A lo largo de más de una década, la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem, A. C.) ha documentado las violencias y violaciones de derechos humanos que viven las personas en contextos de movilidad humana forzada en su tránsito por México. Desde su primer informe en 2013 hasta el noveno y más reciente, “La esperanza en el camino: La Redodem en un país de impunidad, militarización y violencias”, la Redodem ha hecho diversos llamados encaminados a revisar la forma en la que el Estado mexicano gestiona, controla y securitiza la migración pues, año con año, hemos constatado en el acompañamiento directo a las personas, los efectos en sus cuerpos y psiques, así como en los impactos en las personas defensoras de sus derechos. Hemos constatado el incremento en cantidad, alcance y crueldad de riesgos, violencias y violaciones a sus derechos.
La publicación de este reporte es de especial relevancia, ya que marca una nueva forma en la que Redodem pretende difundir la información que recaba en primera línea, a través del acompañamiento directo a las personas. Esto se debe, principalmente, a la implementación de un nuevo modelo de datos, diseñado para su nueva plataforma de registro de violencias y violaciones a derechos humanos, lo que representa un cambio significativo en la manera de gestionar y presentar la información y un largo proceso de consolidación de la organización.
La nueva plataforma de la Redodem es producto del esfuerzo colectivo y la suma de una década de aprendizajes, reflexiones y apuestas de cambio de las organizaciones socias que la conforman. En ella se resguardan los testimonios de personas migrantes que han transitado por México, permitiendo visibilizar su realidad, documentar sus experiencias y promover una acción de incidencia y protección fundamentadas en la evidencia recopilada.
Los hallazgos de la nueva plataforma revelan, por el comportamiento de los registros de ingresos en organizaciones socias de Redodem, el impacto de las medidas internas y externas de la gestión de contención migratoria. La región centro, por ejemplo, había sido típicamente una zona de tránsito, y durante el periodo que se reporta, esta región ocupó el segundo lugar en registros de ingresos (31 %),después de la región sur (39 %). El 2023 concluyó con 53,435 registros de personas acogidas por las organizaciones socias de la Redodem, un 55 % por encima del promedio anual de registros desde 2013.
Entre las medidas de política migratoria externas que pueden explicar este comportamiento de mayores ingresos a albergues de la región centro, destacan los cambios en la política de asilo de Estados Unidos a través de la implementación de una cita gestionada por la aplicación CBP-One a partir del meridiano 19 (asentándose principalmente en Ciudad de México). Del mismo modo, se observa una disminución de ingresos en otros albergues de la región centro como consecuencia de las prácticas de contención del Instituto Nacional de Migración (INM) que instala retenes y realiza operativos en los alrededores de albergues, impidiendo que las personas accedan a espacios seguros de alojamiento.
Dentro de los hallazgos de la nueva plataforma se observan cambios significativos en los datos sociodemográficos de las personas migrantes registradas. Además de un incremento considerable en los registros de personas nacidas en Venezuela, se observó, a diferencia de las otras regiones del país, un mayor registro de mujeres en la región centro con 6,143 ingresos (37 %), así como de niñas y niños entre los 0 y 10 años lo que exige poner especial atención en sus necesidades específicas de protección.
Los riesgos de seguridad y la situación de vulnerabilidad de las personas en contexto de movilidad humana forzada se han incrementado en los últimos años mediante el control que han adquirido los grupos criminales de los puntos fronterizos y de las rutas migratorias. Esto ha repercutido en el recrudecimiento de una violencia física, mental y emocional que impacta todos los aspectos de la vida de las personas migrantes y de las personas defensoras quiénes los acompañan a lo largo de la ruta migratoria a través de los albergues y organizaciones encabezadas por sociedad civil y distintas órdenes religiosas.
La información recopilada por las organizaciones socias de la Redodem, más allá de tener un fin estadístico, forma parte de un monitoreo de protección para la identificación de necesidades que en un primer momento buscan responder de manera organizada a la crisis de derechos humanos que atraviesa el país.
El próximo 20 de noviembre, de 11 a 13 h, presentaremos en rueda de prensa los hallazgos y datos estadísticos correspondientes a 2023. Esta publicación representa un insumo clave para la toma de decisiones y el fortalecimiento de estrategias de acción en favor de las personas migrantes y solicitantes de protección internacional.
* La Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes – REDODEM (@RedodemMX) es una red nacional de albergues, casas para migrantes y organizaciones en 14 estados del país.
Los votantes que le dieron la victoria quieren ver precios bajos como los que había antes de la pandemia. Y aunque la inflación actual de EE.UU. es de solo 2,4%, la rabia persiste. ¿Qué está pasando?
Una de las causas del triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos fue la preocupación de los votantes por el estado de la economía.
Y puede resultar paradójico si se analiza el estado global de la principal economía del mundo.
“La economía, estúpido”, es el lema que refleja en la política estadounidense que son las finanzas las que deciden las elecciones en el país.
Y si nos atenemos a eso, podríamos haber pensado que triunfaría Kamala Harris como heredera de la economía del gobierno de Joe Biden.
Al fin y al cabo, el nivel de crecimiento, el desempleo en mínimos históricos, el haber evitado la recesión que muchos temían y una inflación de apenas un 2,4% podrían parecer indicadores muy positivos. Y lo son.
Pero estas elecciones reflejaron casi como ninguna otra la brecha entre las buenas cifras de la macroeconomía y la economía familiar de las personas, preocupadas por la inflación que creció durante la pandemia y que en los últimos años ha provocado un alza de precios que se mantiene, aunque su incremento ya se haya mitigado.
El gobierno de Biden tuvo que lidiar con los efectos económicos de la pandemia de 2020 y de la crisis energética desatada por la invasión de Rusia en Ucrania en febrero de 2022 y de acuerdo a los datos económicos, lo hizo bien.
Pero los números muestran una realidad que la gente no ve reflejada en su vida diaria.
“Aquí se paga US$5 por una docena de huevos. Antes costaba US$1”, comenta Samuel Negrón, un puertorriqueño de la ciudad de Allentown, en Pensilvania.
En ese estado, uno de los más decisivos en la contienda electoral, los demócratas ganaron en 2020, pero perdieron en las últimas elecciones.
“Es simple en realidad. Nos gustaba cómo eran las cosas hace cuatro años”, le dice Negrón a la BBC.
Trump supo capitalizar esa brecha entre los números y la percepción personal de la economía que muchos estadounidenses sentían al pagar en la caja del supermercado o la renta de su vivienda.
Estados Unidos tuvo la recuperación post-pandémica más fuerte dentro del Grupo de los Siete (conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), según los datos del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
En los cuatro años del gobierno de Biden, el PIB real creció a una tasa anual promedio de 3,2%, un resultado considerado por economistas de distintos colores políticos como un logro importante en medio de las vicisitudes que impuso el contexto internacional.
Una de las principales banderas de los demócratas durante la campaña electoral fue el récord de creación de empleo en este mandato: casi 16 millones de puestos de trabajo nuevos.
Y siguiendo con el mercado laboral, el desempleo -que rondaba el 7% cuando Trump dejó la presidencia- hoy está en 4,1%, considerado un muy buen nivel para la economía estadounidense.
En 2023 el desempleo incluso alcanzó su nivel más bajo en 54 años.
El gasto de los consumidores creció a una tasa anual del 3,7%, el nivel más alto en casi dos años. Eso quiere decir que pese al malestar con el costo de la vida, la gente sigue comprando. Y aunque el endeudamiento de los hogares aumentó a partir del 2021, su ritmo se desaceleró este año.
En cuanto a la inflación interanual, con las cifras disponibles hasta septiembre, ésta aumentó un 2,4% en los últimos 12 meses, muy cerca del nivel óptimo de 2% que se ha fijado el país.
Para comparar, la Unión Europea tiene una inflación anual del 2,1%.
Y en el mismo período, los salarios estadounidenses crecieron casi el doble que la inflación, al subir un 4,6%
Pero entonces, ¿cómo se explica la desconexión entre las buenas cifras macroeconómicas y el malestar de la gente?
Pese a las buenas cifras, una gran parte de los estadounidenses está decepcionado. Y el malestar tiene su origen, en la mayoría de los casos, en el aumento de los precios durante los últimos cuatro años.
Una parte de la explicación se puede ver en este gráfico que muestra cómo la inflación subió cerca de un 20% bajo el mandato de Biden.
Y aunque el 2,4% de inflación es un nivel bajo o moderado, los precios siguen estando más caros desde que la pandemia comenzó en febrero de 2020.
Sólo un 6% de los 400 productos monitoreados por la Oficina de Estadísticas Laborales está más barato hoy que entonces.
Y aunque los sueldos aumentaron casi en la misma proporción (sin que se perdiera poder adquisitivo), lo que quedó en la retina de los consumidores fue la gigantesca escalada en los precios en los últimos cuatro años.
En contraste, las cosas estuvieron comparativamente bastante bien para el bolsillo de los estadounidenses bajo el mandato de Trump (2017-2021).
La inflación acumulada en sus cuatro años de gobierno fue de un 7,8% (frente al 20% de los años de Biden), mientras que los salarios subieron casi el doble.
Don Leonard, académico de la Universidad de Ohio, plantea en diálogo con BBC Mundo que las preocupaciones de los estadounidenses sobre la economía no son un mero problema de percepción.
Su argumento es que al menos 20 millones de hogares estadounidenses tienen buenos motivos para estar desilusionados.
“Esos hogares han sufrido un dolor económico real que no es tan fácil de detectar en los datos económicos oficiales”, sostiene. “No es solo un sentimiento pesimista injustificado”.
Leonard dice que al trabajar con promedios, se crea un “un sesgo” que no permite mostrar lo difícil que es la vida diaria de los estadounidenses de menores ingresos, que gastan mucho más (como porcentaje de sus ingresos), en vivienda, alimentos o salud.
El segmento salarial en el que Trump logró mayor ventaja respecto a Kamala (53% frente a 45%) fue el que va entre US$30.000 y US$49.000
Y muchos demócratas, en tanto, insisten en que la frustración de la gente no está justificada.
Sin embargo, hay una gran parte de la población, dice Leonard, que no califica para recibir asistencia del gobierno, pero tiene dificultades económicas en su vida diaria. “No es que estén hipnotizados, lo están pasando mal”.
Algunos analistas creen que en la derrota demócrata fue fundamental la narrativa, es decir, que la campaña no supo comunicar bien los logros económicos del gobierno de Biden y plantear, a partir de ahí, un camino prometedor.
El malestar con la economía también ha estado influido por el alto costo del crédito.
Frente al máximo inflacionario de 9,1% en junio de 2022, el mayor en 40 años, la Reserva Federal (equivalente a un banco central) inició una agresiva política de aumento de tasas de interés que ayudó a ir reduciendo la inflación, pero afectó las finanzas personales.
Los estadounidenses, acostumbrados a vivir con crédito, sufrieron el impacto del aumento en las tasas de interés a la hora de comprar un auto, pagar las tarjetas o conseguir una hipoteca.
Muchos se sintieron acorralados entre la inflación y las tasas de interés, votando finalmente por el cambio. Las tasas sólo empezaron a bajar poco antes de la elección sin dar tiempo a que se refleje en los bolsillos de los votantes.
Y ese es otro elemento a tener en cuenta, dicen algunos analistas políticos.
La crisis generada por la pandemia y la guerra en Ucrania le pasó la cuenta a varios gobiernos que buscaban la reelección y perdieron ante un electorado cansado de los problemas económicos que han afectado sus finanzas personales.
“¿Estás mejor ahora o hace 4 años?”, les preguntaba Trump a los votantes en la campaña en busca de su apoyo. Muchos percibieron que ahora están peor a pesar de lo que digan las cifras macroeconómicas.
Y votaron por un cambio a la espera de que se refleje también en los precios que ven en los supermercados, la gasolinera o el pago de la renta.
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