
En el imaginario colectivo, la migración suele narrarse desde la tragedia o la amenaza. Sin embargo, este 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, el lema “Mi gran historia: culturas y desarrollo” nos invita a cambiar el lente: a mirar la movilidad humana no como una crisis permanente, sino como un tejido vivo de dignidad, potencial y contribución social. Para que esa “gran historia” sea posible, es necesario reconocer también las brechas que aún interrumpen su escritura: desigualdad, exclusión y falta de acceso a derechos.
Para entenderlo, basta escuchar historias concretas. Mateo, un joven hondureño de 26 años que hoy vive en una zona periurbana de Guadalajara, no es solo una cifra en los registros migratorios. Es técnico en refrigeración y su trabajo sostiene pequeños comercios de su colonia. Sin embargo, su vida cotidiana está marcada por una intersección de vulnerabilidades: ser migrante, afrodescendiente y vivir en un proceso administrativo aún no resuelto.
Mateo salió de San Pedro Sula empujado por la violencia y la falta de oportunidades. Al llegar a México, encontró un obstáculo menos visible, pero determinante: la dificultad para acceder a la seguridad social. Cuando enfermó de dengue, no acudió a una institución pública, sino a un consultorio adyacente a la farmacia, pagando de su bolsillo un gasto que compite con las remesas que envía a su madre. Su experiencia refleja una paradoja frecuente: personas esenciales para la economía local, pero aún fuera de los sistemas de protección. Su “gran historia” de desarrollo se ve interrumpida por las brechas de inequidad que le niegan el derecho a pertenecer.
La historia de Mateo se multiplica a lo largo del continente. El panorama migratorio de 2025 muestra una región en transformación, pero también en tensión. De acuerdo con el Boletín de Estadísticas Migratorias de la OIM y la SEGOB, entre enero y agosto de este año México registró una reducción significativa del 86 % en eventos de personas en situación migratoria irregular respecto al mismo periodo de 2024. Pasando de más de 925 mil a poco más de 130 mil. A primera vista, el dato podría interpretarse como un cambio relevante en los flujos; sin embargo, desde la salud pública y los derechos humanos surge una pregunta necesaria: ¿esta reducción refleja menos causas estructurales de migración o una mayor invisibilización de los desplazamientos?
Mientras algunos indicadores de tránsito disminuyen, las causas profundas persisten. El Llamamiento Mundial de la OIM para 2025 subraya que conflictos, cambio climático y desigualdades económicas continúan impulsando la movilidad humana. Para las Américas, se han solicitado más de 1.7 mil millones de dólares, no solo para atención humanitaria, sino para regularización e integración. Sin embargo, los recursos solo generan impacto si se traducen en sistemas de protección social incluyentes y sostenibles.
La movilidad en 2025 no es homogénea. En el Cono Sur, la migración venezolana ha entrado en una fase de asentamiento, donde el reto principal es la integración laboral y educativa. En la región andina, países como Colombia y Perú han mostrado capacidad de acogida, aunque con presión creciente sobre los servicios públicos. En México y Centroamérica, la reducción del 30 % de devoluciones desde Estados Unidos y la ligera caída de las remesas reflejan una reconfiguración de las economías familiares transnacionales, históricamente clave para el bienestar regional.
La desigualdad se profundiza cuando la migración se cruza con otras condiciones. Ser mujer migrante en tránsito por el Darién implica riesgos de violencia sexual que no enfrenta un hombre; ser un niño indígena guatemalteco en la frontera norte implica barreras lingüísticas que un adulto hispanohablante no padece. Estas disrupciones convierten la movilidad en vulnerabilidad, cuando podría ser una vía de desarrollo.
Celebrar “Mi gran historia” implica garantizar que migrar sea una opción y no una condena. Desde la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) sostenemos que la inclusión no es caridad: es una inversión social y un imperativo ético. Para avanzar, proponemos tres ejes prioritarios:
La “gran historia” de la migración no se escribe con muros ni con exclusión. Se escribe con la resiliencia de quienes cruzan fronteras buscando dignidad; con las manos de quienes sostienen economías, cuidan personas y construyen comunidades, como Mateo en Guadalajara.
México y la región cuentan con capacidades técnicas y una responsabilidad compartida para avanzar hacia una gestión migratoria justa, segura e inclusiva. Que el origen, el acento o el documento no definan el acceso a la salud, al trabajo ni al bienestar.
Que este 2025 sea el año en que dejemos de contar personas migrantes únicamente en cifras y empecemos a reconocer plenamente sus historias. Historias que, en realidad, también son parte del desarrollo y del futuro común de nuestras sociedades.
* José Noé Rizo Amézquita es investigador en Salud y Seguridad Social en la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS). Docente del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM y de la Universidad INFUS. Egresado del INSP y de la Universidad de Guadalajara, con entrenamiento en Johns Hopkins y la Universidad de Copenhague.
Referencias:

Tras un período de incertidumbre, el Instituto Nobel Noruego confirmó que Machado está a salvo y se encuentra camino a la ciudad europea.
María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, no pudo asistir a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, llegará a Oslo en las próximas horas, según informaron el Instituto Nobel Noruego y su hija, quien recogió el galardón y pronunció el discurso de agradecimiento en su nombre.
Después de un período de incertidumbre, en el cual los funcionarios del Instituto Nobel habían informado de la ausencia de la galardonada y de desconocer su paradero, se ha confirmado que se encuentra a salvo y camino a la capital Noruega.
“La Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, ha hecho todo lo posible para acudir hoy a la ceremonia. Un viaje en una situación de peligro extremo. Aunque no podrá asistir a la ceremonia ni a los eventos de hoy, nos complace profundamente confirmar que está a salvo y que estará con nosotros en Oslo”, expresó el instituto en un comunicado.
Estaba previsto que Machado asistiera a la ceremonia en el ayuntamiento de Oslo, la cual fue encabezada por los reyes Harald y Sonja, y líderes latinoamericanos incluyendo los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Ecuador, Daniel Noboa.
Durante la semana previa hubo especulaciones en torno a la presencia de la galardonada y, temprano este miércoles, se dijo que no estaría en la ceremonia y que se desconocía su paradero.
Aunque Machado no llegó al evento, la ceremonia siguió adelante y su hija, Ana Corina Sosa Machado, recibió el premio y pronunció un discurso en nombre de su madre.
En octubre, el Comité del Premio Nobel decidió entregarle el reconocimiento a la opositora por sus “incansables esfuerzos para promover los derechos y libertades en Venezuela” y por favorecer “una transición justa y pacífica hacia la democracia”.
“María Corina Machado ha dedicado años a trabajar por la libertad del pueblo venezolano”, subrayó la institución, la cual agregó que “el férreo control del poder por parte del gobierno venezolano y su represión contra la población no son fenómenos únicos en el mundo”.
“Dios mío… No tengo palabras”, fue la primera reacción de la opositora al conocer en octubre pasado la noticia de que se convirtió en la primera venezolana en recibir el premio.
“Este es el logro de un movimiento, de una sociedad. Ciertamente no merezco un premio así, pero lo recibo con humildad y agradecimiento en nombre del pueblo de Venezuela”, agregó durante la conversación telefónica que mantuvo con Kristian Berg Harpviken, presidente del Comité Noruego del Premio Nobel de Paz.
La presencia de Machado había sido anunciada semanas atrás por el Instituto Nobel. Y, por ello, se pensaba que lograría viajar hasta la capital noruega.
A la opositora no se le ve en público desde el pasado 9 de enero, cuando encabezó una manifestación en Caracas contra la juramentación de Nicolás Maduro para un tercer mandato consecutivo.
A finales de 2024, Machado anunció que pasaría a la clandestinidad, en medio de la ola de represión con la que las autoridades venezolanas respondieron a las protestas desatadas en el país tras los cuestionados resultados de las elecciones presidenciales, que dejaron más de 2.000 detenidos, entre ellos decenas de dirigentes opositores.
La dirigente se ha convertido en la principal voz de la disidencia frente al gobierno de Maduro, quien asumió el poder en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez.
En octubre de 2023 fue elegida como candidata unitaria de la oposición en unas elecciones primarias, pero las autoridades le impidieron participar en las elecciones presidenciales celebradas el 28 de julio de 2024.
Sin embargo, Machado no se quedó de brazos cruzados y respaldó al diplomático Edmundo González Urrutia, quien, de acuerdo con las actas recabadas por la oposición, ganó los comicios con el 66% de los votos, aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó vencedor a Maduro sin mostrar pruebas que sustentaran esa decisión.
La figura de Machado se hizo familiar para los venezolanos a partir de 2003, cuando desde la organización Súmate impulsó el proceso activar un referendo que buscaba revocar el mandato del entonces presidente Chávez.
En 2010, fue elegida diputada y en 2012 mantuvo un tenso intercambio con el desaparecido mandatario, cuya política de nacionalizaciones de empresas cuestionó.
“Expropiar es robar”, le espetó, mientras que Chávez le replicó: “Hasta ladrón me llamó. Me llamó ladrón delante del país”.
El fiscal general venezolano, Tarek William Saab, advirtió hace unas semanas a la opositora que, si abandonaba el país, la consideraría una “fugitiva” y buscaría arrestarla en caso de que intentara regresar.
Desde 2014 pesa sobre Machado una prohibición de salida del país impuesta por un tribunal venezolano en respuesta a su presunta participación en los sucesos violentos en los que derivó una marcha celebrada en Caracas el 12 de febrero de 2014.
Por este caso fue encarcelado el exalcalde y exprecandidato presidencial Leopoldo López.
Pese a que ha transcurrido más de una década desde aquellos hechos y a que Machado jamás fue procesada penalmente, la medida judicial se ha mantenido.
Menos duro se mostró el ministro del Interior, Diosdado Cabello, quien ha pasado los últimos días anunciado la partida de Machado.
“La vamos a extrañar”, dijo en el programa que conduce en la televisión estatal.
“El equipo está instalado desde hace días en Noruega. Y aunque la maquinaria mediática anda con el cuento de que nadie sabe dónde está, la realidad es menos poética. La mujer dejó el pelero (se fue) con la misma elegancia con la que Edmundo González gestionó su salida exprés del país. Nada de desaparición ni drama, pura logística de manual y aviones que viajan en silencio con inmunidad diplomática”, declaró.
*Con información de última hora de la agencia Reuters
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