Licencia de manejo permanente, una contradicción a la evidencia científica

Dar licencias de manejo de manera permanente puede parecer una solución práctica, pero presenta varias desventajas relacionadas con la seguridad vial, el comportamiento humano y la capacidad para adaptarse a nuevas normativas o tecnologías. Diversas organizaciones de seguridad vial y estudios científicos han destacado por qué es importante la generación de exámenes previos al otorgamiento de una licencia de manejo, así como reevaluar a los conductores con el tiempo, en lugar de otorgar licencias sin una fecha de caducidad.

Primero, los estudios muestran que la habilidad para conducir cambia con el tiempo debido a factores como la edad, el deterioro cognitivo y físico, y la adaptación a nuevas tecnologías en vehículos. Esto es especialmente relevante para conductores mayores, quienes, aunque tienden a ser más prudentes, tienen mayores riesgos debido a sus vulnerabilidades físicas en caso de choques​ (McCarty & Kim, 2024). La idea de licencias permanentes no tiene en cuenta estos cambios, lo que podría aumentar el riesgo para estos conductores y demás usuarios del espacio público.

Adicionalmente, varios países han implementado con éxito sistemas de licencias escalonadas o de renovación periódica, lo que ha mostrado reducciones en las cifras de fatalidades por siniestros de tránsito. Estos sistemas permiten monitorear y mejorar continuamente las habilidades de los conductores y también los obliga a mantenerse actualizados con las normativas y tecnologías de seguridad. Por ejemplo, en algunos países europeos y estados de Estados Unidos, los conductores deben acumular un número considerable de horas de práctica supervisada antes de obtener una licencia completa, lo cual ha demostrado mitigar significativamente los riesgos viales, particularmente entre los conductores novatos​.

El Banco Mundial, por su parte, ha enfatizado la importancia de un sistema integral de licencias de conducción, que incluya exámenes rigurosos de manejo y de salud, como una de las claves para mejorar la seguridad vial. Las recomendaciones internacionales señalan que la implementación de exámenes estandarizados y controles de salud previos a la emisión de licencias es crucial para garantizar que los conductores estén aptos para operar vehículos de manera segura. Estas medidas forman parte del enfoque de Sistema Seguro, que promueve un enfoque holístico para reducir las muertes y lesiones graves por hechos viales.

Además, diversas revisiones sistemáticas han evaluado y monitoreado intervenciones que reducen los efectos adversos de los siniestros de tránsito. Entre ellas se encuentran:

• Capacitación de motociclistas para la prevención de hechos de tránsito (Kardamanidis, Martiniuk, Ivers, Stevenson y Thistlethwaite, 2010).
• Educación para conductores posterior a la obtención de la licencia de conducir para la prevención de siniestros viales (Ker et al., 2003).
• Educación de peatones en materia de seguridad para la prevención de lesiones (Duperrex, Roberts y Bunn, 2002).
• Educación formal en las escuelas para la prevención de siniestros de tránsito (Roberts y Kwan, 2003).

Recordemos que la obtención de una licencia de manejo es el primer contacto entre las instituciones gubernamentales y los usuarios. Por tanto, la renovación periódica de la licencia permite asegurar que los conductores cumplan con requisitos esenciales como contar con un seguro de responsabilidad civil vigente. El acceso continuo a seguros asegura que, en caso de un siniestro, haya cobertura para los daños causados a terceros, lo que es un pilar en la protección de los usuarios vulnerables de la vía, como peatones y ciclistas.

Las políticas urbanas actuales buscan reducir la dependencia del vehículo privado como principal modo de transporte, y la obtención periódica de licencias de manejo es una herramienta para fomentar un cambio hacia alternativas más sostenibles. Según la Comisión Europea y otras instituciones internacionales, políticas que obligan a renovar las licencias de forma periódica pueden desincentivar el uso excesivo del automóvil privado, al hacerlo menos conveniente o más costoso, y motivar así el uso de transporte público, bicicleta o modos de transporte compartido​. Esto es especialmente relevante en zonas urbanas donde el tráfico y la congestión vehicular son factores clave en la contaminación ambiental y la emisión de gases de efecto invernadero.

I. Contenidos de los exámenes de valoración integral teórico y práctico de conocimientos y habilidades necesarias, atendiendo a los diferentes tipos de licencias y permisos, así como los requisitos de emisión y renovación;

II. Protocolos para realizar los exámenes, así como para su evaluación;

III. Un apartado específico con los requisitos que garantizan que las personas con discapacidad pueden obtener su licencia en igualdad de condiciones

Así pues, toda política que busque la incorporación de licencia de manejo permanente y/o sin previo examen teórico, practico y de salud se encuentra alejada de la evidencia científica y las recomendaciones internacionales para mitigar los problemas de salud pública asociados a las muertes y lesiones graves por siniestros de tránsito. Además de ir en contra de la legislación vigente que ha sido construida desde y por la sociedad civil organizada que durante los últimos 20 años han trabajado en conjunto para hacer políticas públicas a favor de la seguridad vial.

Otorgar licencias de manejo permanentes puede ser contraproducente dado que no se considera la evolución de las capacidades de los conductores ni el impacto de factores psicológicos, conductuales o tecnológicos. Las licencias que requieren renovaciones periódicas permiten evaluar mejor estos factores, generar evidencia y mitigar los riesgos asociados a la conducción.

* Sergio Andrade-Ochoa (@rat_inside) actualmente es catedrático-investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua y Líder de proyecto de Estrategia Misión Cero. Ha sido reconocido por la International Youth Foundation, Fundación MAPFRE, la Federación Latinoamericana de Asociaciones Químicas, el Gobierno del Estado de Chihuahua, la Secretaría del Desarrollo Social y Rotary International por sus contribuciones en materia de derechos humanos, salud pública, ciencia y tecnología.

Referencias:

Christie, R. (2020). Effectiveness of driver training/education as a road safety measure. In Developing Safer Drivers and Riders conference, Brisbane (pp. 22-23).

Duperrex, O., Roberts, I., & Bunn, F. (2002). Safety education of pedestrians for injury prevention. Cochrane Database of Systematic Reviews (2).

Kardamanidis, K., Martiniuk, A., Ivers, R. Q., Stevenson, M. R., & Thistlethwaite, K. (2010). Motorcycle rider training for the prevention of road traffic crashes. Cochrane Database of Systematic Reviews (10), CD005240.

Ker, K., Roberts, I. G., Collier, T., Beyer, F. R., Bunn, F., & Frost, C. (2003). Post-licence driver education for the prevention of road traffic crashes. Cochrane Database of Systematic Reviews (3), CD003734.

McCarty, D., & Kim, H. W. (2024). Risky behaviors and road safety: An exploration of age and gender influences on road accident rates. PLoS one, 19(1), e0296663.

Mohan, D., Tiwari, G., Varghese, M., Bhalla, K., John, D., Saran, A., & White, H. (2020). PROTOCOL: Effectiveness of road safety interventions: An evidence and gap map. Campbell systematic reviews, 16(1), e1077.

Roberts, I., & Kwan, I. (2003). School based driver education for the prevention of traffic crashes (Cochrane Review). Oxford.

Turner, B., Job, S. and Mitra, S. (2021). Guide for Road Safety Interventions: Evidence of What Works and What Does Not Work. Washington, DC., USA: World Bank.

World Health Organization. (2022). Documenting road safety: a guide for governments and lead agencies.