Trump el 20 de enero, con una agenda ambiciosa en términos de desarrollo de infraestructura de hidrocarburos, potencialmente cambiará el panorama de energía a nivel regional con un impulso a proyectos de gas natural.
Segundo, el Plan Nacional de Desarrollo, que deberá presentarse hacia el final de febrero, plasmará en blanco y negro la visión, objetivos y proyectos prioritarios de la administración entrante.
Tercero, la legislación secundaria de la reforma energética, que con alta probabilidad se presentará al Congreso de la Unión durante el primer trimestre del año, tendrá que definir la nueva naturaleza de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como empresas públicas, así como aterrizar el concepto de “prevalencia” del actor estatal sobre el resto de los participantes en el sector eléctrico. Con ello se determinará en buena medida las posibilidades de crecimiento –o no– del sector para el periodo 2025-2030.
Cuarto, la legislación secundaria de la reforma a los reguladores de competencia, cuya presentación se espera también en el primer trimestre del año, será fundamental para enviar un mensaje de certidumbre para las inversiones al aclarar cuestiones críticas como si habrá o no cuerpos colegiados en los nuevos reguladores y si, efectivamente, tendrán independencia del ámbito ministerial (de las secretarías de Economía y Energía) y de las empresas estatales (Pemex y la CFE) en sus decisiones.
Quinto, la elección de juzgadores durante el verano, aunque no relacionada directamente con el sector energético, es la aduana que tendrá probablemente el mayor impacto de mediano plazo sobre el mismo –y en términos generales sobre las posibilidades de crecimiento de la economía mexicana–. Si el proceso se percibe deseado y parcial, México perdería atractivo como destino para la industria, al mismo tiempo que estaría abriendo la puerta a querellas comerciales y de inversión.
Ante los pronósticos de un magro crecimiento económico, el acceso a energía abundante y a precios competitivos es una de las principales ventajas comparativas del país para atraer inversiones de alto valor agregado. Primero, sin embargo, habrá que sortear estas cinco aduanas.
* Oscar Ocampo (@OscarOcampo) es coordinador de energía y medio ambiente.
Dos suicidas intentaron inmolarse durante la visita del papa Francisco a Irak en 2021, pero sus planes fueron frustrados gracias a una información recogida por la inteligencia británica.
Un plan para asesinar al papa Francisco durante un viaje a Irak pudo evitarse gracias a un aviso de los servicios de inteligencia británicos, según relata él mismo en la autobiografía que será publicada el próximo enero.
El pontífice cuenta que, tras aterrizar en Bagdad en marzo de 2021, le informaron de que dos terroristas suicidas iban a atentar contra un acto en el que iba a participar.
Ambos atacantes fueron interceptados y abatidos, según relata en extractos publicados por el diario italiano Corriere della Sera.
El viaje, que se prolongó durante tres días en plena pandemia de coronavirus, fue la primera de un jefe de la Iglesia católica a Irak y contó con una intensa operación de seguridad.
La violencia sectaria había aumentado en Irak en los años anteriores a su visita, con enfrentamientos entre musulmanes chiítas y sunitas, así como con persecuciones a minorías religiosas.
La comunidad cristiana del país se había reducido drásticamente, especialmente a causa del grupo Estado Islámico y otros extremistas sunitas.
En extractos de su autobiografía, el Papa dice que “casi todo el mundo me desaconsejó” la visita, pero sintió que “tenía que hacerlo”.
Según Francisco, el complot fue descubierto por los servicios de inteligencia británicos, que avisaron a la policía iraquí y esta, a su vez, se lo comunicó a su equipo de seguridad cuando aterrizó.
“Una mujer cargada de explosivos, una joven terrorista suicida, se dirigía a Mosul para inmolarse durante la visita papal”, explica.
“Y una furgoneta también había partido a gran velocidad con la misma intención”.
El pontífice añade que al día siguiente preguntó a un responsable de seguridad qué había pasado con los presuntos atacantes.
“El (funcionario) respondió lacónicamente: ‘Ya no están’. La policía iraquí los había interceptado y volado por los aires”, relata Francisco en la autobiografía.
El libro, titulado Hope (“Esperanza”), escrito con el autor Carlo Musso, se publicará el 14 de enero en unos 100 países.
Junto con el “concentrado de humanidad” que Jorge Bergoglio vivió en las villas miseria de Buenos Aires, la “flecha al corazón” que experimentó en Irak son temas centrales en la autobiografía, según el portal de noticias Vatican News.
El Vaticano no respondió inmediatamente a una petición de comentarios, según la agencia de noticias Reuters.
Los viajes del papa Francisco se han diferenciado de los de sus antecesores porque no han tenido como destino los grandes centros católicos del mundo -Europa, Sudamérica y regiones de África-, sino que ha viajado allí donde los cristianos son minoría.
Después de visitar Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Japón y Corea del Sur, en 2021 el pontífice recaló en Irak.
El país es importante para el cristianismo, el judaísmo y el Islam, ya que en la región iraquí de Ur se cree que nació Abraham, considerado patriarca de las tres grandes religiones monoteístas.
En Irak vive una minoría cristiana que está al borde de la extinción debido, entre otras razones, a la persecución que sufrió durante años de grupos radicales como Estado Islámico.
En su visita, Francisco se reunió con el principal líder religioso chiíta, el ayatolá Ali al Sistani, en un encuentro histórico entre las dos religiones.
Para ello Francisco viajó a la ciudad sagrada de Najaf, a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, principal centro religioso de este rama del islam y centro de peregrinación de chiítas de todo el mundo.
El ayatolá es una de las figuras más poderosas del Islam y sus fatuas (edictos religiosos) hicieron que muchos musulmanes se movilizasen en 2014 contra Estado Islámico, con al creación de la Multitud Popular.
En Mosul, en el norte del país, Estado Islámico construyó su brutal feudo y desde allí dirigió sus sanguinarias campañas que forzaron a una gran parte de la población cristiana a huir.
Desde las ruinas de una iglesia de Mosul, el Papa pidió a los cristianos de Irak que perdonaran las injusticias cometidas contra ellos y se centraran en la reconstrucción.
El pontífice relata en su libro sus primeras impresiones sobre Mosul: “Una de las ciudades más antiguas del mundo”, dice, “rebosante de historia y tradiciones, que vio pasar diferentes civilizaciones y fue símbolo de la coexistencia pacífica de diversas culturas en un solo país -árabes, kurdos, armenios, turcos, cristianos, sirios- apareció ante mis ojos como un campo de escombros después de tres años de ocupación por el Estado Islámico, que la había elegido como su bastión”.
Vista desde un helicóptero en el que llegó, cuenta que el territorio parecía “una radiografía del odio, uno de los sentimientos más eficaces de nuestro tiempo“, recoge Vatican News.
Desde la invasión de EE.UU. a Irak en 2003 y hasta 2019, la comunidad cristiana iraquí se redujo en un 83%: de más de 1,5 millones de cristianos a apenas 250.000.
Se estima que al menos un millón de ellos huyeron a Europa y EE.UU. debido a los conflictos internos originados por la invasión y otros fueron desplazados por los grupos islamistas.
La presencia cristiana en Irak se remonta casi a la misma aparición de esta religión en la historia. De hecho, son muchas más las localidades y los lugares nombrados en la Biblia que están ubicados en este país los que se ubican en la llamada “Tierra Santa” de Israel y los territorios palestinos.
En septiembre, la policía indonesia también detuvo a 7 personas que pplaneaban, al parecer, atentar contra Francisco durante la visita que realizó al país asiático, según publicó la prensa local.
En el registro de la vivienda de uno de los detenidos la policía indonesia encontró arcos y flechas, una bandera del Estado Islámico y un dron.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección del mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en el nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.