Valeria Mariaud es primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza de México, un puesto de gran prestigio en el ballet que se otorga a quien demuestra una habilidad técnica sobresaliente, gran capacidad artística y un dominio total de esta disciplina.
Ser primera bailarina no es solo un logro en el escenario, sino un constante desafío personal, pues implica interpretar los papeles principales, liderar con el ejemplo, inspirar a compañeros y, sobre todo, tener la dedicación absoluta que el ballet requiere.
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Aunque este puesto pareciera estar destinado, Valeria lo consiguió en 2024, a los 23 años, gracias a su esfuerzo y compromiso, y lo que la danza le ha dado ha sido un reflejo de todo lo que ella le ha entregado.
“Empecé con el ballet muy chiquita y fue un poco para hacer una actividad con mis primas y mi hermana, fue algo natural”, comenta en entrevista para Newsweek en Español. Desde los cinco años comenzó a bailar sin imaginar que ese simple pasatiempo marcaría su vida para siempre, pues nunca se detuvo. A los nueve años, el maestro de Valeria vio algo especial en ella y sugirió a su madre que tenía potencial. Entonces decidió seguir un camino más serio e ingresó en el Centro Nacional de las Artes a los diez años, un paso que marcó el inicio de su carrera profesional.
“Conforme iba pasando el tiempo en la escuela me di cuenta de que realmente quería dedicarme a esto y ser bailarina profesional”. Aunque la carrera profesional puede durar cerca de nueve años, a los 16 Valeria ya formaba parte de la Compañía Nacional de Danza, un logro que solo las bailarinas más dedicadas alcanzan en tan poco tiempo.
Hablar de su ascenso a primera bailarina, el sueño que la acompañó desde que era estudiante, la llena de emoción. “Ser primera bailarina era un sueño que tenía desde que era niña. Cuando las miraba en obras como El cascanueces, en las que yo participaba siendo pequeña, siempre pensaba en que un día yo quería ser como ellas”, cuenta Valeria, originaria de la Ciudad de México.
Desde entonces empezó a esforzarse todos los días por cumplir ese sueño. Después de ocho años, mil retos y roles diferentes que tuvo que interpretar, la recompensa llegó. Para ocupar el lugar de primera bailarina, los maestros miran el esfuerzo e interés y deciden darles oportunidades a ciertos estudiantes, aquí es cuando las bailarinas deben aprovecharlas al máximo.
“Lo importante es que las oportunidades que me dieron las supe aprovechar, y eso se debe a la pasión, la disciplina y el compromiso con lo que lo hago”.
Cuando pensamos en ballet, la imagen que aparece en nuestra mente suele ser la de una bailarina esbelta y elegante. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Las exigencias físicas, estéticas y emocionales del ballet pueden llegar a ser abrumadoras, y en muchos casos estas se refuerzan al habitar un cuerpo femenino. Al ser este un espectáculo, el cuerpo deja de ser solo una herramienta y pasa a ser algo que es constantemente juzgado, lo que suma así un peso extra a su desempeño.
“El ballet es difícil porque al final sí existe cierto estereotipo y estándar para ser bailarina. Tienes que tener una estética y figura característica que cuando no logras cumplir puede frustrarte, ya que nuestro cuerpo está expuesto todo el tiempo, te puedes llegar a sentir observada y juzgada frecuentemente”.
Además de la disciplina física, Valeria subraya la importancia de la fortaleza mental. “El ballet es un estilo de vida que decides vivir, entonces tienes que aceptar que tu vida se dedicará cien por ciento a la danza. Vivimos para la danza. Esto implica que sacrifiques tiempo, vida personal, estar con tu familia, tener más vida fuera del ballet… pero creo que si haces lo que te gusta no se siente como un sacrificio”.
La presión constante y la competencia feroz que se viven en el ballet también requieren un manejo cuidadoso de las emociones. “Desde que eres muy niña tú tienes que entrar a escoger que lo que harás casi el resto de tu vida; desde que eres pequeña el ballet es muy de gustarle al público, entonces todo el tiempo tienes que estar gustándole a la persona, que te digan como te ves. Todo esto va jugando un rol en tu mente donde tienes que ser suficiente, tienes que ser la mejor, y ese tipo de cosas que obviamente juegan en contra si no tienes fuerza mental”.
Por todo ello, a lo largo de su carrera Valeria ha tenido acompañamiento profesional para gestionar el estrés y la ansiedad generados por la constante exposición y la autocrítica. Además, se suma el apoyo de su gente fuera del mundo de la danza, como su familia, amigos y pareja.
“Tener gente fuera de aquí me ayuda a no clavarme tanto en las situaciones. Me ayuda a recordar que yo vivo y bailo para mí porque me gusta”, explica.
Ocupar el cargo de primera bailarina no implica que la competencia se reduzca, ya que en muchas compañías pueden coexistir varias primeras bailarinas. En este caso, hay cuatro mujeres y dos primeros bailarines. Como resultado, los hombres siempre tienen la oportunidad de bailar, mientras que del lado de las mujeres tiene que ganarse ese lugar.
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Sin embargo, incluso en medio de esta feroz competición surge una lección importante: el viejo dicho que “la competencia entre mujeres es una constante” no siempre es cierto. En el mundo del ballet es posible encontrar momentos de sororidad, donde la solidaridad y el apoyo mutuo se convierten en una fuerza más grande que la rivalidad.
“A veces parece que todo es competencia, pero he tenido amigas dentro de la compañía que han estado ahí para mí. No todas nos vemos como rivales, hay cariño, apoyo y una conexión genuina. Es necesario saber que lo hacemos por nosotras mismas, no para agradar a los demás”, reflexiona Valeria.
Valeria fue en su momento admiradora de figuras como Marianela Núñez y Aurora Vásquez, quienes la inspiraron a seguir su camino en el ballet. Hoy, como primera bailarina, es ella quien inspira a las nuevas generaciones.
Al reflexionar sobre lo que significa ser una inspiración para jóvenes y niñas, Valeria destaca que lo que le gustaría transmitir es que todo sueño es posible. Para ella el mensaje es claro: con determinación y trabajo constante, lo imposible se convierte en realidad.
“Yo en algún momento quería ser como ellas y lo veía como algo muy lejano, por eso quiero dejar el mensaje de que todo es posible, todo es tangible. No es como que yo sea un caso extraordinario, existe la posibilidad de convertirse en eso que sueñas. Se puede bailar y vivir de lo que te gusta siempre que trabajes en ello”.
El amor de Valeria por la danza no se limita solo a su carrera personal; también busca un futuro para el ballet en México, donde, al igual que otras artes, aún no es muy valorado.
“Hace falta mayor interés y apertura para lograr un acercamiento. Nosotros tenemos la suerte de contar con un público muy leal a nosotros, las funciones se llenan y todo, pero generalmente sucede en las obras más conocidas como El lago de los cisnes y El cascanueces. Esto a veces nos limita a tener otro tipo de funciones, pues como la gente las desconoce prefiere no asistir”.
Aunque su sueño es seguir bailando y explorar nuevos escenarios, Valeria también tiene un gran deseo: dejar un legado: “Tuve maestros maravillosos que me guiaron con su experiencia. A mí me gustaría hacer lo mismo algún día, ser un apoyo para las nuevas generaciones”.
Valeria Mariaud es una prueba viviente de que la pasión, la disciplina y el esfuerzo pueden llevarte a los lugares que sueñas.
El gobierno de Donald Trump planea vender visas doradas a inversionistas extranjeros por un precio de US$5 millones.
“Se va a vender como loco, es una ganga”.
Eso declaró la semana pasada el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al anunciar que su gobierno lanzará una “visa dorada” para extranjeros adinerados que les otorgará el derecho a vivir y trabajar en el país, así como un camino a la ciudadanía, por un precio de US$5 millones.
El plan para atraer a extranjeros millonarios al país llega en medio de la campaña gubernamental contra los migrantes indocumentados.
Trump dijo que estas “tarjetas doradas” funcionarían de manera similar a las “tarjetas verdes” que le permiten a ciudadanos extranjeros vivir y trabajar de forma permanente en EE.UU.
Sin embargo, las visas doradas, explicó, están dirigidas a “gente de alto nivel”.
El nuevo programa reemplazaría al que existe en la actualidad para inversores extranjeros (EB-5), que otorga residencia permanente a quienes invierten alrededor de US$1 millón y crean al menos 10 empleos de tiempo completo en Estados Unidos.
La visa EB-5 fue diseñada para alentar a los extranjeros a invertir en áreas con problemas económicos, aunque sus críticos señalan que se ha convertido en un riesgo para la seguridad nacional y una vía para el fraude.
Hasta ahora no se han entregado más detalles sobre cómo funcionaría la nueva visa anunciada por Trump.
Docenas de países en todo el mundo ofrecen algún tipo de programa de residencia o ciudadanía a cambio de dinero.
En los últimos años, sin embargo, algunos países europeos han comenzado a dar marcha atrás en este tipo de visas ante los temores de que pudiesen estar siendo utilizadas con fines delictivos o por el descontento de la población local que reclama contra el aumento en el precio de las propiedades.
Reino Unido, Irlanda, Chipre, son algunos de los países que han puesto fin a sus programas. España dejará de ofrecer nuevas visas doradas en abril. Y Grecia y Portugal han modificado sus ofertas.
En 2019, la Comisión Europea advirtió que los programas podrían utilizarse para el lavado de dinero, la evasión fiscal y la corrupción.
Y, tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, miembros de la Unión Europea instaron a los gobiernos a poner fin a ese tipo de programas.
La organización no gubernamental alemana Transparencia Internacional ha pedido que se prohíban o se regulen estos esquemas con “controles adecuados”.
Habitualmente la visa dorada se puede comprar realizando inversiones en propiedades, fondos de capital de riesgo o, por ejemplo, donaciones a proyectos filantrópicos aprobados por los gobiernos.
Una ventaja adicional para los que consiguen visas doradas en la Unión Europea es que pueden viajar libremente por varios otros países del bloque.
Y otro beneficios es que algunos programas permiten que el inversor solicite la ciudadanía después de un número de años de residencia.
La empresa Henley & Partners, cuyo negocio es gestionar estas visas asesorando a individuos y a gobiernos, publica anualmente dos ranking: uno sobre las mejores visas para inversores con el fin de conseguir ciudadanía en un país, y otro sobre las mejores visas para obtener la residencia.
Según el Índice de Programas de Ciudadanía Global 2025 de la empresa Henley & Partners, la isla europea de Malta, estratégicamente ubicada en el Mediterráneo, obtuvo el primer lugar del ránking por décimo año consecutivo.
El segundo puesto lo ocupa Austria, con su oferta de ciudadanía premium por inversión, que exige que los solicitantes realicen una contribución sustancial a la economía del país.
Los dos puestos siguientes están ocupados por naciones insulares del Caribe: Granada, en tercer lugar, y Antigua y Barbuda, en cuarto lugar.
La quinta ubicación la comparten tres pequeñas islas: Nauru, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía.
Dominica, otro país caribeño, ocupa el sexto lugar en la lista y Turquía se ubica en la séptima posición.
Al otro lado del Mediterráneo, Egipto, la única opción de visa dorada en África, ocupa el octavo lugar, una posición que comparte con Jordania y Macedonia del Norte.
Los dos últimos puestos están ocupados por Vanuatu, en noveno lugar, y Camboya en el décimo.
La empresa también publica otro ránking: el Índice de Programas de Residencia Global 2025, que clasifica 26 iniciativas de este tipo alrededor del mundo.
La visa dorada que se ha vuelto cada vez más popular y que lidera el ranking, según el análisis, es la de Grecia.
El anuncio del fin del programa de visa dorada en España ha motivado a muchos inversores, especialmente de EE.UU., a mirar hacia Grecia.
Según un estudio de la consultora Astons, Grecia se ha convertido en los últimos meses en el destino más atractivo para los que buscan una visa dorada.
Además del fin del programa español, Grecia ofrece requisitos de inversión más accesibles y tiempos de procesamiento más rápidos para quienes buscan establecerse en otros países de Europa y tienen una abultada cuenta bancaria.
Esta visa opera principalmente sobre la base de inversiones inmobiliarias. El monto mínimo de inversión requerida en una propiedad es de 250.000 euros (unos US$260.000), pero en zonas como Atenas sube a un mínimo de 800.000 euros (unos US$830.000).
El segundo lugar del ranking lo ocupa Suiza, mientras que la tercera posición la comparten Portugal, Italia y Reino Unido.
Australia, que recientemente lanzó su Programa Nacional de Visas de Innovación para atraer habilidades tecnológicas de alto nivel; Canadá, que introdujo cambios en su Programa de Visas para Empresas Emergentes; y España (que pondrá fin a su visa dorada vinculada a la compra de viviendas en abril de este año) ocupan el cuarto puesto.
Emiratos Árabes Unidos, que expandió su programa de visas doradas el año pasado, se ubica en el quinto lugar entre los programas de residencia.
Uno de los nuevos participantes en el ranking es Hungría, que este año ocupa el sexto lugar. En este país europeo, los extranjeros pueden obtener un permiso de residencia al invertir en un fondo inmobiliario o donando a una institución de educación superior.
Pequeños pero poderosos centros de riqueza, Luxemburgo y Singapur, ocupan los puestos 7 y 8, mientras que otros dos países comparten la novena posición: el país insular de Jersey en el noroeste de Europa y Panamá.
Costa Rica, el segundo país recién llegado al ranking, completa el Top 10. El país latinoamericano, señala la firma Henley & Partners, ofrece un “panorama favorable para los negocios, un régimen fiscal favorable y un entorno seguro”.
¿Qué consideran estos rankings de visas doradas? Los dos índices, tanto el de ciudadanía como el de residencia, analizan factores como requisitos de inversión, impuestos, calidad de vida, tiempo de procesamiento y calidad de procesamiento, o la reputación del país.
En Panamá las personas de alto patrimonio pueden convertirse en residentes panameños con posibilidad de adquirir la ciudadanía luego de cinco años.
Hay muchas vías y condiciones para postular al programa. Por ejemplo, hacer una inversión inmobiliaria de US$300.000, una inversión en bolsa de al menos US$500.000 o un depósito a plazo fijo en el banco de US$750.000.
También existen otros mecanismos para ciudadanos provenientes de países considerados como “naciones amigas” de Panamá, como hacer una inversión inmobiliaria de US$200.000 o invertir al menos US$100.000 en una empresa que tenga un registro forestal en el Ministerio de Ambiente, según informa Henley & Partners.
En el caso de Costa Rica, la firma que elabora el ranking le entrega una buena calificación al país por considerar que tiene un entorno comercial y un régimen fiscal favorable para los negocios.
Existen varios caminos para conseguir la visa dorada costarricense. Uno de ellos es invertir al menos US$150.000 en bienes raíces, en acciones de una empresa local, o en la bolsa de valores del país.
También pueden postular aquellas personas jubiladas que reciben una pensión vitalicia mensual de al menos US$1.000, o personas que reciben un ingreso mensual de al menos US$2.500 proveniente de inversiones o negocios.
La idea de vender visas doradas surgió principalmente en Europa alrededor de 2012, cuando estaba pasando por una fuerte crisis económica.
Muchos gobiernos necesitaban ingresar más fondos a las arcas fiscales y aquellos países más afectados, como España, Irlanda, Portugal y Grecia, vieron en esta visas una oportunidad para atraer inversión extranjera.
Mientras los analistas discuten si estas visas han generado más beneficios que costos, debido a escándalos de corrupción y la creación de burbujas en el mercado inmobiliario, los programas parecen estar más sujetos al escrutinio público.
“Este tipo de visa puede ayudar a estimular el crecimiento económico a través de la inversión extranjera directa, pero también es atractiva para criminales y funcionarios corruptos que buscan evadir la justicia y lavar dinero”, señala un informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado en 2023.
Un estudio de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, también cuestionó la lógica económica de este tipo de visas, concluyendo que representan sólo una proporción “minúscula” de la inversión extranjera, aunque otras investigaciones consideran que el aporte no ha sido tan bajo como se cree.
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