Home
>
Animal MX
>
Estilo de vida
>
Perros de terapia: ¿qué hacen y cómo eligen a los lomitos que apoyan a diversos pacientes?
Perros de terapia: ¿qué hacen y cómo eligen a los lomitos que apoyan a diversos pacientes?
Los perros de terapia ayudan a una gran variedad de pacientes. Foto: CENATAC.
3 minutos de lectura

Perros de terapia: ¿qué hacen y cómo eligen a los lomitos que apoyan a diversos pacientes?

Te explicamos cuál es el trabajo de los perros de terapia, a qué tipo de pacientes apoyan y cómo les ayudan con sus tratamientos.
16 de abril, 2025
Por: Rogelio Loredo
@RogerVk93 

Seguro has escuchado de los perros de terapia, unos lomitos entrenados para apoyar a pacientes que presentan diferentes padecimientos: aquellos con discapacidad, autismo, niños, adultos mayores, entre otros.

Sin embargo, también es probable que no sepas bien bien qué hacen y por qué la terapia con perros es muy eficaz.

¿Cuál es el papel de un perro de terapia?

En entrevista con Animal MX, Vanessa Pallares, fundadora y directora del Centro de Actividades y Terapias Asistidos con Caninos (CENATAC, AC), explicó cómo es que se realizan estas terapias.

Vanessa resaltó que hay tres papeles que cumplen estos perritos: para actividades generales, para terapias específicas y en acciones educativas.

“Las actividades son, por ejemplo, en algunos centros para adultos mayores con demencias tipo Alzheimer o para chicos con discapacidades de distintos tipos, donde vamos buscando un objetivo general, por ejemplo, que tengan actividad física y motriz, que cooperen, que esperen su turno, que desarrollen algunas habilidades”, señaló.

Por otro lado, también están las terapias particulares donde un especialista le pone un objetivo al paciente y el perrito está ahí para acompañar y ayudar a motivarles a caminar o continuar con su tratamiento.

También hay perros de terapia en distintos hospitales que acompañan al personal médico de diferentes áreas como odontopediatría, salas de espera y urgencias. Ahí el rol es tranquilizar a las infancias para que se dejen atender.

Eso sí, Vanessa resaltó que los perros no son los terapeutas, más bien cumplen el rol de facilitadores porque ayudan a motivar a los pacientes mediante el vínculo humano-animal.

Por ejemplo, en el caso de un niño que no quiere caminar, el perro lo ayuda a motivarlo para que lo saque a pasear. En terapias psicológicas, los adolescentes se expresan a través del perro, mientras que en fisioterapia o terapia ocupacional, el perro se convierte en una herramienta lúdica para realizar ejercicios.

perros de terapia
Los perros de terapia cumplen el rol de motivadores. Foto: CENATAC.

¿Cómo eligen a los perros de terapia?

Vanessa explicó que en el proceso de selección los perros deben cumplir con los siguientes requisitos:

  • Tener un temperamento medio.
  • No ser temerosos ni agresivos.
  • Disfrutar trabajar con personas distintas a sus cuidadores.

Para lograrlo, los perros candidatos se someten a una socialización rigurosa. Además, puede aprovecharse si tienen habilidades adicionales (como dar la pata o traer objetos), pero no es lo más importante.

Un programa que fomenta la participación de los lomitos

Una de las iniciativas que ha ayudado a impulsar las terapias asistidas con mascotas es la de “Juntos es mejor”, un programa realizado por Purina y CENATAC, que busca llevar a los perritos terapeutas a más hospitales y otras instituciones.

Paola Mendonza, directora de marketing de Nestlé Purina México, resaltó en entrevista que el reto más grande fue que los hospitales permitieran el ingreso de los perros a sus instalaciones.

“Uno de los principales retos que hemos tenido es poder llevar a unidades caninas a entrar a hospitales, cuando generalmente hay una creencia sobre la inocuidad y cómo los pelitos de los perros pueden estar ahí”, explicó.

Sin embargo, tras tocar muchas puertas y con el apoyo de Vane y el equipo de CENATAC, han logrado exponer con éxito los beneficios de este tipo de terapias y han ayudado a calmar las inquietudes de estas instituciones.

¿A cuántas personas han ayudado?

De acuerdo con Paola, al cierre de 2024, el programa impactó a más de 14 mil 700 pacientes y hoy en día están presente en ocho instituciones.

Además, para 2025, se sumaron otros tres hospitales: Centro Médico ABC, Instituto Nacional de Pediatría, Hospital Infantil de México Federico Gómez.

Antes de que te vayas: ¿Cómo va el censo de ajolotes silvestres en Xochimilco? Así van las pruebas hasta ahora

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
El violentómetro, el invento de una mexicana que ayuda a personas de todo el mundo a identificar los signos de violencia
8 minutos de lectura

Su creadora es Martha Alicia Tronco Rosas, investigadora del Instituto Politécnico Nacional de México.

30 de abril, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Tan simple como una regla de 30 centímetros.

Ese es violentómetro, un invento que, hace 16 años se creó en México y que ayuda a personas de todo el mundo a identificar los signos de violencia.

Un material gráfico y didáctico en forma de regla que consiste en visualizar las diferentes manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen.

Lo que empezó como un sencillo proyecto dentro del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México, hoy se puede ver en múltiples países y se ha traducido a idiomas como el maya, el italiano, euskera o chino.

Su creadora es la mexicana Martha Alicia Tronco Rosas, doctora en FIlosofía y Ciencias de la Educación, Fundadora del Programa Institucional de Gestión con Perspectiva de Género del Instituto Politécnico Nacional e investigadora de este centro.

BBC Mundo conversó con ella.

Una idea desde el mundo de la ciencia

En 2007, Martha Tronco propuso crear la unidad de género en el IPN porque, aunque había “algunas instancias que daban cierto apoyo en temas de violencia dentro de la institución, pero no desde una perspectiva que era la necesaria, desde mi punto de vista, una perspectiva de género”, explica.

Porque empezó a observar, por un lado, que las mujeres científicas en el Instituto tenían un menor crecimiento que los hombres y, por otro, que estas apenas tenían responsabilidades como directoras en las unidades académicas.

Pero cuando creó la unidad de género, se encontró con un problema mayor que, sin hacer mucho ruido, recorría las aulas.

Violentómetro
Daniel Pardo/BBC
Una simple regla con distintos abusos ha servido para visualizar la violencia en infinidad de países.

El silencio se rompió con cartas anónimas que dejaban a Tronco en su despacho, por debajo de la puerta.

“Llegaron muchas denuncias en torno a que las personas eran maltratadas, eran violentadas. Mujeres, directivos, relaciones de pareja entre estudiantes”, relata.

Así, como investigadora, propuso hacer una encuesta a más de 14.000 estudiantes de nivel medio y superior para, dice, “saber todo”: desde posibles problemas de salud, consumo de alcohol y sustancias a, por supuesto, hábitos violentos.

El único requisito era haber tenido al menos una relación de pareja en el año anterior.

“Me cela, pero solo un tantito”

“Los resultados fueron impresionantes, en el sentido de que detectamos mucha problemática: embarazos y paternidades no contemplados, por ejemplo, o adicciones”, explica Tronco.

Cuenta que lo que más le llamó la atención, el “foco rojo”, fue cómo la gente percibía la violencia.

Había respuestas como “a mí me celan, pero un poquito”; “yo sí he tenido algunos jaloneos (empujón violento) con mi pareja”; “me ha pellizcado un poquito”; “en ocasiones revisa mis documentos o mi celular”.

“Pero no la expresaban y percibían como si fuera algo violento. Siempre observaba en esas respuestas una supuesta situación de amor, entre comillas, de protección. Pero eso tiene un nombre y se llama violencia”.

Una propuesta económica y útil

Tras la encuesta, Marta Tronco pensó que era necesario hacer un material útil en todos los espacios posibles, que no se tirara y que fuera económico, pues el proyecto en inicio nació sin presupuesto.

“Así surgió la idea de una regla de escritorio de 30 centímetros. Y en cada centímetro una de las manifestaciones de violencia que nos dijeron en la encuesta. Así nació el violentómetro”.

La regla se divide en tres colores diferentes y cada uno engloba una situación, “iniciando sobre lo más sutil, aquella violencia que se enmarca en acciones que no implican una acción física, los 10 centímetros siguientes con acciones que implica violencia sobre objetos o sobre la persona, pero en menor medida, y los últimos 10 centímetros, con acciones con violencia física extrema”.

Material didáctico e informativo sobre violencia encima de una mesa.
Daniel Pardo/BBC
La idea, nacida en México, se expandió a otros países y se puede ver en distintas partes de América Latina, España o China.

En el primer tramo están acciones como celar, mentir, hacer bromas hirientes, ridiculizar o controlar y prohibir cosas o ver a gente. En el segundo, destruir objetos personales, pellizcar o jalonear, en el tercero, amenazas con objetos, amenazas de muerte, forzamiento de relaciones sexuales y, en última instancia, el asesinato.

Una escala de violencia que, en la relaciones personales, no tiene por qué pasar por todos los puntos.

“Puede que solo haga bromas hirientes, que te ridiculice, te intimide y te cachetee. Pero igual es violencia y se debe estar atento y pedir ayudar”, sostiene Martha.

En el caso más extremo de la violencia están los feminicidios, que en México son una auténtica lacra social. Según cifras oficiales ofrecidas por UNESCO, en 2024 un promedio de 10 mujeres murieron de modo violento cada día.

Una idea en más países

De esa primera idea salieron otras para ayudar no solo a ver si se está sufriendo violencia, sino también si se está ejerciendo sobre otras personas y qué se debe revisar en ese caso. Luego pasaron la idea del violentómetro a una app para que los más jóvenes tuvieran ese acceso.

Después, la idea, nacida en México, se expandió a otros países y se puede ver en distintas partes de América Latina, España o China.

En lo más cercano, Martha empezó a ver el impacto de esta herramienta cuando vio que se lo pedía “desde la abuelita para dárselo a los nietos o cuando en las escuelas lo querían dar de aguinaldo”.

Martha Tronco explica que esta sencilla herramienta ha servido para visibilizar muchos tipos de violencia que no se percibían como tal y que la gente los reconozca.

“En México, como en muchos países latinoamericanos, tenemos mucha violencia. Por eso creo que ha tenido tanto impacto. Y en México en concreto ha servido para darnos cuenta de qué hacemos o qué sentimos en este tipo de relaciones”, dice.

Violentómetro
IPN

Y, remarca, esto no es solo algo de relaciones de pareja.

“El violentómetro ha permitido darnos cuenta de que esto que vivimos de manera cotidiana no es protección, no es amor, no es cariño. Y que esta violencia que podemos sufrir muchas veces la replicamos en otros, porque son las formas que hemos aprendido, las que hemos visto en cómo se ha relacionado nuestro entorno”.

Aquí, dice, toca hacer una revisión muy puntual y personal para no repetir esquemas violentos.

“Porque no te conviene”

Dentro de los posibles comportamientos violentos que aparecen en esta herramienta, algunos pueden ser sutiles y la línea entre lo que es acto violento o no puede ser poco clara.

Por ejemplo: ¿es violencia que lleve siempre el pelo largo y vestidos porque a mi pareja le gusta? ¿o que no vaya a ciertos lugares o con cierta gente?

¿Cuál es la línea entre complacer un deseo y algo violento?

“A veces no nos damos cuenta porque es muy sutil el controlar y el prohibir está en el número 11 del violentómetro, por ejemplo. Y no nos damos cuenta porque consideramos que es un acto de amor, que marca algo que no te conviene. Pero cuando la toma de decisiones no es personal y libre, cuando aquello me genera una serie de problemas, es violencia”, apunta Tronco.

Y, dentro de la violencia, uno de los problemas que conversamos con Tronco fue no solo lo complicado de verla, sino de comunicarla.

“Es un tema que da vergüenza. No nos reconocemos cuando somos violentadas. Y es algo que nos puede pasar a todas”.

También advierte Martha Tronco que las violencias que aparecen en el violentómetro se pueden dar todas o aparecer salpicadas y que tampoco son algo que ocurren de un día para otro, de golpe.

“Es como una humedad en la casa. Va despacito y, de repente, un día, ves una mancha enorme en la pared y no te habías dado cuenta. Incorporamos lo que la otra persona quiere, poco a poco, y llega un momento en que no nos reconocemos”, señala.

Por eso, remarca, es importante hacer un ejercicio de autoconocimiento. “Hay que hacer una revisión de lo que somos y de lo queremos hacer y lo que no más allá de agradar a la otra persona”.

Y aunque su invento es una ayuda, reconoce que la información, si bien válida y necesaria, no lo es todo.

Mujeres indígenas en una marcha en protesta.
Getty Images

“Ahora se tiene mucha más información que antes y es un elemento necesario, pero no transformador completamente. La parte social, la parte familiar, es la que puede hacer la diferencia, que tengamos comportamientos diferentes. Nos toca a todos hacer una revisión de los vínculos que tenemos, una revisión de la familia, nuestros espacios, nuestras amistades”.

También habla de la interseccionalidad en la violencia. “No es lo mismo ser una mujer blanca, con un nivel educativo alto y heterosexual que ser indígena, lesbiana, analfabeta y pobre. Las mujeres somos diversas y tenemos muchas necesidades diferentes”.

El último cálculo de ONU Mujeres sobre violencia indica que, en todo el mundo, 736 millones de mujeres –casi una de cada tres– han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja; y de violencia sexual fuera de la pareja, o ambas, el 30% de las mujeres de 15 años o más al menos una vez en su vida. Esto sin incluir datos de acoso sexual.

Para 2023, unas 51.100 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas u otros familiares en todo el mundo. Esto significa que, en promedio, 140 mujeres o niñas fueron asesinadas cada día por alguien de su propia familia, según datos de ONU Mujeres.

En el caso de los hombres, solo el 12% de los homicidios que sufren se producen en la esfera privada. Cuando hablamos de mujeres y niñas esta cifra asciende al 60%.

¿Entonces, cómo hacemos para cómo se incluya a los hombres en la conversación?, le pregunto a Martha Tronco.

Y destaca una experiencia que tuvo durante un Curso de Paternidades.

“Les preguntábamos algo muy sencillo: ‘¿Qué tipo de padres quieres ser? ¿Quieres ser como el padre que tuviste?’ Fue un punto medular. Muchos, llorando, decían que no querían eso para sus hijos”, explica.

Y les toca, a juicio de Tronco, “hacer esta revisión profunda, que nos responsabilicemos todos”.

línea gris
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección del mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...

Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.