El amor que me juraste (Ediciones Cal y Arena, México, 2016) de la escritora mexicana Silvia Molina (Ciudad de México,1946) en 2001 fue nominada en la Short List del International impac Dublin Literary Award, por su traducción al inglés The Love You Promised Me, y en 1998 obtuvo el Premio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
En la historia que se cuenta, Marcela toma distancia al término de una relación amorosa y para ello viaja al lugar del origen de su familia, quiere conocer su pasado, que siempre ha permanecido como algo borroso e impreciso.
En la tierra de sus ancestros inicia un viaje que la lleva a conocer su historia familiar, la de sus abuelos y la de sus padres. En ese viaje al pasado todo para ella es nuevo. Empieza a saber quién es y de dónde viene. Y también el por qué sus padres no hablaron de esa historia.
Marcela en la novela dice: “Estaba en San Lázaro porque se me ocurrió que era un refugio al que podía huir, porque necesitaba estar lejos, alejarme de esta Ciudad de México, la cómplice que nos había encubierto, para comprender lo que había hecho de mi vida, para evocar y conjurar mis errores y tomar una decisión. Necesitaba valor para aceptar no sólo el rompimiento, sino sentir mi vanidad lastimada. Huir, aunque me sirvió, fue un pretexto tonto, lo reconozco, porque como mi papá le dijo un día a Alberto, mi hermano: Dondequiera que vayas, vas a encontrar una cucaracha. (…) San Lázaro era una escala más en mi camino a Ítaca”.
En el hotel en San Lázaro, lee las treinta cartas que le escribió Eduardo, el amante que la ha dejado. A partir de ellas intenta entender qué fue su relación y por qué terminó. Debe dar vuelta de página y seguir su relación con el compañero de toda su vida.
La novela abarca muchos planos de la condición humana, a partir de la historia de Marcela. El dolor, la culpa, la soledad, el aburrimiento, la pérdida del sentido cotidiano de la vida, la infidelidad, el deseo, el amor y el vivir lo nuevo y distinto.
El estilo de la novelista es el de una prosa directa, tersa y muy clara. La trama de la historia y la estructura psicológica de los personajes hacen de El amor que me juraste una novela sólida y consistente. Logra transmitir la intensidad del momento que vive Marcela y el recuento que hace de su vida.
Silvia Molina, entre otros muchos reconocimientos, en 1977 ganó el Premio Xavier Villaurrutia 1977, por La mañana debe seguir gris y en 1992 el Premio Nacional de Literatura Juan de la Cabada, por Mi familia y la Bella Durmiente cien años después. Parte de su obra ha sido traducida al italiano, francés, inglés y alemán.
La novela me gustó y disfruté mucho el estilo de la prosa de la autora que es ágil y directo. Habla de un gran oficio. Y me pareció muy bien resuelto la manera como a partir de una historia personal, la de Marcela, aborda la condición humana con toda su complejidad.
El amor que me juraste
Silvia Molina
Ediciones Cal y Arena
México, 2016
pp. 172
La insalubridad puede favorecer la propagación de virus y bacterias que pongan en riesgo la salud de residentes, efectivos de emergencia y voluntarios.
Casi una semana después de las mayores inundaciones en la historia reciente de España, los afectados se enfrentan a un nuevo riesgo: la insalubridad.
Las lluvias torrenciales causadas por una DANA (depresión aislada en niveles altos) en la región de Valencia desencadenaron el pasado martes enormes riadas que se llevaron todo a su paso, desde vehículos hasta mobiliario urbano, anegaron edificios y dejan por el momento 217 muertos y centenares de desaparecidos.
Los vecinos de localidades como Paiporta -la más afectada-, Picanya, Sedaví, Alfafar, Massanassa o Catarroja están muy lejos de retomar su vida normal, ya que varias zonas siguen sin electricidad o agua corriente y las calles acumulan lodo, basura y vehículos apilados.
La situación de insalubridad en varios lugares podría favorecer la propagación de virus y bacterias que afecte a residentes, efectivos de emergencia y voluntarios.
Las autoridades pidieron a quienes se hallan en la zona que tomen precauciones y emprendieron una campaña de vacunación contra el tétanos al considerar que hay riesgo de epidemia de esta enfermedad.
“Se han destruido las redes de agua sanitaria y hay contaminación ahora mismo en toda la zona. Las aguas residuales se han mezclado y se han esparcido por donde ha pasado el agua, lo que incluye bacterias patógenas o potencialmente patógenas, como E. coli, Salmonella, virus intestinales y algunos tipos de parásitos como Cryptosporidium“, le explica a BBC Mundo José Manuel Bautista, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
Bautista advierte de que “esto puede generar brotes de diarrea, gastroenteritis y enfermedades de ese tipo”.
Por otro lado, las aguas estancadas podrían favorecer la proliferación de mosquitos, lo que causaría un riesgo adicional.
“El frío ayuda a reducir esto, pero en la zona de Valencia el clima es relativamente bueno, así que podría haber casos de enfermedades transmitidas por mosquitos, como la fiebre del Nilo. Aunque no es común en esa zona, podría ser un riesgo potencial”, afirma el epidemiólogo.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, anunció que no descarta una posible epidemia.
Este lunes inició una campaña de vacunación contra el tétanos, que en este momento se considera la enfermedad de mayor riesgo en las zonas afectadas.
“El Clostridium tetani es una bacteria que se encuentra en el suelo y en lugares relacionados con el hierro y el barro. Cuando hay cortes o heridas en condiciones de poco oxígeno, esta bacteria puede crecer y contaminar las heridas, lo que aumenta el riesgo de tétanos”, explica el epidemiólogo José Manuel Bautista.
Y agrega que “todos los escombros en esta situación pueden estar expuestos al Clostridium tetani“.
Las autoridades han aconsejado especialmente ponerse la vacuna a quienes hayan sufrido alguna herida durante las labores de limpieza y reconstrucción.
Otro riesgo importante para la salud en las zonas afectadas por el temporal es la leptospirosis, una infección bacteriana transmitida por animales, especialmente en ambientes húmedos.
“Esta bacteria se encuentra en aguas fecales. Con el desbordamiento, las bacterias que estaban contenidas en sistemas cerrados ahora se han diseminado con el agua“, indica Bautista.
La leptospirosis puede entrar en el cuerpo a través de pequeñas heridas, suele tardar entre una semana y 15 días en manifestarse, y se trata con antibióticos.
“Es importante la vigilancia epidemiológica, ya que los roedores también pueden transmitir esta bacteria. Toda la comida y restos biológicos en descomposición pueden atraer ratas“, advierte el experto.
Si hay un elemento común en la mayoría de las imágenes procedentes de Valencia estos días, es el lodo.
Esta sustancia marrón que impregna las calles, los edificios y la ropa de quienes colaboran en las tareas de limpieza también plantea un importante riesgo de salud.
“Si el lodo procede de aguas fecales o aguas residuales que se han desbordado, podría contener bacterias patógenas que contaminan las manos y, al llegar a casa, los alimentos”, afirma Bautista.
Y advierte que “también podría haber residuos químicos ya que, si hay industria en la zona, el agua podría haber arrastrado sustancias químicas, lo que puede causar infecciones cutáneas”.
“Además, en ambientes muy húmedos al limpiar también puede haber riesgo de enfermedades respiratorias, ya que hay hongos y bacterias que pueden causar infecciones y esto podría agravar la condición de quienes ya padecen este tipo de enfermedades”, agrega.
Los expertos consideran prioritario retirar cuanto antes de las calles la basura y los cadáveres de animales, ya que son peligrosas fuentes de enfermedades contagiosas.
“Se trata de materia orgánica en descomposición, lo que facilita el crecimiento de bacterias y hongos, ya que encuentran nutrientes para crecer. Además, si el agua está estancada, esta contaminación se disemina”, apunta el epidemiólogo español.
La descomposición de materia orgánica, explica, “produce bacterias como estafilococos y estreptococos, entre otras, que pueden causar infecciones relacionadas con Salmonella, infecciones cutáneas y respiratorias, y toxinas gastrointestinales que producen algunas de estas bacterias, como la gastroenteritis”.
“Creo que esta será una de las afecciones más frecuentes que podríamos ver”, afirma.
El Ministerio de Sanidad español publicó una lista de recomendaciones y medidas para quienes estos días retiran de las calles el lodo y los desechos.
Entre otras cosas, les recomienda usar ropa de manga larga y pantalón largo, así como mascarilla, guantes y otros elementos para proteger la nariz, boca, ojos y manos.
También se pide a la población evitar consumir alimentos potencialmente no seguros, solo tomar agua embotellada y desinfectar sus casas en la medida de lo posible.
Del lado de las autoridades, también es fundamental “que haya una vigilancia constante para monitorear si la gente se enferma y poder actuar rápidamente en caso de brotes“, indica José Manuel Bautista.
“Por un lado, protección personal con equipos y desinfección; y por otro, vigilancia epidemiológica por parte de la administración sanitaria”, resume.
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