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Quién tiene la culpa de la violencia en Sinaloa
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Quién tiene la culpa de la violencia en Sinaloa

Con o sin intervención estatal, los acuerdos de convivencia y cooperación establecidos entre los grupos delictivos son endebles y pueden romperse en cualquier momento por el estado de permanente competencia en el que están, lo que desata conflictos violentos por el control de los mercados criminales, como ha pasado en Sinaloa.
28 de septiembre, 2024
Por: Gerardo López García

Sinaloa lleva más de dos semanas bajo una ola de violencia derivada del enfrentamiento entre distintas agrupaciones criminales que tienen su centro de operaciones en ese estado. Al preguntarle al respecto al presidente Andrés Manuel López Obrador en conferencia, respondió que “puede ser resultado de las acciones del gobierno de los Estados Unidos”, refiriéndose a la captura (¿extracción, secuestro, entrega?) de uno de los capos de la droga del país y presunto socio de Joaquín Guzmán Loera, Ismael “el Mayo” Zambada, lo cual causó controversia entre analistas y políticos de oposición.

Sin embargo, considero que la declaración del presidente tiene un punto importante y me explico: desde el inicio de la guerra contra las drogas promovida por el gobierno estadounidense, una de las piezas fundamentales ha sido la Kingpin Strategy. Dicha táctica consiste en la detención de líderes criminales con el objetivo de debilitar las estructuras de las organizaciones delictivas a las que pertenecen. 1 Según con el analista Carlos Pérez Ricart, estas capturas se convirtieron en un fin en sí mismo y no en un medio para enfrentar el tráfico de drogas y detener la violencia que regularmente acompaña a esta actividad. El error fundamental de esta visión recae en que asume que estas agrupaciones, bautizadas por la DEA como “cárteles de la droga”, son verticales y homogéneas y no organizados a partir de redes, 2 como comúnmente son, por lo que la ausencia del líder irrumpiría efectivamente el resto el desarrollo de las actividades de la organización.

Con la decisión del presidente Felipe Calderón de enfrentar frontalmente a los grupos criminales dedicados principalmente al tráfico de droga en México, y con el apoyo del gobierno estadounidense, era previsible también la adopción de esta estrategia. En este contexto, si algo le sobraba a México eran los mitificados líderes del tráfico de drogas, por lo que la estrategia prácticamente se justificaba por sí sola ¿quién se iba a oponer a la necesidad de realizar operativos para detener líderes violentos y peligrosos como Joaquín Guzmán o Ismael Zambada? (Ahora los dos presos en los Estados Unidos).

Pero pronto fue visible en México que, como una consecuencia no esperada de la Kingpin Strategy, se produjo el incremento de la violencia en los territorios donde la agrupación del líder capturado tenía presencia. 3 A reserva de comprobar que efectivamente esta es la explicación para la ola de violencia actual en Sinaloa, si se trató de un operativo del gobierno estadounidense sin el conocimiento y consentimiento del gobierno mexicano, además de los problemas diplomáticos que esto implica, deja al gobierno mexicano en total vulnerabilidad sin capacidad de reaccionar de manera inmediata a la violencia desatada de los grupos criminales en Sinaloa.

Las autoridades mexicanas aprendieron del fracaso del primer intento de captura de Ovidio Guzmán en un episodio  conocido como “el culicanazo”. En esa ocasión, una violenta reacción de civiles armados impidió la captura de Guzmán, presunto líder de un grupo criminal sinaloense. En un segundo operativo que se llevó a cabo con mayor preparación y con las fuerzas del Estado listas para repeler cualquier agresión, finalmente se logró su detención.

En el caso de Ismael Zambada, sin embargo, las autoridades no recibieron ninguna advertencia que les permitiera prepararse para la ola de violencia que siguió a su captura. No fue sino hasta varios días después que el gobierno reaccionó para intentar reducir la violencia. 4

Sin pretender eximir a las autoridades en su responsabilidad en el deterioro de la seguridad en el país, podría argumentarse que un presunto operativo realizado por el gobierno estadounidense para capturar a un líder de un Grupo de la Delincuencia Organizada (GDO) en México es causa inmediata del incremento de la violencia en Sinaloa. Lamentablemente, el secretismo y desinformación en torno a lo sucedido por ahora solo deja espacio para formular conjeturas y en el peor de los casos, especulaciones.

En otra declaración, el presidente afirma que lo que importa es “evitar que se enfrenten los grupos que están en pugna”, 5 pero ¿esto basta para pacificar Sinaloa? Lo dicho por el presidente invita a pensar dos situaciones: primera, que ya no existan grupos que disputen mercados criminales o, segunda, que exista un grupo dominante con un liderazgo centralizado al cual nadie le dispute su poder ni los grupos rivales ni las fuerzas federales.

El primer escenario es deseable, pero actualmente una utopía, ya que no es previsible en el corto o mediano plazo una completa neutralización de las agrupaciones delictivas que actualmente asfixian Sinaloa.

De manera pragmática, lo que por ahora pueden optar las autoridades es al segundo escenario, aunque dicha medida sea criticada de únicamente administrar la violencia. Pensar en este escenario también tiene lógica y el caso de Sinaloa es un claro ejemplo: la ausencia de conflictos entre grupos suele traducirse en periodos de baja violencia homicida (al menos en comparación con otras regiones del país), lo que permite que las actividades criminales como el tráfico de drogas se desarrollen con menos obstáculos. Es probable que esto sea lo que el presidente tenía en mente cuando afirmó que hay que evitar que los grupos se enfrenten.

Sin embargo, esta idea parte de un error: asumir la existencia de “los cárteles de las drogas” en los términos dominantes. Son varios analistas quienes han señalado los errores en los que se pueden incurrir al usar el término “cártel”: 6 la idea de que grupos rivales se organicen para reducir o eliminar la competencia es inexistente, ya que como dice el investigador Luis Astorga, 7 lo que tenemos es un “campo delictivo  donde predomina, en la actualidad, una estructura oligopólica, conformada por organizaciones y coaliciones de distinto tamaño y composición en competencia permanente por la hegemonía”, en otras palabras, tenemos un conjunto de interacciones ilegales entre distintos sujetos sociales que se estructuran alrededor del tráfico de drogas. Confiar en que la violencia disminuirá bajo el control de un solo grupo ignora la realidad.

Con o sin intervención estatal, los acuerdos de convivencia y cooperación establecidos entre representantes de grupos delictivos son endebles y pueden romperse en cualquier momento por el estado de permanente competencia en el que están, lo que desata conflictos violentos por el control de los mercados criminales. Además, la intervención estatal es y debe ser una constante, ya que las autoridades no pueden renunciar al ejercicio de la función de seguridad con el pretexto de evitar que grupos entren en conflicto.

La solución, sin duda, no es sencilla pero no podemos esperar a que la “situación se normalice” en Sinaloa, ya que, sin la acción de las autoridades, esa normalidad significa la continuidad de la entidad como ese centro de operaciones de un grupo dominante, es decir, un polvorín a la espera de la próxima chispa que comience una nueva ola de violencia.

* Gerardo López García (@gera_emp) es licenciado en Ciencias Políticas y maestro en Estudios Políticos, ambos grados por la UNAM. Realizó el Diplomado en Defensa y Seguridad Nacionales en la UNAM y se especializa en análisis de seguridad pública, delincuencia organizada y control territorial. Ha sido funcionario público federal y local (INEGI, FGR Y SSC-CDMX).

 

1 Pérez Ricart, Carlos (2019). “La Kingpin Strategy: ¿qué es y como llegó a México?”, Nexos.

2 Correa-Cabrera, Guadalupe (2023). “Perspective: The Myth of the Mexican Cartels”, Small Wars Journal.

3 Calderón, Gabriela et al. (2015). “The Beheading of Criminal Organizations and the Dynamics of Violence in Mexico”, Journal of Conflict Resolution, Vol. 59(8), Sage.

4 Velázquez, Iris (21 de septiembre de 2024). Envían 600 militares a reforzar seguridad en Sinaloa. Reforma.

5 Conferencia de Prensa del Presidente Andrés Manuel López Obrador del 18 de septiembre de 2024.

6 Zavala, Oswaldo (2018). Los cárteles de la droga no existen: Narcotráfico y cultura en México. Malpaso.

7 Astorga, Luis (2012). El siglo de las drogas, Grijalbo.

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Imagen BBC
La espectacular biología del Aro Gigante, la planta que huele a muerto y tarda 10 años en florecer
12 minutos de lectura

Una planta originaria de Indonesia es especial: emite olores fétidos, calor y adquiere tamaños gigantes.

25 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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Tarda una década en florecer, huele a muerto y atrae a grandes multitudes cuando florece. Pero los científicos todavía están desentrañando el desconcertante ciclo de vida del Aro Gigante.

Estoy en una fila de personas que arrastran los pies sobre el serpenteante camino que atraviesa el cálido y mohoso aire de un invernadero.

Pasamos junto a colecciones de plantas carnívoras y rododendros que sobresalen, pero todos estamos aquí para ver una cosa en específico: un Aro Gigante en flor.

Esta enorme y maloliente planta, que pareciera de otro mundo, ha capturado la imaginación de las personas e inspirado asombro durante siglos. Pero los investigadores han empezado a observar su extraña anatomía con más detalle recién desde la década del 90.

Nunca había visto una antes. Doblo una esquina y ahí está, en el siguiente invernadero: una larga púa de color amarillo claro que sobresale varios metros de lo que parece un enorme, grueso y arrugado pétalo verde con una punta de color rosa violeta.

Me preparo para que me llegue el infame olor, el origen de uno de sus muchos nombres: la “planta cadáver”.

El aro gigante conocido como New Reekie, de Edinburgo, en Escocia
New Reekie tardó más de una década en florecer por primera vez, pero desde entonces florece cada dos o tres años. Foto: BBC

New Reekie

Estoy en el Jardín Botánico Real de Edimburgo (RBGE por sus siglas en inglés) y, al menos durante unos días, este Aro Gigante es la atracción estrella.

La planta de 22 años, apodada New Reekie en un guiño al antiguo nombre de la capital escocesa (Auld Reekie), ha estado en flor durante dos días. No durará mucho más y soy apenas una de entre unos 2 mil visitantes que intentan echar un vistazo –y oler– este inusual evento.

New Reekie llegó a Edimburgo en 2003, procedente de Hortus Botanicus Leiden en los Países Bajos, como un bulbo latente de un año (un tallo de almacenamiento subterráneo similar a un tubérculo) del tamaño de una naranja .

La última vez que el equipo pesó el bulbo en 2010 tuvieron que pedir prestada una báscula que normalmente se utiliza para pesar crías de elefante en el Zoológico de Edimburgo. Pesó 153,9 kg, el peso más grande jamás registrado para un Aro Gigante.

El Aro Gigante en plena flor
Los muchos nombres del Aro Gigante: Amorphophallus titanum, conocida como la “flor cadáver” en Indonesia, también tiene apodos como pene de titán o planta de pene gigante. Foto: Getty Images

Paulina Maciejewska-Daruk, horticultora de RBGE, se ocupa de New Reekie desde hace 13 años. Dice que en realidad es bastante fácil de cultivar.

“Lo único que necesita es temperatura alta, mucha agua, mucho fertilizante y ya empieza a crecer”. Sin embargo, el revuelo en torno a la planta se debe a otra cosa, añade.

“Después de tantos años, tiendo a decir: ‘Oh, va a florecer de nuevo, oh, tengo que preparar demasiadas cosas’. Entonces, en lugar de ser una madre orgullosa, me surge un sentimiento de tipo: ‘¿Estará mi bebé preparado para el mundo?'”.

Aro gigante, una planta fascinante

En su natal Sumatra, Indonesia, algunos ven la planta cadáver con interés y fascinación, dice Yuzammi, botánico del Centro de Investigación de Biosistemática y Evolución de Indonesia y experto en Amorphophallus, el género más amplio al que pertenece el Aro Gigante.

Sin embargo, otros lo ven con ansiedad, miedo y preocupación debido a la creencia en un viejo mito de que puede causar daño, según cuenta.

“[Existe una] creencia errónea de que esta planta puede tragarse a los humanos debido al patrón que tiene el pecíolo de sus hojas, que se asemeja al de una serpiente”.

Pero el Aro Gigante también tiene una larga historia fuera de su isla natal.

Fue introducido por primera vez a la ciencia en 1878 por Odoardo Beccari, un botánico italiano que viajaba a Sumatra y enviaba informes y bocetos a Europa (aunque ignoraba en sus mensajes cualquier mención al conocimiento que tenían los locales sobre su propia flora). Luego comenzó a enviar los tubérculos de la planta.

Pronto esta especie se convirtió en la favorita de los victorianos, especialmente después de 1889, cuando floreció por primera vez en Kew Gardens, uno de los jardines más emblemáticos del Reino Unido.

La segunda vez que floreció, en 1926, atrajo a tanta gente que hubo que llamar a la policía para mantener el orden.

Desde entonces, los aros gigantes se han extendido a los jardines botánicos de todo el mundo y periódicamente aparecen en los titulares locales cuando florecen, lo que solo ha ocurrido 21 veces en todo el mundo hasta 1989.

Un boceto de la planta
La planta generó una fascinación en el público europeo luego de que el botánico italiano Odoardo Beccari lo empezara a estudiar en 1899. Foto: Getty Images

Entonces, ¿qué tiene esta planta que tanto nos fascina?

Por un lado, una inflorescencia de Aro Gigante (la cabeza floral de la planta) en cultivo sigue siendo un evento relativamente raro.

Las plantas suelen tardar entre 11 y 15 años en producir sus primeras flores, según Yuzammi, debido a la enorme cantidad de energía necesaria para producir una estructura floral de ese tamaño.

El gran tamaño del aro titán es una rareza botánica relativa.

La investigación ha encontrado que el gigantismo floral es más común en especies polinizadas por escarabajos o moscas carroñeras, posiblemente porque les permite imitar mejor el calor y el tamaño de las carcazas de animales grandes, así como atrapar temporalmente a estos polinizadores.

La desventaja son las diversas etapas de la vida que el Aro Gigante debe atravesar antes de tener la esperanza de reunir suficiente energía para florecer.

La planta cádaver con una flor engañosa

En las plantas jóvenes, su ciclo de vida temprano oscila entre períodos en los que echan ojas y períodos de inactividad, sin flores presentes en ninguna de estas etapas.

En la etapa de echar hojas –las cuales utiliza para recolectar energía– el “tallo” permanece bajo tierra, mientras que la estructura que sobresale del suelo, la cual se puede confundir fácilmente con un árbol, es en realidad una hoja gigante, de la que brotan pequeños folíolos.

Mientras tanto, durante la fase inactiva, lo único que permanece bajo tierra es el cormo (cuerpo vegetativo característico de la fase adulta de las plantas vasculares), mientras que la planta vive de las reservas de energía en un “estado de reposo”, dice Yuzammi.

Cuando finalmente reúne suficiente energía para florecer nos vuelven a engañar las apariencias.

“La flor que ha ganado un amplio reconocimiento público, en realidad, no es una flor auténtica”, afirma Yuzammi y agrega: “El componente colorido no son los pétalos, sino más bien un medio para atraer insectos polinizadores y servir como estructura protectora durante el proceso de fertilización”.

Un corte de la espata del Aro Gigante en el que se ven tanto las flores masculinas como las flores femeninas
Un corte en la espata de un Aro Gigante muestra las flores femeninas (abajo) y masculinas (arriba) en su interior. Foto: Getty Images

La enorme estructura parecida a una flor se llama espata, mientras que las flores reales son pequeñas, numerosas y aparecen en la parte inferior del largo espádice amarillo; las flores femeninas abajo y las masculinas arriba.

Esto significa que el Aro Gigante no es la flor más grande del mundo, aunque sí la estructura floral no ramificada más grande.

Mal olor

Después de algunos comienzos en falso, New Reekie floreció por primera vez en 2015, cuando tenía 13 años, y desde entonces ha florecido cada dos o tres años (mi visita fue en la quinta floración). Con el tiempo, los horticultores que la cuidan también han llegado a conocerla mejor.

“Esta vez mi colega y yo pudimos predecir exactamente qué día se abriría”, dice Maciejewska-Daruk. “Por supuesto, nunca estamos 100% seguros, pero esta vez nuestra predicción fue acertada”.

Y luego está el famoso olor. Cuando florece, el largo espádice amarillo del aro gigante emite un olor fuerte y penetrante.

Desafortunadamente, mi visita a New Reekie fue demasiado tarde para experimentar el hedor. Pero no faltan descripciones coloridas de su aroma.

“Es horrible”, dice Maciejewska-Daruk. “Cada persona tiene una percepción diferente del hedor, como a pescado podrido o a calcetines muy malolientes. Para mí huele como un tacho de basura repleto de restos de comida”.

Otros lo describen como orina apestosa, queso rancio o estiércol.

Jane Hill, profesora asociada de Ingeniería Química y Biológica en la Universidad de Columbia Británica en Canadá, no cree que el olor sea muy parecido al de la mayoría de los cadáveres de animales. “Para mí, es un olor más ácido, más como a ratón muerto y disecado“, dice.

En un estudio de 2023, Hill y sus colegas se propusieron analizar las volátiles moléculas detrás de este olor que emiten sus flores femeninas y masculinas, utilizando equipos altamente sensibles que normalmente utilizan para buscar biomarcadores de enfermedades en el aliento humano.

Durante el muestreo, también notó que la planta emitía estas moléculas en pulsos que duraban apenas unos segundos.

Una pequeña cría del Aro Gigante sembrado en una matera
Una cría (mucho más pequeña) de New Reekie en su etapa de hojas. Foto: Jocelyn Timperley

“Nuestro estudio descubrió 32 nuevas moléculas y demostró que las flores masculinas y femeninas emiten diferentes tipos de compuestos y, a veces, son los mismos compuestos”, dice Hill.

Los distintos olores producidos con el tiempo podrían atraer a diferentes insectos, afirma, y se pregunta “¿cómo descubrió una planta cómo oler como algo desagradable y muerto para poder reproducirse?”.

Todos estos olores están ahí para engañar a los polinizadores y hacer que se posen en lo que creen que es carne podrida y muevan el polen entre las flores masculinas y femeninas de diferentes plantas (todos los aros gigantes tienen flores de ambos sexos, con las flores masculinas colocadas sobre las femeninas sin pétalos en el espádice amarillo).

También es mucho más fuerte por la noche, dice Yuzammi, cuando sus flores también maduran, ya que es entonces cuando sus polinizadores están más activos.

Se ha documentado que el hedor atrae a insectos carroñeros como escarabajos, cucarachas y moscas, y se han encontrado abejas sin aguijón visitando la planta en la naturaleza.

De hecho, se ha informado que algunos insectos utilizan la planta como lugar para aparearse. Pero exactamente cuáles son las especies responsables de polinizar el Aro Gigante sigue siendo en gran medida un misterio.

Un hombre con un termómetro digital toma la temperatura del Aro Gigante
El Aro Gigante es capaz de aumentar su temperatura a niveles parecidos a los de un cuerpo humano. Foto: Getty Images

Por si fuera poco, la planta cadáver tiene otro extraño truco bajo la manga para ayudar a atraer insectos: irradia calor.

“El calor ayuda expandir el olor y a atraer a los polinizadores”, dice Peter Wilkie, botánico y taxónomo del RBGE, quien ha trabajado en Sumatra durante más de 30 años.

Cuando lo visito en su oficina, un enorme herbario junto a los jardines, me cuenta que la planta emite “bastante calor, si recordamos que estamos en los trópicos [donde] la temperatura ambiente es bastante alta y hay mucha humedad”.

La investigación demostró que el calor que emite la planta puede alcanzar hasta 36°C, similar a la temperatura que produce el cuerpo humano.

El Aro Gigante lo emite en pulsos sincronizados con la liberación de su olor especial. Algunos científicos dicen que el tono rojo-violeta de sus hojas le da la apariencia de carne podrida.

Protección

Sin embargo, vale la pena señalar que el Aro Gigante no es una planta carnívora: atrae insectos para polinizarlos, no para devorarlos.

“Cada vez que florece, me sorprende cuánta gente está segura de que se come y mata a los insectos”, dice Maciejewska-Daruk.

La biología única y el tamaño gigantesco del aro gigante le han ayudado a ganarse una reputación que pocas otras plantas disfrutan. Pero detrás del revuelo en torno a las inflorescencias en docenas de jardines botánicos de todo el mundo, no todo va tan bien para el Aro Gigante en su área de origen.

En 2015, después de que unos 20 mil escoceses hicieran cola fuera de los invernaderos para ver un solo aro titán en flor, Wilkie se sorprendió al darse cuenta de que la planta nunca había tenido una evaluación de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“La lista roja de la UICN es una especie de estándar de oro para las evaluaciones de amenazas a las especies”, dice. “Así que esta especie icónica no había sido evaluada”.

Se asoció con Yuzammi y la horticultor de RBGE Sadie Barber para realizar una evaluación. Publicada en 2018, puso su estatus como en peligro de extinción.

Encontró que en Sumatra, la población ha disminuido en un 50% en los últimos 90 a 150 años, y ahora hay menos de mil plantas maduras en estado silvestre.

La disminución se debe a la tala ilegal, la conversión de bosques en tierras agrícolas y desastres naturales, dice Yuzammi, así como al mito local de que se traga a los humanos. La recolección ilegal de la planta para medicamentos alternativos también representa una amenaza, añade.

Un Aro Gigante salvaje
Una de las ventajas que tiene el Aro Gigante en su hábitat natural, es que crece por todo Sumatra. Foto: Getty Images

Su salvación, dice Wilkie, es que todavía está relativamente extendida por toda Sumatra. También le gusta crecer en áreas abiertas, como senderos madereros, en lugar de solo bosques primarios intactos.

La planta está ahora protegida por la ley indonesia, añade Yuzammi.

Los investigadores indonesios están estudiando la diversidad genética del Aro Gigante en la naturaleza, dice Wilkie, pero la evaluación también ha incrementado las posibilidades para las plantas cultivadas en jardines botánicos, ya que son una importante reserva genética.

Los científicos primero publicaron la secuencia completa del genoma del Aro Gigante en 2022, pero existe la inquietud de que muchas, o incluso todas, las plantas que se encuentran en los jardines botánicos puedan estar relacionadas.

“Hay muchas posibilidades de que sean todos descendientes de la misma planta”, dice Maciejewska-Daruk.

Peter Wilkie enseña un muestrario en el que tiene partes disecadas del Aro Gigante
Peter Wilkie con un ejemplar que hizo de la floración de New Reekie en 2015 en el herbario RBGE, que alberga unos tres millones de ejemplares. Foto: Jocelyn Timperley

Los científicos ahora están utilizando métodos de cría de animales para conservar el Aro Gigante, utilizando un sistema similar a los “libros genealógicos” que se usan para seguir el linaje de la fauna.

La planta de Edimburgo fue fertilizada durante su floración en 2019 utilizando polen fresco de una planta similar que estaba floreciendo en Cornwall, Inglaterra, que se envió rápidamente a través del servicio de embalaje.

Los frutos rojos y ovalados del tamaño de un guijarro del Aro Gigante aparecen nueve meses después de la fertilización y cada uno contiene dos semillas. En la naturaleza, son consumidos y propagados por aves como el cálaos rinoceronte.

Sin embargo, producir frutos es muy agotador para el cormo, afirma Maciejewska-Daruk. “Por lo tanto, siempre existe el riesgo de que el cormo muera después de producir frutos”.

El invernadero del RBGE está repleto de crías de diferentes tamaños de New Reekie, producidas sexualmente después de ser fertilizadas y asexualmente (a través de clones). En esta ocasión, sin embargo, no se fertilizó y cuando lo visito de nuevo, parece decididamente menos impresionante.

El fin del Gigante

Después de haberse desplomado hacia un lado unos días después de mi primera visita, lo único que queda ahora, tres semanas después, es un montón arrugado de materia vegetal podrido de color marrón amarillento.

Cuando Maciejewska-Daruk excava la tierra de la maceta, esta se desprende por completo del cormo: ahora vuelve a entrar en su estado latente.

Podrían pasar varios años antes de que exista la posibilidad de volver a ver el espectáculo.

“Cada vez que lo vemos, lo observamos, lo recopilamos, aprendemos pequeños fragmentos de cómo funciona”, dice Wilkie. “Y todo eso encaja en cómo podemos ayudar a que prospere en la naturaleza”.

Esta es una adaptación de un reportaje publicado originalmente en inglés por BBC Future. Lo encuentras en su idioma original aquí.

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