Home
>
Analisis
>
Autores
>
Animatrix
>
Del Chicharito a las tradwives
Animatrix
Animatrix
Náufraga reincidente de internet, bloguera empedernida, defensora de los animales, aficionada a la fotografía y... Continuar Leyendo
4 minutos de lectura

Del Chicharito a las tradwives

El feminismo no ha destruido la masculinidad ni la feminidad. Lo que ha hecho es desmantelar el mandato de que ser hombre implica dominar y ser mujer implica obedecer.
29 de julio, 2025
Por: Claudia Calvin

Mujeres, están fracasando. Están erradicando la masculinidad haciendo a la sociedad hipersensible. Encarnen su energía femenina: cuidando, nutriendo, recibiendo, multiplicando, limpiando, sosteniendo el hogar, que es el lugar más preciado para nosotros los hombres”.

Estas son las palabras del Chicharito Hernández, quien se ha convertido en replicador de un discurso profundamente reaccionario que ha permeado en  las redes sociales y afecta la realidad de millones de mujeres. Uno que se conecta directamente con los circuitos digitales de la manósfera y su reverso femenino: las tradwives.

La manósfera no es una comunidad aislada, es una red de espacios digitales, foros, canales, donde hombres se agrupan en torno a la idea de que han sido víctimas de un mundo en el cual el feminismo es el enemigo a vencer. Se sienten despojados, incomprendidos e incluso perseguidos. Estudios recientes demuestran que  los distintos movimientos y comunidades de hombres que se han reunido en torno a esta visión se han hecho no sólo más misóginos, sino violentos y tóxicos en los últimos años.

Movimientos como Men Going Their Own Way (MGTOW), Pick-Up Artists o los Incels (célibes involuntarios) repiten una narrativa constante: el feminismo ha arruinado a las mujeres, ha acabado con la masculinidad de los hombres y ha puesto en riesgo la civilización.

El mensaje de la manósfera es claro: si los hombres han perdido poder, es culpa del feminismo; si las mujeres no quieren cuidar y nutrir, están fallando como mujeres, son un fracaso y, por cierto, también es culpa del feminismo.

Mientras tanto, del otro lado de la moneda,  surge una narrativa igual de peligrosa: la de las tradwives. Influencers jóvenes que reivindican el rol de “esposa tradicional” como empoderamiento. Promueven la vida doméstica, la sumisión al esposo, el rechazo al trabajo fuera del hogar y en muchos casos, la obediencia religiosa e inclusive la supremacía blanca.

En sus videos de redes sociales se presentan en cocinas perfectamente decoradas, horneando pan casero con vestidos florales y luciendo maquillaje cándido e inocente, hablando de “nutrir” a sus maridos y novios, y evitar el “egoísmo feminista”. En apariencia, son íconos del género “estilo de vida”, cuando en realidad  son la versión actual y digital del ideal heteropatriarcal.

Los estudios más recientes muestran cómo esta estética puede actuar como puerta de entrada a discursos ultraconservadores, racistas, antiLGBT+, antifeministas e igualdad de género, disfrazados de armonía doméstica. El fenómeno es tan amplio que ya se habla de la womanosphere: el equivalente femenino a la manósfera, donde se promueve la rendición, casi idolatración de lo masculino como “acto de amor propio” y prueba de libertad de decisión.

Son dos caras de la misma moneda. Lo que une a los hombres de la manósfera y a las tradwives es el mismo impulso: el miedo al cambio. A perder poder, a tener que repensar el amor, la familia, la intimidad y la autoridad.  Lo que defienden no es el orden “de antes”, sino la jerarquía. No buscan comunidad, sino control.

El argumento de que “el feminismo borra la masculinidad” o “el feminismo ataca lo femenino” no es nuevo. Pero sí se ha cambiado de expresión: ahora aparece con filtro vintage o tono de autoayuda. Se viste de elección, aunque lo que ofrece es sumisión.

Para estas personas hay que empezar desde el principio y hacerles entender que el feminismo no ha destruido la masculinidad ni la feminidad. Lo que ha hecho es desmantelar el mandato de que ser hombre implica dominar y ser mujer implica obedecer.

Cuando mujeres pueden elegir no tener hijos, cuando hombres pueden llorar, cuando alguien puede amar fuera del binarismo, eso no es caos. Es libertad. Por supuesto que incomoda porque desarma los lugares seguros del privilegio heteropatriarcal sobre el que se han construido las relaciones, las instituciones, la educación, el poder, la economía, las finanzas y hasta la vida íntima.

El backlash antiderechos de las mujeres que estamos viviendo no es simple discurso, es estructura. Se financia, se reproduce y se viraliza. Es vital nombrarlo con claridad y reconocer que no son simples opiniones aisladas y producto de una ocurrencia de un futbolista o un o una influencer. Se trata de un guión ideológico que tiene consecuencias en la vida real y que recibe financiamiento y apoyo. Además tiene sustento ideológico, como es el caso de Turning Point.

Frente a esta ola de discursos regresivos, urge sostener la voz feminista como acto de memoria y de justicia. Porque lo que está en juego no es sólo la narrativa pública, sino la libertad cotidiana de millones de mujeres, de personas no binarias, de hombres que no encajan en la masculinidad tóxica y violenta que en muchos países -y ahora en la manósfera– se asocia con la hombría y el “ser hombre de verdad”.

Nombrar el machismo, señalar su disfraz y no romantizar su estética es tarea urgente. Que nos quede claro, limpiar y barrer no es destino y ejercer el poder no es derecho divino.

Porque la igualdad no destruye: construye otra forma de convivir y respeta al otro y la otra.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
En qué consiste el tratado de aguas que Trump acusa a México de incumplir y por el que amenaza con imponer nuevos aranceles
5 minutos de lectura

El acuerdo regula cómo ambas naciones deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado, que forman parte del límite territorial entre ambas.

09 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

La disputa sobre la implementación de un tratado firmado en 1944 que regula cómo Estados Unidos y México deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado, vuelve a intensificarse.

El presidente Donald Trump anunció este lunes que dio luz verde a la documentación para imponer un arancel del 5% a los productos procedentes de México si el país vecino “continúa incumpliendo” el tratado.

En un mensaje publicado en su red Truth Social, el mandatario subrayó que México debe más de 986 millones de metros cúbicos de agua a EE.UU. y estableció el 31 de diciembre como el plazo para que México entregue más de 246 millones de metros cúbicos de agua.

“Cuanto más tarde México en liberar el agua, más perjudicados resultarán nuestros agricultores”, advirtió Trump, instando al gobierno de Claudia Sheinbaum a “solucionar ya” la cuestión.

La implementación del tratado ha generado en el pasado fuertes protestas de agricultores mexicanos, según los cuales la extracción de agua para EE.U. en tiempos de sequía amenaza seriamente su medio de vida.

En abril, Trump ya había amenazado a México con aranceles e incluso sanciones por el tema del agua.

“México está incumpliendo su obligación. Esto …perjudica gravemente a los agricultores del sur de Texas”, escribió entonces Trump en su plataforma Truth Social.

“El mes pasado detuve los envíos de agua a Tijuana hasta que México cumpla con el Tratado de Aguas de 1944… y seguiremos intensificando las consecuencias, incluyendo aranceles y, quizás, incluso sanciones, hasta que México cumpla con el tratado y le dé a Texas el agua que le corresponde”, agregó.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió en ese momento a Trump con un mensaje en su cuenta oficial de X.

“El día de ayer fue enviada al subsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos una propuesta integral para atender el envío de agua a Texas dentro del tratado de 1944, que incluye acciones de muy corto plazo. Han sido tres años de sequía y, en la medida de la disponibilidad de agua, México ha estado cumpliendo”.

“He instruido a los secretarios de Agricultura y Desarrollo Rural y Relaciones Exteriores, así como a la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales que de inmediato hagan contacto con la Secretaría de Agricultura y el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos. Estoy segura que, como en otros temas, se llegará a un acuerdo”, dijo la mandataria en abril.

Enfrentamientos entre agricultores con palos y la Guardia Nacional en Chihuahua
Reuters
En 2020 agricultores en Chihuahua se enfrentaron a la Guardia Nacional cuando el gobierno anunció la extracción de agua de la presa de la Boquilla para enviarla a EE.UU.

¿Qué dice el tratado?

De alguna manera, se podría decir que el llamado Tratado de la Distribución de las Aguas Internacionales firmado por México y EE.UU. en 1944 tiene su origen en otro acuerdo alcanzado casi un siglo antes de esa fecha.

El Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo (más conocido como Tratado de Guadalupe Hidalgo), firmado en 1848 al final de la guerra entre ambos países iniciada por la disputa de Texas, fue el que estableció que México cedería a EE.UU. más de la mitad de su territorio en aquel entonces.

Pero además, también fijó la frontera entre ambos países en el río Bravo -conocido como río Grande por los estadounidenses- y cuyas aguas han sido centro de conflicto en Chihuahua.

La ubicación estratégica del río hacía necesario un plan de distribución entre ambos actores. Tras años de negociación y varias propuestas fallidas, México y EE.UU. firmaron en Washington el tratado vigente en la actualidad.

Mapa que explica el Tratado de Aguas de 1944
BBC

Según el acuerdo, México se queda con dos tercios de la corriente principal del Bravo y cede a su vecino el resto, que no podrá ser menor de unos 432 millones de metros cúbicos (Mm3) anuales.

Como contraparte, EE.UU. cede a México cada año 1.850 Mm3 del río Colorado, que en su mayoría se encuentra en suelo estadounidense pero que también pasa por la frontera entre ambos países hasta desembocar en el golfo de California, entre los estados mexicanos de Baja California y Sonora.

El acuerdo también establece que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional, es el encargado de resolver las posibles diferencias en materia de límites.

Representantes de México y EE.UU. firmando el tratado en Washington en 1944
IBWC
Representantes de México y EE.UU. firmaron el tratado en Washington en 1944.

El pacto estipula que EE.UU. cumplirá con su entrega de agua cada año, mientras que México podrá hacerlo en períodos de cinco años.

“Es de los mejores acuerdos que se han logrado en la historia con relación a EE.UU.”, afirmó en 2020 el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Debería reformarse el tratado?

Reformar o actualizar las condiciones de un tratado que fue firmado hace 76 años podría ser una de las opciones para tratar de solucionar conflictos.

Pero algunos analistas consideran que tanto los litros de agua acordados como la posibilidad de entregar su parte cada cinco años en lugar de anualmente son ventajas que México no debería perder.

Vista aérea que muestra el nivel bajo del agua en la presa de la Boquilla
Reuters
En esta imagen de abril de 2025 puede verse el nivel bajo del agua en la presa de la Boquilla en Chihuahua debido a la sequía .

Para los agricultores del lado mexicano de la frontera, lo que está en juego en tiempos de sequía agravada por el cambio climático, es algo mucho más inmediato que los vaivenes diplomáticos entre ambos países.

Los enfrentamientos de 2020 entre agricultores y la Guardia Nacional en Chihuahua tuvieron lugar tras la decisión del gobierno de extraer agua de la presa de la Boquilla para cumplir el tratado con EE.UU.

En ese entonces, el vocero de los agricultores, Salvador Alcantar, presidente de la Asociación de Usuarios de Riego de Chihuahua (Aurech), señaló que estaba en riesgo el futuro de unas 20.000 familias que viven del campo en la región.

Alcantar compartió con BBC Mundo uno de sus mayores temores:

“En 1995 no se abrieron las presas para sembrar y hubo una migración masiva desde nuestros municipios. Los hombres en edad productiva se marcharon para dar sustento a la familia, fue una desintegración familiar fuerte que aún estamos sufriendo”, recuerda.

“Y ese es el problema social que podemos volver a ver si no sembramos el año próximo”.

línea gris
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...