México es un lugar peculiar para vivir. Somos la nación que se acostumbró a que lo normal era romper las reglas, saltarse la fila, hacer trampa en el examen y pasarse el alto. Aquí, “el que no transa no avanza”, decimos con picardía; incluso pareciese que estamos en guerra con los demás y con lo mejor de nosotros mismos. Es un país convertido en un caldo de cultivo para todo lo que no quisiéramos que sucediera: corrupción, violencia, impunidad, desigualdad y pobreza.
En este México la sociedad civil existe porque no es suficiente ni el dinero ni la voluntad del estado. Este tercer sector busca subsanar las deficiencias de las autoridades gubernamentales y el mercado a través de la acción social para así aminorar los problemas institucionales y estructurales con siglos de arraigo. Pudiéramos decir que la sociedad organizada nació después del terremoto del 85, pero llegó para quedarse; ahora esa sociedad civil está conectada con el mundo y busca más que nunca beneficiarse de ello.
La sociedad civil mexicana exige y trabaja cada vez más por la construcción de un estado de derecho, ya que no es para menos: de acuerdo con World Justice Proyect, nuestro país cayó tres posiciones en el ranking global del Índice de Estado de Derecho 2020, con lo cual se colocó en el lugar 104 de una lista de 128 jurisdicciones a nivel mundial. Por ello, líderes sociales preocupados por el deterioro institucional y el menoscabo a la legalidad generan alianzas en todos los niveles de gobierno y mercado para traer a la mesa su agenda; ellos unen esfuerzos por la paz.
Este enfoque en el consenso busca construir un país en donde las leyes se cumplan. Lucha por un México en donde podamos salir a la calle sin temor a no regresar y en donde sea posible confiar en las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. Quiere que nuestros gobernantes realmente nos representen y sean ejemplo de honestidad, rectitud y búsqueda del bien común; también exige que los representantes escuchen y trabajen hombro a hombro con los ciudadanos pues saben que los necesitan.
Miles de ONG y emprendedores sociales en México buscan fortalecer las instituciones democráticas y generar ciudadanos capaces de transformar su realidad. Para ello, se forman alianzas con órganos de gobierno y otros miembros de la sociedad civil para así transparentar procesos con base en principios democráticos, incluso se capacitan a legisladores en materia de transparencia parlamentaria, uso de tecnologías de la información, perspectiva de juventud y agenda digital.
Esa nueva sociedad civil trabaja con ciudadanos para que cuenten con las herramientas necesarias y exijan a las autoridades que cumplan con su deber. Confían en que de esta forma se generan espacios de diálogo comunitario que les permitan cambiar su entorno; un ejemplo interesante de ello es la capacitación a mujeres de todas las alcaldías de la Ciudad de México para que conozcan, activen y compartan los instrumentos de participación ciudadana tales como el presupuesto participativo y las comisiones de participación comunitaria.
Ahora más que nunca, el trabajo de organizaciones de la sociedad civil, colectivos y líderes sociales es urgente y necesario para crear espacios de diálogo, resistencia y colaboración. Confiamos en que las acciones impulsadas por asociaciones civiles contribuirán a establecer las bases de un estado de derecho, sobre todo rumbo a las elecciones de 2021 cuando se necesita transparencia y fortalecimiento de las instituciones democráticas.
* Astrid Cerón (@CPAstrid) es abogada por la UNAM e internacionalista por el ITESM, especialista en derecho internacional público y derechos humanos; fellow en la OEA y Ashoka, así como consultora en Hill and Knowlton. Greta Ríos (@gretadice) es Licenciada en Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey y Maestra en Derecho Internacional por el Instituto de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo. Greta es Presidente y fundadora de Ollin A.C.
Ashoka es una organización no gubernamental global que lleva más de 40 años activando redes para formar y conectar Agentes de Cambio en más de 93 países. Entre sus prioridades se encuentran la transparencia y los derechos humanos que hacen posible que cientos de emprendedores sociales replanteen y busquen soluciones a los problemas contemporáneos de la región. Ollin A.C. nació en 2011 con el objetivo de trabajar por un México en donde impere el estado de derecho, a través de fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas y ciudadanos capaces de transformar su realidad.