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4 minutos de lectura

El oligopolio escondido en nuestros bolsillos

Considerar nuestro contexto político, económico y social será crucial para que este nuevo marco regulatorio funcione realmente y beneficie a las personas de nuestro país.
05 de abril, 2025
Por: Martha A. Tudón M.

Nuestros celulares están habitados por un número muy reducido de empresas de las que dependemos para comunicarnos, informarnos, expresarnos y organizarnos -como Meta, (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp), Alphabet (propietaria de Google y YouTube), TikTok y X, por mencionar las principales-.

Estas empresas, naturalmente, se gestionan con ánimos de lucro. Sostienen su operación a través de la venta de pautas publicitarias en una economía que busca conocer a quienes navegan sus espacios y atrapar su interés, al mismo tiempo en que recopilan y venden sus datos personales para distintos fines. Y como su modelo de negocios depende de conseguir la interacción y presencia sostenida de las personas usuarias, las empresas privilegian mostrar contenidos situados en extremos políticos o que provocan reacciones emocionales que captan rápidamente la atención, en lugar de acercar a las personas a aquellos contenidos de espectros distintos que muestren la diversidad y pluralidad de perspectivas y percepciones sobre temas de interés individuales y colectivos.

Es decir, abruman a las personas usuarias con contenidos que fomentan el uso masivo y, a menudo, hasta compulsivo de las redes sociales, en lugar de mostrar con el mismo nivel de esmero contenidos que puedan enriquecer nuestras cosmovisiones. Es así como dichas empresas consolidan un gran poder de decisión sobre los términos en los que ejercemos nuestra libertad de expresión y derecho a la privacidad en el entorno digital.

Y mientras que se priorizan y censuran contenidos de forma arbitraria, inconsistente e incompatible con estándares de derechos digitales, que se suspenden y bloquean cuentas o perfiles que están teniendo un uso perfectamente legítimo de los espacios digitales, y que se extraen, comparten o venden datos personales, realmente no tenemos forma de castigar estas actitudes, ni mucho menos de poder impugnar o negociar los términos y condiciones a los que estamos sujetos.

En un mercado de competencia económica funcional, las personas consumidoras -es decir, las personas usuarias para este caso- deberían tener la capacidad de alejarse de estos comportamientos vagos y abusivos y de las empresas que se aprovechan de ellas, para optar por otras alternativas en la industria que ofrezcan mejores términos y condiciones. En lo que respecta a las plataformas de redes sociales, significaría que las personas pudieran optar por habitar espacios digitales donde se proteja su expresión y privacidad.

Sin embargo, en el mercado digital -especialmente en lo que respecta de las redes sociales- esto no es una realidad. La falta actual de competencia económica implica que las empresas preponderantes o que ya consolidan un gran poder de mercado ni siquiera tengan que ganarse la preferencia de las personas usuarias para que naveguen sus espacios. A fin de cuentas, no es sencillo para las personas usuarias el tomar la decisión de abandonarlos: es ahí donde ya existen sus contactos, redes y debates de los cuales forman parte. Irse de ellos puede implicar costos sociales, laborales e, incluso, ciudadanos. 

Las empresas en este ámbito actúan como oligopolio, ejerciendo un control desmedido sobre el mercado digital en sí mismo, actuando para aplastar a la competencia (otras compañías más chicas, incluso locales o que tengan modelos de negocios menos explotativos) para terminar de consolidar su dominio. Y, desafortunadamente, la falta de competencia genera altos costos para las personas, particularmente en términos de protección de sus derechos humanos. 

Son por estas razones que cada vez cobra mayor relevancia el debate sobre la legislación de competencia económica, la cual puede establecer controles y contrapesos sobre el enorme poder corporativo y oligopólico al que nos enfrentamos actualmente. La competencia podría potencialmente proteger, o restablecer, la estructura competitiva del mercado: mantenerlo abierto y justo, para que las empresas puedan competir por méritos propios e innovar, y las personas consumidoras (o usuarias, en este caso) tengan opciones, lo que puede contrarrestar las relaciones de explotación que describen lo que se vive actualmente entre empresas y personas usuarias.

Si bien la legislación en esta materia no sustituye a las normas y estándares de derechos humanos, al utilizarlos conjuntamente ambos enfoques pueden empezar a desbaratar el poder de estas empresas, generar mayor rendición de cuentas y mejorar las condiciones en las que se ejercen los derechos digitales.

Actualmente, el Congreso de la Unión mexicano está próximo a discutir una nueva legislación en materia de competencia, lo que representa una oportunidad inigualable para modernizar el marco regulatorio para que haga frente a los desafíos que implican la evolución propia de las tecnologías y la apropiación de éstas en la vida de las personas, y fortalecer así la competencia en el mercado digital. Esta coyuntura brinda la posibilidad de rediseñar la autoridad de competencia económica, estableciendo atribuciones claras y una institucionalidad sólida que permitan una actuación eficaz y autónoma frente a las conductas abusivas de estas empresas, protegiendo los derechos humanos en la economía digital.

Las personas legisladoras tendrán el reto de adaptar las herramientas y conceptos regulatorios emergentes al contexto y mercado nacional. Si bien las empresas son las mismas dominantes en todo el mundo, considerar nuestro contexto político, económico y social será crucial para que este nuevo marco regulatorio funcione realmente y beneficie a las personas de nuestro país.

*Martha A. Tudón es oficial de Derechos Digitales ARTICLE 19 México y Centroamérica.

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Imagen BBC
Conoce a los Sentinel, la tribu indígena de la India que vive aislada hace miles de años
5 minutos de lectura

La isla Sentinel es el lugar donde viven una de las tribus más aisladas del mundo.

05 de abril, 2025
Por: BBC News Mundo
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Poco se sabe de los habitantes de la isla Sentinel Norte, ubicada en medio del océano Índico. No se conoce qué idioma hablan, ni cuál es el número exacto de indígenas que viven aislados en este lugar a 1.200 km de la India continental.

El misterio en torno a esta pequeña tribu ha llevado a varios curiosos a intentar acercarse a ellos, algo que las organizaciones defensoras de los pueblos indígenas describen como una “nueva y creciente amenaza” para los habitantes del lugar.

Sobre todo después de lo sucedido el 31 de marzo, cuando Mykhailo Viktorovych Polyakov, un turista estadounidense de 24 años, desembarcó en la isla sin autorización.

En un nuevo intento de un visitante por conocer a los miembros de esta comunidad, Polyakov no solo llegó a grabar parte de su recorrido sino que incluso dejó una lata de refresco y un coco en la orilla.

Debido a que el ingreso está restringido -por una ley de 1956 que busca proteger la integridad de los habitantes del lugar- las autoridades locales de India detuvieron al joven estadounidense.

Mapa Isla Sentinel del Norte.
BBC
La isla de Sentinel está ubicada a 1.200 km de la India continental.

“Los influencers son considerados una amenaza creciente para esta tribu indígena aislada”, le dice a BBC Mundo Janhavee Moole, periodista de BBC Marathi, desde Bombay.

Antropólogos y activistas de India han expresado su preocupación por los intentos de contacto con la tribu de algunos individuos en los últimos años. Consideran que la tribu ha dejado claro más de una vez su deseo de no tener contacto con gente ajena al lugar, y exigen que eso se respete.

La organización de defensa de los derechos de los pueblos indígenas, Survival International, aseguró que con su visita, el estadounidense puso en peligro su propia vida y la de la tribu.

Además, calificó al hecho de “profundamente perturbador” y alertó que los influencers suponen una “nueva y creciente amenaza” para este tipo de tribus.

Por su parte, las autoridades de Estados Unidos informaron que están al tanto del caso y que “seguirán de cerca la situación”.

Pero, ¿quiénes son los habitantes de Sentinel y cuál es el riesgo de visitarlos?

Aislados de India

Esta tribu vive en una pequeña isla llamada Isla Sentinel Norte, en el archipiélago de Andamán y Nicobar, un grupo de islas a unos 1.200 km de la India continental.

En ellas viven cinco tribus consideradas “particularmente vulnerables”. Estas incluyen a los jarawas y a los sentineleses del norte, quienes permanecen en gran medida aislados del resto del mundo.

Lo poco que se sabe de estos últimos es que migraron hace unos 60.000 años de África, son una de las muy pocas tribus cazadoras-recolectoras del mundo y habitan en una pequeña zona selvática.

Los expertos estiman que entre 50 y 200 personas integran la tribu, aunque no se conocen los números con exactitud. Aún no se conoce su cultura, ni siquiera su idioma, que es notablemente diferente al de otras lenguas de las islas cercanas.

También los distingue el uso de arco y flechas, herramientas con las que cazan y se defienden, y han demostrado ser hostiles con los extranjeros.

“Los sentineleses son conocidos por su hostilidad hacia cualquier extranjero. Suelen evitar cualquier intento de contacto y, en ocasiones, han respondido con fuerza letal”, dice Moole.

En 1974, un director de cine que visitó el lugar recibió un flechazo en una pierna, cuando su equipo intentaba filmar un documental para National Geographic.

Y en noviembre de 2018, John Allen Chau, un estadounidense de 27 años, fue asesinado por la tribu tras visitar la isla.

Funcionarios locales dijeron que el joven era un misionero cristiano.

Le dispararon con arcos y flechas. Los informes de entonces sugerían que había sobornado a pescadores para que lo llevaran a la isla.

Un hombre de la tribu de la isla Sentinel.
INDIAN COASTGUARD/SURVIVAL INTERNATIONAL
Los distintos intentos por acercarse a los pobladores del lugar han fracasado.

Islas estratégicas

Investigadores indios realizaron algunos estudios e intentaron establecer contacto con la tribu.

En 1991, distribuyeron algunos regalos dulces como cocos e intentaron comunicarse en lenguaje de señas pero no recibieron una buena respuesta. Por ese motivo, poco más tarde, el gobierno indio abandonó estas expediciones y prohibió a los forasteros acercarse a la isla.

Tras el tsunami de 2004, el gobierno realizó un reconocimiento para asegurarse de que los isleños estuvieran vivos, pero cuando los helicópteros sobrevolaron la isla, las personas del lugar les dispararon con flechas.

El conjunto de islas, de la que forma parte Sentinel, es estratégicamente importante para India, ya que se ubican en la Bahía de Bengala, cerca de las principales rutas marítimas del Indopacífico.

Por eso, este lugar se establece como un punto estratégico para supervisar el tráfico marítimo en el Estrecho de Malaca, una ruta comercial clave para muchos países, incluida China.

Por esta razón, India ha estado buscando construir un puerto internacional de transbordo de contenedores similar al de Hong Kong en la región. Sin embargo, muchos creen que estos proyectos podrían representar una amenaza existencial para esta tribu.

Las islas de Andamán y Nicobar se extienden por la costa este de la India.
Getty Images
Las islas de Andamán y Nicobar se extienden por la costa este de la India.

El riesgo de las visitas para la tribu

Los habitantes de esta tribu han vivido en un aislamiento casi total durante decenas de miles de años.

Esto significa que probablemente no tengan inmunidad a enfermedades comunes como la gripe o el sarampión.

Por ese motivo, las visitas están prohibidas desde 1956 debido al riesgo de que la tribu se contamine de enfermedades externas a la comunidad.

En ese sentido, la guardia costera india mantiene vigilada la zona alrededor de la isla para evitar que los curiosos se acerquen al lugar.

“Acercarse a ellos podría ser mortal, ya que generalmente no reciben bien a los forasteros y han mostrado hostilidad hacia cualquiera que lo hiciera en el pasado”, dice Moole desde Bombay.

La creciente exposición de la tribu es lo que preocupa a los grupos de protección de los indígenas.

Los jarawa de Andamán pescando.
Getty Images
Los jarawa junto a los habitantes de Sentinel integran una de las tribus más aisladas del mundo.
Línea.
BBC

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