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Por qué la *ludopatía es tan peligrosa* como la adicción a las drogas
Por qué la *ludopatía es tan peligrosa* como la adicción a las drogas
Unsplash: Michał Parzuchowski
4 minutos de lectura

Por qué la *ludopatía es tan peligrosa* como la adicción a las drogas

15 de abril, 2020
Por: Rogelio Loredo
@RogerVk93 

La verdad es que apostar puede ser bastante emocionante. Si alguna vez fueron a un casino, seguro les ha pasado que se llenan de adrenalina al momento de estar jugando.

No importa que sea en una máquina de bingo, un torneo de poker, una mesa de blackjack o apostándole a un partido de futbol, esa adrenalina siempre está presente cuando nuestro dinero está en juego.

Sin embargo, las apuestas también se pueden convertir en una adicción llamada ludopatía.

La ludopatía, definida por la Clínica Mayo, es “la adicción patológica a los juegos de azar” que causa “el deseo irrefrenable de seguir apostando a pesar de los estragos que esto causa en tu vida”.

Al leer esta definición, unx pensaría que la ludopatía no es tan peligrosa como el alcoholismo, drogadicción o cualquiera de las otras adicciones conocidas.

Pero esto es es completamente falso. ¡Lo es!

Rodrigo Carabaza, psicoterapeuta egresado de la Universidad Anáhuac, dijo que lo que hacen adictivas a las apuestas es que estimulan los sistemas cerebrales de recompensas.

“Al igual que las drogas y el alcohol producen una sensación de bienestar y adrenalina”.

El problema que tiene el ludópata es que no puede parar de jugar. Rodrigo explica que las personas que se controlan ponen un límite de cuánto juegan y de ahí no pasan, pero alguien con ludopatía siente la necesidad de seguir apostando, vaya ganando o perdiendo.

Pero la situación más peligrosa es cuando va perdiendo.

“El cerebro de un ludópata siempre empieza a decirles ‘es que en esta ya gano’ o ‘en esta ya me recupero’, por eso les es difícil parar cuando van perdiendo. Eso hace peligrosa a la adicción, porque pierden la perspectiva de lo que arriesgan”.

Factores de riesgo

Rodrigo señala que hay varios factores que pueden empujar a una persona a la ludopatía.

Entre estos se encuentran los trastornos de salud mental, rasgos de una personalidad obsesiva-compulsiva, personas introvertidas, problema de abusos de sustancias, además de depresión y ansiedad.

Aunque no hay una razón específica por la que alguien puede caer en esta adicción existen algunas que están relacionadas, las cuales pueden ser “genéticas, ambientales o por rasgos de la personalidad”.

“La ludopatía puede empezar desde una edad temprana. Por ejemplo, cuando en el recreo los niños apostaban sus tazos”.

Pero esta adicción generalmente se puede dar en adultos jóvenes por la situación en la que se encuentran, como tener un sueldo estable y no tener una responsabilidad de mantener una familia.

¿Cuáles son los síntomas de la ludopatía?

Como cualquier otra adicción, las personas ludópatas pueden mostrar ciertas señales de que tienen problemas con el juego.

La Clínica Mayo señala que una alguien con ludopatía puede presentar los siguientes comportamientos:

  • Mostrar interés todo el tiempo por las apuestas, viendo cómo puede ganar más dinero.
  • Cada vez apostar sumas de dinero más altas para sentir la misma emoción.
  • Molestarse al intentar reducir las apuestas y fracasar en el intento.
  • Apostar para escapar de los problemas o aliviar sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad o depresión.
  • Querer recuperar el dinero perdido apostando más.
  • Mentir a familiares o personas cercanas sobre la magnitud de sus apuestas.
  • Poner en peligro relaciones importantes, trabajo u oportunidades laborales o académicas por las apuestas.
  • Robar o recurrir a fraude para conseguir dinero.
  • Pedir a otras personas ayuda con los problemas económicos porque perdieron todo su dinero apostando.

Además, Rodrigo mencionó que esta adicción es más frecuente en hombres que mujeres, pero las mujeres que se vuelven ludópatas empiezan más tarde y por lo general se enganchan más rápido.

¿De qué manera se puede recuperar una persona con adicción al juego?

Al igual que las otras adicciones existen tratamientos para alejar a lxs ludópatas de situaciones de riesgo que podrían llevarlxs a recaer.

Eso sí, el primer paso es que ellxs acepten que tienen un problema con las apuestas y no pueden dejar de hacerlo. Si no lo se dan cuenta entonces sería muy difícil tratar esta adicción.

Rodrigo menciona que una manera de hacerlo es a través de una terapia cognitivo-conductual, que te ayuda a desarrollar nuevas estrategias para poder afrontar la necesidad de apostar.

La terapia te hace ver que no tienes la necesidad de apostar y que cuando llegas a sentir esa necesidad puedes hacer otra cosa que también te hace sentir bien.

“La terapia busca hacerte consciente de las pérdidas que estás teniendo y que continuarás teniendo mientras sigas jugando, entre ellas las relaciones socio-afectivas”.

También otro tipo de tratamiento es a través de grupos de autoayuda (como alcohólicos anónimos) que funcionan porque escuchas otras historias con las que te sientes identificado.

Por último, señaló que la familia juega otro papel importante para darle el sostén y comprensión a la persona enferma.

Nada más recuerden, no tiene nada de malo apostar por diversión, siempre poniéndose un límite y sin verlo como un negocio.

Antes de que te vayas: Las frases de Hugo López-Gatell que aplican para la salud (y la vida)

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Imagen BBC
¿De verdad Ozzy Osbourne le arrancó la cabeza a un murciélago de un mordisco en uno de sus conciertos?
6 minutos de lectura

Una de las anécdotas más impactantes del mundo del rock tuvo a Ozzy Osbourne como protagonista.

23 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

En el turbulento mundo del rock, rara vez está mal visto ser impactante.

Todo lo contrario. La mayoría de las veces es prácticamente obligatorio.

Si existen los límites, pocos artistas los han traspasado tanto como John Michael Osbourne, también conocido como Ozzy Osbourne, o el Príncipe de las Tinieblas, quien falleció este martes a los 76 años.

Un apodo así no se consigue por casualidad.

Los fans de Black Sabbath lo apodaron inicialmente así debido a su oscura personalidad en el escenario, su aura decadente y sus letras obsesionadas con lo oculto.

Aun así, sus acciones de la noche del 20 de enero de 1982, en las que la cabeza de una desafortunada criatura terminó separada de su cuerpo, fueron una locura descomunal, incluso para los excesivos estándares de Ozzy.

Es un evento que, décadas después, todavía se considera uno de los momentos más notorios de la historia del heavy metal.

Aunque al parecer, esta ni siquiera era la primera vez que el cantante estaba involucrado en la decapitación de un animal inocente.

Pero más sobre eso más adelante.

En lo que respecta a Ozzy y el murciélago, no es sorprendente que, a lo largo de los años, los recuerdos hayan cambiado sobre el giro preciso que dieron los acontecimientos.

A veces se debía a que los recuerdos de la gente se contradecían entre sí. Pero sobre todo, dependía de la versión de la historia que Ozzy quisiera contar.

Pero algunos datos sobre el incidente son inequívocos.

Ozzy Osbourne y el murciélago: la noche del incidente

Tony Iommi y Ozzy Osbourne de Black Sabbath
Getty Images
Ozzy se convirtió en un artista solista de gran éxito después de que lo expulsaran de Black Sabbath.

En enero de 1982, Ozzy llevaba dos meses de una agotadora gira promocionando su segundo álbum en solitario, Diary of a Madman.

Se había desarrollado una tradición: el cantante lanzaba al público trozos de carne cruda y partes de animales, incluyendo intestinos e hígado.

En ese momento era todo un escándalo y, quizás, un comportamiento no del todo inexplicable para un hombre que había sido aprendiz en un matadero.

A lo largo de la gira, la noticia de la práctica se extendió rápidamente, y los fans de Ozzy empezaron a mostrar su ingenio. En cada escenario, sabían exactamente lo que se avecinaba y acudían armados y listos para el espectáculo.

Así que, cuando algo pequeño y negro aterrizó en el escenario durante un bullicioso concierto un miércoles por la noche en el auditorio Veterans Memorial de Des Moines, en Iowa, el cantante pensó que era un juguete de goma.

Y aquí es donde los recuerdos empiezan a desviarse en diferentes direcciones. En su autobiografía de 2010, I Am Ozzy, el cantante cuenta que lo recogió, se lo metió en la boca y lo devoró.

“Sin embargo, de inmediato sentí que algo andaba mal. Muy mal. Al principio, mi boca se llenó al instante de un líquido cálido y pegajoso”, recordó. “Luego, la cabeza en mi boca se movió nerviosamente”.

Ozzy Osbourne en 2014.
Reuters
Ozzy Osbourne se ganó el título del “Príncipe de las Tinieblas” entre sus fanáticos por sus excesos en el escenario.

“Alguien lanzó un murciélago. Pensé que era de goma. Lo recogí, me lo metí en la boca y le di un mordisco”.

Entonces dice que se dio cuenta: “¡Oh, no, es real! Era un murciélago vivo de verdad”.

¿Es esta la versión definitiva de la historia? ¿Un murciélago vivo que lanzaron al escenario y que Ozzy muerde? Nada más lejos de la realidad.

Ozzy no siempre dijo que el animal estuviera vivo cuando se lo lanzaron.

En 2006, ofreció a la BBC una versión de la historia sutil, pero crucialmente diferente.

“Aparece este murciélago. Pensé que era uno de esos murciélagos de broma de Halloween porque tenía una cuerda alrededor del cuello”, dijo.

“Lo mordí, miré a mi izquierda y Sharon [Osbourne, su esposa y entonces representante] decía [haciendo un gesto de no].

“Y yo le dije: ¿De qué estás hablando? Ella [dice]: “Es un murciélago muerto de verdad”. Y yo… ¡ahora lo sé!”

Entonces, ¿estaba vivo o muerto el desafortunado mamífero alado?

¿Quién mejor para confirmar si estaba desprovisto de vida y había dejado de existir que la persona que afirma haber llevado el murciélago al concierto?

¿Vivo o muerto?

Según el diario Des Moines Register, ese hombre era Mark Neal.

Tenía 17 años en el momento del concierto. Y su relato de los acontecimientos que precedieron a la sangrienta noche fue el siguiente: su hermano menor había traído al animal a casa dos semanas antes, pero, lamentablemente, no había sobrevivido.

Neal dijo que, para cuando lo llevó al concierto, llevaba días muerto.

Así que parece que la evidencia disponible sobre esta legendaria pieza de exceso de heavy metal, ubicada en el número dos de la lista de los mitos más salvajes del rock de la revista Rolling Stone, apunta a que es en gran medida cierta.

Todos coinciden en que el murciélago sí llegó a la boca de Ozzy, aunque parece probable que ya no estuviera vivo para entonces, algo con lo que el propio Ozzy coincidía. A veces.

Pero ¿qué hay de un incidente inquietantemente similar ocurrido unos nueve meses antes en Los Ángeles?

Ozzy Osbourne
Getty Images
La carrera en solitario de Ozzy le ganó un nuevo ejército de fanáticos.

Una vez más, los detalles varían, generalmente dependiendo de con quién hablaba Ozzy.

Los hechos básicos nunca han sido discutidos. Ozzy tenía previsto reunirse con un grupo de ejecutivos de la discográfica CBS en Los Ángeles, y a Sharon se le ocurrió que llevara tres palomas vivas.

Tras un breve discurso de agradecimiento, el plan era que Ozzy las lanzara al aire para que todos pudieran verlas revolotear, en un gesto simbólico de paz.

Alerta de spoiler: Eso no fue lo que finalmente ocurrió.

Palomas de la paz

Ozzy había estado bebiendo brandy toda la mañana, y más tarde le contó al biógrafo de rock Mick Wall que una relacionista pública en la reunión lo había estado molestando mucho.

Según el libro de Wall, Black Sabbath: Síntomas del Universo, Ozzy “sacó una de esas palomas y le arrancó la cabeza de un mordisco solo para callarla”.

“Luego lo volvió a hacer con la siguiente paloma”, añadió, “escupiendo la cabeza sobre la mesa”.

“Fue entonces cuando me echaron. Dijeron que nunca volvería a trabajar para CBS”.

Ozzy Osbourne
Getty Images
“Fue entonces cuando me echaron. Dijeron que nunca volvería a trabajar para la CBS.”

En la segunda versión, relatada unos meses después, le contó a Garry Bushell, de la revista Sounds, una historia ligeramente diferente.

“El engaño es que el pájaro estaba muerto. Planeábamos liberarlo allí, pero murió antes. Así que, en lugar de desperdiciarlo, le arranqué la cabeza de un mordisco.

“Deberías haber visto sus caras. Todos palidecieron. Se quedaron sin palabras.”

El maestro de ceremonias del exceso del rock

Ozzy, por supuesto, tenía una reputación que mantener. Después de todo, este era el hombre que había sido expulsado de Black Sabbath porque, incluso para los estándares astronómicamente laxos del rock, su consumo de alcohol y drogas se consideraba excesivo.

Y aunque sus encuentros con el murciélago y las palomas pudieran no parecerles a muchos una locura, estos, con útiles dosis de exageración, contribuyeron significativamente a la imagen escandalosa de Ozzy Osbourne.

Sin duda, le dieron aún más publicidad y notoriedad, ayudando a que su carrera en solitario se disparara como un rayo.

Y aunque puede que no sea culpable de todos los delitos que se le atribuyeron a lo largo de los años, no cabe duda de que alcanzó alturas (o profundidades) que otras estrellas del rock nunca se atrevieron a contemplar.

Eso significó que fue visto como el indiscutible maestro de ceremonias del exceso del rock, una reputación que definió su carrera y que lo acompañó hasta el final.

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BBC
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