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Democracia ampliada: nuevas formas y tiempos para elegir a personas juzgadoras
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Democracia ampliada: nuevas formas y tiempos para elegir a personas juzgadoras

En el marco de la reforma judicial, una jornada electoral extendida y la adopción de modalidades de voto electrónico se convierten en herramientas cruciales para construir una democracia inclusiva y transparente.
11 de noviembre, 2024
Por: Luisa Rebeca Garza López

La organización de los procesos electorales es un pilar de las democracias modernas, ya que estos procesos no solo permiten la elección de representantes, sino que reflejan el estado y la calidad de la vida democrática en un país. En el contexto actual, la reciente reforma judicial en México ha introducido cambios profundos en las etapas del proceso electoral, especialmente en lo que respecta a la elección de personas juzgadoras. Estos cambios incluyen la adición de dos etapas clave: la expedición de la convocatoria y postulación de candidaturas y la asignación de cargos. Estos pasos no solo buscan adaptar el proceso a las especificidades de la elección de personas juzgadoras, sino que también incluye opciones para favorecer modalidades electrónicas de votación, avanzando hacia la digitalización y accesibilidad electoral.

Dado este panorama, resulta urgente cuestionar y romper paradigmas tradicionales en la organización electoral para enfrentar los desafíos contemporáneos y promover una participación más inclusiva y equitativa. El replanteamiento de los tiempos y modalidades de votación permitiría construir un proceso que priorice la pluralidad y la reflexión, elementos esenciales en un ejercicio democrático justo y eficaz pero al mismo tiempo con muchos desafíos.

Uno de los paradigmas más arraigados en el sistema electoral mexicano es la duración de la jornada de votación, limitada tradicionalmente a un solo día. Esta práctica histórica, que surge de la necesidad de optimizar tiempos y recursos, puede resultar hoy un obstáculo para la plena participación ciudadana y la adecuada reflexión sobre el voto. La elección de personas juzgadoras, que exige una profunda meditación debido a la trascendencia de estas figuras en el sistema de justicia, merece un espacio de tiempo más amplio, que permita a la ciudadanía ejercer su voto de manera informada y consciente.

Extender la jornada electoral no es una idea nueva ni inexplorada. En México, modalidades como la consulta infantil y juvenil, que actualmente permite un periodo de votación de hasta 30 días, o el voto anticipado, el voto en prisión preventiva y el voto desde el extranjero, ya operan bajo esquemas de tiempo ampliado. Esto demuestra que, con los recursos adecuados, es posible habilitar un sistema de votación prolongado que facilite la participación y mejore la logística del proceso. La introducción de tecnologías como el voto electrónico, la urna electrónica e incluso el voto postal fortalecería esta ampliación temporal, permitiendo que el proceso se adapte a los cambios sociales y tecnológicos de nuestra época.

Adoptar un periodo de votación extendido para la elección de personas juzgadoras generaría una serie de beneficios tangibles y transformadores. En primer lugar, un plazo más largo ofrece a la ciudadanía el tiempo necesario para reflexionar sobre sus opciones, lo cual es especialmente valioso cuando se enfrenta a boletas extensas con múltiples candidatas y candidatos. La oportunidad de reflexionar y tomar una decisión informada es un derecho democrático esencial y, en el contexto de elecciones judiciales, donde el rol de la justicia y la imparcialidad son determinantes, la reflexión cuidadosa cobra aún mayor importancia.

Además, extender el periodo de votación reduce la presión sobre las mesas directivas de casilla, permitiendo que el flujo de votantes sea más continuo y menos congestionado. En lugar de obligar a la ciudadanía a congregarse en un solo día, podrían habilitarse centros de votación que operen en un periodo determinado, donde el personal capacitado pueda ofrecer asesoría sobre el proceso y las opciones en la boleta. De este modo, el proceso electoral no solo sería más accesible y ordenado, sino también más amigable para quienes participan en su organización.

Un beneficio adicional de extender la jornada electoral y diversificar las modalidades de voto es el fortalecimiento del principio de secrecía y libertad en el proceso. Al aumentar el tiempo disponible para votar y permitir que el voto se emita de manera electrónica o postal, se reducen las oportunidades de coacción y compra de votos, prácticas que son más comunes en entornos de votación limitados en tiempo y recursos. La implementación de modalidades electrónicas de votación con medidas de seguridad y anonimato no solo hace más difícil la manipulación del voto, sino que también empodera a la ciudadanía a ejercer su derecho de manera libre y sin presiones externas. Este cambio podría sentar las bases para una cultura de participación más consciente y ética, donde el voto es una expresión genuina de la voluntad de la persona votante, particularmente entre las poblaciones más jóvenes (entre los 19 y 34 años) quienes son las personas que menos votan.

En el marco de la reforma judicial, una jornada electoral extendida y la adopción de modalidades de voto electrónico se convierten en herramientas cruciales para construir una democracia inclusiva y transparente. La digitalización del voto facilita que personas en situaciones de movilidad reducida, que viven en comunidades remotas o que se encuentran en el extranjero, puedan participar activamente en el proceso electoral, eliminando barreras que en el pasado limitaban su derecho a elegir. Esta inclusión no solo refuerza el carácter democrático del sistema electoral, sino que responde a las necesidades de una sociedad diversa, que exige flexibilidad y adaptabilidad en sus instituciones.

La ampliación de la jornada de votación y la incorporación de modalidades de voto electrónico son elementos que abogan por una democracia más madura, donde el proceso electoral no solo se centra en la eficiencia, sino en la igualdad y el respeto a la pluralidad. Este enfoque promueve la autonomía de cada persona votante, favorece un ejercicio consciente y fomenta una participación libre de influencias indebidas, valores fundamentales para un sistema democrático verdaderamente representativo.

Romper paradigmas en la organización de procesos electorales, particularmente en la elección de personas juzgadoras, no es solo una cuestión de viabilidad técnica, sino un compromiso ético y democrático. La extensión del periodo de votación y la implementación de modalidades de voto diversificadas no solo ofrecen ventajas en términos de reflexión y accesibilidad, sino que también fortalecen los principios de máxima transparencia e igualdad. Estos cambios permiten una participación más libre y meditada, protegiendo a la ciudadanía de prácticas de manipulación y coacción, y promoviendo una democracia en la que todas las voces puedan ser escuchadas con menores obstáculos de por medio.

Por otra parte, extender el periodo de votación bajo el contexto de la reforma judicial, que establece que la etapa de cómputos y sumatoria inicia con la remisión de la documentación y los expedientes electorales a los Consejos Distritales, traería beneficios importantes en términos de logística y transparencia. Con un periodo de votación ampliado, los consejos distritales podrían anticiparse a diferentes escenarios de recuentos parciales o totales de votos, previstos en la normatividad actual. Al recibir la documentación y los expedientes electorales de manera progresiva, en lugar de concentrarse todo en un solo día, los consejos tendrían más tiempo para organizar y gestionar de manera eficiente los recuentos necesarios. Esto facilitaría la preparación para el acto de cómputo, que aún debe realizarse conforme a la ley, pero con una anticipación que podría reducir las incidencias y optimizar el manejo de los resultados electorales. Esta previsión y organización adicional contribuirían a fortalecer la credibilidad y precisión del proceso electoral, al minimizar errores y permitir una atención más detallada a las impugnaciones o ajustes que se presenten en cada distrito.

La reforma judicial y la apertura a nuevas formas de organización electoral representan pasos necesarios hacia un sistema democrático más robusto, incluyente y acorde con los principios de justicia y participación informada. En última instancia, la evolución de nuestros procesos electorales hacia una estructura más inclusiva y flexible es un reflejo de nuestro compromiso colectivo de construir una sociedad en la que todas las personas, independientemente de su contexto, puedan ejercer sus derechos y contribuir al fortalecimiento de la justicia en México.

* Luisa Rebeca Garza López (@Rivka_Azatl) es mujer trans, especialista en temas electorales y estudios trans.

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Imagen BBC
5 momentos clave en la carrera de Kamala Harris y qué dicen de sus fortalezas y debilidades
10 minutos de lectura

Abogada, fiscal de distrito, fiscal general de California, senadora y vicepresidenta de Estados Unidos: BBC Mundo te cuenta algunos momentos que definieron la carrera de Kamala Harris hasta su postulación para la presidencia.

04 de noviembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

Kamala Harris, la mujer de 60 años que podría asumir como la primera presidenta de Estados Unidos, ya hizo historia en 2021, cuando se convirtió en la primera vicepresidenta de EE.UU. y la primera mujer negra y de raíces asiáticas en el cargo.

La trayectoria profesional de la candidata demócrata arrancó como fiscal de sala en los tribunales de su California natal, y fue ascendiendo hasta llegar a la Fiscalía General de California.

De allí dio el salto al Senado de EE.UU. y, tras una legislatura, pasó a ser vicepresidenta del país.

En BBC Mundo repasamos 5 momentos que han marcado su carrera y de alguna manera reflejan sus valores y sus fortalezas y debilidades.

Separador especial elecciones en Estados Unidos
BBC

1. El asesinato del agente Isaac Espinoza

En 2003, Kamala Harris logró su primer cargo electo como fiscal de distrito de San Francisco.

Poco después de haber asumido hubo un caso que le dejó huella.

Agente de policía Isaac Espinoza
Asociación de Agentes de Policía de San Francisco
El agente Isaac Espinoza murió por los disparos de un sospechoso el 10 de abril de 2004 en San Francisco.

El agente de policía Isaac Espinoza y su compañero investigaban a un sospechoso el 10 de abril de 2004. El hombre sacó un arma AK-47 y disparó contra los agentes.

Espinoza, de 29 años, fue alcanzado por varias balas y murió. Su compañero recibió un disparo en la pierna y fue atendido en un hospital local.

El atacante, de 21 años e identificado como David Hill, fue detenido y puesto bajo custodia.

A los pocos días, antes incluso del funeral del agente, Harris anunció que no pediría la pena de muerte para Hill, como muchos esperaban que se hiciera en un caso así.

Fue una decisión que enojó a muchos, en especial a los compañeros de Espinoza.

“Isaac pagó el precio más alto”, dijo durante el funeral Gary Delagnes, presidente de la Asociación de Agentes de Policía de San Francisco.

“Y hablo en nombre de todos los agentes al exigir que su asesino también pague el precio más alto”.

Y es que en 1973, California había aprobado una ley de “circunstancias especiales” que hacía que el asesino de un agente de policía fuera elegible para la pena de muerte.

Pero Harris se mantuvo fiel a su oposición a la pena máxima, una postura que había dejado clara durante su campaña para el cargo de fiscal de distrito.

Kamala Harris y Dianne Feinstein en 2008
Facebook de Kamala Harris
La veterana senadora demócrata Dianne Feinstein, que murió en septiembre de 2023, cambió de opinión sobre la pena de muerte con el paso de los años.

En su libro de 2009 Smart on Crime, Harris escribió: “La suposición generalizada de que simplemente aumentar la pena por cualquier delito disuadirá automáticamente a más personas de cometerlo es un mito”.

Su razonamiento no tuvo eco en el seno de la policía y la relación de Harris con las fuerzas del orden se ha visto afectada desde entonces.

Aunque con el tiempo, el propio inspector Delagnes aprendió a valorar que Harris honrara sus principios con una decisión que le generó tantas críticas.

“Habría sido muy fácil para ella decir: ‘Oye, estoy en contra de la pena de muerte, pero este tipo mató a un policía y voy a cambiar de opinión sobre esto’. Hay algo notable en su convicción, fue coherente”, afirmó el policía en 2021.

2. La primera boda legal entre mujeres en San Francisco

Con la misma convicción que expresaba su oposición a la pena de muerte, la fiscal Harris se erigió en férrea defensora de los derechos sociales.

Y mucho antes de que el matrimonio gay fuera legal y estuviera asentado en EE.UU., la ahora candidata presidencial estuvo a la vanguardia en la batalla por la igualdad.

Lo demostró en dos significativas ocasiones.

La primera fue en 2004, durante el llamado Invierno del Amor en San Francisco.

El alcalde en ese momento, Gavin Newsom, ordenó la aprobación de varios matrimonios entre personas del mismo sexo a pesar de que no existía ninguna ley que los reconociera.

Kamala Harris oficia un matrimonio entre dos mujeres
Facebook de Kamala Harris
Kamala Harris defendió el matrimonio igualitario antes de que estuviera permitido en todo Estados Unidos.

Harris, que acababa de ser nombrada fiscal de distrito de San Francisco, no titubeó y ofició varias bodas, que poco después serían anuladas.

Con este gesto se desmarcó de la mayoría de las figuras demócratas del momento, que tardaron varios años aún en dartes su apoyo a estas uniones.

Barack Obama, por ejemplo, lo hizo en 2012 y Hillary Clinton en 2013.

En su autobiografía, The Truths We Hold, Harris explicó que su decisión de oficiar las bodas fue espontánea.

“Hubo un maravilloso entusiasmo cuando dimos la bienvenida a la multitud de parejas de enamorados, una por una, para casarse en ese mismo momento. No se parecía a nada de lo que hubiera formado parte antes. Y fue hermoso”.

La cuestión del matrimonio igualitario recobró un significado importante en su carrera, cuando llegó a la Fiscalía General de California en 2010.

Dos años antes, los votantes de ese estado prohibieron las uniones entre personas del mismo sexo al aprobar la Proposición 8.

Nada más acceder a su nuevo puesto, Harris dijo que como máxima autoridad policial del estado no defendería la norma.

La Corte Suprema de EE.UU. finalmente anuló la polémica medida en 2013 y a Harris prácticamente le faltó tiempo para oficiar su primera boda legal.

Fue al ayuntamiento y casó a dos mujeres, Kris Perry y Sandy Stier, que formaban parte del colectivo que presentó ante la Corte Suprema el recurso contra la Proposición 8.

Actualmente el matrimonio igualitario es una piedra angular de la plataforma del Partido Demócrata e incluso cuenta con el apoyo de sectores republicanos.

Pero los activistas todavía ven a Harris como una pionera en el tema debido a su temprano compromiso.

3. El interrogatorio a Brett Kavanaugh para la Corte Suprema

Kamala Harris interroga a Brett Kavanaugh en septiembre de 2018
Getty Images
Kamala Harris sometió al juez Brett Kavanaugh a un duro interrogatorio durante las audiencias para confirmarlo como magistrado de la Corte Suprema.

Tras dos mandatos como fiscal general de California, al frente del segundo Departamento de Justicia más grande del país, Harris decidió dar un giro a su carrera y se postuló al Senado en las elecciones de 2016.

Su victoria del 8 de noviembre tuvo un sabor agridulce para la demócrata: Donald Trump se había impuesto a Hillary Clinton en las presidenciales esa misma noche.

Ya desde su primer discurso tras la victoria, Harris se colocó en el centro de la resistencia a la presidencia de Trump.

Pero sin duda su momento más destacado de esta etapa ocurrió en 2018, cuando, como miembro del Comité Judicial del Senado, participó en las audiencias para evaluar a Brett Kavanaugh como candidato designado por Trump para ser juez de la Corte Suprema.

El conservador Kavanaugh, que era objeto de escrutinio luego de que una mujer lo acusara de haberla violado durante los años universitarios, tuvo en Harris a una incisiva e implacable inquisidora.

Kamala Harris y otros senadores en un acto de protesta contra Brett Kavanaugh en 2018
Getty Images
La entonces senadora Kamala Harris adoptó un papel protagonista en el movimiento de oposición al ingreso de Brett Kavanaugh en la Corte Suprema.

La senadora recuperó las habilidades de fiscal para interrogar a Kavanaugh sobre su posición sobre el derecho al aborto.

Harris intentó que el juez dijera abiertamente si iba o no a trabajar por revertir la entonces vigente norma Roe vs Wade, que garantizaba la protección constitucional al aborto en EE.UU.

En un momento clave le planteó a Kavanaugh la pregunta que pasaría a representar lo que fueron aquellas audiencias:

“¿Usted recuerda alguna ley que le dé poder al gobierno sobre el cuerpo de los hombres?”.

Un titubeante Kavanaugh terminó por responder que no.

El vehemente interrogatorio de Harris se volvió viral en los días posteriores y dio a conocer globalmente su agudeza y capacidad para plantar cara a rivales de alta categoría.

A partir de entonces, Harris se convirtió en una estrella ascendente entre las filas demócratas y cobró relevancia en el ámbito nacional.

De ahí que en 2019 el anuncio de su candidatura a la nominación del Partido Demócrata para las elecciones de 2020 no resultara tan sorprendente.

4. “¿Piensa viajar a la frontera?”: la aciaga entrevista

Kamala Harris con dos agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera con México.
Reuters
La cuestión migratoria ha sido uno de los principales desafíos para el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.

Pero aquella aventura presidencial le duró poco a Harris.

Si bien empezó con fuerza, con una sólida intervención en el primer debate entre los numerosos candidatos a la nominación demócrata, su campaña se fue desinflando y no llegó a competir en las primarias que arrancaron a inicios de 2020.

Meses después, en un gesto que demostró su falta de rencor por la dureza que había mostrado contra él, Biden la eligió como compañera de fórmula y candidata a la vicepresidencia para las elecciones del 3 de noviembre de 2020.

Y con la victoria de la papeleta demócrata, Harris llegó al segundo puesto más importante de la política de EE.UU.

Imagen compuesta de Kamala Harris y Joe Biden
Getty Images
En 2019 Kamala Harris y Joe Biden comenzaron como rivales, pero terminaron siendo compañeros de fórmula para las elecciones de 2020.

Pocos meses después de asumir la vicepresidencia, la hoy candidata concedió una entrevista que marcó un antes y un después en su relación con los medios y que expuso su dificultad para manejar situaciones incómodas.

Biden le había encargado la gestión de la relación diplomática con México y Centroamérica para abordar de raíz la problemática migratoria.

En un viaje a Guatemala en junio de 2021, Kamala pronunció su famoso “No vengan a EE.UU.” dirigido a los migrantes, un mensaje que le generó críticas por su dureza en un marco en el que se esperaba una mayor voluntad de cooperación.

Fue durante esa misma visita que se dio la entrevista que dejó entrever la irritación de la vicepresidenta en relación con uno de los temas más importantes para su gobierno.

Con voz tranquila, el presentador de la cadena NBC News Lester Holt le preguntó por qué no visitar la frontera, planteando que esta sería una manera de ver de primera mano lo que allí ocurría.

Ella se puso a la defensiva y no respondió directamente, por lo que Holt insistió en si tenía planes de ir a la frontera.

“En algún momento, ya sabes, iremos a la frontera. Hemos estado en la frontera. Entonces, con todo este asunto de la frontera, hemos estado en la frontera. Hemos estado en la frontera”, repitió Harris.

“No ha estado en la frontera”, replicó Holt.

“Y no he estado en Europa”, exclamó Harris con cierta molestia. “Y quiero decir, no entiendo el punto que está planteando. No estoy menospreciando la importancia de la frontera”.

La vicepresidenta esquivó a los medios durante aproximadamente un año completo después de aquella conversación, que fue calificada de “desastrosa”.

Sus apariciones fueron escasas e intermitentes, ganándose con ello fama de no saber lidiar con la prensa salvo en escenarios controlados, sin margen para la improvisación.

Una faceta que ha mejorado notablemente en el último año, en especial durante la acelerada campaña presidencial de apenas cuatro meses en la que los expertos reconocen que se ha visto a una Harris más cercana y espontánea en múltiples medios.

5. La defensa del derecho al aborto

Kamala Harris con un cartel detrás que dice
Getty Images
Harris ha hecho del aborto y los derechos reproductivos uno de los principales pilares de su campaña.

Volvamos por un momento a 2022.

Mientras la popularidad de Harris languidecía y sus apariciones públicas escaseaban, la Corte Suprema de EE.UU. discutía un tema que, paradójicamente, terminaría por devolver a la vicepresidenta al primer plano.

Era el caso Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization por el que el alto tribunal estadounidense terminó por revocar el derecho federal al aborto, devolviendo a los estados la competencia de legislar sobre el tema.

Quedaban unos meses para las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre y Harris recuperó un papel protagonista en la escena política del país.

La vicepresidenta se convirtió en portavoz de la batalla por el derecho a decidir y expandió su discurso más allá de la causa del aborto para convertirlo en una defensa integral del concepto de libertad.

“Esta es la primera vez en la historia de nuestra nación que se le ha quitado un derecho constitucional al pueblo de Estados Unidos: el derecho a la privacidad”, dijo en una primera reacción al fallo de la Corte Suprema.

Manifestación a favor del derecho a decidir
Getty Images
Harris se ha comprometido a firmar una ley nacional de protección de la interrupción voluntaria del embarazo en su primer día si llega a la presidencia.

Esas palabras de hace dos años se reflejan con fuerza en los actuales discursos de campaña de Harris.

En cada uno de sus mítines, la candidata demócrata defiende los derechos reproductivos, enfatizando la libertad de las mujeres para tomar decisiones sobre sus cuerpos “sin que el gobierno les diga lo que tienen que hacer”.

Sus promesas de cambio y de dar vuelta a la página, y su lema “no podemos regresar al pasado” se inspiran, en cierto modo, en aquella decisión judicial.

Un fallo que supuso un gran revés para los demócratas, que confirmó los temores que expresó Harris en aquel interrogatorio a Brett Kavanaugh cuando era senadora y que terminó por catapultarla hacia la pugna electoral más importante de su vida.

Banner de las elecciones en Estados Unidos
BBC

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