Como buscadoras, hemos jugado un papel fundamental en la localización de fosas clandestinas en Jalisco. Nuestra experiencia y conocimiento adquiridos en campo han sido clave para el hallazgo de muchas fosas, y es importante destacar que hemos logrado esto sin la ayuda de tecnología avanzada.
Hemos aprendido a reconocer señales que pueden indicar la presencia de una fosa. Nuestro conocimiento se basa en la observación y el análisis del terreno, así como de la fauna y la flora que lo rodea. Sabemos que los cuerpos enterrados pueden “abonar” o generar ciertos cambios en el terreno y la vegetación; que ciertos tipos de plantas, flores y animales pueden indicar la presencia de un cuerpo bajo nuestros pies. También hemos aprendido a explorar y golpear el piso con varillas para identificar sonidos específicos que indican la presencia de restos.
El tipo de señales y su intensidad también dependen de la forma en que los cuerpos son enterrados. Por ejemplo, cuando se usan productos como cal, o bien si los cuerpos son enterrados completos o fragmentados. También sabemos que ciertos químicos hacen que sólo algunas plantas puedan crecer encima de las fosas.
Ha sido muy importante colaborar en este proyecto con expertos y autoridades que toman en cuenta nuestra experiencia y conocimientos y los utilizan para integrar o desarrollar tecnologías que contribuyen a localizar fosas clandestinas de manera más rápida, eficiente y segura. Ahora también sabemos que nuestra experiencia y conocimiento pueden incluso ser utilizados para desarrollar algoritmos y modelos que ayuden a identificar patrones que en el futuro contribuyan a encontrar fosas clandestinas.
En colaboración con colectivos de buscadoras de Jalisco, y como parte del proyecto “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan” (FOUND en inglés), hemos estado probando tecnologías para localizar fosas clandestinas. Las desapariciones continúan siendo uno de los problemas más críticos en México, con más de 117,000 personas reportadas como desaparecidas. Jalisco encabeza la lista a nivel nacional, con más de 16,000 casos.
Para probar estas tecnologías, hemos construido dos sitios experimentales con un total de 32 fosas simuladas, replicando las condiciones en las que se han encontrado cuerpos de personas desaparecidas en Jalisco. Los resultados de la investigación son concluyentes, y algunas de estas técnicas como el análisis multiespectral, térmico, fotogramétrico —con el uso de drones— ya han sido incorporadas en los protocolos oficiales de búsqueda del estado de Jalisco. También se han probado instrumentos sísmicos, electromagnéticos, resistividad eléctrica, firmas químicas en los suelos, entomología y botánica forense. Con todas estas técnicas ya se están implementando métodos de análisis de aptitud territorial para fosas clandestinas.
Acabamos de publicar el libro “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, el cual recopila nuestro trabajo en colaboración con los colectivos de madres buscadoras, así como los hallazgos de nuestros experimentos realizados desde 2023. Además, propone herramientas y técnicas adicionales, proporcionando una guía paso a paso para su implementación. El libro será presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el próximo 5 de diciembre de 2024.
Tal y como señala la evidencia aportada por los colectivos de búsqueda, los cuerpos liberan nutrientes y humedad adicionales que generan anomalías en la vegetación y en el terreno circundante. Estas anomalías pueden manifestarse en forma de floraciones anticipadas o la presencia de plantas verdes durante temporadas de sequía. Asimismo, la utilización de sustancias como la cal y el cemento provoca cambios químicos en el suelo que, a su vez, favorecen sucesiones ecológicas; es decir, que solo ciertos tipos de plantas logren prosperar, llegando incluso a dominar temporalmente el terreno.
Si bien no todas estas anomalías son lo suficientemente intensas como para ser identificadas a simple vista, las cámaras multiespectrales e hiperespectrales montadas en drones son capaces de detectar los cambios que, en particular, el enriquecimiento de nitrógeno produce en la clorofila de las hojas. Esta tecnología ya ha sido incorporada a las prácticas institucionales de búsqueda en el estado de Jalisco.
Asimismo, la utilización de cal, cemento o cierto tipo de piedras durante los entierros clandestinos en lugares húmedos o cercanos a lagos provoca que estos materiales se consoliden con mayor dureza. En algunos casos, esto genera un efecto de “domo” o cúpula, que puede adoptar la forma de ciertas partes del cuerpo y permanecer incluso después de la descomposición del mismo. El libro muestra que existen diferencias térmicas en estos espacios y que este “efecto domo” puede ser detectado mediante el uso de instrumentos de resistividad eléctrica y análisis de ruido sísmico.
Además de facilitar la ubicación de fosas clandestinas, este efecto tiene el potencial de convertirse en un indicador clave para la identificación de restos humanos. El análisis de estos “domos”, realizado como parte del proyecto, ha permitido definir rangos específicos de antigüedad. Esto, a su vez, contribuye a identificar a las personas recuperadas de las fosas mediante el análisis del contexto de las desapariciones en la región.
Debido a su potencial para ser aplicado en otros contextos, estos hallazgos ya han sido compartidos con aliados en otras comisiones de búsqueda en la república mexicana, así como de otros países, como Colombia, con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, y en Uruguay, con el Ministerio del Interior y la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo.
El libro se compone de 17 capítulos arbitrados que integran tanto el conocimiento y las experiencias de las madres buscadoras como las técnicas empleadas en los sitios de experimentación. Además, incluye un artículo histórico que contextualiza la problemática y otro que analiza los retos futuros. En colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Mancomunidad y de Desarrollo del Reino Unido (FCDO), el libro será próximamente traducido al inglés, con el objetivo de influir potencialmente en las prácticas de búsqueda más allá de América Latina. Aquí puedes descargar el libro.
Considerando las necesidades pendientes, se están desarrollando dos nuevos sitios de experimentación, y durante 2025 se probarán cinco tecnologías adicionales para fortalecer las herramientas de búsqueda y localización.
Este proyecto y el libro cuentan con la participación del colectivos de búsqueda, el CONAHCYT, la Comisión de Búsqueda de Personas en el Estado Jalisco, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, varias empresas, El Instituto de Geofísica de la UNAM, la Facultad de Ingenierías de la UNAM, CentroGeo, cuatro Centros Universitarios de la Universidad de Guadalajara, la Universidad Politécnica de la Zona Metropolitana de Guadalajara, la Universidad del Oeste de Inglaterra y la Universidad de Oxford.
* Índira Navarro es hermana buscadora y líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco. Miguel Moctezuma es coordinador del Programa de Seguridad Global de la Universidad de Oxford. Tunuari Chávez es director de Análisis y Contexto de la Comisión de Búsqueda de Personas en Jalisco.
La ciudad está invirtiendo millones de dólares en medidas de sostenibilidad en áreas que van desde la conservación del agua hasta la ampliación de la red de energía solar.
Las Vegas es famosa por sus luces brillantes, los excesos y el hedonismo. Pero el patio de recreo de Estados Unidos (o, para usar su apodo más conocido, la ciudad del pecado) se está volviendo verde. La ciudad ha invertido millones en impulsar iniciativas de sostenibilidad, que van desde medidas de conservación del agua y de gestión de residuos hasta la energía solar.
“El esfuerzo comenzó en serio en 2005”, dice Marco Velotta, quien trabaja como funcionario de sostenibilidad de la ciudad, “y se aceleró con la ley de recuperación en 2009”. La ley federal estableció objetivos para la energía renovable, la conservación del agua, el reciclaje y los edificios ecológicos.
“Con la ley de recuperación y la dirección del ayuntamiento, la ciudad pudo realizar una inversión inicial de US$75 millones en proyectos de sostenibilidad”, dice Velotta.
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A pesar de registrar un aumento dramático de su población, el consumo de agua en Las Vegas ha disminuido “significativamente”, dice.
Para 2030, se espera que el 50% de toda la electricidad de Nevada se genere a partir de recursos renovables.
En particular, la franja de Las Vegas ha redoblado sus esfuerzos para adoptar energías renovables. La mayoría de los complejos hoteleros han desarrollado iniciativas de sostenibilidad gracias a un programa de promoción que ofrecía la ciudad, con el cual se reducía en un 50% el impuesto sobre la propiedad durante diez años (el programa ya no está vigente).
Los complejos hoteleros también deben cumplir con el estándar estatal de obtener energía de fuentes renovables en un 40%. “La mayoría ha superado el 40%”, afirma Velotta.
“Las Vegas ha avanzado mucho en poco tiempo”. Al principio, los turistas también se sorprendieron por los esfuerzos de sostenibilidad de la ciudad. Sin embargo, desde que Las Vegas se ha convertido en líder en este ámbito, la sostenibilidad se ha convertido en parte de la historia general de la ciudad”.
Y aunque el progreso logrado por la calle principal de Las Vegas —conocida como The Strip-—pudiera parecer impresionante (el sector comercial de Las Vegas representa un tercio del consumo total de energía de Nevada), el área partió desde un “punto inicial relativamente bajo”, señala Steffen Lehmann, profesor de arquitectura y urbanismo en la Universidad de Las Vegas.
Añade, sin embargo, que “en particular, la zona está dando pasos adelante, con un esfuerzo concertado para mejorar la eficiencia energética de los hoteles del complejo turístico mediante la integración de la energía solar y el aumento de la luz natural”.
Las Vegas es la segunda ciudad de Estados Unidos en cuanto a capacidad solar per cápita, mientras que Honolulu, en Hawái, es la primera. “La ciudad del pecado podría llamarse la ciudad solar”, dice Lehmann. Y los resorts han estado aprovechando los 320 días de sol que recibe la ciudad cada año.
La empresa hotelera MGM Resorts International desarrolló su propio sistema solar de 100 megavatios, que proporciona energía a 11 de sus propiedades en Las Vegas, el equivalente necesario para abastecer a 27 mil hogares.
Pero ni siquiera esta cifra, más la cantidad de energía adicional que le compra a un proveedor solar, es suficiente para abastecer las 11 propiedades durante las 24 horas del día. La empresa tiene el objetivo de obtener toda su energía de fuentes renovables para 2030.
Las Vegas se encuentra en el desierto de Mojave, donde escasea el agua, lo que hace que la conservación del agua sea “primordial” en los esfuerzos de la cadena hotelera por hacer que sus operaciones sean sostenibles, dice Michael Gulich, vicepresidente de sostenibilidad ambiental de MGM Resorts International.
Lehmann afirma que, desde 2007, las propiedades hoteleras de MGM en Las Vegas han conservado 16 mil millones de galones de agua, gracias a políticas hídricas “agresivas”.
Estas incluyeron reemplazar el césped por plantas locales, instalar grifos que ahorran agua en todas las propiedades y reutilizar el agua de los acuarios y en la fuente del famoso hotel Bellagio.
“El uso general de agua per cápita [en Las Vegas] sigue siendo demasiado alto”, advierte Lehmann. “Había un desperdicio excesivo antes de que [los complejos hoteleros] comenzaran a conservar agua en 2007”.
En 2023, Resorts World Hotel anunció que había alcanzado un hito: funcionar completamente con fuentes de energía renovable, dos años después de su apertura. NV Energy suministra al complejo de 3.500 habitaciones energía renovable, derivada de plantas solares, geotérmicas y eólicas en Nevada.
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El director de sostenibilidad del hotel, Brandon Morrison, dice que durante la construcción, se rescataron 13.000 toneladas de acero de la estructura de un desarrollo que fue abandonado durante la crisis económica de 2008. La empresa invirtió más de US$1.000 millones en mejoras de eficiencia energética, añade.
“Aunque Resorts World presenta cifras de sostenibilidad impresionantes, se trata de una anomalía entre los hoteles de Las Vegas, muchos de los cuales tienen un rendimiento deficiente en términos de responsabilidad medioambiental”, afirma Lehmann.
Las importantes iniciativas de energía solar y ahorro de agua que están utilizando muchos complejos turísticos de Las Vegas son “pasos necesarios para una ciudad desértica en rápido crecimiento”, añade. “El Strip se ha convertido en un notable caso de estudio en el uso eficaz de la energía solar renovable y la conservación del agua”.
Esta ciudad, con su gran consumo de energía, tiene grandes retos por delante.
“Las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad son dos: el transporte, en particular los automóviles y camiones, y el uso excesivo del aire acondicionado”, afirma Lehmann. “Como ciudad joven en el desierto (con tan solo 119 años), Las Vegas debe trabajar con diligencia para ser ingeniosa y sostenible”.
Cada vez más complejos turísticos están desarrollando sus propios sistemas de energía solar, que incluyen sistemas de respaldo con baterías para que la energía solar pueda almacenarse y utilizarse cuando se ponga el sol.
Más del 97% del agua que se utiliza en Las Vegas se recicla, añade Lehmann, algo vital teniendo en cuenta el rápido agotamiento del río Colorado, del que la ciudad depende para obtener agua dulce.
“Es gratificante para nosotros observar que en un momento Las Vegas se consideraba una ciudad de desperdicios y excesos”, afirma Velotta. “Sin embargo, gracias a nuestros amplios esfuerzos en materia de sostenibilidad, ahora somos reconocidos como un líder mundial en sostenibilidad y compromiso medioambiental”.
Este artículo apareció en BBC Future. Puedes leer la versión original en inglés aquí.