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Lugares para escuchar jazz en CDMX con bandas en vivo
Lugares para escuchar jazz en CDMX con bandas en vivo
Foto: Alex Zamora en Unsplash
6 minutos de lectura

Lugares para escuchar jazz en CDMX con bandas en vivo

Pasa un gran rato con música en vivo, tragos coquetos y hasta una cena deliciosa en estos lugares para escuchar jazz en CDMX.
30 de abril, 2024
Por: Animal MX
@animalmx 

Si te late la música y quieres pasar una velada a gustito, acá te tenemos lugares para escuchar jazz en CDMX y pasar una gran noche.

La verdad es que la oferta de estos lugares en la ciudad es bastante amplia y no se concentra en una sola área. Así que no importa si vives en el sur, el centro o el norte, seguro encontrarás algún espacio que se acomode para ti.

Lugares para escuchar jazz en CDMX

Lo mejor de todo, es que estos lugares no solo prometen bandas en vivo, sino que en ellos podrás disfrutar de tragos y coctelería y en algunos hasta cenas deliciosas.

1. Jazzatlán Capital

Uno de los lugares para escuchar jazz en CDMX más conocidos es Jazzatlán Capital, pues tiene una oferta amplísima en su cartelera mensual que puedes revisar aquí.

Este lugar es una extensión del club original, que se encuentra en Cholula, Puebla, y que desde hace 14 años es un punto clave en la escena del jazz. Y sí, músicas mexicanas y de otros lugares del mundo han llenado el escenario de este lugar.

Lo mejor es que tiene presentaciones gratuitas (con cupo limitado) y hay otras con venta de boletos anticipada.

Dónde: Guanajuato 238, Roma Norte.
Horario: lunes a viernes de 18:00 a 22:00; sábado y domingo de 17:30 a 02:00.

lugares jazz cdmx jazzatlan capital
Foto: Facebook Jazzatlán Capital

2. The Midnight Monkey

En este speakeasy ubicado en la Roma, te sentirás como en El gran Gatsby o un bar de los años 20.

En cuanto cruces la puerta te sentirás transportada a otra época donde lugares de se realizaba la fiesta clandestina en lugares de este tipo, donde la luz es tenue, pero la música no se detiene.

Aquí no solo encontrarás música en vivo, sino también espectáculos de burlesque, DJ sets y una gran carta de bebidas.

Dónde: Durango 93, Roma (por la Plaza Río de Janeiro)
Cuándo: martes de 20:00 a 01:00; miércoles a sábado hasta las 02:00.

the midnight monkey jazz en cdmx
Foto: Instagram @themidnightmonkey

Lee: Lugares con juegos de mesa en CDMX para una salida diferente

3. Parker & Lenox

La colonia Juárez tiene un encanto muy especial y una de sus joyas es Parker & Lenox, que además de speakeasy es uno de los bares más cool para escuchar jazz en CDMX.

Para llegar, primero debes entrar al restaurante Lenox y, después preguntar por Parker: de esta forma cruzarás a un espacio distinto lleno de música, tragos muy coquetos y con un ambiente muy de los 20s.

Para conocer su cartelera, basta con entrar a su página y checar qué músicas se presentarán el fin de semana. Ahí mismo puedes hacer tu reservación. Los martes son de jam sessions y los jueves hay homenajes a leyendas de jazz.

Si te quedaste con alguna canción en la cabeza y no recuerdas la canción, ellos mismos suben playlists que pueden resultarte interesantes.

Dónde: General Prim 100, Juárez, Cuauhtémoc.
Cuándo: martes a sábado de 18:00 a 2:00; el show comienza a las 21:00.
Costo: martes entrada gratuita; miércoles y jueves boletos a $200; viernes y sábado $290.

4. Afrogatto Coffee & Music

En la Santa María la Ribera también encuentras lugares para escuchar jazz en CDMX. Uno de ellos es este sitio cuya fundadora es la cantante y melómana Adriana Herrera.

La verdad es que este espacio es el refugio de quienes amen la música en general y otras artes, pues encontrarás todo tipo de géneros y disciplinas escénicas como standup y clown.

Sin embargo, sí hay muchas noches dedicadas al jazz y al soul, así que no olvides revisar sus redes sociales para ver quiénes serán los artistas invitados de la noche.

Dónde: Nogal 45, Santa María la Ribera.
Cuándo: normalmente de martes a jueves de 13:00 a 22:00; viernes y sábado hasta las 00:00.

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Foto: Instagram @afrogatto

Te interesa: Conoce Ciudad Literaria, el proyecto para conocer la CDMX desde las letras

5. Nola Jazz

¡Claro que Coyoacán no podía faltar con un lugar para escuchar jazz! Se trata de este sitio cuyo objetivo es hacerte sentir un poco como en Nueva Orleans.

Aquí encontrarás comida típica de este ciudad mientras disfrutas de jazz en vivo en este lugar relativamente nuevo (abrió en 2023).

Dónde: Centenario 49, Del Carmen, Coyoacán
Cuándo: las presentaciones de jazz usualmente son de jueves a sábado a las 20:00; domingos a las 16:30 o 18:00.

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Foto: Nola en Google Maps

6. Café Jazzorca

La Portales es un estuche de monerías que sorprenden bonito. Entre sus grandes ofertas está el Café Jazzorca, uno de los pioneros de la oferta de jazz en CDMX.

Lo maneja Germán Bringas, quien es un músico experimentado que se esfuerza por tener invitadas de primer nivel.

Acá escucharás más improvisación y free jazz y te aseguramos que vas a disfrutarlo muchísimo. ¡Ojo, que sólo abre los sábados!

Dónde: Municipio Libre 37A, colonia Portales.
Cuándo: sábados desde las 20:00

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Foto: Facebook Café Jazzorca

Por si ocupas: Terrazas en museos de la CDMX para pasar un buen rato o admirar grandes vistas

7. Pizza Jazz Café

Se advirtió, se dijo, se repitió: la Portales tiene sorpresas chulas y varios lugares para escuchar jazz en CDMX.

Pizza Jazz Café es Manejado por un saxofonista amante del jazz, es un espacio chiquitito y tiene un aire medio under.

Las pizzas a la leña, con todo y su horno de piedra ahí mismo, tienen nombres de grandes músicos del jazz. Seguro vas a pasar un gran rato en este lugar, pero recuerda: ¡vas a escuchar a las músicas que se presenten! Así que atención, silencio y respeto.

Dónde: Eje 7 Sur 46, colonia Portales.
Cuándo: normalmente de lunes a sábado de 19:30 a 23:00.

8. Zinco Jazz Club

Conocer este espacio es un must en la CDMX. Así como lo lees: el Zinco Jazz Club es todo una referencia del jazz en la ciudad.

Además, el lugar es interesante pues se encuentra en un sótano de un edificio enorme del Centro Histórico de la ciudad, lo que le da un aire único y un ambiente al que tooooda la gente es invitada.

La cartelera la puedes consultar en su página y si ya decidiste que quieres ir, ¡lo mejor es reservar! El lugar es pequeño y conviene tener asegurada tu entrada.

Las músicas salen puntualmente a las 10 de la noche y mientras se llega el momento de escucharlas, puedes beber alguno de los cocteles que te ofrecen.

Dónde: Motolinia 20, Centro Histórico.
Cuándo: normalmente de miércoles a sábado desde las 21:00.

9. El Convite

Nueeevamente la Portales diciéndonos que es el lugar de jazz en CDMX por excelencia.

Y es que muy cerca del Metro Eje Central encontrarás esta fonda con casi 30 años de historia donde los fines de semana mezcla gastronomía con jazz en vivo.

Puedes ir a comer cualquier día de la semana, pero si quieres conocer qué artistas y bandas se presentarán, te recomendamos revisar su página.

Dónde: Filipinas 832, Portales Sur.
Cuándo: lunes a viernes de 08:00 a 21:00; sábado de 10:00 a 20:00; domingo de 10:00 a 18:00. Toma en cuenta que comúnmente los viernes y sábado son de jazz.

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Imagen BBC
Cinco cosas que quizás no sabías sobre la Capilla Sixtina, sede del cónclave para elegir al nuevo papa
9 minutos de lectura

Es una joya del Renacimiento que para el papado fue una audaz afirmación del estatus espiritual y político del Vaticano, de Roma y de la Iglesia católica.

04 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
0
Capilla Sixtina lista para el cónclave
Getty Images
La Capilla Sixtina alberga a unas 200 personas en misas o hasta a 20.000 de los alrededor de 25.000 visitantes que llegan a diario, 5 millones al año. Aquí se ve lista para el cónclave de 2025.

En un lugar con más de cinco siglos y medio de historia, ubicado en el Estado más pequeño de todos, tienen lugar unas elecciones que intrigan a gran parte del mundo, ya sea por razones religiosas, políticas, sociales o intelectuales.

Pero atañen particularmente a los alrededor de 1.400 millones de fieles católicos, pues se trata de la selección del sucesor de San Pedro, el primer papa ordenado por Jesús.

Según esa tradición, la línea ininterrumpida de sucesores que ha habido desde entonces ha asegurado que los mensajes y enseñanzas que Cristo les dio a los apóstoles se hayan transmitido y permanecido inalterados.

Los cardenales con voz y voto en la trascendental decisión sobre cuál de los príncipes de la Iglesia católica apostólica romana será el sumo pontífice se congregaron por primera vez en la Capilla Sixtina en 1492.

Pero no era la única sede de cónclaves, hasta que en 1878 se convirtió en la permanente.

Desde entonces, durante ese paréntesis en el que se elige a un papa, es en la delgada chimenea que está en su techo y no en sus magníficas obras de arte donde se fijan los ojos del mundo, a la espera de señales de humo, las únicas pistas de lo que está ocurriendo en su interior.

Y es que, a partir del momento en el que se proclama extra omnes, y todos los que no forman parte del cónclave se retiran, los cardenales electores se quedan encerrados entre esas cuatro paredes y con un techo tapándoles el cielo.

Suena claustrofóbico, ¡pero qué paredes y qué techo!

La Capilla Sixtina es una obra de arte que a lo largo de los siglos ha dejado a millones maravillados.

Algunos se quedan sin palabras; otros, como el erudito alemán Goethe, las encuentran:

“Hasta que no hayas visto la Capilla Sixtina, no tendrás una idea adecuada de lo que el hombre es capaz de lograr”.

Y, ¿sabías que…?

1. Miguel Ángel escribió un poema lamentando las dificultades de embellecer uno de los lugares más sagrados de la cristiandad

Es incongruente que Miguel Ángel creara una obra tan sublime en la bóveda de la Capilla Sixtina contra su voluntad.

Pero así fue.

Siempre se consideró más escultor que pintor.

El Techo Sixtino
Getty Images
Para Miguel Ángel, ya famoso como escultor del David en Florencia, el fresco de la Capilla Sixtina fue una prueba de su habilidad y resistencia, y del potencial del arte para asombrar, que materializó en su asombrosa maestría de la forma humana.

Cuando el papa Julio II le pidió que se encargara de la capilla, estaba trabajando en la tumba de mármol del pontífice y nunca antes había terminado un fresco completo.

A pesar de que la comisión llegaba de tan alta autoridad, intentó rechazarlo dos veces, pero finalmente capituló.

Una de las pruebas más fehacientes de su reticencia es un soneto que le envió a su amigo Giovanni di Pistoia en 1509, apenas un año después de empezar su obra en el techo Sixtino, tarea que se extendería durante tres años más.

Sus quejas y dolencias ya eran numerosas.

Tenía la glándula tiroides inflamada, decía, la columna vertebral torcida y encorvada, el pecho oprimido y retorcido, los muslos acalambrados constantemente y el trasero dolorido por el esfuerzo.

Por si fuera poco, “¡Mi pincel, encima de mí todo el tiempo, gotea pintura para que mi cara sea un buen piso para los excrementos!“.

No eran lamentos vanos.

Para pintar el techo de 3.300 metros, tenía que estar parado en un andamio precario de 18 metros de altura, con el cuello doblado hacia atrás y el brazo elevado por encima de la cabeza.

Gran parte del tiempo trabajaba en soledad, pues, como demostró el trabajo de restauración en la Capilla Sixtina, sus frescos fueron realizados en gran parte por su mano, a excepción de partes relativamente menores hechas por asistentes.

Le precupaba su estado mental.

Porque estoy atascado así,

mis pensamientos son estupideces locas, pérfidas:

cualquiera dispara mal por una cerbatana torcida“.

Y le preocupaba también que pintar en esas condiciones afectara la obra, de ahí que declarara, al final del poema:

Mi pintura está muerta.

Defiéndela por mí, Giovanni, protege mi honor.

No estoy en el lugar correcto, no soy pintor“.

2. En “La creación de Adán” aparece otro humano (y es mujer)

Getty Images
Miguel Ángel tuvo en cuenta la curvatura de la bóveda y ajustó los dibujos para que la obra se viera como debía ser.

La imagen central del techo de la capilla, que muestra a Dios creando a Adán, con sus dedos casi tocándose, es una de las más impactantes de todo el edificio.

Como le dijo a la BBC la historiadora del Renacimiento Catherine Fletcher, es “una de las pocas pinturas que se ven por todas partes”.

“Junto con la Mona Lisa, es posiblemente la única pintura del arte occidental que alcanza ese nivel icónico”.

La obra no sólo asombró por su gran maestría, sino también por su gran originalidad.

Dios aparece como un superhéroe, arrastrado por el viento, musculoso, con ropajes ceñidos que revelan sus piernas y un manto.

El acto de la creación, realizado con la punta del dedo, también fue invención de Miguel Ángel.

Pero hay algo que, dado cuán hipnóticas son esas dos manos en el centro, puede pasar desapercibido.

De hecho, no fue hasta la década de 1870, tras la primera publicación de fotografías del Techo Sixtino, que se observó una presencia significativa bajo el brazo de Dios.

Está entre figuras envueltas en el manto rojo ovalado del Creador, y es una mujer que dirige a Adán una mirada atenta.

Pero ¿quién puede ser?

Detalle de la Creación de Adán
Getty Images
Ahí está, la misteriosa mujer cobijada por Dios.

La interpretación más ampliamente aceptada es la presentada por primera vez por el crítico de arte inglés Walter Pater (1839-1894), quien afirmó que la persona a quien Dios cobija bajo su brazo es Eva, antes de su creación.

Las otras 11 figuras, añadió, representan simbólicamente las almas de la progenie por nacer de Adán y Eva: la humanidad entera.

El creador, señaló Pater, “viene con las formas de las cosas que serán, la mujer y su progenie, en el pliegue de su manto”.

“Ella parece muy consciente de lo que sucede”, le dijo a la BBC Matthias Wivel de la Galería Nacional en Londres.

“Dios le está dando a Adán un alma, le está dando libre albedrío, y eso es lo que Eva personifica”, agregó.

Más recientemente se ha planteado que la mujer que ocupa ese lugar de honor junto a Dios es la Virgen María.

Esta teoría surgió a raíz del niño pintado junto a la figura femenina, sobre quien se posan suavemente los dedos de Dios; se debate si podría ser el niño Jesús, quien espera pacientemente junto a su padre.

3. Además de las de Miguel Ángel, obras de otros grandes artistas cubren las paredes de la capilla

Cuando el papa Sixto IV encargó la construcción de la capilla que lleva su nombre, en 1480, Miguel Ángel tenía tan solo 5 años.

Pasarían casi tres décadas antes de que el famoso maestro del Renacimiento escalara el alto andamio y transformara el techo con su pincel.

Pero eso no quiere decir que estuviera en blanco: la bóveda estaba pintada de azul con estrellas doradas.

Era un cielo creado por Piermatteo d’Amelia, uno de los artistas convocados para decorar el sagrado recinto en un período sorprendentemente corto, apenas 11 meses, de julio de 1481 a mayo de 1482.

Escenas de la vida de Moisés de Sandro Boticcelli
Getty Images
“Escenas de la vida de Moisés” es uno de los tres frescos que Sandro Botticelli pintó en tan solo 11 meses.

El equipo estaba conformado por los más grandes pintores de la generación anterior, entre ellos Sandro Botticelli, Pinturicchio, Cosimo Rosselli, Pietro Perugino (maestro del pintor y arquitecto Rafael) y Domenico Ghirlandaio (maestro de Miguel Ángel).

El plan comprendía un ciclo del Antiguo y otro del Nuevo Testamento, con narraciones que comenzaban en el muro del altar, continuaban a lo largo de los largos muros de la capilla y finalizaban en el muro de la entrada.

Encima se pintó una galería de retratos papales, que se completaban debajo con representaciones de cortinas pintadas.

Doce frescos de esos artistas del siglo XV siguen mostrando hermosamente escenas de la vida de Cristo y de Moisés en las paredes de la capilla.

Solían ser 14, pero cuando, en 1533, Clemente VII de Médici le encargó a Miguel Ángel que pintara “El juicio final” en el muro del altar, se perdieron los dos primeros episodios de esas historias, pintados por Perugino, así como el retablo de la Virgen asunta entre los Apóstoles.

4. Un artista cubrió los genitales en “El juicio final”

Getty Images
Con más de 300 figuras musculosas, en una gran variedad de poses dinámicas, la obra es sobrecogedora.

“El juicio final” fue pintado 25 años después del techo de la Capilla Sixtina, cuando Miguel Ángel tenía 60 años.

La tarea era abrumadora: visualizar el fin de los tiempos y el comienzo de la eternidad.

Nadie mejor que él para llevarla a cabo.

El fresco refleja magistralmente y sobre un fondo azul el significado textual del apocalipsis.

El término proviene del griego apokálypsis que significa “despojar lo que cubre”, “retirar el velo”, “descubrir”, “develar”, “revelar”.

Así, muchas de las más de 300 figuras que rodean a Cristo, casi todas masculinas, están desnudas.

Cuando Biagio da Cesena, el maestro de ceremonias papal, se quejó de tal indecencia, la respuesta de Miguel Ángel fue inmortalizarlo en el fresco como juez de los condenados y del infierno.

Lo pintó desnudo salvo por una serpiente que le rodea las caderas y le muerde los genitales.

Hombre maduro con serpiente enrollada
Dominio Público
La respuesta de Miguel Ángel a la crítica de Biagio da Cesena.

Sin embargo, Biagio no era el único escandalizado, y las críticas no cesaron ni con la muerte del artista.

Cuando el Concilio de Trento prohibió el arte “lascivo”, la obra fue condenada como indecorosa.

En 1564 el papa Pío V le ordenó a Daniele da Volterra, quien había sido aprendiz de Miguel Ángel, que cubriera la desnudez de los personajes pintados por su maestro.

Eso le valió a Daniele el desafortunado apodo de Il Braghettone o “el creador de bragas”.

Cuatro siglos después, cuando se hizo la limpieza de “El juicio final” en las décadas de 1980 y 1990, se presentó el dilema de si conservar o eliminar las adiciones que ocultaban lo que Miguel Ángel dejó a la vista.

La solución fue dejar algunos rastros de la censura como evidencia de la mentalidad dominante del siglo XVI, y recuperar tanto como fuera posible el aspecto original del fresco.

Así, San Pedro, San Bartolomé y Santa Catalina de Alejandría siguen vistiendo las prendas creadas por Il Braghettone.

5. Machu Picchu y los frescos de la Capilla Sixtina son de la misma época

Superposición de
Getty Images
Dos exquisitas obras a 10.500 kilómetros de distancia.

El Renacimiento italiano y el Imperio inca no suelen asociarse entre sí, pero ambos fueron fenómenos de la misma época.

La ciudadela de Machu Picchu, situada en los Andes en Perú, se completó alrededor de 1450, en el apogeo del poder del imperio, y probablemente estuvo ocupada hasta alrededor de 1530.

A más de 10.500 kilómetros de distancia, mientras los emperadores incas continuaban reinando en su incomparable retiro en la cima de la montaña, los grandes artistas italianos creaban sus frescos en la Capilla Sixtina del Vaticano.

Y Machu Picchu seguía habitado cuando, en 1512, Miguel Ángel le estaba dando los toques finales a su obra maestra en el techo.

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