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La justicia en juego bajo la tiranía de las mayorías
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La justicia en juego bajo la tiranía de las mayorías

Si convertimos el Poder Judicial en un concurso de popularidad, los avances en derechos humanos conseguidos durante las últimas décadas podrían verse comprometidos, dejando a las minorías nuevamente vulnerables y desprotegidas.
31 de octubre, 2024
Por: Teresa López Barajas / Ethos Innovación en Políticas Públicas

La reciente reforma al Poder Judicial de la Federación, que plantea la elección de jueces, magistrados y ministros a través del voto popular, abre un abanico de preguntas críticas sobre la impartición de justicia en México. Aunque la reforma se ha justificado como una medida para eliminar la corrupción, también conlleva el riesgo de comprometer la imparcialidad y equidad del sistema judicial, particularmente en lo que respecta a los derechos de grupos históricamente oprimidos.

Como mujer, lesbiana y abogada, una de mis mayores preocupaciones es cómo la tiranía de las mayorías podría infiltrarse en la impartición de justicia. Siguiendo el principio de justicia en un Estado democrático garantista, como señala el jurista Luigi Ferrajoli, todos los poderes —públicos y privados— deben someterse a los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución. La protección de estos derechos no debería depender de la voluntad de las mayorías, las cuales, en muchos casos, han sido precisamente quienes los niegan o limitan.

El Poder Judicial ha sido clave en la apertura de derechos en México, especialmente para grupos históricamente marginados, como la comunidad LGBT+ y las mujeres. Gracias al litigio estratégico, hemos logrado avances como el matrimonio igualitario, la seguridad social para parejas del mismo sexo, el derecho a la identidad de género y la interrupción legal del embarazo. La duda sobre si la “democratización de la justicia” afectará estos derechos, ahora que serán las mayorías quienes decidirán quiénes deben juzgarnos, es real y urgente.

Una consecuencia de esta reforma es que los ministros podrán permanecer en su cargo por 8, 11 o 14 años, dependiendo del respaldo de los votos obtenidos; en el caso de jueces y magistrados, podrán ejercer por un periodo fijo de 9 años, con opción a reelección consecutiva. Esto implica que si desean mantenerse en el cargo, deberán esforzarse por conservar la simpatía de las mayorías. Este nuevo esquema de popularidad judicial podría hacer que los jueces, en lugar de seguir principios jurídicos sólidos y protecciones constitucionales, se vean tentados a emitir resoluciones que reflejen los prejuicios o valores de las mayorías.

Un ejemplo de lo preocupante de este enfoque es el reciente caso que ocurrió en el estado de Querétaro, donde una niña de 14 años fue vinculada a proceso por homicidio tras sufrir un aborto espontáneo. La niña, quien quedó embarazada debido a una violación que no denunció por amenazas de su agresor, desconocía su embarazo hasta que ocurrió el aborto espontáneo. Aun cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que perseguir y penalizar con cárcel a quienes abortan va en contra de la Constitución, la fiscalía estatal procedió contra la niña, argumentando que el feto respiró al nacer y falleció debido a estrangulamiento, por lo cual la acusación fue de homicidio y no de aborto.

¿Qué pasará con esta niña en un sistema de justicia donde los jueces buscan la aprobación de mayorías conservadoras? La presión de una sociedad que sigue siendo mayoritariamente conservadora en estados como Querétaro podría fácilmente inclinar a los jueces a actuar en contra de los derechos individuales, poniendo en riesgo no solo a esta menor de edad, sino a cualquier persona cuya causa sea impopular.

La justicia no debe ser un reflejo de los valores o prejuicios de las mayorías, sino un pilar que garantice y proteja los derechos de todas las personas, especialmente de aquellas que no pueden contar con el respaldo de la mayoría. Si convertimos el Poder Judicial en un concurso de popularidad, los avances en derechos humanos conseguidos durante las últimas décadas podrían verse comprometidos, dejando a las minorías nuevamente vulnerables y desprotegidas.

En un Estado democrático de derecho, los jueces deben tener la independencia para actuar conforme a los principios de justicia, equidad y derechos humanos, sin preocuparse por su popularidad. De otra forma, corremos el riesgo de que sentencias y resoluciones pasen a estar dictadas por el deseo de agradar a las masas, sacrificando la esencia misma de la justicia. La sociedad mexicana, en toda su diversidad, merece un sistema judicial que esté al servicio de todas las personas que integran su ciudadanía, no sólo de las mayorías.

Por último, no podemos dejar de preguntarnos: ¿qué tanto influirá la voluntad de las mayorías en la impartición de justicia con esta reforma al Poder Judicial? ¿Podrán estos jueces, ahora expuestos a la aprobación pública, garantizar la continuidad de estos derechos en un país que aún lucha con altos índices de homofobia y machismo? Aunque se han ganado varias batallas, hoy en día, tres de cada cuatro estudiantes LGBT+ han sido víctimas de acoso; asimismo, México ocupa el segundo lugar en América Latina en crímenes de odio hacia esta comunidad; seis de cada diez personas LGBT+ considera que su orientación sexual ha sido un obstáculo para acceder a un empleo y de las personas que logran obtener un empleo, y el 70 % percibe que no reciben el mismo trato que sus compañeros heterosexuales. 1 En cuanto al machismo, diez mujeres son asesinadas a diario en México por el simple hecho de serlo, y siete de cada diez mujeres mayores de 15 años ha experimentado algún tipo de violencia de género. 2

Es crucial que observemos y vigilemos de cerca las decisiones y sentencias emitidas bajo este nuevo esquema para asegurar que no retrocedamos en la protección de los derechos fundamentales que tanto han costado conquistar.

* Teresa López Barajas (@tereLpez) es investigadora en temas anticorrupción en Ethos Innovación en Políticas Públicas (@EthosInnovacion).

 

1 Según datos de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2022, del INEGI.

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Imagen BBC
Casas hechas con latas de cerveza y llantas hace 40 años en Nuevo México son ejemplo contra cambio climático
7 minutos de lectura

Las llamadas Earthships están diseñadas para soportar las temperaturas extremas de un desierto, como el que rodea Taos.

21 de octubre, 2024
Por: BBC News Mundo
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Si te adentras en el hermoso y desolado desierto de Nuevo México, es posible que te encuentres con algunas casas fantásticas y poco convencionales (algunas palaciegas y esculturalmente redondeadas; otras con una forma similar a la de un templo antiguo) que parecen sacadas de una película de “La guerra de las galaxias”.

Ubicadas en la ciudad de Taos y sus alrededores, donde se inventaron hace casi 40 años, estas son las Earthships, casas de diseño sostenible y con emisiones netas cero construidas principalmente con materiales naturales y de desecho, como neumáticos viejos, botellas de vino vacías, madera y barro.

Debido a que la construcción de las Earthships requiere menos materiales de construcción tóxicos o que emitan carbono, como hormigón y plásticos, estas exquisitas casas son cada vez más buscadas en todo el mundo.

Las Earthships se venden por entre US$500.000 y US$900.000, y también están disponibles para pernoctar en Taos y sus alrededores por unos US$240 la noche.

El movimiento Earthship comenzó en Taos en la década de 1970 después de que Michael Reynolds, oriundo de Kentucky y fundador de la empresa de construcción ecológica Earthship Biotecture, se mudara aquí en 1969 tras obtener su título en arquitectura.

Su objetivo era “conducir motos de cross, por diversión”, dice.

El hombre, que ahora tiene 71 años, tuvo un momento de inspiración.

Earthship en Nuevo México
Getty Images

La idea

“Vi a Walter Cronkite [presentador de noticias de CBS News] hablando sobre la tala de bosques para obtener madera, lo que no solo crea erosión, sino también un problema de oxígeno porque los árboles emiten oxígeno”, le cuenta Reynolds a la BBC.

“Estaba hablando de lo que ahora llamamos cambio climático y calentamiento global. Vi todas esas latas de cerveza tiradas a la basura y me dije: ‘¿Por qué no construimos con latas de cerveza y no con árboles?'”.

Reynolds construyó su casa hecha con latas de cerveza en 1971, y no recibió mucha atención en las noticias por su peculiaridad.

Sin embargo, se exhibió en varias partes del mundo, incluido el Museo del Louvre en París y el Museo de Arte Moderno (MoMA) de la ciudad de Nueva York.

Reynolds señala, con cierta incredulidad, que “el MoMA acaba de comprar un ladrillo hecho con latas de cerveza por US$4.500”.

De hecho, después de utilizar uno de los bloques de construcción hechos con latas de cerveza en una exposición, el museo decidió añadir uno a su colección permanente.

Aun así, durante años se lo consideró, en el mejor de los casos, un chiflado y no un arquitecto serio.

“Era una idea un tanto ingenua y ridícula, pero seguí adelante y empecé a ir en esa dirección”, dice Reynolds.

“Comencé a utilizar botellas y neumáticos, y seguí adelante. Llevo en esta dirección fácilmente 55 años, y luego, hace unos 36 años, etiqueté por primera vez una casa como Earthship”.

Earthship en Normandía
Getty Images
Cada Earthship tiene un invernadero en un lado para que los residentes puedan cultivar sus propios alimentos.

Cómo funcionan

Pero ha llevado mucho tiempo llegar al punto de una aceptación más amplia.

“Ya sabes, parecían demasiado raras y siguen pareciendo extrañas, pero ahora la gente lo está entendiendo, y también está abierta a ellas porque [muchos] están a punto de quedarse sin hogar y paralizados por las facturas de la electricidad y los servicios públicos”, afirma Reynolds sobre el aspecto financieramente empoderador de vivir desconectado de la red eléctrica.

“Y ahora la gente quiere revertir el cambio climático”.

Taos es un lugar que ha atraído a artistas e individualistas desde hace mucho tiempo.

Su antiguo pueblo (aldea) y la ciudad más nueva tienen una arquitectura sorprendente, en su mayoría casas tradicionales de adobe con vigas de madera, cuyos techos están hechos de madera y tierra apisonada.

Taos fue la incubadora perfecta para las casas Earthships, que tienen una gruesa pared de neumáticos, cada uno lleno de tierra.

Un terraplén (un banco de tierra construido a propósito) rodea las Earthships por tres lados, proporcionando una masa aislante que controla la temperatura.

La refrigeración se realiza a través de ventanas tradicionales de travesaño colocadas en lo alto de las vigas de soporte para ventilar de forma cruzada, y de las rejillas de ventilación del edificio.

Cada una tiene un invernadero (ya que Reynolds cree que la gente debería tener la capacidad de cultivar su propia comida), ya sea en el lado norte o sur, según la ubicación.

La mayoría de las Earthships funcionan únicamente con energía solar; algunas también tienen turbinas eólicas como complemento o una estufa de leña como respaldo.

Taos tiene inviernos fríos y nevados, y veranos a menudo secos y calurosos, pero en una Earthship, la temperatura interna se mantiene cerca de los 21 °C durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas.

Earthship
Getty Images
A pesar de su atractivo ambiental, las Earthships aún no son aceptadas como una opción para aliviar la crisis de vivienda y el cambio climático.

“No queremos irnos”

Reynolds se mudó a su primer Earthship hace 35 años, dice, y crió a su familia allí. Todavía vive allí: “Es tan cómodo que no queremos irnos”, asegura.

¿Qué se siente al estar dentro de una Earthship? “Se siente como si estuvieras dentro del útero”, señala la directora de construcción de Earthship, Deborah Binder.

“Te sientes constantemente abrazado y acurrucado. La temperatura siempre es agradable. A veces, cuando hace mucho frío afuera, salgo sin abrigo sin darme cuenta, porque adentro hace mucho calor”.

Binder se incorporó hace 11 años a la compañía para gestionar un proyecto sin ánimo de lucro en Malawi, África, sin ningún tipo de experiencia en construcción, dice.

No solo se quedó en la empresa, sino que se mudó a Taos y actualmente alquila una Earthship mientras construye la suya.

Binder también enseña en la Earthship Academy, que atrae a estudiantes de todo tipo para aprender los principios de diseño, los métodos de construcción y la filosofía de Earthship.

“La mayoría de la gente quiere aprender por sí misma”, señala Binder. “Algunos aprenden a construir para proyectos comunitarios”.

A pesar de su atractivo medioambiental, las Earthships todavía no son aceptadas como una opción para aliviar la crisis de la vivienda y el cambio climático.

“En cierto modo, todavía están al margen”, expresa Binder. “Es muy importante que la gente viva en una de ellas. La sensación que se tiene al vivir en ellas es única, y en la práctica no se pagan facturas de servicios públicos. Eso es bastante sorprendente”.

Michael Reynolds
Getty Images
El ecoarquitecto Michael Reynolds con los neumáticos viejos que se pueden utilizar en la construcción de casas.

En todo el mundo

“Una vez que la gente las prueba, normalmente quiere una”, añade Reynolds, algo que se confirma con los numerosos testimonios entusiastas en los libros de visitas colocados en cada alquiler de Earthship.

Reynolds cree que no podría ser más oportuno, incluso urgente, convertir las Earthships en la norma.

Su objetivo es construir viviendas comunitarias alquilables como respuesta a la falta de vivienda y al consumo de energía devastador para el planeta.

“No me interesan tanto los encargos; tener un cliente me hace ir más lento”, dice. “Necesito producirlas rápido y arrendarlas a la gente por un alquiler justo”.

Reynolds está a toda máquina con su último modelo simplificado de Refuge Earthship, que cree que podría ayudar a combatir la falta de vivienda y la pobreza debido a la simple cuestión económica de no pagar enormes facturas de servicios públicos cada mes.

“Refuge es el modelo más económico que se construye; el que vamos a replicar en todo el mundo”, afirma apasionadamente.

Luego está la extravagante Atlántida, una llamativa nave terrestre turquesa con curvas, creada como ejemplo del lado escultural y artístico de los edificios.

“Tienen un lado artístico: jugué con las botellas como vitrales, y está el aspecto escultural. Son hermosas”, dice Reynolds, quien se pagó sus estudios universitarios trabajando como artista.

“Lo que es realmente hermoso es que cuidan a las personas mientras cuidan el planeta. Nada tiene tanto significado en el arte como lo tiene una casa”.

Este artículo apareció en BBC Travel. Puedes leer la versión original en inglés aquí.

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BBC

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