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¿Qué futuro socioambiental nos ofrecen las candidatas a la presidencia?
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¿Qué futuro socioambiental nos ofrecen las candidatas a la presidencia?
En los discursos de las candidatas a la presidencia se pueden identificar algunas prioridades compartidas, aunque con diferentes enfoques y sin dejar muy claros los “cómos”: transición energética, atención de la crisis hídrica y promoción de la electromovilidad y energía solar de uso doméstico. Sin embargo, para todas estas propuestas queda la duda, ¿cómo se va a financiar?
05 de mayo, 2024
Por: Néstor Genis y Fernanda Flores / Ethos Innovación en Políticas Públicas

Quien asuma la presidencia de México el próximo sexenio enfrentará grandes retos socioambientales. La triple crisis planetaria que enfrentamos (cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad) requiere urgentemente de la atención de un gobierno que entienda las problemáticas y lidere la acción colectiva para atenderlas. Sin embargo, ninguna de las candidaturas ha demostrado dimensionar la magnitud de este desafío o, por lo menos, a lo largo de sus campañas no le han dado la importancia que requiere.

La actual administración federal también ha quedado a deber. Por una parte, el discurso descalificador que el ejecutivo ha promovido en contra de las personas defensoras del medio ambiente es muy preocupante en un contexto ya de por sí peligroso para ellas, con un acumulado de 123 eventos de agresión tan solo en el 2023, y de los cuales en la mitad de los casos el principal agresor ha sido el gobierno.

Asimismo,  es evidente que el sector ambiental no ha sido una prioridad cuando se analizan la reducción presupuestal y los cambios administrativos en las dependencias públicas claves del sector. Durante este sexenio, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) fueron absorbidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), quitándoles autonomía en nombre de la austeridad republicana. Se tiene el mismo plan para la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

Con estos antecedentes, es claro que la nueva administración deberá hacer cambios sustanciales en su política ambiental y, para saber si esto realmente es una prioridad, vale la pena analizar las plataformas electorales y el discurso de las presidenciales a lo largo de su campaña.

Por ejemplo, según el análisis comparativo realizado por la coalición de organizaciones de la sociedad civil México Resiliente, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez lideran las propuestas en las 10 temáticas consideradas clave para el Plan de Descarbonización y Resiliencia Climático 2024-2030, mientras que Jorge Álvarez Máynez se queda considerablemente atrás en propuestas. No obstante, el candidato fue el único que participó en el encuentro con sociedad civil al que se les convocó para dialogar sobre las propuestas que tienen estas organizaciones para fortalecer su agenda ambiental y trabajar en conjunto. La apertura a colaborar con los diversos actores de la sociedad y construir en conjunto es una característica necesaria para que el gobierno atienda estas problemáticas y, de momento, las dos candidatas han quedado a deber en ese sentido.

Otras pistas de cómo pretenden abordar estos desafíos las podemos obtener de su participación en el reciente debate en el que se abordó la temática de cambio climático y desarrollo sostenible. Sorprendentemente, el más “radical” y quien abordó temas sustanciales fue Máynez. A pesar de que en el papel las candidatas tienen más propuestas no supieron, o no quisieron presentarlas ante la ciudadanía, y prefirieron destinar su tiempo a la vieja estrategia de desprestigiar a su rival.

El candidato Máynez recalcó la importancia de la justicia intergeneracional y climática, de que la transición energética sea incluyente, la necesidad de una reforma fiscal progresiva e impuestos verdes. Incluso mencionó cómo el 1 % más rico de México contamina más que el 80 % del país e increpó a transnacionales como Coca Cola y Nestlé por sus grandes concesiones de agua. Además abordó otras ideas interesantes, como destinar lo recaudado por el IEPS a electromovilidad en transporte público y a la creación de un fondo de obras hídricas. No obstante, hay que tener en cuenta que, al ser el último en las encuestas, su estrategia ha sido hacer propuestas disruptivas para captar al electorado más joven, pero probablemente su postura sería más conservadora si fuera puntero.

En su exposición, Sheinbaum estructuró sus propuestas a partir de los dos elementos de la agenda climática: mitigación y adaptación. Sobre el primero, concordó en la importancia de la transición energética y aseguró que replicarán iniciativas impulsadas en la CDMX como la promoción de la energía solar y la electromovilidad. En adaptación resaltó el desarrolló un Plan Nacional de Aguas y cambios en la Ley de Aguas para solucionar la crisis hídrica para consumo familiar, el campo y la industria. También destinó tiempo a defender los logros de la actual administración, algunos de los cuales no podrían considerarse como tal,  como la gran cantidad de territorio declarado Área Natural Protegida, pero sin presupuesto para atenderlas, o el enorme presupuesto de Sembrando Vida, pero con resultados insípidos.

Gálvez también recalcó la importancia de la transición energética y la participación del sector privado en esta, así como de insumos clave como el gas natural y el hidrógeno verde. Se comprometió a que para el 2030 el 50 % de la energía sea renovable y cero neto de emisiones para 2050, pero también a hacer de Pemex una empresa eficiente. Además, destacó que atendería la crisis hídrica promoviendo el tratamiento y reúso del agua,  aunque también propuso cosas cuestionables como el uso del Lago de Texcoco para almacenar agua potable.

En sus discursos se pueden identificar algunas prioridades compartidas, aunque con diferentes enfoques y sin dejar muy claros los “cómos”: transición energética, atención de la crisis hídrica y promoción de la electromovilidad y energía solar de uso doméstico. Sin embargo, para todas estas propuestas queda la duda, ¿cómo se va a financiar? Sólo el candidato de Movimiento Ciudadano dio algunas pistas al mencionar la reforma fiscal progresiva e impuestos verdes.

La ciudadanía es cada vez más consciente de cómo el deterioro medioambiental afecta su calidad de vida y, por ello, de la necesidad de que el gobierno realice acciones para protegerlo. Esta percepción seguirá incrementándose de manera paralela a las problemáticas, por lo que sería un error de cualquier aspirante a un cargo público no priorizar acciones en la materia. Esperemos que esto sea cada vez más evidente para la futura presidenta de México y reencamine los esfuerzos para enfrentar estas crisis.

* Néstor Genis (@GenisNestor) es Coordinador de Inclusión y Desarrollo Sostenible y Fernanda Flores es pasante, ambos en Ethos Innovación en Políticas Públicas (@EthosInnovacion).

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Cómo China utiliza a México como “puerta trasera” para ingresar sus productos en EE.UU.
6 minutos de lectura
Cómo China utiliza a México como “puerta trasera” para ingresar sus productos en EE.UU.

Las empresas chinas han estado montando fábricas en México desde donde ingresan sus productos a Estados Unidos, evitando los aranceles y sanciones que les impone Washington.

01 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
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Los sillones reclinables y lujosos sofás de cuero que salen de la producción en línea de la fábrica de muebles Man Wah en Monterrey son 100% “Hecho en México“.

Sus destinos son las grandes cadenas de almacenes en Estados Unidos, como Costco y Walmart. Pero la compañía es de China y su planta de producción en México fue construida con capital chino.

La relación triangular entre EE.UU., China y México ha generado una nueva terminología en la industria mexicana: nearshoring o deslocalización cercana.

Man Wah es una de decenas de compañías chinas que en años recientes se han trasladado a parques industriales en el norte de México, para tener su producción más cerca del mercado estadounidense.

Además de ahorrar en el costo de trasporte, el producto final es considerado completamente mexicano, lo que significa que las empresas chinas evitan los aranceles y sanciones que Washington impuso a los bienes chinos en el marco de la guerra comercial entre los dos países.

Durante la visita guiada que hago al enorme lugar, el gerente general de la compañía, Yu Ken Wei, dice que el traslado a México tiene un sentido económico y logístico.

“Esperamos triplicar o hasta cuadruplicar la producción aquí”, explica en perfecto español.

“La intención aquí en México es alcanzar el nivel de producción de nuestra operación en Vietnam”.

Yu Ken Wei, gerente general de Man Wah en Monterrey
BBC
El gerente general Yu Ken Wei planea por lo menos triplicar la producción de la planta.

La firma,que ya emplea a 450 personas en México, recién llegó a Monterrey en 2022. Yu Ken Wei dice que esperan crecer para contratar hasta más de 1.200 empleados, con el objetivo de operar varias líneas en la planta en los próximos años venideros.

“La gente aquí en México es muy trabajadora y aprende rápido”, señala Yu.

“Tenemos buenos operadores y su productividad es alta. Así que, del lado laboral, creo que México es estratégicamente muy bueno también”.

Se considera que la deslocalización cercana le está proporcionando a la economía mexicana un estímulo importante: para junio del año pasado, el total en exportaciones de México subió un 5,8% comparado con el año anterior, equivalente a US$52.900 millones.

Esta tendencia no está dando muchas señales de estar disminuyendo. En sólo dos meses de este año hubo anuncios de inversión de capital en México por casi la mitad del total anual de 2020.

La fábrica de muebles Man Wah está ubicada en Hofusan, un parque industrial chino-mexicano a las afueras de Monterrey. La demanda de parcelas está por los cielos: cada espacio disponible está vendido.

De hecho, la Asociación de Parques Industriales de México (Ampip) señala que cada sitio programado para construcción en el país para 2027 ya ha sido vendido.

No sorprende que muchos economistas mexicanos declaren que los intereses de China en el país no son pasajeros.

“Las razones estructurales que están trayendo capital a México están aquí para quedarse”, afirma Juan Carlos Baker Pineda, otrora viceministro de Comercio Exterior de México.

“No veo ninguna indicación de que la guerra comercial entre China y EE.UU. vaya a disminuir en cualquier momento”.

Baker Pineda hizo parte del equipo mexicano que negoció el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte o T-MEC.

“Aunque el origen chino del capital que está llegando a México puede ser incómodo para las políticas de algunos países”, indica, “según la legislación comercial internacional, estos productos son, a todos los efectos, mexicanos”.

Esto obviamente le ha permitido a México afianzarse estratégicamente entre las dos superpotencias: recientemente, México reemplazó a China como el principal socio comercial de EE.UU., un cambio significativo y simbólico.

Trabajadoras en la fábrica cosen la tapicería de los sofás
BBC
Los jefes chinos elogian la productividad y talento de los trabajadores mexicanos.

El incremento del comercio de México con EE.UU. también se ha dado en parte debido a un segundo aspecto clave de la deslocalización cercana en el país: Estados Unidos está montando plantas en México, algunas veces después de reubicar la producción de sus fábricas de Asia.

Tal vez el anuncio más destacado fue el que hizo Elon Musk el año pasado, cuando reveló los planes de una gigantesca nueva fábrica de Tesla en las afueras de Monterrey.

Sin embargo, la empresa de autos eléctricos todavía no ha empezado la construcción de su planta de US$10.000 millones.

Y, aunque Tesla todavía parece comprometida con el proyecto, sus planes se han ralentizado frente a las dudas sobre la economía global y las recientes reducciones de empleos de la compañía automotriz.

Dudas

Pero con respecto a la inversión china, algunos están instando a la cautela por que México pueda verse inmiscuido en una lucha geopolítica más amplia entre EE.UU. y China.

“El viejo rico del pueblo, EE.UU., está teniendo problemas con el nuevo rico del pueblo, China”, dice Enrique Dussel, del Centro de Estudios China-México en la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Y México, bajo gobiernos anteriores y este mismo, no tiene una estrategia frente a esta nueva relación triangular”.

Con elecciones en el horizonte a ambos lados de la frontera entre México y EE.UU., podría haber nuevas consideraciones políticas futuras.

Ya sea Donald Trump o Joe Biden quien ocupe la Casa Blanca en los próximos cuatro años, pocos esperan una mejora en las relaciones entre EE.UU. y China.

Dussel cree que la deslocalización cercana está mejor definida por lo que él llama una “deslocalización de seguridad”, explicando que Washington ha colocado sus preocupaciones de seguridad nacional por encima de otros factores en su relación con China. México, arguye, debería estar cauteloso de verse atrapado en el medio.

En medio de esta tensión, Dussel añade: “México está colgando un gran anuncio para China que dice: ‘¡Bienvenidos a México!’. No se necesita tener un doctorado para saber que esto no va a terminar bien para las relaciones bilaterales ente EE.UU. y México en el mediano plazo”.

La construcción de una nueva planta en el parque industrial chino-mexicano en Monterrey
BBC
Las empresas chinas se están apresurando a construir nuevas fábricas en México.

Otros son más optimistas.

“En mi opinión, la pregunta no es si esta tendencia continuará, sino de cuánto de esta tendencia podemos aprovecharnos”, dice el exfuncionario de Comercio Exterior Juan Carlos Baker Pineda.

“Estoy seguro de que la gente está teniendo la misma discusión en Colombia, en Vietnam, en Costa Rica. De manera que necesitamos asegurarnos de que en México esas condiciones que están alineadas por sí solas vayan de la mano con las decisiones corporativas y gubernamentales para sostener esa tendencia a largo plazo”.

De vuelta en Monterrey, las talentosas costureras mexicanas de la mueblería Man Wah le están poniendo los últimos toques a otro sofá antes de ser despachado al norte.

Cuando una familia estadounidense lo compre en un almacén de Walmart de su vecindario, tendrá poca idea del complejo juego geopolítico que sustenta su producción.

Pero, así se considere la deslocalización cercana como una astuta puerta trasera para entrar a EE.UU. o como parte de una costosa guerra entre superpotencias, para México es una ventaja clave en estos tiempos hostiles de comercio global.

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BBC

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