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El clóset de las madres
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El clóset de las madres

Cuando saqué a mi hijo del clóset con la pregunta y le pedí que se quedara adentro, que no dijera nada, así me quedé yo con él por un tiempo, dentro de mi clóset de mamá con un hijo gay.
03 de octubre, 2024
Por: Mariola Rubio López

Soy Mariola Rubio López, Sinaloense. Vivo en la Ciudad de Culiacán. Casada, con cuatro hijos, uno de ellos es gay. Les contaré un poco de la historia de mi hijo Pedro y yo.

En el año de 2010, cuando Pedro tenía 17 años, sucedió algo que cambió mi vida, la de él y de toda la familia. El estilista que nos cortaba el cabello a mis hijos y a mí me dijo, entre apenado e indeciso, que tenía algo que decirme, y que era delicado. “Pedro, su hijo, se me está insinuando”. Este chico era mucho mayor que Pedro. Le estoy y estaré agradecida de por vida por esta confidencia.

En ese momento sentí literalmente que la tierra a mis pies se abría en un profundo abismo; muchas cosas pasaron por mi mente. ¿Seré yo la causante de esto? ¿Qué hago ahora? ¿A quién le pido ayuda? ¿Será verdad o sólo una etapa de Pedro y se le va a pasar? ¿Con qué especialista lo llevo para que le corrija eso? Fue una etapa de mucho dolor. Me daba temor que fuera verdad, que le fuera a pasar algo por ser gay. Que lo fueran a golpear y hasta a matar. Que se fuera de la casa y ya no lo volviera a ver nunca era mi mayor miedo. Pasaron tantos pensamientos por mi mente y lo único que sí tenía claro era que no lo quería seguir dejando solo con esto.

Me armé de valor durante dos meses para atreverme a preguntarle. Así que un ocho de enero de 2011 por la tarde, sentados en un sillón largo, le hice la pregunta. “Hijo, te voy a preguntar algo y quiero que me digas la verdad. Alguien me dijo que te gustan los hombres. ¿Es verdad que eres gay? ¿Eres homosexual?”. Se quedó en silencio por un rato mirándome con miedo, sin saber qué responder, y con un SÍ MAMÁ, SOY GAY fue como iniciamos este camino. Entre confusión y dolor, recuerdo que le dije que me diera tiempo de investigar al respecto, que yo no sabía nada de eso. “Yo te amo hijo, eso no lo dudes nunca, pero es un shock esta noticia. Y con toda la paciencia me respondió que sí, que él haría lo que le pidiera. Lo acosé con muchas preguntas, que hoy entiendo no tenían sentido ni fundamento. ¿Te violaron de niño, alguien te agredió? “No, mamá, nadie me hizo nada”. ¿Alguien te está obligando a hacer esto? “No, mamá”. ¿Desde cuándo está pasando esto? “Siempre lo he sentido, siempre lo he sabido; me gustan los niños, no las niñas”. Y así lo acribillé de preguntas sin sentido. Literalmente, como se dice, lo saqué del clóset, pero lo obligué a quedarse más tiempo. Eso fue muy doloroso para él.

Cabe resaltar que somos una familia conservadora, y éramos sumamente religiosos. Tanto mi esposo como yo fuimos educados en colegios católicos de monjas. Nos casamos muy jóvenes y empezamos a tener familia. Nuestras familias son conservadoras también.

Lo llevé a que platicara con un sacerdote, con un sexólogo, con una psicóloga, un endocrinólogo, para ver si era hormonal y con una pastilla se corregía. Fueron dos años muy difíciles tanto para él como para mí. Entré en depresión total. Me sentía tan culpable por no haberlo sabido educar “bien”.

Durante estos dos años le pedí que no dijera nada, que no pusiera nada en las redes, que no subiera fotos con nadie, que no llevara a ningún novio a la casa, que se vistiera como hombre, que se moderara con los ademanes. Lo agredí con mis comentarios hirientes, lo agredí obligándolo a ir con cuanto especialista se me ocurría, y así muchas cosas que fueron haciendo que él se enojara cada vez más conmigo.

Cuando lo saqué del clóset con la pregunta y le pedí que se quedara adentro, que no dijera nada, así me quedé yo con él por un tiempo, dentro de mi clóset de mamá con un hijo Gay (nota: seguiré poniendo Gay con mayúscula como un realce al tema). Hasta que mi hija, muy enojada, me dijo que si seguía así, lo perdería a él y a ella también. Que ya lo dejara en paz y lo dejara ser él mismo. Recuerdo que fueron dos años muy difíciles y sobre todo fue sumamente difícil decirles a mis papás que mi hijo es Gay. Lloré tanto con ellos. Sentía culpa, tristeza, dolor en el corazón y en el cuerpo. Y ellos en su gran amor me dijeron que me apoyaban en todo y que yo le apoyara a él, que no estábamos solos. Mi temor era su rechazo, hacia mí y hacia él y fue todo lo contrario. Otra de las cosas muy difíciles fue que mis amigas y la familia extendida se enteraran de la orientación sexual de Pedro.

Fue una “salida del closet” de nosotros como sus padres. Tenía miedo al rechazo social, a las habladurías, al juicio, cosa que sí pasó. Perdí muchas amigas que veían mal que apoyara abiertamente a Pedro, incluso algunos familiares lo veían mal. Pero eso ya no me importó, lo importante era que ya estaba más tranquila y decidida a apoyarle y acompañarle. De allí en adelante busqué ayuda en otro lugar. Me puse en contacto con un primo mío, activista Gay en Estados Unidos, educador comunitario en temas de diversidad sexual. Con el apoyo de Marco Castro-Bojorquez, mi hijo y yo empezamos a tener mejor relación, y poco a poco fui comprendiendo y aceptando su orientación sexual.

Iniciamos un grupo de apoyo para otras familias en 2015, con la información y la metodología de las comunidades migrantes de Estados Unidos. A través de él encontré la Asociación Internacional de Familias por la Diversidad Sexual, fundada en el año 2002, y las estadísticas de aceptación familiar de la doctora Caitlyn Ryan y lo que provoca el rechazo familiar en los jóvenes LGBTIQ+, que me hicieron recapacitar de mis acciones de rechazo hacia Pedro.

Mi vida y la de toda la familia fue tomando mejor rumbo. En 2016 tuve la oportunidad de ir a la ciudad de San José de Costa Rica a la VI Convención de Familias por la Diversidad Sexual, con el apoyo de una beca total. Fue un evento maravilloso en el que principalmente conocí a otras familias como la mía y ya no me sentí sola. El recibimiento de la señora Miriam Angel y su abrazo acogedor fueron un bálsamo para el alma. Encontré información confiable y por fin la luz al final del túnel. Fue de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Pasamos tres días de ponencias y actividades hermosas con familias de varios países de Latinoamérica. Llegando de regreso a mi ciudad, registré Corazón Abierto, Familias LGBTIQ+ como asociación civil. Somos parte de una red de 22 países de habla hispana y portuguesa como familias diversas apoyando a familias con información y acompañamiento amoroso.

Tenemos mucho que desaprender de lo que como sociedad nos han inculcado. Los prejuicios y los valores mal entendidos, el rechazo injustificado, los mitos y las realidades de la diversidad sexual. Tenemos que aprender desde lo científico lo que significa orientación sexual, identidad de género, expresión de género. Tenemos que saber que el rechazo y la discriminación causan estragos en la salud y en la vida de nuestres hijes. Cómo nosotros, su padre y madre, tenemos el poder de voltear las estadísticas a su favor y no en contra. Porque sabemos que no se elige ni la orientación sexual ni la identidad, y que no es algo terrible, al contrario, es algo maravilloso tenerles en nuestra familia.

¿Qué les puedo decir a las familias? Apoyen a sus hijos e hijas. Escúchenles, sobre todo. Elles nos dan una gran lección de amor y aceptación. Busquen otras familias con hijes LGBTIQ+. Busquen profesionales sexólogos capacitados en este tema. Sepan que existen muchos grupos de apoyo en todo México. No tiene precio platicar con otra mamá o papá y te diga “YO TAMBIÉN”. Yo también lo viví así, yo también tuve miedo, yo también me sentí culpable. Yo también me equivoqué, yo también le agredí. Y lo más importante: ahora “YO TAMBIÉN LO ESTOY APOYANDO  Y TODO MEJORA CON NUESTO APOYO”, “Mi tema fue salir del clóset como madre” y salir del clóset para mí y para mi hijo, fue lo mejor. Ya no estaba sola, pude moverme.

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Imagen BBC
Los lugares en la Tierra donde puedes encontrar los paisajes de ‘El Señor de los Anillos’ de Tolkien
8 minutos de lectura

Si bien las historias de Tolkien se desarrollan en el reino ficticio de la Tierra Media, los impresionantes paisajes de los libros, películas y series de TV son reales.

29 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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El primer libro de la trilogía de “El Señor de los Anillos” de J. R. R. Tolkien, “La Comunidad del Anillo”, se publicó hace 70 años, en el verano de 1954.

Sin embargo, ese no es el único hito reciente para el legendarium de Tolkien: la segunda temporada de la épica serie de televisión, “Los anillos del poder”, se lanzó el 29 de agosto de 2024.

Como corresponde a la serie de fantasía épica definitiva, los escenarios son magníficos, desde campiñas onduladas y bucólicas hasta valles profundos y desiertos desolados.

Y aunque las historias de Tolkien tienen lugar en el reino ficticio de la Tierra Media, los paisajes imponentes de los libros, películas y programas de televisión no son tan sobrenaturales como podrías imaginar.

Muchos de ellos están basados ​​en lugares del mundo real y visitarlos hace que tanto los paisajes en sí como los mundos imaginarios que inspiraron a Tolkien cobren vida.

La ruta de Tolkien: Lancashire, Inglaterra

Mientras escribía El Señor de los Anillos en la década de 1940, Tolkien vivió durante un tiempo en el Stonyhurst College, un prestigioso internado de Lancashire en el que su hijo era profesor.

Se sabe que el escritor paseaba a menudo por los bosques y las ondulantes colinas del valle de Ribble, y se cree que se inspiró en ese lugar al crear la Comarca, la patria rural de los hobbits.

Camino entre un bosque
El Tolkien Trail de 11 kilómetros revela cómo el escritor se inspiró en los hermosos paisajes de Lancashire. Foto: Daniel Stables

Hoy en día, los aficionados pueden explorar la zona a través de la Ruta de Tolkien, inaugurada en 2002, que lleva a los excursionistas a través de los mismos paisajes que inspiraron al autor.

La ruta comienza en el pueblo de Hurst Green, en el evocador pub Shireburn Arms del siglo XVII, que el autor frecuentaba.

A continuación, serpentea durante unos 11 kilómetros a través de ondulantes tierras de cultivo, pasando por los grandes edificios del Stonyhurst College y por monumentos históricos como el puente de Cromwell, un puente para caballos de carga cubierto de vegetación que alguna vez utilizó Oliver Cromwell en la guerra civil inglesa.

Aunque Tolkien no documentó directamente la influencia de los lugares a lo largo de la ruta, hay varias fuentes de inspiración probables.

La ruta pasa por la majestuosa casa de Hacking Hall, donde, durante la época de Tolkien, había una barcaza de madera, el Ferry de Hacking, que transportaba gente a través del río Ribble.

En “La Comunidad del Anillo”, el Ferry de Bucklebury (también fuera de una casa señorial, Brandy Hall) transporta a los hobbits a través del río Brandywine de manera similar mientras huyen de un temible jinete espectral.

Y la familia terrateniente local cerca de Stonyhurst se llamaba los Shireburns, y el río Shirebourne, que lleva el mismo nombre, aparece en la geografía de la Tierra Media de Tolkien.

El puente de Cromwell, en el río Hodder, Lancashire, Inglaterra.
El puente de Cromwell, en el río Hodder, Lancashire, Inglaterra. Foto: Getty Images

Los mapas de Tolkien, por su parte, representan la convergencia de tres ríos (el Shirebourne, el Withywindle y el Brandywine) de una manera que refleja exactamente la confluencia de los ríos Hodder, Ribble y Calder en Lancashire.

Además, la iglesia de Santa María en el cercano pueblo de Newchurch-in-Pendle tiene una característica inusual: una talla en forma de ojo a mitad de la torre, conocida como el Ojo de Dios, que se parece al Ojo de Sauron que todo lo ve de los libros y películas de “El Señor de los Anillos”.

Garganta de Cheddar: Somerset, Inglaterra

La mayoría de los lugares de la vida real asociados con las imaginaciones de Tolkien de la Tierra Media se basan en conjeturas.

Pero hay un lugar que el propio escritor confirmó como una inspiración para El Señor de los Anillos.

Tolkien y su esposa Edith se casaron en 1916 y pasaron su luna de miel en el pueblo de Clevedon, en Somerset.

Durante su estancia allí, visitaron uno de los paisajes más asombrosos de Gran Bretaña: Cheddar Gorge, un valle de piedra caliza escarpado, lleno de cuevas, cuyas paredes están adornadas con intrincadas formaciones rocosas, estalagmitas y estalactitas.

Cuevas con intrincadas formaciones rocosas, estalagmitas y estalactitas.
El propio Tolkien confirmó que las cuevas de Cheddar Gorge inspiraron su obra. Foto: Alamy

El autor —siempre casado, al menos en parte, con su trabajo— fue tomando notas en plena luna de miel.

En 1971 confirmó en una carta privada (publicada en 1981 como parte de Las cartas de J. R. R. Tolkien) que las cuevas de la garganta de Cheddar inspiraron las Resplandecientes Cuevas del Abismo de Helm en El Señor de los Anillos.

Si visitas la cueva de Gough, la más famosa de las cuevas de Cheddar, probablemente reconocerás elementos de la descripción de Tolkien de las Cuevas Resplandecientes: “columnas de color blanco, azafrán y rosa del amanecer… estriadas y retorcidas en formas oníricas“.

Denize Bluffs : Waitomo, Nueva Zelanda

Los fanáticos de El señor de los anillos reconocerán al instante Denize Bluffs, una zona de formaciones rocosas y arbustos silvestres en la Isla Norte de Nueva Zelanda.

En las películas, este paisaje aparece en la película precuela El hobbit: Un viaje inesperado como Trollshaws, un bosque en la ladera donde Bilbo Bolsón se encuentra con algunos trolls hostiles.

En la serie de televisión, Denize Bluffs forma parte del hogar en las tierras altas de los Harfoots, los hobbits protagonistas de la serie.

En realidad, Denize Bluffs se encuentra en una granja de ganado y ovejas de propiedad privada que ha pertenecido a la misma familia durante tres generaciones.

Los administradores actuales, Warrick y Suzie Denize, están muy orgullosos de la asociación de El Señor de los Anillos y ahora organizan Hairy Feet Waitomo: visitas guiadas a la propiedad que recorren las distintas localizaciones que aparecen en las películas y programas de televisión, y les dan vida con historias del mundo del espectáculo de la producción.

La granja se encuentra unos 13 kilómetros al oeste de la ciudad de Piopio.

Stow-on-the-World: Gloucestershire, Inglaterra

Tolkien era un hombre profundamente religioso y, aunque siempre refutó la teoría de que El Señor de los Anillos era una alegoría cristiana, la obra está impregnada de espiritualidad.

Tolkien pasó su vida profesional como profesor en la Universidad de Oxford y se sabe que visitaba a menudo los cercanos Cotswolds, una pintoresca zona de pueblos de piedra dorada, suaves colinas e iglesias muy fotogénicas.

Una de esas iglesias, la de San Eduardo, en la ciudad de Stow-on-the-Wold, ha sido señalada durante mucho tiempo como una posible fuente de inspiración para el autor.

Su puerta norte es una de las puertas más fotografiadas del país: está tallada en madera maciza con clavos, coronada con un arquitrabe arqueado y de la que cuelga una lámpara de aceite.

Su característica más llamativa son los dos árboles que flanquean la puerta, plantados hace tres siglos y ahora enormes, retorcidos y nudosos, que han crecido hasta formar parte de la estructura de la propia iglesia.

Puerta de la iglesia
La iglesia de San Eduardo, en Stow-on-the-Wold, ha sido considerada durante mucho tiempo como una posible fuente de inspiración para Tolkien. Foto: Alamy

Tolkien acompañó sus escritos con hermosas obras de arte dibujadas a mano, una de las cuales representa las Puertas de Durin, una entrada oculta al interior de una montaña que alberga la ciudad enana de Khazad-dûm.

Su dibujo, aunque estilizado, es casi idéntico a la puerta norte de la iglesia de San Eduardo, desde los árboles que marcan la entrada hasta la lámpara que cuelga sobre ella, lo que dio lugar al rumor de larga data de que fue allí donde encontró la inspiración para sus míticas puertas de montaña.

Parque Nacional del Teide: Tenerife, España

Los desiertos lunares de Tenerife ocupan un lugar destacado en la nueva serie Los anillos del poder, como un páramo estéril por el que viaja el misterioso mago que ha perdido la memoria con dos hobbits.

Los indígenas guanches de Tenerife creían tradicionalmente que el Teide era la puerta de entrada al dominio del inframundo de la malévola deidad Guayota, y no es difícil entender por qué, con sus vientos feroces, su calor abrasador y sus llanuras polvorientas salpicadas de árboles retorcidos y esqueléticos.

Volcán que se ve rosado
El Teide en Tenerife fue seleccionado como escenario real del reino de Rhûn. Foto: Getty Images

No es sorprendente que se eligiera el Teide como escenario real del reino de Rhûn, que, en las obras de Tolkien, es una misteriosa región de corrupción moral y hechicería oscura.

El Teide es un volcán activo (no ha entrado en erupción desde 1909) y las caminatas por el volcán son una actividad popular en el parque, aunque también hay un teleférico si te sientes menos aventurero.

Fiordland: Isla Sur, Nueva Zelanda

Toda la serie cinematográfica de El Señor de los Anillos se rodó en Nueva Zelanda, la patria del director Peter Jackson.

Los ríos y bosques de Fiordland (una región de montañas nevadas y con laderas verdes que se precipitan hacia ensenadas excavadas por glaciares, conocidas como “sounds”) tienen un lugar destacado en las películas.

Se trata de la región más virgen y con mayor biodiversidad de Nueva Zelanda, por lo que no sorprende que Jackson la eligiera para representar algunas de las partes más salvajes de la Tierra Media.

Bosque denso con los troncos de los árboles cubiertos de musgo
Fiordland, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, fue elegido para representar algunas de las partes más salvajes de la Tierra Media. Foto: Getty Images

Los bosques de Fiordland también se utilizaron como Bosque de Fangorn, hogar de los misteriosos Ents: árboles gigantes parlantes que ayudan a los hobbits en su lucha contra el mago oscuro, Saruman.

Otros lugares de Fiordland que aparecen en las películas incluyen el río Waiau, que sustituyó al río Anduin de Tolkien, el río más largo de la Tierra Media, que aparece en la primera toma aérea de La Comunidad del Anillo.

Para explorar Fiordland, la mayoría de los visitantes se alojan en la ciudad de Te Anau, junto al lago, hogar de una amplia gama de hoteles, restaurantes y operadores turísticos que organizan excursiones de senderismo y paseos en barco al Parque Nacional Fiordland.

*Si quieres leer el artículo original en inglés, haz clic aquí

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