Home
>
Analisis
>
Invitades
>
Planear lo es todo, el plan no es nada
Blog invitado
Blog invitado
Espacio de análisis, blogueo y... Continuar Leyendo
4 minutos de lectura

Planear lo es todo, el plan no es nada

El debate urbanístico debe trascender discusiones menores, como si el vecino puede construir un roof garden para sus asados, o si podemos tener nuestra oficina en casa, para así poder centrar la conversación en temas más profundos: la generación de empleos, el acceso a los centros de trabajo, la mejora del espacio público y la reducción de los tiempos de desplazamiento.
12 de noviembre, 2024
Por: Bernardo Farill

La Ciudad de México enfrenta un momento clave en su historia en términos de planeación urbana. Actualmente, contamos con dos instituciones que llevan la palabra “planeación” en su nombre: la Secretaría de Planeación y el -todavía en ‘veremos’- Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva. Los que nos dedicamos al urbanismo vemos con optimismo el mensaje: la planeación de la Ciudad de México va porque va. Planear es, por fin, importante.

Las y los ciudadanos no estamos acostumbrados a tener en nuestras manos la planeación. A todas luces, causa molestia y enojo. Lo percibimos como una carga adicional en nuestro día a día. No lo vemos como un privilegio de la democracia o como un logro de muchos años de labor. Ese ha sido un claro error en la comunicación del proceso de planeación. Si planear un viaje, o nuestros futuros estudios, causan emoción, planear nuestra ciudad no debía ser la excepción.

El camino por delante será complejo. Podría apostar que ni bien ha comenzado el sexenio, y ya existe presión sobre Alejandro Encinas, el nuevo secretario de Planeación y Ordenamiento Territorial, para finalizar el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT). Sin embargo, el éxito de este proceso no se va a medir simplemente en concluir un documento, sino en todo lo que se debe construir en el camino: generar una cultura de planeación tanto en la ciudadanía como en las instituciones. Invito al secretario a defenderse de esa presión y mejor apoyarse en la ciudadanía, quienes preferimos un proceso más largo pero certero.

Los retos no son pocos. Para empezar, el marco normativo de la Ciudad de México está anclado en documentos obsoletos que no reflejan la realidad actual de la urbe. Estos textos fueron creados en una época donde la participación ciudadana era irrelevante, en que no existían 4 millones de vehículos que hoy congestionan nuestras calles, y cuando ni sabíamos que era Uber, AirBnB o las ciclovías.

Tal vez el trabajo del secretario de Planeación sería más sencillo si se comenzara de cero. En vez de eso deberá lidiar con un proceso varias veces fallido. La satanización del desarrollo urbano (término ausente en las nuevas secretarías, por cierto) y de otras herramientas urbanas tampoco facilitan la encomienda. La tarea no va ser simplemente crear nuevas normas, sino también recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones.

Los que hemos trabajado en urbanismo hemos sido testigos de cómo, una vez terminados, los documentos de planeación se dejan al olvido. Pocas personas los utilizan y, cuando lo hacen, no siempre es con las mejores intenciones. Afortunadamente, la tecnología nos permite ahora tener un proceso más dinámico que responda mejor a las necesidades actuales. Lo esencial no es la publicación oficial de un documento, sino que los ciudadanos sepan qué pueden hacer, en qué lugares, con qué tolerancias, y comprendan las razones detrás de las decisiones tomadas. Esto no se logra por el sencillo hecho de publicar un plan, sino a través de un proceso inclusivo y participativo.

El debate urbanístico debe trascender discusiones menores, como si el vecino puede construir un roof garden para sus asados, o si podemos tener nuestra oficina en casa, para así poder centrar la conversación en temas más profundos: la generación de empleos, el acceso a los centros de trabajo, la mejora del espacio público y la reducción de los tiempos de desplazamiento. Debemos recuperar una política pública de planeación que contemple, además, la sustentabilidad, el cambio climático y el papel de la ciudad dentro del ecosistema mundial, aspectos que se han descuidado.

La planeación debe ser sobre vivienda. Ese debate se ha eliminado de la agenda por la necedad de satanizar el desarrollo urbano. Ojalá que Encinas, que se ha destacado por tender lazos y lograr acuerdos, logre quitar el estigma al desarrollo inmobiliario que tanto se han aventado uno y otro lado de la política. Con las reglas adecuadas, se puede construir en la Ciudad a la vez que se mejoran las condiciones en aspectos clave como el abastecimiento de agua y la mejora del Espacio Público. Negar este debate sólo beneficia a aquellos que se pretendía disuadir: especuladores y coyotes de la ciudad.

A la ciudadanía nos gustaría ver un proceso de planificación constante y presente en todos los medios. Por favor quítenos la excusa de no poder participar, impulsando el uso de tecnologías, pláticas, entrevistas, foros y lo que se les ocurra (por favor, no intenten de nuevo hacer más de mil consultas en sólo dos días). Para que la gente respete el proceso técnico, debe sentirse tomada en cuenta. Y para planear de forma legítima, se requiere a toda la gente, no sólo la que se percibe que votó por un partido. Las lagunas y los silencios siempre terminan convirtiéndose en crisis.

Finalmente, no podemos permitir que el miedo guíe nuestro futuro. La Ciudad de México ha existido de una u otra forma durante 700 años en los que ha resistido guerras, terremotos, explosiones, pandemias, revoluciones, inundaciones y hasta a sus gobernantes. No planeemos nuestro futuro con miedo, sino con esperanza.

*Bernardo Farill (@bernardofarill) es arquitecto urbanista. Recientemente fue director de Planeación y Desarrollo Urbano de la alcaldía Miguel Hidalgo.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
4 desafíos para México y Claudia Sheinbaum ante el nuevo gobierno de Donald Trump en EU
7 minutos de lectura

En 2016 se creyó que Trump sería un problema para México y el resultado fue casi opuesto. Ahora llega un Trump más ambicioso y en México gobierna una mujer. Una coyuntura desafiante para dos países que se necesitan.

08 de noviembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

México es quizás el país más afectado en el mundo por lo que ocurre en Estados Unidos.

Las razones son de toda índole: por la frontera de 3.000 kilómetros que comparten, porque es su mayor socio comercial, porque millones de familias tienen miembros en ambos países.

Pero si es el más afectado por razones estructurales, también lo es por razones coyunturales.

Donald Trump fue elegido este martes como nuevo presidente de Estados Unidos en parte gracias a su agenda agresiva hacia México, la cual incluye altos aranceles a las importaciones desde ese país y la deportación de mexicanos indocumentados que estén en territorio estadounidense.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quiso calmar los ánimos en su conferencia de prensa del miércoles: “No hay motivo ninguno de preocupación (…) México siempre será un país independiente y soberano. Va a haber buena relación. No competimos entre nosotros, nos complementamos (…) Hay mucha unidad y mucha fortaleza de la economía mexicana”.

Sin embargo, las señales de alarma están prendidas.

“Para Sheinbaum va a ser un desafío enorme”, dice Juan Gabriel Tokatlián, doctor en relaciones internacionales. “Si esta política de desalojar migrantes es llevada a cabo y si hace un proteccionismo a ultranza concentrado en Estados Unidos, va a ser una situación muy complicada para México”.

Estos son los cuatro ámbitos sobre los cuales va a girar la compleja relación entre México y Estados Unidos durante los próximos 4 años.

Trump en Arizona
Getty Images
Trump estuvo en la frontera una semana antes de las elecciones. Fue de sus temas clave.

1. Economía

El miércoles, el peso mexicano registró su peor marca en dos años, de casi 21 pesos por dólar, debido a la victoria de Trump.

Aunque la devaluación es una tendencia normal en países emergentes tras las elecciones en la primera economía del mundo y fue en principio una caída menos drástica de lo esperado, los inversionistas extranjeros creen que las restricciones comerciales prometidas por Trump pueden afectar el desempeño de la economía mexicana.

Por varias razones.

Las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían cada mes a sus familiares son uno de los pilares de la economía de consumo de este país: están, según cifras oficiales, entre el segundo y tercer mayor ingreso después del turismo y las ventas del petróleo.

Esa fuente de ingresos se puede ver afectada por las deportaciones y los aranceles de Trump.

En campaña, el republicano también dijo que piensa imponer aranceles del 25% a las importaciones de México si el país no detiene el tráfico ilegal de migrantes.

También aseguró que va a sancionar el transbordo de productos chinos a través de México e imponer una tarifa de 500% a los automóviles producidos por empresas chinas en México.

AMLO y Trump
Getty Images
AMLO y Trump se entendieron más de lo esperado.

Según el centro de estudios Capital Economics, un arancel del 10% a los productos importados de México significaría una reducción del 1.5% del PIB mexicano.

Durante el primer gobierno de Trump, entre 2017 y 2021, la guerra comercial con China benefició a México, ya que empresas que producían allá acercaron sus fábricas a EE.UU. radicándolas en el país latinoamericano.

Gracias a esto, el año pasado México se convirtió en el mayor importador a Estados Unidos del mundo, entre otras razones porque goza de un Tratado de Libre Comercio que facilita la importación de productos de un país a otro.

El TLCAN, asimismo firmado con Canadá, tendrá que ser ratificado en 2026 por los tres países.

Aunque en 2020 Trump accedió a firmarlo, lo más probable es que ahora lo use como mecanismo de negociación frente a dos de sus grandes obsesiones: la batalla comercial con China y la migración.

“La pregunta es qué tipo de proteccionismo quiere Trump: si es concentrado en Estados Unidos, sin contemplar a Canadá y México, o si lo hace con ellos pero evitando la triangulación con China”, explica Tokatlián.

Migrante en Tijuana
Getty Images
Este miércoles en un centro de migrantes en Tijuana, una mujer mira las noticias.

2. Migración

El otro gran eje de la relación bilateral va a ser la migración.

Trump prometió deportar un millón de migrantes indocumentados al año y dijo que va a reanudar la construcción del muro fronterizo entre los dos países.

Ambas promesas son difíciles de cumplir, según expertos, porque son costosas y pueden afectar a la economía estadounidense, que en parte depende de la mano de obra migrante.

Sin embargo, con que solo una parte de la “deportación masiva” prometida se realice ya hay razones para la preocupación en México.

Se estima que 5 millones mexicanos están en Estados Unidos en situación irregular.

“México va a insistir en el diálogo y va a informar lo que ya está haciendo”, dice Yanerit Morgan, una diplomática y académica mexicana.

Para evitar los aranceles, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador accedió a detener migrantes y logró reducir el flujo de personas que ingresaba a Estados Unidos.

“Sheinbaum va a seguir con esa política, pero va a tener que fortalecer mucho la red consultar en Estados Unidos, no solo por las deportaciones, sino por el trato a los mexicanos allá”, dice Morgan.

La nueva mandataria mexicana ha insistido en que la migración transnacional debe ser atendida a través de soluciones sociales en los países de origen, una iniciativa que en principio no aparece en el manual trumpista.

prensa mexicana el miércoles.
Getty Images
Los titulares de la prensa mexicana el miércoles.

3. Narcotráfico

A la ecuación se añade el complejo tema del tráfico ilegal de drogas.

Más de 80.000 personas murieron en Estados Unidos el año pasado por cuenta del fentanilo, un potente opioide que se produce y trafica desde México.

Trump prometió que va a bombardear los laboratorios de fentanilo en México, bloquear los puertos mexicanos que transporten sus precursores y designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

Ninguna de estas iniciativas ha sido comentada por Sheinbaum, pero al menos en principio suenan como medidas que en México tocarían la sensible fibra de la injerencia.

En julio, la relación bilateral entró en crisis debido a la detención en Estados Unidos del capo mexicano Ismael “El Mayo” Zambada. La operación no fue notificada al gobierno mexicano y eso generó disgusto en el Palacio Nacional.

Aunque los dos gobiernos tendrán mandatarios nuevos cuando Trump se juramente en enero, el tema inevitablemente va a ser abordado con este antecedente y bajo la preocupación histórica mexicana, aunque marcada en este gobierno, de proteger su soberanía.

Sheinbaum e Ivanka Trump
Getty Images
Sheinbaum e Ivanka Trump en la toma de protesta de AMLO en 2018.

4. Política

Todo lo anterior va a depender de la relación que entablen los jefes de Estado, quienes, en principio, son muy destinos: él, conservador y capitalista, ganó en parte gracias a su rechazo de lo que llama “feminismo radical”; ella, de izquierda y crítica del neoliberalismo, tiene una profunda preocupación por la causa feminista.

En los dos años y medio que AMLO y Trump coincidieron se estableció una relación cordial, pragmática, proclive a la negociación, que dejó a muchos sorprendidos por sus diferencias ideológicas.

AMLO llegó a escribir un libro titulado “Oye, Trump” en el que explicaba la importancia de los migrantes para Estados Unidos y proponía medidas no policiales para atender la migración.

Los expertos esperan que Sheinbaum mantenga el pragmatismo de su antecesor. Antes de las elecciones ella dijo en que va a trabajar con quien quiera que ganase.

“Sheinbaum tiene suficiente carácter como para tener un diálogo interesante, importante, horizontal con él. Ella llegó con un fuerte apoyo popular y eso es algo que Trump no puede negar”, dice Morgan.

La relación bilateral ha pasado por todo tipo de coyunturas difíciles. En 2016 se creyó que Trump sería un problema para México y el resultado fue casi opuesto. Ahora llega un Trump distinto, quizá más ambicioso, y en México gobierna la primer mujer presidenta, una “progresista” y “ambientalista”, que goza de un notable apoyo popular. Se viene, en todo caso, otra coyuntura desafiante.

Línea
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...