Tengo una duda: ¿sí es como para presumir a nivel nacional que tu hija haya terminado la prepa? ¿Tan difícil fue? Porque uno no sabe si es inocencia o cinismo esa necesidad de salir en las portadas de las revistas más lamentables del país, donde el clasismo y el racismo se notan en cada página.
Te habrás dado cuenta que en este tipo de revistas en donde sales en portada –Hola, Caras, Quién- tratan sobre privilegios y retratan a unos cuantos, en donde escasamente aparece gente morena, y desde luego no incluyen a personas con rasgos indígenas. Se trata de reproducir un estereotipo de “clase” y “buen vivir” que está muy alejado de la gran mayoría de los mexicanos.
La división social en México está documentada en estas revistas y es vendida como un fenómeno aceptable y hasta deseable. Pero así es la libertad de expresión y cada quién escoge lo que lee, pero que tú escojas salir en ellas habla mucho de ti, de tus valores y tus prioridades: la igualdad claramente no es una de ellas.
Las críticas que te llueven por aparecer en este tipo de portadas con tanta frecuencia tienen que ver con el rechazo a la ostentación y al exhibicionismo de una desigualdad que, si te fijas, está en todas partes, hasta en el título que te asignaron “Primera dama”. Primera ¿de cuántas? Así como dividiendo a las “damas” de las “no damas” y a la primera de las segundas.
Animal Político publicó esta semana un especial sobre desigualdad, con datos que te pueden sorprender:
Para que unos pocos puedan darse el lujo de derrochar se necesita que otros muchos vivan en escasez. ¿Cómo podemos creer que desde Los Pinos se dirige una estrategia en contra de la desigualdad si la familia presidencial parece disfrutarla tanto?
Yo sé que tú, muy pacientemente, nos has explicado que el dinero que tienes tu trabajo te ha costado. Ya nos has dicho que trabajaste durante 25 años en la empresa Televisa, lo que te permitió formar un patrimonio con honestidad y comprar una casa en Miami, otra casa en Interlomas y tu famosísima casa blanca con un precio de avaluó de 86 millones de pesos.
El 60% de los mexicanos ganan menos de $5,000 pesos al mes. Necesitarían trabajar mil cuatrocientos treinta y tres años y no gastar en absolutamente nada para tener una casa como la tuya. Entendemos que tu casa es producto de tu esfuerzo, pero no hay manera que te hayas esforzado mil cuatrocientas veces más que el 60% de los mexicanos. Eso es ejemplo de la injusticia y la profunda inequidad que existe en México y que tu representas sonrientemente.
Por cierto, ¿ya la vendiste?
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