La reelección de Donald Trump supone un riesgo para la agenda migratoria entre México y Estados Unidos, anticipando un endurecimiento de las políticas y un aumento en las deportaciones impactando a las personas migrantes que se encuentran en tránsito en México.
Trump ha designado a Tom Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), como “zar de las fronteras”, quien supervisará las deportaciones de extranjeros ilegales. “Felicitaciones a Tom”, expresó Trump en su red social TruthSocial, reafirmando su enfoque de “tolerancia cero” con medidas estrictas en la frontera.
Ante este nuevo contexto nacional y binacional, la nueva administración enfrentará grandes desafíos en materia migratoria. Esta realidad exige una gestión que considere las múltiples causas del desplazamiento y las complejas demandas que este impone.
En este contexto, el Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria (GTPM), una red de sociedad civil que defiende los derechos de las personas migrantes en México, presentó una iniciativa titulada 11 ejes para una nueva política migratoria y de asilo en México 2024-2030.
Se trata de un trabajo colaborativo de la sociedad civil, con la participación de distintas organizaciones y redes, además de especialistas en el tema, tanto de México como de Centroamérica. Esta iniciativa surge en un contexto en donde la política del Estado Mexicano sigue caracterizándose por el control y la contención migratoria, a través del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional. Esta situación ha permitido la construcción de un sistema en el cual se violentan sistemáticamente los derechos fundamentales de personas en contexto de movilidad.
Derechos como la seguridad, la libertad, el trabajo, la salud y la educación no han sido respetados ni protegidos ni garantizados por el gobierno federal ni por los gobiernos estatales o municipales. Reconocemos que ha habido avances en algunas localidades, y que hay ciertas acciones positivas, pero como política de Estado la situación sigue siendo la misma. Existe una deuda importante respecto a la transformación de lo que debería ser una política migratoria y de asilo en México.
Desde la sociedad civil nos enfocamos en avanzar hacia una política con enfoque de seguridad humana y garante de derechos, siempre desde una perspectiva interseccional, de género, etaria y multicultural. En el marco de la transición democrática que atravesamos, esta agenda propone concentrar un esfuerzo colaborativo para desarrollar y presentar un documento que articule estos temas.
Estos 11 ejes abarcan áreas fundamentales como la integración sostenible, el fortalecimiento del sistema de asilo, la denuncia de las violaciones sistemáticas y estructurales a los derechos humanos, la promoción de la libertad y la implementación de alternativas a la detención.
Además, se abordan temas cruciales como la discriminación racial, la desmilitarización del control migratorio, la protección de la niñez y adolescencia en contextos de movilidad humana, y la inclusión de una perspectiva de género. Todos estos temas deben ser tratados de manera transversal en todas las políticas y acciones migratorias. Incluimos el cambio climático como causa estructural y responsabilidad del gobierno.
También destacamos la corresponsabilidad regional, abarcando la política exterior y acciones binacionales que México debe considerar, tanto con Estados Unidos como con Centroamérica y otros países con altos índices de migración forzada.
La propuesta se plantea como un llamado urgente a la acción para las autoridades del Poder Ejecutivo, así como a los legisladores. La implementación de los 11 ejes es una necesidad y una responsabilidad compartida entre los diferentes niveles de gobierno.
El mensaje desde la sociedad civil es claro: la nueva administración y el Congreso deben encaminarse hacia una política migratoria humana e inclusiva, que se aleje de la contención y aborde el contexto migratorio desde una perspectiva de derechos humanos, sin importar la condición legal de las personas. Con estos 11 ejes, México tiene la oportunidad de trazar un nuevo rumbo, uno que se base en la justicia, la equidad y el respeto a la dignidad humana.
*Ángel Adrian Huerta García (@MisionSMR)responsable de comunicación de SMR – Scalabrinianas Misión Con Migrantes y refugiados, organización que promueve los derechos de las personas migrantes, refugiadas y defensoras de derechos humanos.
El líder republicano volverá a la Casa Blanca tras lograr una contundente victoria sobre Kamala Harris. Pero pese a que es una figura reconocida, existen facetas menos sabidas de carrera y su vida. BBC Mundo te las cuenta en esta nota.
Donald Trump volverá a la Casa Blanca el próximo 20 de enero luego de lograr este martes una contundente victoria sobre la demócrata Kamala Harris.
Es el segundo líder político de la historia de EE.UU. que consigue ser elegido luego de un intento fallido de reelección.
Sin embargo, más allá de haber sido presidente de 2017 a 2021, y de tener un extenso currículo en la escena pública, hay algunas facetas de su vida y su carrera menos conocidas, como su formación en la Academia Militar, sus miedos más íntimos y su pasado demócrata.
En BBC Mundo te presentamos 8 cosas que quizás no sabías de Donald Trump.
Los padres de Trump lo enviaron cuando tenía 13 años a estudiar a la Academia Militar de Nueva York en Cornwall-on-Hudson, una escuela que prometía “enderezar” a los jóvenes rebeldes.
“Cuando era adolescente, lo que más me interesaba era hacer travesuras, porque por alguna razón me gustaba causar problemas y poner a prueba a la gente”, escribió Donald Trump en el libro “El arte de la negociación” (1987).
Durante los cinco años que estuvo en la academia jugó baloncesto, fútbol americano, fútbol y béisbol.
Algunos compañeros de clase lo recuerdan como un líder natural y otros como un bully, según diversos testimonios recogidos por la prensa estadounidense.
Después de graduarse, comenzó sus estudios universitarios en la Universidad Fordham del Bronx, pero se trasladó a la Escuela Wharton de Negocios en la Universidad de Pensilvania dos años después.
Se graduó con una licenciatura en Ciencias Económicas.
Se desconocen los detalles sobre su proceso de admisión o el registro de su desempeño académico.
Al terminar la universidad, el presidente electo entró a trabajar a la empresa inmobiliaria de su padre, Fred Trump, y en 1971, con 25 años, tomó el control de la firma.
Como heredero del negocio, le cambió el nombre a Trump Organization y se enfocó en el desarrollo de ostentosos edificios que le permitieron aumentar no solo su fortuna, sino también su fama en la televisión, los tabloides y, por último, la política.
La Trump Organization ha extendido sus operaciones al desarrollo de proyectos inmobiliarios comerciales, residenciales, de oficinas, casinos, condominios, campos de golf y hoteles.
Una investigación del periódico The New York Times concluyó que Trump recibió del patrimonio de su padre cerca de US$400 millones a lo largo de su vida.
Trump ha tenido diferentes afiliaciones políticas.
Aunque la mayor de su vida ha sido militante del Partido Republicano, hubo una época (entre 2001 y 2009) en que estuvo inscrito como miembro del Partido Demócrata en Nueva York, según los registros de la Junta Electoral de la ciudad.
También hubo un breve período en el año 2000 en que intentó conseguir la nominación presidencial del Partido Reformista (una organización minoritaria en EE.UU.), pero abandonó el plan en medio de una crisis en el seno de esa tienda política.
“Soy muy partidario de la libertad de elección”, dijo sobre el aborto Donald Trump en 1999 durante una entrevista en el programa Meet the Press de NBC News.
Pero a lo largo de su vida, el republicano ha cambiado varias veces su postura frente a uno de los grandes temas que dividen a los estadounidenses.
En febrero de 2011, se mostró públicamente contra el aborto. “Soy pro-vida”, dijo en un discurso ante la Conferencia de Acción Política Conservadora.
Durante su presidencia (2017-2021) abogó por prohibir el aborto a nivel nacional a partir de las 20 semanas de gestación y prometió nombrar jueces conservadores en la Corte Suprema para revocar el derecho a la interrupción al embarazo a nivel federal. Y así lo hizo.
Durante la campaña presidencial de 2024 repitió que la decisión de prohibir o permitir el aborto depende de cada estado.
Seis de las empresas de Donald Trump fueron declaradas en bancarrota porque no estaban en condiciones de pagar sus deudas:
En 1992 llegó a un acuerdo con los bancos acreedores para reestructurar sus deudas. Tuvo que vender su yate, su jet, su participación en el Grand Hyatt y en su aerolínea, Trump Shuttle.
Más tarde, volvió a enfrentar problemas financieros y evitó la bancarrota alcanzando un acuerdo con los bancos para reestructurar sus deudas.
Las empresas comerciales fallidas de Trump han incluido casinos y hoteles, el cierre de su equipo de fútbol New Jersey Generals y la ahora extinta Trump University.
Antes de llegar al terreno político, el multimillonario solía aparecer en tabloides, programas de televisión, y formaba parte del mundo del entretenimiento y las celebridades.
Comenzó a hacerse relativamente conocido por sus intervenciones en medios de comunicación y como propietario de varios concursos de belleza, pero alcanzó la fama como presentador del reality show The Apprentice (“El aprendiz”), en el que participó entre 2004 y 2015.
Trump también ha participado en series y películas haciendo cameos (haciendo de sí mismo), como en The Fresh Prince of Bel Air y Home Alone 2.
Es el primer exmandatario y presidente electo convicto en la historia del país, luego de que en mayo fuese declarado culpable de los 34 delitos que se le imputaron por falsificar documentos con el fin de ocultar un pago a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre un encuentro sexual antes de las elecciones de 2016.
La sentencia por este caso se conocerá después de las elecciones.
En su red social Truth Social, el expresidente reclamó su inocencia y calificó la condena como un “ataque político”.
En otros casos, ha tenido que pagar millonarias multas, por ejemplo, tras ser acusado de mentir sobre su patrimonio para parecer más solvente de lo que era o por acoso y difamación contra la columnista E. Jean Carroll.
Y tuvo que indemnizar a estudiantes de su extinta Universidad Trump en 2018 que lo acusaban de haber sido engañados.
Tiene pendientes otros tres juicios penales, incluidos dos por su presunto intento de anular el resultado de las elecciones de 2020.
“Una de las maldiciones de la sociedad estadounidense es el simple acto de estrechar manos”, escribió Trump en su libro “El arte del regreso” (1997).
El tema de la limpieza de las manos ha sido recurrente durante su carrera.
“Resulta que soy un fanático de las manos limpias. Me siento mucho mejor después de lavarme bien las manos, lo hago siempre que puedo”, ha dicho.
Quienes han trabajado con él confirman que le molesta estar expuesto a cualquier potencial fuente de contagio.
En un programa de radio de 1993 conducido por Howard Stern, reconoció abiertamente: “Tengo fobia a los gérmenes”.
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