Toponimia
Ahuacatlán proviene de los vocablos náhuatl “tlan” que significa lugar y “ahua” que significa aguacate. Se traduce como “lugar donde abunda el aguacate”.
Historia
En 1524, el capitán Francisco Cortés de San Buenaventura conquista la región; en 1529 el sitio ya está bajo control de Nuño Beltrán de Guzmán. En 1550 la Orden de Frailes Menores (OFM) funda este conjunto a través de fray Francisco Lozano y el hermano lego Miguel Estivales.
La construcción de la iglesia y el convento inician en 1551 y se atribuye a fray Diego Pinto, que fue el primer guardián. Pero, según George Kubler las construcciones deben ser posteriores a 1587, ya que durante la visita de Ponce solo existía un convento de adobe cubierto de paja y una iglesia inconclusa. Se dice que los restos de Torquemada fueron sepultados en este lugar.
Los edificios originales subsistieron hasta 1652. Fueron vistas de este convento: Suhuatlán, Metpan, Tetitlán, San Pablo, Hostotipac y Tepushuacaán. Aquí hubo hospital y escuela. El techo de la iglesia se cayó en diversas ocasiones y por años quedó en el abandono. Entre 1929 y 1935 se reconstruyó la iglesia y se techó.
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En el siglo XVIII ocurre la llegada “milagrosa” de la imagen de san Francisco de Asís. La leyenda dice que en los lomos de una mula venía una gran caja y cuando se abrió ahí estaba la imagen del santo. En ese momento las campanas empezaron a replicar solas y una nube de blancas palomas revoloteó sobre el atrio. Desde entonces la iglesia se dedica a san Francisco en lugar de san Juan el Evangelista.
Descripción
1. Atrio
La plaza principal se encuentra donde fue el atrio del conjunto conventual del siglo XVI. Tiene árboles y está bien cuidada. Hay una elevación entre el nivel de la calle y la entrada de la iglesia que se resuelve con una escalinata.
2. Iglesia
Exterior
La fachada-portada tiene cuatro elementos. El primero es un arco de medio punto que es la entrada, se enmarca en una estructura de cantera. En la parte superior la ventana coral y más arriba un nicho con una imagen. A los lados dos pilastras muy altas que recorren la fachada – portada, que tienen dos jarrones de adorno.
Luego viene una espadaña con dos niveles y un remate. En el primero, al centro, hay tres arcos de medio punto, el del medio está cerrado y dos tienen campanas. A los lados dos arcos de medio punto también con campanas. En el segundo dos arcos de medio punto con campanas. El remate es mixtilíneo. Al centro un reloj, que donó el presidente Álvaro Obregón.
En la pared derecha de la iglesia una entrada con portada de arco de medio punto. El arco se enmarca en dos pilastras. Debe ser de principios del siglo XVIII. La iglesia original existió hasta 1652 y luego se hizo otra.
En la pared derecha de la iglesia hay seis contrafuertes que deben ser de finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII.
Interior
La planta es de una nave. El interior se divide en seis tramos con arcos de medio punto y techos de bóveda de pañuelo. En la parte superior de cada tramo ventanas. En ambas paredes nichos con imágenes. La decoración es de estilo neoclásico. La reconstrucción del interior, que incluye el techo, se da entre 1929 y 1935.
El presbiterio está elevado del nivel del piso de la iglesia. Un altar neoclásico. Al centro, en medio de dobles columnas con capitel corintios, el sagrario y la imagen de san Francisco de Asís. El remate un frontón semicircular. A los lados nichos con imágenes. Un mural que cubre la cúpula con la imagen de Jesús crucificado y san Francisco de Asís. Dos ventanas.
En la pared izquierda de la iglesia hay una capilla. La parte exterior es de piedra con contrafuertes. La decoración interior es neoclásica. En el presbiterio un mural y dos ventanas.
3. Convento
A mano derecha de la iglesia, en lo que fue el convento, hoy se encuentra la casa parroquial. Como la iglesia está arriba del nivel de la calle. Tiene una puerta de entrada de cantera y ventanas con balcón de cantera y barandal de hierro. La fachada la adornan pilastras dobles de cantera. La fachada debe ser obra ya del siglo XIX. La construcción original se destruyó en 1652.
4. Capilla de San Francisco de Asís
La capilla de san Francisco está del otro lado de la plaza. Al inicio del siglo XVII empieza la construcción. En 1991 se desploma parte del muro del ábside y del techo. Se ha reconstruido. El edificio es de piedra. La fachada – portada se enmarca en dos estructuras cilíndricas que podrían ser contrafuertes. Tiene tres elementos, la puerta de entrada que es un arco de medio punto, la ventana coral ojival y arriba de esta un nicho con una imagen. El remate un frontón semicircular.
La torre tiene dos cuerpos y un remate. El primero corre a lo largo de la fachada – portada. Tiene una puerta que es un arco de medio punto y un arco ojival, en el segundo, de menor dimensión, una ventana circular. El remate es una cúpula cónica con gajos.
La planta es de una nave. Se reconstruyó después de 1991. A un lado de la capilla hay un colegio de religiosas.
Comentario
En 1550, la Orden de Frailes Menores (OFM) funda este conjunto conventual a través de fray Francisco Lozano y el hermano lego Miguel Estivales. Las construcciones de la iglesia y el convento, que subsistieron hasta 1652, de acuerdo a George Kubler, deben ser posteriores a 1587, porque Ponce en su vista dice que solo existía un convento de adobe cubierto de paja y una iglesia inconclusa. Aquí hubo hospital y escuela.
Hoy no existe ningún elemento arquitectónico del siglo XVI. El edificio que ahora vemos es una obra del siglo XIX y XX. El techo de la iglesia se cayó en diversas ocasiones y por años quedó en el abandono. Entre 1929 y 1935 se reconstruye la iglesia y el techo. El interior es un buen ejemplo de la arquitectura que se realizaba en esos tiempos. Está bien conservado.
La capilla de san Francisco de Asís da a la plaza. Es una construcción en piedra de principios del siglo XVII. Da la impresión de ser una obra más antigua con una arquitectura muy primitiva. La portada y la torre son peculiares. No es común que existan dos obras de esta dimensión en un espacio tan cercano uno de otro. Ahuacatlán es Pueblo Mágico.
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Fuentes consultadas:
Trump y Carney se reunieron este martes en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos.
Fue un encuentro lleno de sonrisas, pero no exento de tensión.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunieron este martes por primera vez en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos países desde que el mandatario estadounidense le impuso aranceles a su vecino.
Carney se impuso recientemente en las elecciones de Canadá gracias, sobre todo, a su firme oposición a Trump, que desde que llegó a la presidencia habla constantemente de que quiere que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
En ese clima de tensión se celebró este martes el encuentro entre ambos líderes.
Cuando a Trump le preguntaron sobre el espinoso tema de anexar a Canadá, el presidente respondió que “se necesitan dos para bailar el tango”, y agregó que no era el momento de discutir ese tema.
Sin embargo, Trump también enumeró una larga lista de beneficios que, en su opinión, recibirían los canadienses si pasaran a formar parte de EE.UU.
“Es una frontera artificial”, advirtió, dibujando con la mano una línea en el aire.
Carney no tardó en responderle.
“Como sabe, en el sector inmobiliario hay lugares que nunca están a la venta”, dijo. “Estamos en uno ahora mismo… No está a la venta. Canadá nunca estará en venta”.
“Nunca digas nunca”, dijo Trump. “Ya veremos qué pasa con el tiempo”, apuntó el mandatario.
Estados Unidos es un gran mercado para las empresas canadienses. Aproximadamente 75 % de las exportaciones de Canadá van hacia su vecino del sur.
Canadá, por su parte, representa un porcentaje mucho menor (el 17 %) de las exportaciones estadounidenses.
Canadá también es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos. El déficit comercial estadounidense con Canadá, que se espera que sea de 45 mil millones de dólares en 2024, se debe en gran parte a la demanda energética de Estados Unidos.
Trump emprendió una guerra comercial global en la que Canadá fue uno de los primeros países blanco de los aranceles.
El mandatario impuso parcialmente un arancel del 25 % sobre varios productos canadienses, junto con impuestos de importación del 25 % sobre todas las importaciones de aluminio y acero.
Sin embargo, eximió a productos cubiertos por el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).
Canadá respondió con aranceles por 42 mil millones sobre productos estadounidenses.
Las relaciones entre ambos países se han vuelto más tensas en los últimos meses, impulsadas por la retórica de Trump sobre el “estado 51” y su referencia al exprimer ministro Justin Trudeau como “gobernador”, tal como se denomina a los líderes de los estados en Estados Unidos.
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