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¿Qué pasa cuando los grandes corporativos y los políticos retroceden juntos?
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Náufraga reincidente de internet, bloguera empedernida, defensora de los animales, aficionada a la fotografía y... Continuar Leyendo
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¿Qué pasa cuando los grandes corporativos y los políticos retroceden juntos?

Después de décadas de lucha y avances por la defensa de la igualdad, los derechos de las mujeres y el reconocimiento de la diversidad y la inclusión, estamos presenciado un movimiento pendular en sentido contrario y con enorme fuerza.
14 de enero, 2025
Por: Claudia Calvin

¿Te imaginas que te dejen sin trabajo por pronunciar la palabra “diversidad“? Pues no estamos muy lejos de que ello ocurra.

Hace unos días Mark Zuckerberg informó que META dejará en el pasado las políticas de diversidad, equidad e inclusión que tenía la empresa (DEI). ¿La justificación? De acuerdo con un comunicado de la vicepresidenta de recursos humanos, Janelle Gale, “El contexto legal y político en torno a los esfuerzos de diversidad, equidad e inclusión en Estados Unidos está evolucionando. La Corte Suprema ha tomado medidas que sugieren cambios en la forma en que los tribunales abordan estos temas. Además, el término DEI se ha vuelto controvertido, ya que algunos lo perciben como una práctica que promueve el trato preferencial hacia ciertos grupos”.

Si fuera un hecho aislado, deberíamos tomar nota y preguntarnos ¿qué sucede?, pero otras empresas están haciendo lo mismo. Ford Motor Company anunció a mediados del año pasado que dejaría de participar en el Corporate Equality Index y dejaría de impulsar diversas encuestas sobre “mejores lugares para trabajar”.

¿Qué otras empresas se han sumado a esto? Lowe, Harley-Davidson, Jack Daniel’s, Walmart, entre otras. Los argumentos varían: desde señalar que siguen apoyando el talento diverso de sus clientes y fuerza laboral, hasta que la decisión del 2023 de la Suprema Corte en Estados Unidos respecto a dejar de considerar la raza como una variable para aceptar a estudiantes en las escuelas sentó un precedente que debe tomarse en cuenta.

La gran justificación es que los negocios deben medirse por sus resultados de negocio, no por sus políticas de diversidad e inclusión y que “la diversidad forma parte del ADN empresarial”, sumado al hecho de que “el panorama político está evolucionando y hay que enfrentar nuevos desafíos”.

La realidad es que este cambio es un triunfo de los lobis conservadores. En 30 estados de Estados Unidos los legisladores republicanos han pasado leyes para restringir o regular las políticas de diversidad, equidad e inclusión. Hay casos tan extremos, como Utah, en donde está prohibido que alguien mencione las tres palabras (diversidad, equidad o inclusión) si se trata de una institución o instancia que ha recibido financiamiento público.

Estas decisiones y el fortalecimiento de esta tendencia son un paso atrás -o muchísimos- respecto al avance de los derechos humanos y la búsqueda por incorporar a grupos que históricamente han estado marginados de la toma de decisiones y de las oportunidades a las que tienen derecho. Esto incluye a grupos raciales y étnicos, a la comunidad LGBTQ+, a personas con discapacidades diversas y por supuesto, a las mujeres.

La visión de quienes apoyan la erradicación de las políticas DEI y las acciones afirmativas es que están accediendo a oportunidades personas que no deberían tener esos derechos y que al darles esas posibilidades le están quitando el espacio a personas que sí lo merecen. En el fondo, se trata de una lucha por el poder: quienes tienen el poder no quieren compartirlo y se sienten amenazados por las personas que podrían acceder a él en contextos y condiciones de mayor diversidad, equidad, igualdad e inclusión. ¿Por qué lo hacen? Porque pueden, porque hoy el mundo sigue siendo desigual, las políticas DEI son recientes y antes de que estas decisiones avancen, están haciendo lo que pueden para revertirlas.

Esto no sucede sólo en el mundo corporativo, gobiernos en distintos países dan muestra de su interés por erradicar cualquier atisbo de igualdad en sus políticas y por catalogar a la igualdad de género como una “ideología”. Milei desapareció el Ministerio de las Mujeres en Argentina y prohibió el uso del lenguaje incluyente en el gobierno; Bukele ha declarado una lucha frontal contra “la ideología de género” y ha prohibido la educación en igualdad en las escuelas; Trump ya avisó que una de las primeras cosas que hará al regresar a la Casa Blanca es desmantelar las oficinas DEI en la administración pública; en Hungría Víktor Orbán se ha declarado en contra de la migración, el género y la guerra y los ejemplos aumentan. ¿De qué otra manera se puede explicar el silencio cómplice de tantos países ante la violencia que viven las mujeres en Afganistán, Irán y en distintos países de África?

En resumen, después de décadas de lucha y avances por la defensa de la igualdad, los derechos de las mujeres y el reconocimiento de la diversidad y la inclusión, estamos presenciado un movimiento pendular en sentido contrario y con enorme fuerza. Vemos cómo se busca legitimar la narrativa de que las políticas DEI son innecesarias, divisorias y representan un gasto, no una inversión.

Podríamos decir que los beneficiarios del poder, no importa si son de izquierda o de derecha, tienen algo en común: no lo quieren perder y buscan a como dé lugar perpetuarse en él, garantizado las desigualdades y la exclusión a “nombre del bien común”.  Si en contextos democráticos la defensa de los derechos es un desafío, en un mundo en  el que los liderazgos autoritarios están accediendo al poder, esta tendencia se va a incrementar. Se busca que desaparezcan las leyes que promuevan la igualdad -o que la justicia se venda al mejor postor- y que desaparezcan la transparencia y la rendición de cuentas. Si las empresas no tienen que rendir cuentas por sus políticas laborales y culturales en contra de la diversidad, a los gobiernos autoritarios tampoco les preocupa que lo hagan, siempre y cuando no amenacen su control y poder.

Precisamente por esto, defender la diversidad, la igualdad, la equidad y la inclusión no es sólo una cuestión de justicia. Se trata de condiciones indispensables para la construcción y  funcionamiento de sociedades libres y democráticas.

Cada retroceso nos recuerda que el progreso sólo se puede mantener a través del compromiso y la acción constante, si es que queremos que los derechos ganados no sean derechos perdidos.

Defender la diversidad y la igualdad es una manera de defender la democracia.

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Imagen BBC
El emblemático gráfico que se está quedando sin colores para ilustrar el calentamiento global
6 minutos de lectura

Con la subida de la temperatura global en el planeta, el gráfico que refleja la evolución del frío al calor tendrá el rojo más oscuro hasta la fecha.

10 de enero, 2025
Por: BBC News Mundo
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Aunque parezca simple, este diseño de rayas de colores que ves arriba revolucionó la forma en que visualizamos y comunicamos el cambio climático.

Es un modelo en el que las rayas oscilan de tonos azules a tonos más rojos para ilustrar cómo el planeta se ha calentado a medida que los humanos han emitido más gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Durante un tiempo parecía que las llamadas “rayas del calentamiento” estaban en todos lados.

La imagen fue adoptada por activistas alrededor del mundo e incluso sirvió como portada para el libro The Climate Book, de Greta Thunberg, así como para ilustrar las portadas de ediciones impresas de varios medios internacionales.

A pesar de que el gráfico logró extender la conciencia social acerca del cambio climático, la temperatura global ha seguido aumentando.

Y a principios de 2024, las franjas climáticas se tuvieron que actualizar con un color adicional en ambos extremos: un azul más oscuro y un rojo más oscuro.

La razón fue que en 2023 hizo tanto calor que el equipo detrás de las rayas decidió cambiar la escala.

Y esta situación continúa.

Los expertos han confirmado que 2024 rompió récords y fue el año más caliente registrado a nivel mundial.

Esto significa que el gráfico tendrá el rojo aún más oscuro en la escala actualizada.

Cómo surgió la idea

Imagen de una cobija tejida a mano con una variedad de colores.
Ellie Highwood (2016)
En 2017, Ellie Highwood creó esta cobija usando datos de temperatura global de 2016.

En 2017, Ellie Highwood, entonces profesora de física climática en la Universidad de Reading, Reino Unido, publicó una fotografía en Twitter (ahora X) de una “manta del calentamiento global” que había tejido a ganchillo como regalo para un bebé.

Highwood usó datos sobre el cambio promedio de la temperatura global anual para determinar el patrón de colores.

No tenía idea de que una versión gráfica creada posteriormente por un colega se convertiría en un símbolo reconocido del cambio climático.

A diferencia de las visualizaciones de datos tradicionales, la cobija sólo presentaba colores y se parecía más a un código de barras que a un gráfico normal con título, texto, números, etc.

“Algunas personas se desconectan apenas ven un gráfico, ¿verdad?”, dice Highwood.

En su blog, compartió instrucciones para que otros pudieran replicar la manta usando hilo u otros materiales.

“La versión artesanal hace algo diferente. Si estás reproduciendo físicamente el patrón, estás internalizando los datos y hay más posibilidades de que sientas que es real”.

Autobús eléctrico en Reino Unido decorado con rayas de colores de azul a rojo.
Ed Hawkins
Las rayas del calentamiento se han utilizado para decorar medios de transporte público, como tranvías y autobuses eléctricos, en países europeos.

Cuando Ed Hawkins, científico climático y profesor de la misma universidad, vio la cobija y las reacciones positivas de la gente en la red social, pensó que sería una buena manera de visualizar los datos del cambio climático digitalmente.

Redujo la gama de colores a tonos azules y rojos, generalmente asociados en los mapas meteorológicos con la temperatura, y compartió el gráfico con el público.

Años después, la imagen se hizo viral.

El secreto del éxito

Parte del éxito de las franjas está en su simplicidad, lo llamativo que son sus colores y lo fácil que es sacar una conclusión al verlas: la temperatura está aumentando conforme pasa el tiempo.

Para Amanda Makulec, directora ejecutiva de la Sociedad de Visualización de Datos (DVS en inglés), lo que hace especiales a estas rayas es que han cobrado vida propia; cualquiera puede tejer, imprimir o reproducir el patrón de formas creativas, lo que ayuda a conectar con el mensaje.

“Puede hacer que los datos parezcan menos técnicos y nos permite mirar el panorama general y reflexionar”, expone Makulec.

Sin embargo, indica Hawkins, el gráfico también ha enfrentado algunas reacciones negativas, principalmente dentro de la comunidad científica, por ser demasiado sencillo.

“Ciertamente he recibido críticas porque no se pueden ver los detalles, los números. Creo que eso es justo”, admite el profesor de la Universidad de Reading.

“No hay una manera única de presentar esto de una forma que sea fácilmente comprensible y que brinde a todos todo lo que desean de un gráfico. Es sólo un recurso entre una amplia gama al que podemos recurrir para hablar con diferentes audiencias sobre el mismo tema”.

Rayas de colores que van de verde a gris, representando datos sobre la pérdida de biodiversidad a nivel global, de 1970 a 2020.
biodiversitystripes.info, LPI 2024
Las franjas de colores representan la pérdida de biodiversidad a nivel global, de 1970 a 2020.

En cualquier caso, este estilo de comunicar datos se hizo tan popular que otras personas reinventaron las franjas climáticas para ayudar a ilustrar otras crisis que enfrenta el planeta, como las “franjas de la calidad del aire” con tonos de celeste a negro o las “franjas de la biodiversidad”, que van de verde a gris.

A Miles Richardson, quien dirige el grupo de investigación sobre conectividad con la naturaleza en la Universidad de Derby, en Reino Unido, le preocupaba que la pérdida de biodiversidad reciba menos cobertura que otros problemas globales.

Richardson conocía bien las franjas climáticas y pensó que sería efectivo crear una versión para la biodiversidad ya que nadie las había hecho.

“Hay una batalla por la atención todos los días, especialmente si vives en un entorno urbano. Pero el formato de rayas parece abrirse paso y captar la atención de la gente”, afirma.

Las rayas climáticas como señuelo

Las rayas climáticas se han usado en todo tipo de eventos y por todo tipo de personas, desde políticos y deportistas hasta modelos de pasarela.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, las usó como mascarilla durante el debate final cuando era candidato en las elecciones de 2021.

También fueron exhibidas en obras de infraestructura pública y en medios de transporte en Europa.

Y han decorado edificios en Nueva York e incluso monumentos naturales como los Acantilados Blancos de Dover en Inglaterra.

Hace dos años, las mostraron en pantalla en un festival de música de tres días en la Ciudad de México.

Imagen de decenas de ciclistas usando una camisa de las rayas climáticas en un evento de ciclismo
Cycling 4 Climate
En 2020, el grupo Cycling 4 Climate recorrió 400 km a lo largo de la costa holandesa con las rayas climáticas en sus camisetas.

Cycling 4 Climate, una fundación que ha organizado eventos de ciclismo en seis países en Europa para concienciar sobre el cambio climático, eligió el patrón de rayas como su uniforme por el fuerte mensaje que transmite.

“Con frecuencia me preguntan sobre la camiseta porque a la gente le gusta el diseño. Eso da pie a iniciar una conversación sobre el tema, y las personas siempre se sorprenden cuando entienden lo que representan las rayas”, le dice a la BBC Joost Brinkman, cofundador de Cycling 4 Climate afincado en los Países Bajos.

Imagen de un yate navegando en el océano con las rayas climáticas impresas en la vela
Northwest Passage Ocean Science Expedition
El yate Abel Tasman del equipo de investigación Northwest Passage Ocean Science Expedition navegó alrededor del Ártico con una vela de las rayas climáticas.

A finales del año pasado un equipo de científicos, activistas ambientales y aventureros imprimieron las rayas en el velero en el que emprendieron un viaje de unos 15.810 km desde Noruega hasta Alaska.

Atravesaron el pasaje del noroeste del Ártico con el fin de hacer un llamado de atención a la velocidad en que se está derritiendo el hielo de la zona.

Y es que esta vía marítima entre los océanos Atlántico y Pacífico, que alguna vez fue imposible de cruzar, se está volviendo más accesible a medida que el hielo marino del Ártico desaparece, acelerado por el calentamiento del planeta.

Las franjas climáticas no son en sí mismas la solución al calentamiento global, pero tal vez representen un primer paso para reconocer el problema.

“El cambio climático ha sido un desafío muy político, y si las rayas han abierto puertas para iniciar esas conversaciones, no puedo pensar en un mejor impacto”, concluye Amanda Makulec.

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BBC

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