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Romeyno Gutiérrez: el niño que caminaba 12 horas para estudiar música y se convirtió en el primer pianista rarámuri
Romeyno Gutiérrez: el niño que caminaba 12 horas para estudiar música y se convirtió en el primer pianista rarámuri
Romeyno Gutiérrez es originario de la comunidad de Batopilas y se convirtió en el primer pianista rarámuri de México. (Ilustración: Jesús Santamaría | @re.zndz)
7 minutos de lectura

Romeyno Gutiérrez: el niño que caminaba 12 horas para estudiar música y se convirtió en el primer pianista rarámuri

Romeyno Gutiérrez nació y creció en la comunidad de Batopilas, Chihuahua. Hoy es el primer pianista rarámuri que igual interpreta a Mozart que piezas de su pueblo y, en entrevista asegura que “a los chavos sí les interesa la música clásica; me la piden por Whatsapp”.
13 de octubre, 2023
Por: Manu Ureste
@ManuVPC 

Todo empezó como el juego de un niño curioso. Con apenas cinco años, Romeyno Gutiérrez, indígena rarámuri de Batopilas, una comunidad de apenas mil 200 habitantes anclada en las profundidades de la Sierra Madre Occidental de Chihuahua, se asomaba por la ventana del cuarto para espiar a un  señor güero con acento raro que estaba sentado frente a un mueble del que salían hermosas notas de música que jamás había escuchado. 

Lee: Jóvenes Orquestas: un proyecto de música para niños y adolescentes de colonias marginadas de CDMX

El señor güero era Romayne Wheeler, un pianista estadounidense que después de 30 años dando conciertos en Europa decidió salir de Viena, Austria, para cruzar el charco en busca de nuevas experiencias en México.

A Batopilas llegó en 1980 y se estableció para investigar la cultura, la filosofía, la danza y la música rarámuri luego de quedarse maravillado con unas fotos que vio en la revista National Geographic

Tanto le fascinó la vida en la sierra al pianista, y tan bien encajó y fue recibido en la comunidad, que se hizo compadre de un indígena rarámuri que lo invitó a vivir en su casa y en su honor decidió ponerle su nombre raramurizado al primer hijo que tuvo: Romeyno Gutiérrez

“Mi padrino Romayne siempre me cuenta que cuando era bien niño me quedaba mirando por la ventana escuchando la música clásica que él tocaba, sobre todo la música de Mozart. Me llamó mucho la atención porque es una música muy alegre, como la de nosotros los rarámuris”, explica Romeyno, en entrevista con Animal MX.

Foto de Romeyno Gutiérrez frente a un piano antes de ofrecer un concierto.
Foto: Cortesía Romeyno Gutiérrez

“El que yo me interesara por la música clásica fue una gran sorpresa para mi padrino, que enseguida vio que yo tenía algo, que traía la música por dentro”, dice el pianista que viste una camisa azul clara y peina para un lado el abundante pelo negro azabache que le cubre buena parte de la frente morena. “Y gracias a él inició mi interés en los instrumentos, especialmente en el piano, que era algo que no se conocía en la comunidad”.

A partir de ese interés, Wheeler, nacido en California y ya aceptado en la comunidad “como un rarámuri más”, comenzó a enseñar lo básico sobre el piano a Romeyno quien, como el resto de los niños de la comunidad, alternaba la escuela con echar una mano en las labores del campo, cuidando cabras y sembrando maíz, frijol y papas, las actividades económicas más recurrentes en este municipio que, según Coneval, es una de las 10 localidades con mayor rezago social persistente en todo el país, es decir, con poco acceso a derechos sociales (como educación, acceso a servicios de salud y servicios básicos en la vivienda).

Así transcurría la vida, hasta que el pequeño Romeyno, de unos seis años, tuvo su primera presentación ante el público. 

“Recuerdo que era la época de campañas aquí en Batopilas y llegó un grupo de unas 15 personas. Mi padrino siempre tenía la costumbre de dar la bienvenida a los visitantes con un concierto. Yo estaba entre el público escuchando y cuando terminó me pidió que tocara algo. Yo era un niño muy pequeño aún y tenía harta pena. Entonces, mi padrino se volvió al público y dijo: ‘disculpen ustedes, es que el niño necesita que le den unas monedas para que se motive’”.

Romeyno suelta una carcajada con el recuerdo y deja a la vista una amplia dentadura blanca. 

“Y pues la gente empezó a darme que dos, tres, cinco pesos, y yo les toqué mi primera pieza, que fue una muy alegre que se llama “El changuito””.

Sin embargo, el camino hasta convertirse en Romeyno Gutiérrez, el primer pianista rarámuri que da conciertos por todo México, y que recientemente estuvo en Canadá representando a Chihuahua en un certamen musical, todavía era muy largo. 

Aún faltaban muchos años de alternar campo con escuela y piano, y muchos años de recorrer kilómetros a pie bajo el sol para poder estudiar la educación primaria.

“Los chavos me piden mi música por whatsapp”

Una vez completados los estudios básicos, el rarámuri cuenta que fue su padrino quien lo impulsó para continuar estudiando. 

Primero, la idea era ser médico; luego, ingeniero; y luego, maestro, “que era lo más común” entre los jóvenes de la comunidad. Pero Romeyno dice que siempre lo tuvo claro desde que a los cinco años se quedaba embelesado en la ventana escuchando a su padrino interpretando a Mozart: quería ser pianista

Eso sí, le advirtieron, el camino de la música, la cultura y el arte, no es nada sencillo.

“Vivir del arte es muy complicado”, subraya con el ceño algo fruncido ante la cámara. “Creo que aún no se sabe apreciar ni valorar bien la música y el arte, que no se considera como una carrera, por ejemplo, y todo esto lo hizo muy complicado para mí, aunque ya llevo 17 años dando conciertos”. 

Romeyno lamenta que muchos otros compañeros con los que estudió en el Conservatorio de Música de Chihuahua no han tenido la misma suerte, ni la misma proyección, y tienen que alternar en muchos casos la música con otros trabajos para poder vivir o seguir estudiando. 

Aunque cree que, a pesar de todas estas dificultades —más el añadido de que en los contextos de pobreza de las comunidades de pueblos originarios como en la que él nació y creció y que mantiene una tasa de analfabetismo de 45.5%, acceder no solo a la música sino a la educación en general es difícil—, sí hay un interés en los más jóvenes por el arte y la cultura. 

“No deja de sorprenderme que después de los conciertos muchos chavos se me acercan y me preguntan: «¿me puedes pasar tu música por whatsapp?». Para mí es un gran orgullo que a la juventud le interese la música clásica y la música rarámuri que toco”, dice. 

Ahora, ya con 35 años y casi dos décadas de experiencia, Romeyno se ha convertido en un referente al piano y también en un referente para los jóvenes de pueblos originarios de México, aunque, destaca, el título de Primer pianista rarámuri o Primer pianista indígena es una gran responsabilidad que a veces pesa mucho.

“Me siento muy orgulloso de llevar esa bandera, claro”, asegura con los ojos negros muy abiertos. “Hace poco fui a Canadá y toqué con el traje típico que vestimos en la sierra y fue algo increíble. Pero al mismo tiempo es una responsabilidad muy grande. A veces me digo: «no me lo merezco», pero prefiero dejar al público que decida si lo merezco o no. Y bueno, por ahora, al público le ha gustado mucho la música que estoy haciendo y a los jóvenes también”.

Precisamente, para ellos, para los más chavos, dice que el único consejo que les daría es el mismo que le años atrás dio su padrino Romayne, quien hoy tiene 81 años y aún sigue tocando el piano: nunca rendirse

“En el camino siempre va a haber muchos obstáculos que nos van a impedir hacer muchas cosas, como, por ejemplo, la situación económica. Muchos pensarán: «ajá, ¿y sin dinero cómo voy a pagar mis estudios? ¿O cómo voy a estudiar música si vivo en una comunidad?». Y pues sí…”, admite encogiendo los hombros, “sé que es difícil, muy difícil. Pero mi consejo es levantarse siempre, no quedarse nunca quieto ni estancado. Porque a mí me ha pasado: yo he tenido que caminar 12 horas bajo el sol para poder estudiar y tocar el piano”.

El pianista rarámuri hace una pausa y esboza una enorme sonrisa para concluir la entrevista.

“A mí lo que me gustaría es que esos jóvenes que la tienen bien difícil digan: «bueno, pues si Romeyno, con todas esas dificultades en la sierra y viviendo en una comunidad indígena, pudo estudiar y tocar el piano, entonces yo también puedo hacerlo»”. 

Cómo asistir a un concierto de Romeyno Gutiérrez, pianista rarámuri

El próximo viernes 20 de octubre, Romeyno ofrecerá un concierto de piano en Chihuahua capital y, en noviembre, está previsto que se presente en Guadalajara, Jalisco, aunque aun están pendientes las fechas.

¿Dónde seguirlo? En sus redes sociales, como Facebook o Instagram.

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Imagen BBC
4 claves que explican el contundente triunfo de Kast en Chile y qué dicen de los desafíos que enfrenta
11 minutos de lectura

Varios factores se conjugaron para que José Antonio Kast fuera elegido por una abrumadora mayoría. Se impuso en todas las regiones del país a la comunista Jeannette Jara. En BBC Mundo te detallamos algunas claves que explican este profundo giro a la derecha en Chile.

15 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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No hubo sorpresas. Chile eligió este domingo al ultraderechista José Antonio Kast como su próximo presidente.

El líder conservador logró imponerse con un 58,16% de los votos y una amplia ventaja sobre la candidata de la izquierda, la comunista Jeannette Jara, quien obtuvo el 41,84%.

En su tercer intento, el candidato respaldado por todo el arco derechista logró hacerse con la presidencia del país sudamericano, proponiendo un “gobierno de emergencia” y con un duro discurso en materia de seguridad y migración, preocupaciones que se han vuelto prioritarias para los chilenos.

El triunfo del otrora parlamentario supone el mayor giro hacia la derecha en la presidencia de Chile tras el retorno a la democracia y se da luego de cuatro años del gobierno de izquierdas de Gabriel Boric.

Kast ganó en todas las regiones y se convirtió en el presidente electo con más votos en la historia del país, llegando a un total de poco más de 7,2 millones de apoyos.

Este último hecho se explica -en parte- por la ampliación del padrón electoral y por ser esta la primera elección presidencial con sufragio obligatorio.

Su contundente resultado, sin embargo, tiene múltiples explicaciones y supone también importantes desafíos.

1. La inseguridad y la migración irregular

“El miedo”.

Eso responde el doctor en sociología Eugenio Tironi cuando se le pregunta por los principales factores que explican el triunfo de José Antonio Kast en Chile.

El también consultor alude justamente al temor que se registró durante esta campaña presidencial entre los chilenos en materia de seguridad pública.

“Los factores son múltiples, pero yo creo que básicamente, es el miedo. El miedo a la delincuencia, el miedo a la migración descontrolada -y que en general se visualiza como asociada al crimen-, y por último el miedo a la inseguridad que produce el estancamiento económico. Hay un deseo de cambio, de cambio de personal político, de estilo, de forma de gobernar. Y esto lo capitalizó muy bien Kast”, afirma el analista en conversación con BBC Mundo.

La sensación de inseguridad aumentó en el país sudamericano en los últimos años, entre otras cosas, luego de que se registrara un incremento en los niveles de violencia en delitos comunes como el robo y, asimismo, se detectara la presencia de grupos criminales internacionales.

Ese fue un tema que, de hecho, marcó fuertemente al gobierno del presidente Gabriel Boric, quien se vio forzado a reorganizar sus prioridades y potenciar su agenda en la materia.

Esa preocupación ciudadana la supo capitalizar bien el nuevo presidente electo de Chile. Con un discurso de “mano dura” en contra del crimen organizado y la delincuencia, logró encarnar una respuesta que hizo eco entre los electores.

José Antonio Kast junto a su esposa María Pía Adriazola.
Getty Images
El ultraderechista logró sintonizar con las principales urgencias de la mayoría de los chilenos.

En Chile, además, se ha vinculado el crimen organizado a la migración irregular por el ingreso de grupos como el Tren de Aragua.

En el país hay cerca de 300 mil migrantes que han ingresado de manera irregular y Kast ha hecho de ellos una de sus prioridades. Los ha llamado a abandonar el territorio chileno y se ha comprometido en su expulsión.

La analista y experta en comunicación Paula Walker coincide en que Kast capitalizó el miedo de los chilenos en estas materias, pero pone un matiz. “Es una campaña que se toma del miedo, pero cuando tiene que desarrollar sus piezas no apela al miedo. No la desarrolla anclada en imágenes oscuras, al contrario, su campaña era en ese sentido hasta esperanzadora”, sostiene.

El periodista y escritor chileno Ascanio Cavallo sugiere, además, que Kast también logró encarnar una promesa de cambio en materias más amplias que afectan diariamente la vida de las familias chilenas como el desempleo, la salud y la educación.

Uno de sus principales desafíos de Kast en este sentido, será manejar las expectativas que se ha fijado en estos ámbitos.

En su primer discurso a la nación, de hecho, apuntó justamente a moderarlas.

“Los resultados no se verán al día siguiente, esto requiere perseverancia, fortaleza y sabiduría”, dijo a la vez que recalcó “no nos pidan milagros, pídanos energía”.

2. La moderación y un nuevo extremo

Un factor que marcó el tercer intento de José Antonio Kast para llegar a la presidencia fue su aparente moderación.

En 2021, cuando perdió la segunda vuelta ante Gabriel Boric, su narrativa era totalmente distinta: se mostró contrario a los derechos de la población LGBTIQ+, al aborto en tres causales e, incluso, propuso perseguir a agitadores radicales de izquierda. En esa época, además, no se abstuvo de publicitar admiración por el dictador Augusto Pinochet.

Pero nada de eso defendió esta vez. Su estrategia fue pragmática y monotemática: un gobierno de emergencia dedicado a poner orden, con “mano dura” contra delincuentes y criminales y, asimismo, contra el migrante irregular.

Cuando se le intentaba llevar al plano de los valores, la respuesta era siempre la misma: esos temas no son la prioridad de los chilenos. En otros asuntos complejos respondía solo “depende”, para evitar marcar posturas que pudieran costarle su posicionamiento.

Su aparente moderación, además, se vio reforzada por la aparición de una figura que se le plantó a la derecha: el diputado libertario Johannes Kaiser, quien obtuvo un amplio respaldo en la primera vuelta y apoyó su candidatura para el balotaje.

Esta vez fue Kaiser quien jugó a ser el más extremo. Propuso, por ejemplo, indultar a condenados por violaciones de derechos humanos cometidas durante el régimen militar.

En su campaña de segunda vuelta, Kast profundizó sus mensajes hacia la derecha más liberal e incluso el centro político.

También hizo gestos al mundo que votó por el populista Franco Parisi, quien quedó tercero en la primera vuelta presidencial del 16 de noviembre, obteniendo el 20% de los votos. En ese periodo, de hecho, Kast recibió el respaldo del expresidente, Eduardo Frei, integrante histórico de la Democracia Cristiana, partido de centro.

Según todos los analistas consultados por BBC Mundo, la aparente moderación de Kast fue un factor que incidió significativamente en la histórica votación que obtuvo este domingo.

Un grupo de adherentes celebra el triunfo de José Antonio Kast.
Reuters
Chilenos celebran el triunfo de José Antonio Kast.

“Fue muy importante. Le permitió arrastrar al voto de centro, le permitió arrastrar al voto de la derecha del viejo arco de la Concertación (coalición de centroizquierda que lideró la transición democrática), le permitió arrastrar al voto de Parisi. Todo eso le habría resultado mucho más difícil si hubiese insistido en su agenda valórica”, afirma Tironi.

La gran pregunta que se abre en Chile es si Kast seguirá profundizando aquello o ahora, ya electo, comenzará a sincerar las definiciones que esquivó en el periodo electoral.

Con un discurso antimigrante que resuena a Donald Trump, una promesa de recortar el gasto fiscal y reducir el Estado, al estilo de Javier Milei, y su cercanía con otras figuras de corte autoritario como Nayib Bukele y Víctor Orbán, en la oposición algunos se preguntan si Kast seguirá o no esas sendas.

Sus primeras señales, al menos, apuntaron en el sentido contrario. En su primer discurso a la nación, Kast afirmó que su gobierno de emergencia “no significa para nada autoritarismo”.

Además, confirmó que renunciaría al Partido Republicano, repitió varias veces que busca ser el presidente de todos los chilenos, e hizo gestos a la propia Jeannette Jara y a su futura oposición:

“Un gobierno no se construye solo con sus partidarios, se construye también con la oposición”, dijo.

3. Contrincante continuista y comunista

En Chile la última vez que un presidente le pasó la banda presidencial a alguien de su mismo signo político fue en 2006, cuando la entonces candidata Michelle Bachelet se convirtió en la sucesora de Ricardo Lagos.

Desde ese entonces, con un estallido social y dos procesos constitucionales fallidos de por medio, el país ha elegido la alternancia.

La tendencia no es propia de Chile, sino que es cada vez más común a nivel mundial y así se ha visto también en la región en elecciones recientes como la de Uruguay o Bolivia.

El denominado voto impugnador, que rechaza a quien está en el poder en el momento de la elección, fue un factor que jugó en contra de Jeannette Jara.

La candidata de la izquierda representaba la continuidad del gobierno del presidente Gabriel Boric. Fue su ministra del Trabajo y, por más que lo intentó alzando duras críticas a su administración, no logró distanciarse de su figura.

Pero no todo se explica por un voto impugnador. Para varios expertos el triunfo de Kast reponde también a un castigo al propio Boric y su gestión.

“Hubo acciones del gobierno que fueron muy bien utilizadas por la candidatura de Kast; problemas de gestión, decisiones políticas mal tomadas, lo que él capitalizó muy bien”, dice Walker.

Para Cavallo la derrota de Jara se explica en gran parte por haber sido la cara de la continuidad “de un muy mal gobierno, un gobierno muy aficionado, muy poco responsable en algunas cosas. No en todas pero sí en algunas y con poca profundidad histórica”.

Tironi afirma que es difícil saber dónde está el límite del voto impugnador versus la responsabilidad que le puede caber a la administración de Boric en entregar la banda presidencial a su oposición:

“El gobierno hizo un esfuerzo por responder a algunas demandas, que no estaban presentes cuando el presidente Boric fue electo. Él fue electo con demandas de cambio social, con demandas progresistas, y ahora sale con demandas conservadoras. El gobierno de Boric trató de adaptarse, pero lo hizo un poco tardíamente, con dificultad, con problemas de gestión y no está en su ADN obviamente esta agenda. Esta es una agenda que le es mucho más natural a una opción de derecha”.

“Entonces, si el gobierno pudo haber cambiado este destino, yo creo que francamente no”, agrega.

Pero Jara también cargaba con otra mochila: su militancia comunista.

Jeannette Jara reconoce la derrota ante sus adherentes.
Getty Images
A la candidata de la izquierda le pesó su militancia comunista y representar la continuidad del gobierno de Gabriel Boric.

La administradora pública de origen popular, no pudo sacarse de encima esa chapa, aun cuando había prometido renunciar a su colectividad si era electa presidenta.

Algunos analistas consideran ese factor supuso una desventaja importante para ella.

“Ser militante comunista es una dificultad, yo no tengo ninguna duda de eso. Hay mucha gente que realmente no siente que puede votar por una candidata comunista. O sea, hay dos millones de votos de diferencia”, dice Walker, aunque destaca que la exministra logró desmarcarse en gran medida de ese activismo.

Cavallo agrega: “No estoy hablando de los dotes personales de Jara ni nada por el estilo, pero haber elegido a una militante comunista es un contrasentido mundial, ya no local. Eso le bajaba un poco el techo y explica por qué es tan severa la derrota”.

Tironi, por su parte, estima que si se miran los resultados ese factor no fue tan determinante.

“A lo mejor en el mundo rural, pero en el mundo urbano, sobre todo, en Santiago, en Valparaíso, fue poco. Porque Jara rompió un poco el cielo de cristal del comunismo. Logró ganar en muchas comunas populares importantes, un electorado que no se dejó llevar por el estigma comunista”, dice.

“Lo que sí es cierto es que en las comunas más pudientes y en el mundo rural, sí que debe haber pesado, porque Kast llegó a sacar cerca del 85% en las comunas de lo que llamamos el barrio alto de Santiago”, añade.

4. Voto prestado

Pese a lo histórico de su triunfo, José Antonio Kast no fue un fenómeno en sí mismo.

En la primera vuelta obtuvo solo un 23% de los votos, menos del 27% que logró en la misma elección en 2021.

Para su triunfo este domingo fue importante el apoyo de otras figuras de la derecha que participaron en la primera vuelta, como el libertario Johannes Kaiser -representante de una línea más dura- y la abanderada de la derecha tradicional, Evelyn Matthei, quien encarna la visión política del fallecido expresidente Sebastián Piñera.

Tanto Kaiser como Matthei le dieron un respaldo inequívoco a Kast. Lo mismo hizo la familia de Piñera.

El libertario Johannes Kaiser tras reconocer su derrota el 16 de noviembre.
Reuters
Johannes Kaiser quedó cuarto en la primera vuelta, con un 13,94%, y respaldó a Kast en el balotaje.

Y si bien siempre se dice que los votos no se traspasan automáticamente, lo cierto es que si se miran las cifras, tanto los votos de Kaiser como la mayoría de los de Matthei estuvieron con el republicano.

Asimismo, se puede leer preliminarmente que al menos una parte de los votos de Parisi también se fueron hacia Kast.

A todos ellos y sus “votos prestados”, les hizo gestos la noche de este domingo.

“Muchas gracias a los que se sumaron en segunda vuelta, gracias a quienes votaron por otras candidaturas y hoy libremente eligieron apoyar este camino de cambio”, dijo a la vez que destacó que “entre todos logramos una mayoría histórica”.

Franco Parisi reconoce su derrota y celebra su posición de tercer lugar en la primera vuelta presidencial.
Getty Images
Franco Parisi no llamó a apoyar ni a Kast ni a Jara en el balotaje.

En el mundo de la derecha han advertido al presidente electo del riesgo de embriagarse con la contundencia del triunfo.

Y es que el cuadro supone varios desafíos para su futuro gobierno. Para sostener su base de apoyo tendrá que lograr conciliar las visiones opuestas de país que tienen las derechas con las que tendrá que gobernar.

Kast no tendrá mayorías en el Congreso, por lo que sabe que requerirá asegurar la gobernabilidad de los propios y los votos del Partido de la Gente de Parisi y la oposición para aprobar sus políticas.

Composición de la Cámara de Diputados de Chile
BBC
Composición del Senado de Chile
BBC

A su vez, será crucial que entregue resultados oportunos en las que ha definido como sus prioridades para evitar una pérdida de respaldo temprana.

Sobre este tema, Walker subraya que “todos los presidentes ganan con votos prestados” y que lo relevante es que “tenemos hoy día el país completo teñido de azul y eso es impresionante”.

“Si es solo de una adhesión a la figura de él o no, no sé si eso es muy relevante. Lo relevante es que hay una coalición de derecha, liderada por él, que fue capaz de hacer hoy día perder a la izquierda de manera importante y sobrepasarla en dos millones de votos”, agrega.

Si Kast es capaz de hacer de eso un activo duradero, es lo que veremos desde el próximo 11 de marzo, cuando asuma la presidencia.

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