No importa si buscas pueblos mágicos, impresionantes espectáculos naturales o incluso lugares que tienen un aire surreal. Aquí encontrarás todo eso y más y te lo vamos a demostrar con estos lugares para visitar en San Luis Potosí.
Ubicado en la región centro norte del país, este lugar ofrece una enorme variedad de entornos. Así que si visitas el estado, no solo vayas a la capital, te invitamos a visitar otras regiones.
Como otras capitales, aquí podrás disfrutar de la arquitectura la cual se caracteriza por ser barroca y abunda en la parte del centro histórico. De hecho, por aquí podrás encontrar varios hoteles también con mucha tradición.
Puedes dar un recorrido para ver la Catedral Metropolitana, el Callejón del Cariño, el Teatro de la Paz (Patrimonio de la Humanidad), la Caja de Agua, el Parque Tangamanga, entre otros.
Pero además de conocer las calles, te recomendamos darte una vuelta por el Museo Leonora Carrington, dentro del Centro de las Artes. Es el primer lugar 100% dedicado a la obra de la artista que es representante del surrealismo en México.
Para seguir a tono con el arte de Carrington, nada mejor que viajar al jardín de Edward James, también conocido como Las Pozas. Este se ubica en el corazón del pueblo mágico de Xilitla, en el sureste del estado.
James era un magnate y artista inglés que quedo maravillado con los paisajes de San Luis Potosí y en 1947 compró una plantación de café. Fue hasta 1962 que comenzó la construcción del jardín escultórico que conocemos hoy.
Entre los lugares que visitar en San Luis Potosí no te puedes perder todas las cascadas que abundan en la Huasteca. Sin embargo, la más impresionante es la de Tamul, que se encuentra en el municipio de Aquismón.
Este cuerpo de agua nace en el río Gallinas y cae sobre el río Santa María con una enorme caída de 105 metros del altura. En época de lluvias la cortina de agua puede ser hasta de ¡300 metros de ancho!
Aunque el estado no cuente con playas, cuenta con un montón de cuerpos de agua que refrescan a cualquiera. Por eso, otro gran espectáculo es este manantial con seis nacimientos de agua.
Las tonalidades azul-turquesa generan una gran vista y de hecho propician que todo sea perfecto para practicar el buceo. Si no le haces a eso, también puedes simplemente nadar o hacer esnórquel.
Nada te hará sentir tan pequeña frente a la imponente naturaleza como el Sótano de las Golondrinas, pues es una especie de abismo natural con una profundidad de 512 metros, una caída libre de 376 metros y una abertura superior de 60 metros de diámetro.
Este también se encuentra en el municipio de Aquismón y el amanecer y atardecer aquí es de otro mundo. Pues al salir o ponerse el sol, salen y entran del abismo cientos de vencejos (un tipo de ave que se suele confundir con la golondrina).
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Aunque también es conocido como “pueblo fantasma” este es de los lugares que visitar en San Luis Potosí más populares. Se ubica en la región del Altiplano, a 3 mil metros sobre el nivel del mar, y fue uno de los núcleos de minería en México.
La visita a este lugar es excepcional desde que tienes que cruzar el Túnel de Ogarrio que atraviesa la montaña. Como cualquier otro pueblo, visita la Plaza Principal, el templo a la Purísima Concepción.
También hay viajes, algunos a caballo y otros en Willys (vehículo todoterreno), a la mina abandonada; al Cerro del Quemado, la montaña sagrada de Wirikuta; o la Estación 14, a donde llegaba el ferrocarril en 1888.
Este es de los Pueblos Mágicos más nuevos de México, pues apenas recibió ese reconocimiento en diciembre del 2020. Sin embargo, lo tiene bien merecido pues es la “cuna del rebozo”, prenda que se usa desde la época prehispánica.
Está a solo 20 minutos de la capital de San Luis Potosí y podrás conocer varios talleres que elaboran esta pieza. Esta será la oportunidad perfecta para hacerse de uno de bolita, barbilla, palomo o cualquier otra variedad.
La película ganadora de un Oscar en la categoría de mejor guion adaptado ofrece a los espectadores un vistazo sobre una elección que a partir del próximo 7 de mayo se convertirá en realidad.
El miércoles 7 de mayo, la ficción se volverá real cuando 134 cardenales comiencen el proceso de elección del sucesor del papa Francisco, que murió el 21 de abril a los 88 años.
Como sabrán quienes han visto la película, el cónclave papal se celebrará totalmente a puerta cerrada en la Capilla Sixtina, bajo los mundialmente famosos frescos de Miguel Ángel.
Nadie fuera del Vaticano conocerá el resultado hasta que una columna de humo blanco salga de su chimenea, lo que significará que la Iglesia católica tiene un nuevo líder.
Pero ¿qué nos dice la película sobre cómo podría desarrollarse el cónclave y por qué el proceso resulta tan fascinante?
Adaptada de la novela de Robert Harris, “Cónclave” muestra a los cardenales aislándose en el Vaticano durante el proceso de elección.
No se les permite comunicarse con nadie fuera del cónclave, aunque, dadas las circunstancias prácticas, no están completamente apartados.
“Todos necesitan alimentarse; no están completamente apartados del mundo”, afirma Stephen Bullivant, profesor de teología y sociología de la religión de la Universidad de St Mary’s Twickenham, en Londres.
Este aislamiento autoimpuesto es una tradición que se remonta a siglos.
En parte, busca evitar que los electores se vean influenciados por factores externos, aunque la idea de un proceso a puerta cerrada puede parecer contradictoria con el “enfoque del mundo moderno de transparencia, visibilidad y escrutinio”, según Anna Rowlands, profesora de pensamiento y práctica social católica en la Universidad de Durham, Inglaterra.
La película evoca “una atmósfera introspectiva increíble” y una sensación de retiro del mundo, afirma.
“Me cuesta imaginar una responsabilidad y un sentimiento más intensos que estar encerrado en un cónclave”, añade.
En la pantalla, abundan las deliberaciones claustrofóbicas e intensas, las reuniones estratégicas y las maniobras tácticas.
Un cardenal socava a un candidato favorito para mejorar sus propias posibilidades. Otros, con perspectivas improbables, instan a sus partidarios a cambiar su voto.
Este conflicto de intereses e ideologías en pugna proporciona gran parte del drama de la película.
“Trata esencialmente sobre las maquinaciones políticas que se desarrollan”, le dijo a la BBC a principios de este año Nick Emerson, editor de la película.
Mientras que algunos cardenales pensarán que lo más importante es seguir la guía divina, otros se sentirán ansiosos por tomar una decisión rápida, afirma Tina Beattie, profesora emérita de Estudios Católicos en la Universidad de Roehampton, Inglaterra.
Dado que la salud del papa Francisco estuvo delicada durante algún tiempo, es probable que, incluso antes del cónclave, “ya haya habido mucha politiquería y pugnas por posiciones entre bastidores”, añade.
“Habrá muchos altercados y no todos [los cardenales] estarán de acuerdo”.
Aunque en la película algunas de las escenas más tensas se centran en la votación, en realidad gran parte del drama podría surgir en las reuniones de los días previos al inicio oficial del cónclave.
Durante este tiempo, los participantes se conocerán, definirán sus prioridades y aprenderán a trabajar juntos para llegar a una decisión unificada, explica la profesora Rowlands.
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En la película, un cardenal desconocido, nombrado en secreto por el difunto papa, se ve arrojado a la contienda.
En la vida real, esto no sería posible. Aunque teóricamente cualquier varón católico bautizado es elegible para ser nombrado papa, todos los cardenales que voten en el cónclave tendrían que haber sido nombrados públicamente por un papa anterior.
Dicho esto, la inminente elección podría ser una de las más impredecibles de la historia.
Alrededor del 80% de los cardenales con derecho a voto fueron nombrados en los últimos 12 años por el papa Francisco. Él conscientemente eligió a personas de todo el mundo y con diversos trasfondos políticos.
Muchos de los cardenales designados por Francisco provienen de países en desarrollo, “lugares y contextos donde normalmente no se nombran cardenales”, afirma la profesora Rowlands.
Esto añade un nivel de incertidumbre en cuanto a sus prioridades y su decisión final.
La película presenta a los cardenales como seres humanos falibles que compiten por el poder.
El director Edward Berger le dijo a la BBC el año pasado que, si bien el cónclave se considera “un antiguo ritual espiritual”, él quería acercar a los participantes a la modernidad.
“Los hemos colocado en un pedestal, pero cuando miras más de cerca es gente que tiene teléfonos móviles, que fuma, que tienen los mismos problemas, vicios y secretos que nosotros”.
La profesora Rowlands explica que la película ofrece una mirada a lo que hay detrás de un proceso, con todos los elementos de la naturaleza y la vida humana presentes: “pérdida, dolor, ambición, miedo, tentación, valentía”.
Y agrega: “Un cónclave es algo muy, muy humano… Tiene un propósito divino, pero es algo muy humano”.
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