Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en México juegan un papel clave en el desarrollo, impulso y financiamiento de proyectos sociales, siendo agentes de cambio para contribuir con el impulso a diversas causas relacionadas con la pobreza, rezago educativo, acceso a servicios de salud, alimentación, medio ambiente e inclusión, principalmente. El Compendio Estadístico del Sector no Lucrativo 2023 es una publicación bienal del Centro Mexicano para la Filantropía A.C. (Cemefi) 1 señala que en el país existen más de 48,000 organizaciones de la sociedad civil y de estas, alrededor de 10,600 cuentan con la autorización para recibir donativos deducibles del impuesto sobre la renta (ISR) para sus donantes, aspecto fundamental para que puedan acceder a subvenciones que les permitan garantizar la implementación de sus proyectos.
La autorización para recibir donativos deducibles tiene una vigencia anual y recibe el nombramiento de “Donataria Autorizada” por ejercicio fiscal, por lo que su renovación está sujeta al cumplimiento de los requisitos y obligaciones previstos en las disposiciones fiscales aplicables para cada ejercicio fiscal, lo que puede culminar rápidamente en la revocación de la autorización. Prueba de esto es que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) 2 reportó que alrededor de 435 organizaciones perdieron su estatus de donataria en 2023, cifra que se incrementó en un 18.9 % con respecto a 2022, al incurrir en alguna de las causales de revocación a que se refiere la regla 3.10.15. de la Resolución Miscelánea Fiscal.
Este complejo marco regulatorio genera una carga administrativa difícil de sobrellevar, especialmente para organizaciones pequeñas y con ingresos limitados, de acuerdo a los resultados del diagnóstico realizado por Pulso OSC 3 y estadísticas de CEMEFI. Se estima que más del 50 % tienen ingresos anuales menores a un millón de pesos; solo el 39.6 % del personal de las organizaciones es remunerado, y se carece de personal especializado en temas como contabilidad o finanzas, lo que conlleva a un círculo vicioso 4 afectando directamente su capacidad operativa para gestionar sus recursos de manera adecuada y cumplir con las exigencias normativas fiscales y legales, al mismo tiempo que la limitación de recursos les impide contar con personal remunerado con un buen salario, lo que dificulta su profesionalización y poder mejorar su capacidad administrativa. Esto genera un ciclo de vida corto, con una gran cantidad de organizaciones surgiendo y desapareciendo cada año, limitando así la acumulación de experiencia y la sostenibilidad del sector (Calvillo Velasco y Favela Gavia, 2015), 5 por lo que las OSC deben afrontar una serie de desafíos que les obliga a adaptarse constantemente para garantizar su operación, transparencia y sostenibilidad ante un entorno cada vez más complejo y desafiante.
Como consecuencia, los mecanismos de transparencia 6 que se implementan son poco adecuados, al carecer de sistemas formales de control y de gestión financiera (se estima que el 65 % de las OSC no cuentan con ellos), lo que limita enormemente la capacidad para un manejo de fondos eficiente, aspecto fundamental para fortalecer la confianza de sus donantes, quienes esperan que sus recursos se utilicen adecuadamente y acorde a las regulaciones fiscales. Sin esta confianza, la sostenibilidad de las organizaciones y el flujo continuo de financiamiento se ve gravemente amenazado.
Es así como la diversificación de sus ingresos 7 se convierte en otra estrategia clave para las organizaciones para garantizar su sostenibilidad en el largo plazo 8 (en promedio el 76 % de estos es autogenerado y los donativos representan el 24 %); sin embargo, también es importante invertir en procesos de capacitación para el equipo operativo, tanto en temas relacionados a la gestión financiera, como los aspectos fiscales y desarrollo de proyectos. Desarrollar una estructura administrativa – fiscal sólida es vital para mantener el registro como donatarias y aprovechar las oportunidades de financiamiento disponibles, por lo que la capacitación del capital humano se convierte en un aspecto clave para mejorar la eficiencia en la ejecución de sus proyectos sociales y aumentar la eficacia en la obtención y gestión de recursos.
La solidez de una OSC implica no solo adaptarse a los cambios, sino también el anticiparse a estos y ser proactivos en la mejora continua de la gestión operativa, aprovechando las oportunidades que el futuro les presenta y convirtiendo sus debilidades en fortalezas. El papel de una fortalecedora de donatarias cobra especial relevancia al convertirse en una aliada estratégica para que, mediante procesos de acompañamiento, se desarrollen capacidades al interior de las organizaciones que les permitan superar los desafíos que enfrentan, fortaleciendo su capacidad de gestión, transparencia y sostenibilidad.
Mejorar la gestión interna y diversificar los ingresos son pasos clave para que las organizaciones logren sus objetivos institucionales, garantizando una sostenibilidad que les permita impulsar su impacto social y contribuir de manera más efectiva a las causas que impulsan.
*Dakshina es una fortalecedora en temas contables, fiscales y financiero de las causas sociales no lucrativas de México con una experiencia de 11 años.
1 CEMEFI – Gráficos de información del tercer sector. Enero de 2023.
3 Pulso OSC. Tercer reporte de hallazgos, diagnóstico de información 2022, desafíos de la sociedad civil organizada.
5 Calvillo Velasco, M. y Favela Gavia, A. (2015). Dimensiones cuantitativas de las organizaciones civiles en México. En Las organizaciones civiles mexicanas hoy. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM. Recuperado de aquí.
6 Nexos. Panorama y desafíos para las organizaciones de la sociedad civil mexicanas, con base en la información disponible. Alternativas y Capacidades, A. C.
7 Puig, Gemma; Villar, Rodrigo; Butcher, Jacqueline. (2023). Centro Entidades donantes: Donativos otorgados e ingresos. De Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil, Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México 2023.
8 Índice de sostenibilidad de las organizaciones de la sociedad civil en México 2021 para México. 4ª. edición Noviembre de 2022.
Esta es la información que hay sobre el nuevo misil balístico de alcance intermedio lanzado por Rusia y la señal que intenta enviar Putin a Ucrania y Occidente al decidir utilizarlo.
Cuando un misil impactó en la ciudad ucraniana de Dniéper en la madrugada del 21 de noviembre, al principio no se sabía mucho, ni siquiera de qué tipo de proyectil se trataba.
Pavel Aksenov, experto militar del servicio ruso de noticias de la BBC, analizó las evidencias en torno a este misil y qué mensaje intentaba enviar al usarlo el presidente ruso, Vladimir Putin, a Ucrania y Occidente.
Putin declaró que el ataque a la ciudad de Dniéper en el este de Ucrania se llevó a cabo mediante “un nuevo misil convencional de alcance intermedio” con el nombre en código Oreshnik.
Aunque Ucrania lo niega y afirma que posiblemente fuera un misil Kedr, no hay muchas posibilidades de que se trate de ese tipo de arma.
El lanzamiento de un misil balístico a semejante distancia no puede pasar desapercibido, especialmente en una región que muchas agencias de inteligencia observan de cerca.
El misil es claramente visible durante el vuelo, en particular la llama ardiente que sale del motor del cohete, que puede ser captada por satélites y aviones de reconocimiento.
Los gases de escape de los misiles, que a menudo se observan durante las pruebas o los ejercicios, permiten aprender mucho y conocer las características de los distintos cohetes.
Los analistas pueden deducir aún más estudiando los datos de lanzamiento de un nuevo misil.
Aunque las agencias de inteligencia occidentales no han publicado sus conclusiones, es probable que tengan una idea bastante precisa del tipo de misil.
Por su parte, expertos y comentaristas en medios y redes sociales han elaborado sus propias teorías basadas en otras pistas.
La versión más repetida es que Rusia adaptó el misil balístico intercontinental experimental (ICBM) Rubezh para ataques de alcance intermedio.
En su declaración, Putin aseguró que el misil estaba equipado con una “carga útil hipersónica no nuclear” y que sus ojivas “atacaban objetivos a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 km/s“.
La ausencia de una ojiva nuclear era evidente, aunque su velocidad hipersónica se ha puesto en duda.
En su informe sobre misiles nucleares balísticos, la organización no gubernamental Centro para el Control de Armas y la No Proliferación ofrece una cifra inferior: 3.200 km/h, casi 900 m/s.
Es muy difícil interceptar ojivas que viajan a tales velocidades.
Este misil tenía una ojiva separable, y es esto lo que causó más confusión entre los expertos.
Un video grabado en el momento del impacto en Dniéper muestra seis clústeres de objetos cayendo al suelo, de los que cada uno contiene aproximadamente seis puntos brillantes. Se considera una cifra bastante elevada para un misil de este tipo.
Sin embargo, no se observaron explosiones en el suelo, lo que indica que los puntos brillantes podrían ser submuniciones cinéticas.
Estas pueden variar en tamaño y son esencialmente proyectiles metálicos que intentan destruir el objetivo utilizando la energía cinética liberada durante el impacto que, debido a la alta velocidad, puede ser significativa.
Varias fuentes indican que el misil fue lanzado desde el polígono de pruebas de Kapustin Yar en la región de Astracán en Rusia.
En ese caso, el alcance del misil en este lanzamiento sería de entre 800 y 850 kilómetros.
Vladimir Putin se refirió al Oreshnik como un misil de alcance intermedio. El rango de este tipo de misiles suele oscilar entre 1.000 y 5.500 kilómetros, aunque estas son solo cifras oficiales y el misil puede dispararse a distancias más cortas.
Lo más probable es que el Oreshnik que mencionó Putin se desarrollara en el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (MIT).
En Rusia hay dos entidades que desarrollan misiles balísticos de esta clase: el Centro de Cohetes Makeyev y el MIT.
El primero se centra en misiles de combustible líquido, que son pesados, se lanzan desde silos y tienen un alcance muy largo. Por ejemplo, el rango oficial del misil Sarmat es de hasta 18.000 kilómetros.
El Instituto de Tecnología Térmica de Moscú se especializa en la creación de misiles más pequeños con motores de combustible sólido que se proyectan desde lanzaderas móviles.
Estos misiles son más ligeros, tienen ojivas más pequeñas y vuelan distancias más cortas. Por ejemplo, el misil Yars tiene un alcance de 12.000 km.
Lo más probable es que un misil como el que impactó en Dniéper sea obra del MIT.
Este centro ya había creado antes misiles similares, como el RSD-10 Pioneer, que estuvo en servicio desde la década de 1970 hasta que entró en vigor el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por sus siglas en inglés) en 1988.
En ese momento, todos los misiles y lanzaderas de alcance intermedio y más corto de la URSS y EE.UU. fueron destruidos y ambas partes acordaron no producir, probar ni desplegar tales proyectiles en el futuro.
El Tratado INF expiró en 2019, por lo que el desarrollo de este tipo de misiles -al menos en cuanto a su aplicación práctica- habría comenzado después de esa fecha.
En ese momento, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, anunció que Rusia tenía la intención de crear un sistema de misiles terrestres de alcance medio para 2020. Aunque esto no sucedió, el proyecto siguió su curso.
Uno de los últimos desarrollos del MIT es el RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental. Según información extraoficial, su rango es de entre 2.000 y 6.000 km, por lo que apenas supera los límites de alcance del INF.
El MIT lo desarrolló incluso antes de prescribir el tratado. Según la agencia estatal TASS, el coronel general Serguéi Karakáev, comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, reveló algunas características del misil en 2013.
“Si hablamos del misil terrestre móvil Yars (en referencia al RS-26 Rubezh) el vehículo de lanzamiento pesa más de 120 toneladas. En este misil modernizado, alcanzaremos 80 toneladas, haciéndolo más ligero”, declaró Karakáev.
En otras palabras, Rusia estaba desarrollando inicialmente un misil más ligero basado en el Yars que superaba los límites del INF en solo 500 km.
Como resultado, expertos coinciden en que el Oreshnik mencionado por Putin es probablemente un sistema de misiles con un alcance de 800 km o un desarrollo posterior de ese sistema, diseñado para un alcance aún más corto.
El Tratado INF tenía como objetivo reducir las tensiones en Europa.
La idea de la disuasión nuclear funciona para misiles balísticos intercontinentales, cuyos lanzamientos pueden ser detectados por sistemas de alerta, lo que daría tiempo suficiente para responder con un contraataque.
Lo mismo se aplica a los bombarderos estratégicos.
Pero esto no funciona si el tiempo de vuelo de un misil se mide en meros minutos.
Los misiles de corto y medio alcance eran uno de los factores más importantes que evitaban una disuasión nuclear estratégica efectiva.
Capaces de portar ojivas nucleares, eran casi imposibles de interceptar o destruir y, por lo tanto, no había oportunidad de contraataque al carecer de tiempo suficiente.
Además, las lanzaderas móviles para estos misiles eran muy difíciles de detectar y destruir con un primer ataque.
La presencia de misiles de corto y medio alcance cerca de las fronteras podría generar un conflicto militar al ser una amenaza casi imposible de defender, lo que podría provocar un ataque nuclear preventivo.
El ataque a Dniéper marcó el primer uso en combate de un misil de este tipo. Putin anunció que Rusia advertiría sobre el uso de esta clase de proyectiles.
“Treinta minutos antes del lanzamiento del misil Oreshnik, Rusia envió a Estados Unidos una notificación automática a través del centro de reducción de riesgos nucleares”, indicó el portavoz del presidente Putin, Dimitri Peskov.
El día antes del lanzamiento del misil, Estados Unidos cerró su embajada en Kyiv debido a “información específica sobre un posible ataque aéreo importante”.
Las embajadas de España, Italia y Grecia también cerraron, mientras que las de Francia y Alemania permanecieron abiertas, pero advirtieron a sus ciudadanos de que se mantuvieran alerta.
En los canales ucranianos de Telegram se barajaba la posibilidad de que Rusia usara el misil Rubezh contra Ucrania incluso antes de su lanzamiento. En particular, se especificó que el cohete había sido desplegado en el polígono de pruebas de Kapustin Yar.
En todo caso, la posibilidad de utilizar una nueva arma ya había sido anunciada anteriormente por el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin.
“No se puede descartar el uso de nuevos sistemas de armas que la Federación Rusa no ha empleado hasta ahora en territorio ucraniano”, comunicó el 18 de noviembre.
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