
Cuando en alguna empresa el Director General (CEO) se jubila o deja el cargo, suele haber un sucesor perfilado para reemplazarlo o habrá una breve disputa interna entre los ejecutivos de alto nivel, que cesará en el momento en que el Consejo de Administración haga una designación.
En las organizaciones criminales, como empresas ilegales, las cosas funcionan diferente, ahí las sucesiones se dirimen por lo general con violencia e incluso cuando el anterior líder haya perfilado algún sucesor, los principales jefes de plaza no necesariamente acatarán la decisión.
Un ejemplo de ello se dio en 2013-2014. Tras arresto de Eduardo Costilla Sánchez “El Coss”, el Cártel del Golfo entró en una crisis de liderazgo, al acabarse las figuras fuertes que garantizaran la obediencia de todos los operadores. Si bien se pudo imponer de forma efímera a Mario Ramírez Treviño “El X20”, éste duró menos de un año ya que también fue arrestado. Y cuando se impulsó a Homero Cárdenas Guillén, el último de los hermanos de Osiel Cárdenas, parte de la organización se inconformó, generando una ruptura.
De forma que el Cártel del Golfo dejó de ser una sola organización a partir de 2013, para pasar a ser una marca, de la que se desprendieron varias facciones. Las dos de mayor tamaño son los Metros, la cual controla Reynosa, y la segunda son los Ciclones-Escorpiones, que controlan Matamoros; pero también hay otras como los Rojos en Tampico o las Panteras en Soto la Marina.
Estos procesos debilitan a las organizaciones criminales. No es casual que en 2014 el Cártel del Golfo fuera la segunda organización criminal más grande del país y que en estos momentos sus dos principales facciones, los Metros y los Ciclones, están en la quinta y la sexta posición por detrás del CJNG, la Mayiza, los Chapitos y la Nueva Familia Michoacana. Es decir, han tenido un retroceso importante por una mala gestión en la sucesión, algo similar a lo que ahora le está pasando al Cártel de Sinaloa, que se encuentra dividido en dos grandes facciones.

Incluso en los casos en los que se ha podido lograr una sucesión “tersa”, por ejemplo, cuando un familiar sucede a otro, se generan trastornos en la organización. Sobran ejemplos en la historia del narco mexicano de sucesiones entre hermanos, en donde quien llegó carecía del carácter, la inteligencia, el liderazgo o los contactos para dirigir la organización.
Quizá el caso más ilustrativo es el del Cártel de Juárez, la organización más poderosa en la década de los 90, que dirigió Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”. Y si bien a su muerte la sucesión fue clara en favor de su hermano Vicente -quien duró al frente de la organización 19 años, lo cual supondría estabilidad- lo cierto es que con Vicente dicho cártel experimentó un debilitamiento paulatino, perdiendo territorios frente al Cártel de Sinaloa, por lo que pasó de ser una organización de cobertura nacional a una de corte regional, que hoy apenas tiene presencia en la mitad norte de Chihuahua.
Situación similar atravesó el Cártel de Tijuana, que ante la falta de sus dos líderes históricos, Benjamín y Ramón Arellano Félix en 2002, comenzó una secuencia sucesoria en donde otros de los hermanos Arellano e incluso un sobrino se han pasado el poder cada que alguno es arrestado, sin que dicha organización haya podido recuperar la influencia de antaño.
Esto nos lleva a inferir que los cambios de liderazgo suelen ser un factor que afecta a las organizaciones criminales. Por ejemplo, mientras estuvieron al frente del Cártel de Sinaloa Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, dicha organización se mantuvo fuerte y tuvo años de crecimiento. Pero al perder estos liderazgos, comenzó un proceso de erosión interna que hoy se traduce en una lucha abierta entre dos grandes facciones, en la que los hijos de ambos personajes se disputan el liderazgo desde hace más de un año sin que quede claro, si alguno de los grupos podrá vencer al otro, por lo que en la práctica ya no existe un Cártel de Sinaloa, sino dos grupos criminales independientes, los Chapitos y la Mayiza.
En contraparte, un factor que ha ayudado al Cártel Jalisco Nueva Generación a crecer y ganar terreno frente a sus competidores, al grado que hoy se considera que es la organización más poderosa de México, es que ha tenido un liderazgo estable. Desde el surgimiento de esta organización en 2010, Nemesio Oseguera Cervantes ha estado al frente de la misma, lo cual ha evitado conflictos mayores en su interior, que permiten que los operadores se enfoquen en el proceso de expansión territorial y diversificación de las fuentes de ingreso.
Lo anterior nos obliga a revisar la forma en la que el Gobierno de México ha contribuido a acelerar los procesos sucesorios complejos en las organizaciones criminales y con ello ha propiciado inestabilidad interna, que se ha traducido en un recrudecimiento de la violencia en muchas zonas del país. Comenzando en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, que al optar por una política de confrontación activa definida como guerra contra el narco propició una crisis en el liderazgo del Cártel del Golfo, que derivó en la separación tanto de la Familia Michoacana como de los Zetas, incrementando la violencia en el occidente y en el noreste. También la crisis de sucesión de los Beltrán Leyva que trajo consigo la aparición de una veintena de grupos criminales en Guerrero, Morelos, Estado de México y Ciudad de México, así como la transformación del Cártel del Milenio al Cártel Jalisco Nueva Generación, derivado del ascenso en su interior de una nueva cúpula de poder.
Lo anterior no implica que se deje de combatir a las organizaciones criminales desde el gobierno, todo lo contrario, sino que el objeto central de la política no debe de ser el arresto o el abatimiento de los líderes, sino el debilitamiento paulatino de toda la estructura criminal, para que los golpes a la misma no propicien escaladas abruptas en la violencia que se vive en las diversas zonas del país.
Es decir, un enfoque basado en la inteligencia que tenga como eje el garantizar que de forma constante se disminuya la violencia en el país. Al final esta debe ser la misión del Estado a la hora de garantizar la seguridad de su población, que el combate al crimen organizado se traduzca en menos violencia, en lugar de la estrategia de descabezamiento de organizaciones criminales que se siguió por varios sexenios, la cual contribuyó en muchos momentos al incremento de la misma.
* Víctor Manuel Sánchez Valdés (@victorsanval) es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, especialista en seguridad pública y doctor en políticas públicas por el CIDE. Correo de contacto: [email protected].

Es esa zona gris entre el sueño y la vigilia, cuando nos quedamos somnolientos en un estado semiconsciente, experimentando vívidas imágenes y sonidos mentales.
La canción de los Beatles, “Yesterday”, fue escrita en lo que los psicólogos llaman “estado hipnagógico”. Es esa zona gris entre el sueño y la vigilia, cuando nos quedamos somnolientos en un estado semiconsciente, experimentando vívidas imágenes y sonidos mentales.
Al despertar una mañana a principios de 1965, Paul McCartney percibió una larga y compleja melodía sonando en su cabeza. Saltó de la cama, se sentó al piano y empezó a tocar la melodía.
Rápidamente encontró los acordes que acompañaban a la melodía y creó algunas frases de acompañamiento (como las llaman los compositores, antes de escribir la letra propiamente dicha) que encajaban con la música.
Le costaba creer que un sonido tan hermoso pudiera surgir espontáneamente, McCartney sospechó que estaba plagiando inconscientemente otra composición.
“Durante aproximadamente un mes fui a ver a gente del mundo de la música y les pregunté si la habían escuchado antes… Pensé que si nadie la reclamaba después de unas semanas, podría quedármela”, recordó. Pero resultó ser original.
Muchos grandes descubrimientos e inventos han surgido durante el estado hipnagógico.
El físico Niels Bohr ganó el Premio Nobel porque estando semiconsciente soñó que veía el núcleo del átomo, con los electrones girando a su alrededor, al igual que el sistema solar con el sol y los planetas, y así “descubrió” la estructura del átomo.
Las investigaciones han demostrado que el estado hipnagógico es un punto óptimo para la creatividad. Por ejemplo, en un estudio de 2021, los participantes en estado hipnagógico tenían tres veces más probabilidades de descubrir la “regla oculta” que podía resolver un problema matemático.
Los psicólogos asocian la creatividad con cualidades como la apertura a la experiencia y la flexibilidad cognitiva.
Otros han sugerido que la creatividad surge de la coordinación entre la red de control cognitivo del cerebro (que se encarga de la planificación y la resolución de problemas) y la red neuronal por defecto (que se asocia con la ensoñación y la divagación mental).
Sin embargo, en mi opinión, una de las teorías más importantes sobre la creatividad es una de las más antiguas, propuesta por el psicólogo británico Frederic Myers en 1881. Según Myers, las ideas y las percepciones surgen como una repentina “oleada” de una mente subliminal.
Para Myers, nuestra mente consciente es solo un pequeño segmento de nuestra mente, que incluye no solo lo que Sigmund Freud llamó el inconsciente, sino también niveles de conciencia más amplios y elevados. Las ideas pueden gestarse inconscientemente durante mucho tiempo antes de emerger a la conciencia.
Por eso, a menudo sentimos que las ideas provienen de más allá de la mente, como si nos hubieran sido regaladas. Pueden provenir de más allá de nuestra mente consciente.
El estado hipnagógico es tan creativo porque, mientras oscilamos entre el sueño y la vigilia, la mente consciente apenas está activa.
Durante un breve período, nuestros límites mentales son permeables y existe la posibilidad de que percepciones e ideas creativas fluyan desde la mente subliminal.
En un sentido más general, esta es la razón por la que la creatividad suele asociarse con la relajación y la ociosidad. Cuando nos relajamos, nuestra mente consciente suele estar menos activa. A menudo, cuando estamos ocupados, nuestra mente se llena de pensamientos que parlotean, impidiendo que fluyan las ideas creativas.
Esta también es la razón por la que la meditación está fuertemente asociada con la creatividad.
Las investigaciones demuestran que la meditación promueve cualidades creativas generales, como la apertura a la experiencia y la flexibilidad cognitiva.
Pero quizás más importante aún, la meditación aquieta y suaviza la mente consciente, de modo que somos más responsables de recibir inspiración de fuera de ella.
Como señalo en mi libro “El Salto”, esta es la razón por la que existe una fuerte conexión entre el despertar espiritual y la creatividad.
Las investigaciones han descubierto que alrededor del 80% de las personas han experimentado el estado hipnagógico, y que aproximadamente una cuarta parte de la población lo experimenta con regularidad. Es ligeramente más común en mujeres que en hombres.
Es más probable que ocurra al inicio del sueño, pero también puede ocurrir al despertar o durante el día si nos entra sueño y perdemos la consciencia normal.
¿Podemos usar el estado hipnagógico para potenciar nuestra creatividad? Ciertamente es posible permanecer en él, como probablemente sepas de las noches de los domingos.
Sin embargo, una de las dificultades es captar las ideas que surgen. En la somnolencia, puede que no sintamos el impulso de recordarlas. Es tentador decirnos antes de volver a dormirnos: “Esta idea es tan buena que se me quedará grabada”. Pero cuando nos despertamos un rato después, la idea se ha ido.
No obstante, mediante el entrenamiento mental, no hay razón por la que no podamos adquirir el hábito de registrar nuestras ideas hipnagógicas.
Lo mejor es tener un bolígrafo y papel en la mesita de noche. O, para una variante más moderna, tener el teléfono junto a la cama con la aplicación de grabación abierta.
De hecho, esta es una práctica que Paul McCartney siempre ha seguido. Incluso se entrenó para escribir en la oscuridad con este fin.
También podemos usar la técnica de la “siesta consciente” para generar ideas. Siempre que el gran inventor Thomas Edison se quedaba atascado en una solución o una idea nueva, se dejaba llevar por la inconsciencia mientras sostenía una bola de metal.
Al quedarse dormido, la bola caía al suelo y lo despertaba, momento en el que a menudo descubría que había surgido una nueva perspectiva.
En términos más generales, deberíamos usar la inactividad como una forma de cultivar la creatividad.
No pienses que la siesta o el relax son una pérdida de tiempo. Lejos de ser improductivos, pueden conducir a las ideas y percepciones más inspiradoras.
*El texto original fue publicado en inglés en The Conversation. Puedes leerlo aquí.
**Steve Taylor es profesor de Psicología de la Universidad de Leeds Beckett (Reino Unido) y es autor de varios libros sobre psicología y espiritualidad.
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