Contemos nuestra historia

Durante 2023 y 2024 en el céntrico estado de Guanajuato en México, las mujeres buscadoras-cuidadoras nos preguntamos varias veces esto y otras tantas cuestiones: ¿cómo es que la lectura en voz alta comenzará a reconstruir la confianza de los lazos filiales entre las y los que se quedaron a buscar? ¿Qué es eso de la improvisación? Pronto nos dimos cuenta que nuestro punto de vista de adultas no podía ser más el centro: debíamos aprender a escuchar a nuestras niñas, niños y adolescentes. Debíamos promover espacios con ellas y con ellos para que participarán y para que opinarán. Debíamos estar ahí para acompañarles en su desarrollo, pero ¿por dónde empezar? ¿Desde dónde partir en medio del caos diario de las labores domésticas y de cuidado, el trabajo de ocho hora o mas, de la búsqueda, de la ansiedad, de la rabia, de la angustia por no saber el paradero de nuestro familiar y la inacción del Estado para buscarles?

Las respuestas llegaron poco a poco cuando dentro del colectivo Buscadoras Guanajuato descubrimos convocatorias para colocar proyectos para la construcción de memoria. Fueron dibujándose más respuestas cuando comenzamos a realizar vinculaciones con espacios académicos, con artistas locales, con psicólogas, con maestros de teatro, a cotizar transporte y alimentos. Eso fue relativamente llevadero. Lo que fue todo un reto estuvo relacionado con la invitación y participación de las familias buscadoras: nos cuestionamos ¿cómo haríamos para que niñas, niños y adolescentes dijeran que sí a estos espacios que se estaban fraguando? ¿Cómo íbamos a manejar la autoridad unilateral de las personas cuidadoras con infancias y juventudes a cargo después de una desaparición? La devolución de las compañeras mujeres cuidadoras-buscadoras fue sorprendente: había una desesperación desbordada para brindar apoyo a las infancias y juventudes en espacios no institucionales. No había ninguna duda sobre la necesidad de gestionar la preocupación, al interior de las familias, por dar atención al aislamiento que se estaba gestando por los silencios, la incertidumbre y por la voluntad de proteger con “mentiras piadosas”. Una vez con las familias reunidas en espacios seguros, cálidos y de confianza, lo mejor vendría con la participación de nuestras niñas, niños y juventudes.

En el Taller de Dibujo, Cartonería y Mural, las niñas, niños y adolescentes encontraron en sus propias historias y arte una forma de forjar vínculos sociales, fortalecer su autoestima y fomentar el desarrollo individual y colectivo. El taller se realizó en cinco sesiones entre los meses de marzo y abril de 2023. Se construyeron 14 alebrijes con las herramientas de la actividad de cartonería. Un mural de papel temporal exhibido en la Universidad Iberoamericana León. Ante la opinión libre y participativa de niñez y adolescencia, tuvimos que realizar la reflexión que nos llevó a cubrir la necesidad de sistematizar con una especialista psicóloga estos descubrimientos.

En el Taller de Teatro y Cuentos para Niñas, Niños y Adolescentes se construyó un espacio de convivencia y creatividad. Niñez y adolescencia crearon historias y nos permitieron acompañarles. A través de juegos, se generaron actividades corporales como estiramiento y desarticulación del cuerpo, como la traes, el gato y el ratón, el juego del espejo, la sombra, la mochila mágica, entre otros. Con cuentos, infancias pudieron reconocer los elementos  y estructura narrativa de un cuento: personajes, contexto, situación, peripecias, nudo y desenlace. Con ejercicios colectivos de narración oral o cuentos caracol, la improvisación y la creatividad de niñas, niños y adolescentes dió como resultado seis audio cuentos que no pueden dejar de escuchar:

El Conejo Gris de la niña

El Niño y la Bruja  

Huellas a Casa

Daniela y la Madrastra

La Niña Enferma

Además de estos pódcasts, el trabajo de creación de cuentos por medio del dibujo y la escritura quedaron plasmados en los calendarios de la memoria 2024 y 2025. En este taller Miguel, quien tiene a su hermano Juan Luis desaparecido en Guanajuato, escribió “La Historia de mi abuelo“, texto con el que ganó en la convocatoria de Fundación Gabo.

En el taller de fotografía, el interés de las juventudes participantes se centró en la adquisición de herramientas técnicas para la narración gráfica. El Comité Internacional de la Cruz Roja nos donó cámaras desechables que sirvieron para el diario fotográfico entre las sesiones de este espacio. El uso de una cámara profesional, realizar bocetos y resolver la producción de sus fotos generó asombro genuino entre ellas y ellos. Este espacio produjo una exposición fotográfica colectiva temporal en los pasillos de la Universidad Ibero León.

Mientras que infancias y juventudes realizaban actividades lúdicas y de aprendizaje, en espacios separados sus personas cuidadoras participaban en formaciones en torno a derechos de niñez, la importancia del cuidado positivo-cariñoso, el autocuidado y el cuidado mental colectivo. Y con las pequeñas excursiones, las infancias, adolescencias y sus personas cuidadoras experimentaron esa emoción de la salida para conocer un lugar nuevo: en el verano del 2023 y 2024, lugares como el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, el parque Explora y el Acuario de León nos recibieron con especial cuidado y nos dieron recorridos guiados.

Es así que nuestro proyecto Contemos nuestra historia surge de la necesidad de no dejar marchitar nuestros proyectos de vida, de nombrar lo que nos duele y usar herramientas de afrontamiento para seguir adelante. De esta iniciativa, con acompañamientos técnico de especialistas psicólogas y antropólogas sociales, hemos producido diagnósticos de afectaciones psicosociales en niñas, niños, adolescentes y personas cuidadoras con un familiar desaparecido en Guanajuato. Documentos de gran valor para partir al apoyo psicosocial en formatos comunitarios, familiares e individuales.

Esta es la esencia de Contemos nuestra historia y está sostenida por el ímpetu de ellas y ellos: “Desde el amor y el dolor más profundo, las niñas, los niños y los adolescentes que crecemos en familias con un ser querido desaparecido estamos participando, opinando y dando a escuchar nuestros sentimientos. En la historia reciente de las familias y los colectivos de búsqueda en el estado de Guanajuato en México, muchas actividades cotidianas dejaron de ser nuestra prioridad, incluso nuestro cuidado. Las tareas básicas, como el trabajo remunerado y la búsqueda misma, no permitieron escuchar a las niñas, los niños y los adolescentes o explicarles cómo esto afectaba dentro de las nuevas dinámicas familiares desencadenadas por la desaparición. Contemos nuestra historia es un proyecto que crea espacios donde, con el juego, aprendemos herramientas para la comunicación oral, escrita y corporal. Uno de esos espacio fue el Taller de teatro y cuentos”.

Contemos nuestra historia es una iniciativa del Colectivo Buscadoras Guanajuato con el apoyo de Fundación Hienrich Böll, la Unión Europea en México, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Fondo Semillas, Fondo Acento, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Universidad Iberoamericana León.

* Alejandra Díaz es integrante del Colectivo Buscadoras Guanajuato, por 18 meses estuvo buscando a su hermano Felipe desaparecido en Guanajuato. Actualmente acompaña a más familias en su búsqueda a través de la vinculación y gestión proyectos para la incidencia política, cultural y de acción ciudadana. Liz Navarro es antropóloga social, acompañante solidaria del Colectivo Buscadoras Guanajuato. Con una mirada sociocultural contribuye a la implementación en campo de diversas iniciativas.