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¿Qué es y qué no es la democracia?
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Roberto Heycher Cardiel Soto es especialista en materia político-electoral, comunicación política e innovación. Dos décadas... Continuar Leyendo
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¿Qué es y qué no es la democracia?

La reciente elección de Claudia Sheinbaum, con una mayoría abrumadora, ha generado una retórica peligrosa: la idea de que la mayoría en las urnas justifica cualquier tipo de decisión. Esta interpretación no solo es simplista, sino profundamente antidemocrática.
27 de septiembre, 2024
Por: Roberto Heycher Cardiel

La democracia, una palabra cargada de esperanza y ambición, es uno de los conceptos políticos más defendidos y malentendidos de nuestra era. A lo largo de la historia, diferentes actores políticos han tratado de apropiarse de su significado, adaptándola a sus propios fines e intereses. En México, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y la reciente elección de Claudia Sheinbaum, la noción de democracia está siendo reexaminada y, en algunos casos, reinterpretada.

La popularidad de AMLO y su sucesora, Sheinbaum, ha despertado interrogantes fundamentales sobre lo que realmente significa la democracia. ¿Es solo el gobierno de la mayoría? ¿Se puede hacer cualquier cosa en nombre de la voluntad popular? Para abordar estas preguntas, es esencial profundizar en lo que la democracia es y, quizás más importante, en lo que no es.

¿Qué es la democracia?

En su forma más básica, la democracia es el gobierno del pueblo. Sin embargo, esta definición sencilla puede ser engañosa si no se desglosa con mayor precisión. La democracia no es simplemente la ejecución de la voluntad de la mayoría en cada decisión, sino un sistema de gobierno en el que se respetan los derechos de todos, incluidas las minorías y los individuos que se oponen a la mayoría. Se trata de un delicado equilibrio entre la voluntad popular y la protección de los derechos fundamentales.

Uno de los pilares clave de la democracia es el Estado de Derecho. En una democracia verdadera, nadie está por encima de la ley, ni siquiera los líderes electos. Las decisiones se toman dentro de un marco legal que garantiza que las instituciones y los ciudadanos estén sujetos a las mismas normas. Las instituciones, como el Poder Judicial, existen para proteger la imparcialidad de las decisiones y actuar como contrapeso a cualquier intento de abuso de poder.

Otro elemento esencial es la libertad de expresión y prensa. En una democracia saludable, los ciudadanos deben poder expresar libremente sus opiniones, criticar al gobierno y promover sus propias ideas. Los medios juegan un papel crucial en la vigilancia de las acciones del gobierno y en garantizar que los ciudadanos estén informados de manera imparcial y transparente.

Finalmente, la participación ciudadana no se limita al día de las elecciones. La democracia exige un compromiso continuo de la ciudadanía, no solo en la elección de representantes, sino también en la exigencia de rendición de cuentas, la defensa de sus derechos y el respeto a las instituciones democráticas.

¿Qué no es la democracia?

El hecho de que la democracia se base en el voto popular a menudo genera confusiones peligrosas. Un error común es pensar que una vez que un líder ha sido elegido por una mayoría, este tiene el derecho de gobernar sin limitaciones, basándose únicamente en la legitimidad que le otorga su popularidad. Este tipo de pensamiento es lo que conduce a lo que muchos politólogos llaman “democracia iliberal” o autoritarismo electoral.

En una democracia auténtica, el poder de la mayoría no es absoluto. No es democracia cuando las decisiones de la mayoría violan los derechos fundamentales de las minorías o erosionan la división de poderes. Un gobierno que busca modificar las reglas para mantenerse en el poder indefinidamente, o que intenta controlar el Poder Judicial, los medios de comunicación o las organizaciones independientes, no está actuando dentro de los principios democráticos, sino que está cruzando la línea hacia el autoritarismo.

El resplandor del sol que surge tras el Ángel de la Independencia. Simboliza la esperanza en la resiliencia democrática .
El resplandor del sol que surge tras el Ángel de la Independencia simboliza la esperanza en la resiliencia democrática . Generada por Roberto Heycher con la Herramienta DALL E 2024.

El caso de México: la amenaza de una reinterpretación excluyente

El gobierno de México ha promovido un discurso que exalta la voluntad popular como el único factor legitimador de las decisiones gubernamentales. AMLO ha sido una figura clave en este proceso, utilizando una retórica que divide entre “pueblo” y “élites”, entre los agraviados y los privilegiados. En un país donde los agravios históricos como la desigualdad, la corrupción y la discriminación han sido profundos, este discurso ha encontrado un eco significativo. Sin embargo, esta narrativa corre el riesgo de fragmentar aún más la sociedad mexicana y de desvirtuar lo que debería ser un proceso democrático inclusivo.

La reciente elección de Claudia Sheinbaum, con una mayoría abrumadora, ha generado una retórica peligrosa: la idea de que la mayoría en las urnas justifica cualquier tipo de decisión. Se plantea que, porque se obtuvo una mayoría de votos, el gobierno tiene el derecho de reformar incluso las instituciones más fundamentales, como el sistema judicial, sin limitaciones. Sin embargo, esta interpretación no solo es simplista, sino profundamente antidemocrática.

Es esencial recordar que una de las razones por las que existen instituciones como el Poder Judicial es precisamente para limitar el poder de las mayorías cuando este pone en riesgo los derechos fundamentales. La reforma judicial, que incluye la elección popular de jueces, es un ejemplo claro de cómo el principio de democracia está siendo distorsionado en México. Al someter a los jueces a un proceso electoral, se corre el riesgo de politizar el Poder Judicial, sometiendo a sus decisiones a la voluntad de la mayoría en lugar de a la imparcialidad y el Estado de Derecho.

¿Qué está en juego?

La democracia no es simplemente el voto en las urnas ni el mandato temporal de una mayoría. Es un pacto social en el que todos, incluidos aquellos que no forman parte de la mayoría, tienen garantizados sus derechos. En México, estamos ante una encrucijada histórica. No se trata solo del rumbo de un gobierno, sino del futuro de nuestras libertades, de la capacidad del ciudadano para exigir justicia sin temor a represalias, y de la vigencia del Estado de Derecho como el pilar de la convivencia pacífica.

Cuando se reinterpreta la democracia para justificar decisiones autoritarias, cuando se utiliza la popularidad como excusa para ignorar las instituciones que limitan el poder, estamos a un paso de perder aquello por lo que generaciones han luchado: una nación donde la voz de todas, no solo de la mayoría, es escuchada. El silencio complaciente de hoy será el grito impotente de mañana si no entendemos y defendemos lo que realmente significa vivir en una democracia.

México ha sido, desde su nacimiento, una nación que abraza la libertad y la democracia, aunque no sin contradicciones ni dificultades. Nuestra historia política, marcada por un fuerte presidencialismo, nos ha llevado a un cruce de caminos, donde la sombra de la autocracia se cierne amenazante. Sin embargo, no todo está perdido. La democracia no es un concepto estático, es un proceso dinámico que vive y se alimenta del compromiso ciudadano.

La casi desaparecida educación cívica, por más golpeada que haya estado, lleva en su química la semilla de la resiliencia democrática.

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Imagen BBC
Israel lanza un ataque aéreo en Beirut, la capital de Líbano; hay al menos 8 muertos y 59 heridos
5 minutos de lectura

La ofensiva fue lanzada poco después de que se confirmara que Hezbolá había disparado alrededor de 140 cohetes hacia el norte de Israel.

20 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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Israel llevó a cabo este viernes un ataque aéreo en la capital de Líbano, Beirut, después de que Hezbolá lanzara un centenar de cohetes hacia territorio israelí.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) definieron el ataque como “selectivo”, sin brindar más detalles.

Los reportes iniciales muestran que la ofensiva dejó edificios y automóviles parcialmente destruidos en Dahieh, un suburbio densamente poblado en el sur de Beirut y conocido por ser un bastión de Hezbolá.

El ataque dejó al menos ocho personas muertas y otras 59 heridas, según un reporte inicial del Ministerio de Salud libanés.

Según las FDI, las defensas aéreas interceptaron “algunos” de los cohetes que fueron disparados contra las zonas ocupadas de los Altos del Golán, Safed y la Alta Galilea.

En las últimas 24 horas el fuego cruzado ha incluido bombardeos aéreos y cohetes lanzados desde ambos lados de la frontera.

Durante la noche de este jueves, Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos en el sur de Líbano en los que asegura haber impactado más de 100 lanzacohetes de Hezbolá y otros “sitios terroristas”, incluido un depósito de armas.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostuvieron que los lanzacohetes estaban listos y en posición de disparo hacia Israel.

Según informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa, Israel llevó a cabo al menos 52 ataques en el sur del país el jueves por la noche, mientras que Hezbolá atacó instalaciones militares en el norte de Israel.

Los ataques aéreos israelíes, que duraron más de dos horas, fueron unos de los más intensos del reciente conflicto.

El humo y las llamas se elevan tras un ataque israelí en la aldea fronteriza de Mahmoudiyeh, en el sur de Líbano, el 19 de septiembre de 2024.
Getty Images
Los ataques israelíes en el sur de Líbano fueron unos de los más intensos desde que comenzó el conflicto.

Horas previas al ataque, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, aseguró que las explosiones mortales de dispositivos que ocurrieron a principios de semana “cruzaron todas las líneas rojas“, y acusó a Israel de lo que, en su opinión, representaba una declaración de guerra.

Israel no ha confirmado su participación en los atentados del martes y el miércoles -en los que explotaron simultáneamente beepers y walkie-talkies en todo el país-, y en los que, según las autoridades libanesas, murieron 37 personas y más de 3.000 resultaron heridas.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que Israel está emprendiendo una “nueva fase de la guerra“, concentrando más sus esfuerzos en el norte del país y su frontera con Líbano.

“Crimen de guerra”

En su discurso televisado del jueves, Hassan Nasrallah se refirió a los ataques del martes y el miércoles: “El enemigo cruzó todas las reglas, leyes y líneas rojas. No le importó nada en absoluto, ni moralmente, ni humanamente, ni legalmente”.

“Esto es una masacre, una gran agresión contra Líbano, su pueblo, su resistencia, su soberanía y su seguridad. Se le puede llamar crimen de guerra o declaración de guerra. Cualquiera que sea el nombre que se le dé, es merecido y se ajusta a la descripción. Esta era la intención del enemigo”, añadió.

Muchos en Líbano se reunieron para escuchar el discurso del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en el que aseguró que Israel había cruzado todas las
Getty Images
Muchos en Líbano se reunieron para escuchar el discurso del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en el que aseguró que Israel había cruzado todas las “líneas rojas”.

Mientras Nasrallah hablaba, aviones de guerra israelíes provocaron estruendos sobre Beirut, que atemorizaron a una población ya exhausta, y otros afectaron objetivos en el sur de Líbano.

El líder de Hezbolá reconoció que se trataba de un golpe masivo y sin precedentes para su grupo, pero insistió en que su capacidad de mando y comunicación permanecía intacta.

El tono de Nasrallah fue desafiante y prometió un duro castigo. Pero, una vez más, indicó que Hezbolá no estaba interesado en una escalada de su actual conflicto con Israel.

Dijo que los ataques transfronterizos del grupo iban a continuar a menos que se produjera un alto el fuego en Gaza, y que ninguna matanza o asesinato devolvería a los residentes del norte de Israel a sus hogares.

“Oportunidades y riesgos” para Israel

Las FDI afirmaron el jueves que su jefe de Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi, había “completado recientemente la aprobación de los planes para la zona norte”.

Gallant declaró más tarde que “en la nueva fase de la guerra hay importantes oportunidades, pero también importantes riesgos”.

“Hezbolá se siente perseguida y la secuencia de acciones militares continuará”, añadió.

“Nuestro objetivo es garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares. A medida que pase el tiempo, Hezbolá pagará un precio cada vez mayor“.

No está claro cómo pretende Israel lograr este objetivo. Pero los informes de principios de esta semana sugerían que el general al mando del Comando Norte de las IDF estaba a favor de la creación de una zona de seguridad controlada por Israel dentro del sur de Líbano.

El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió moderación a todas las partes.

“No queremos que ninguna de las partes lleve a cabo acciones que dificulten el objetivo de lograr un alto el fuego en Gaza”, declaró al reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores europeos en París para debatir la creciente crisis.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, también presente en las conversaciones de París, pidió un alto el fuego inmediato entre Israel y Hezbolá.

“Todos tenemos muy claro que queremos una solución política negociada para que los israelíes puedan regresar a sus hogares en el norte de Israel y los libaneses a los suyos”, declaró.

Línea
BBC

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