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¿Cómo reforestar con responsabilidad? Un llamado para recuperar la vegetación nativa que peligra
¿Cómo reforestar con responsabilidad? Un llamado para recuperar la vegetación nativa que peligra
Para reforestar es importante hacerlo de forma responsable. Ilustración: Darien @darien_cl.
12 minutos de lectura

¿Cómo reforestar con responsabilidad? Un llamado para recuperar la vegetación nativa que peligra

Ante las altas temperaturas y una tercera onda de calor en mayo y junio, la ciudadanía se movilizó para crear campañas de reforestación. Toma en cuenta que antes de salir a plantar, sepas cuáles son las condiciones apropiadas para colocar una planta, que esta sea nativa y el suelo esté condiciones para recibirla.
28 de junio, 2024
Por: Verónica Santamaría
@VeroSantamariaC 

En los últimos meses nos alertaron sobre las altas temperaturas en cada rincón de la Tierra y México no fue la excepción. Un ejemplo claro lo vivimos en los meses de mayo y junio, cuando  la tercera onda de calor del año impactó con golpes de calor en la fauna y nos mostró la urgencia de contar con más áreas verdes, lo que llevó a que usuarios en redes sociales comenzaran campañas de reforestación.

Tal vez en las últimas semanas te has encontrado con mensajes como: “Busco gente seria para reforestar”, “Hagamos tendencia plantar árboles”, “Todos plantemos un árbol y sanemos el planeta”, “Te cambio tu publicidad por árboles” o “Busco gente seria para ir a plantar árboles”, entre otros similares.

Es claro que muchas personas queremos ver más plantas en las avenidas, en las calles y en los bosques, pero para “poner de moda plantar árboles” es importante que lo hagamos con buenas prácticas de reforestación para que supervivan en su nuevo hogar.

Convocar a que las personas salgan a reforestar el sitio donde viven es una buena intención ciudadana, pero debemos ser responsables con la especies que plantemos, el sitio que reforestamos y el monitoreo continúo que se debe dar a las plantas y futuros árboles a colocar. Recuerda que también son vida.

En este Día Mundial del Árbol, celebrado el 28 de junio, consultamos un par de manuales con buenas prácticas de reforestación de la organización Pronatura A. C. y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y también, preguntamos a un biólogo con experiencia en reforestación, conocimiento del suelo y vegetación nativa en México, para saber cómo participar en una reforestación responsable.

Ramiro Ríos Gómez, biólogo de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, explica a Animal MX que la reforestación en México es un tema preocupante para actuar ante las condiciones en que se encuentra el planeta y todo el desastre que estamos viviendo.

Reforestar para restaurar 

De acuerdo con la plataforma Biodiversidad mexicana de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la reforestación o siembra de árboles resulta de una serie de actividades en las que comprende la planeación, la operación, el control y la supervisión de todos los procesos que se realizan en la plantación de árboles. 

La reforestación puede ser urbana o rural y será exitosa siempre y cuando usemos especies nativas. De acuerdo con la Conabio, cada reforestación tiene objetivos diferentes, por ejemplo:

  • La reforestación urbana ocurre dentro de las ciudades. Sus objetivos son diversos y se clasifica de diferentes maneras, como: estética o escénica, investigación, experimental o demostrativa, conductiva o moderadora de ruido o protectora, y como control de sombras. 
  • La reforestación rural sucede en superficies forestales o potencialmente forestales donde originalmente existían bosques, selvas o vegetación semiárida. Su clasificación es de: conservación, protección y restauración. Agroforestal y productiva.

Ramiro Ríos Gómez, quien también es docente de la carrera de biología en la FES Zaragoza de la UNAM, señala que la importancia de reforestar se debe a que las personas hemos degradado la cobertura vegetal y vamos a procurar restaurarla y devolverla, nuevamente, para recuperar la vegetación como inicialmente estaba. 

“Si eso sucede le estamos retornando a cada porción reforestada el equilibrio que existe entre el suelo, el clima, la atmósfera, por lo tanto la hidrosfera, y con ello, al ecosistema como si no hubiera habido perturbación”,  señala Ríos Gómez.

De lograr una reforestación exitosa los árboles y la vegetación a plantar obtendrán la circulación de nutrimentos, habrá una regulación del clima y todo retornará a la normalidad, con las condiciones que todo ser vivo requiere, añadió el experto.

como reforestar
Te decimos cómo reforestar de manera adecuada. Unsplash: Syahrin Seth.

¿Cuándo y cómo restaurar un ecosistema?

La Comisión Nacional Forestal (Conafor) explica en su Manual de Restauración Forestal que los ecosistemas naturales saludables tienen la capacidad de recuperarse por sí mismos de disturbios o cambios ambientales importantes que alteren su estado de equilibrio. A esto se le conoce como resiliencia.

Un ecosistema es resiliente, según la Conafor, cuando es capaz de recuperar sus atributos estructurales y funcionales después de verse alterado. Esto hará que vuelva a su estado de equilibrio.

En cambio, cuando un ecosistema ha perdido la capacidad de recuperarse por sí solo es cuando requiere de una restauración ecológica, es decir, una práctica con la que se buscará alcanzar la resiliencia gracias a la intervención hasta el punto en el que pueda seguir su desarrollo de forma autónoma.

El Manual de reforestación AbE de la organización Pronatura A. C., deja algunos consejos de buenas prácticas para esta actividad con un enfoque en el impacto que el cambio climático genera en los ecosistemas. 

Esta guía señala la importancia de revertir la deforestación global como una estrategia para hacer frente a la problemática del calentamiento global con la reforestación AbE, que es la Adaptación Basada en Ecosistemas y se refiere a las medidas o acciones encaminadas a reducir la vulnerabilidad de los ecosistemas y de las personas, ante los efectos del cambio climático.

No plantes por plantar 

Sin embargo, ante todas estas campañas de reforestación o invitaciones a reforestar, Ríos Gómez aconseja que antes de acudir a una de estas actividades sepamos, primero, cuál será el manejo de la planta para colocarla en su sitio, la profundidad que usaremos y las condiciones edáficas apropiadas, es decir, procurar el no poner una planta que no corresponde a la especie que predomina en el sitio donde será plantada. 

“No es plantar por plantar. Lamentablemente llevamos años, décadas, en donde nuestras instituciones que se dedican a la producción de plantas y siempre son las mismas especies sin importar los ecosistemas”, declaró el docente quien cuenta con una maestría en el Colegio de Posgraduados con especialidad en Edafología, es decir, se encarga del estudio del suelo para su mejor uso. .

El biólogo también detalla que en México no tenemos viveros para la producción de plantas forestales o silvestres de cada uno de nuestros ecosistemas, debido a que solo se produce pino y, pocas veces, encino. Incluso, hay ocasiones en que se colocan  pinos en cualquier pinar y eso no debe ocurrir.

“Debe ser cada tipo de vegetación correspondiente. De manera natural la distribución de la cobertura vegetal en el planeta está directamente relacionada con el suelo, el organismo -en este caso la planta-, su biota edáfica porque son asociaciones las que se establecen, el clima y la atmósfera. Todo debe ser compatible”, explicó.

Lo anterior ocurre porque se debe seleccionar la especie apropiada, el individuo adecuado y el tamaño apropiado por los cuidados que implica su desarrollo. Además de tomar en cuenta la edad con la que pongamos a la planta.

“No es lo mismo poner una plántula que poner una planta”, explica el biólogo, ya que una planta se va a defender ella sola en su crecimiento y una plántula, que apenas empieza su desarrollo, es mucho más vulnerable.

En ese sentido, una planta que ya tiene una edad determinada puede responder a la variabilidad en las condiciones en que se dé su manejo, al trasplante y al sitio donde será trasplantada.

La distancia entre los árboles sí importa

Otro de los puntos a considerar al momento de salir a reforestar, es que la distancia entre los árboles que plantas sí importa. Ramiro Ríos Gómez, enfatiza en que la planta que coloquemos se debe poner a la distancia que va a tener cuando sea adulta y con eso, se reduce el costo de producción y que la especie no muera en su intento por supervivir.

“A mí no me gusta poner una planta con la idea de que se va a morir. Si voy a plantar 20 plantas es para que vivan las 20 y van a ser colocadas en el sitio apropiado, manejadas apropiadamente y darles todo lo que requiere para su establecimiento y sola, después, se va a desarrollar si ya tiene el tamaño apropiado”, señala.

Para saber cuál será la cobertura que tendrá una planta, y en este caso un árbol cuando sea adulto, dependerá del diámetro de la copa. Esa será la cobertura.

Ríos Gómez explica con un ejemplo que si el diámetro de una planta o árbol cuando va a ser adulta es de 8 metros, hay que poner una planta a cada 8 metros entre ellas.

“Porque 4 metros van a ser a un lado de la planta y los otros 4 a un lado de la planta. Son 8 metros de copa, entonces, la siguiente planta debe estar a los otros 8 metros para que las ramas se toquen apenas cuando sean adultas”, añade.

De no respetar la distancia entre las especies que plantemos, y se apueste por aumentar la densidad entre ellas, solo se provocará que inicie una competencia por la luz. En consecuencia, la planta que crezca más rápido se va a apropiar del espacio y va a suprimir a la que le queda a lado de ella.

“Mejor cuido cada una de esas plantas que están colocadas a su distancia y voy a tener una cobertura vegetal apropiada. Si queremos aumentar la densidad las ponemos a 6 metros y que se toquen un poco las copas, no hay problema, hay filtración de luz. Pero no son las únicas especies que vamos a plantar y que van a crecer, hay herbáceas y arbustivas. Las plantas están asociadas entre sí y con la biota del suelo van a establecer relaciones de cooperación”, explica Ríos Gómez.

cómo reforestar
Unsplash: Noah Buscher.

La vida debajo del suelo

Para que las plantas adquieran los nutrimentos que necesitan, la salud del suelo también es importante. El biólogo explica que cuando movemos el suelo donde pondremos una planta, implica retirar a millones de microorganismos por cm3, es decir, que en ese espacio removido van cientos o miles de especies diversas.

“Cuando mueves el suelo afectas a esas poblaciones. Si no lo quieres tomar en cuenta es porque ignoramos que ahí están e ignoramos su importancia funcional en el ecosistema. Desarrollamos investigación para crear el conocimiento y utilizarlo para beneficio de la sociedad y la propia naturaleza en la que vivimos”, señala.

En ese sentido, cuidar del suelo es preocuparnos también por el “sistema radical” de una planta, es decir, la raíz o raíces principales y las raíces fibrosas que forman parte de una especie vegetal.

El experto menciona que ante la sequía que estamos experimentando, hay especies de raíz pivotante que penetran verticalmente con mayor profundidad en el suelo. Esto permite que puedan tener un mejor éxito de supervivencia a las condiciones de estrés. Toma en cuenta que la parte superficial del suelo se seca más rápido y ahí no hay nada que la planta pueda tomar.

Sin embargo, a mayor profundidad hay algo más de humedad que le permitirá supervivir, por lo menos, de 15 a 20 días o hasta un mes más sin lluvia.

“A base de la humedad residual que está en la profundidad donde llega la raíz, serán unas cuantas raíces las que lo mantengan vivo, dándole la oportunidad a que cuando llueva recupere todo su vigor. Entonces, hay que ver muy bien el sistema radical de las especies de cada ecosistema para introducirlas, tener arbolado y no venga la degradación del suelo”, señala el biólogo.

Ante esto, también advirtió sobre las lluvias torrenciales que hoy experimentamos, ya que se trata de lluvias abundantes, con una gran cantidad de agua en poco tiempo, ocasionando inundaciones. Esto provoca que no se tenga tiempo para la infiltración y se dé la escorrentía, que es cuando la corriente de agua vertida rebasa el depósito o cauce natural o artificial. 

Como consecuencia traen al suelo el fenómeno de la erosión, que generará otro impacto para la planta.

Consejos para tener una reforestación exitosa

Cada especie (vegetal, animal, microbiana) requiere de un conjunto de condiciones para vivir bien. Por ello, si decides unirte a una campaña o llamado de reforestación sin saber las necesidades de los árboles que plantarás, es muy probable que se corras el riesgo de plantarlo en un sitio inapropiado.

Para evitar esto, Ramiro Ríos Gómez deja algunos consejos para tomar en cuenta antes, durante y después de acudir a una campaña reforestación.

  1. Revisa que se trata de una planta o árbol nativo que corresponda a la vegetación del lugar en el que vives.
  2. Conoce la profundidad del suelo en la que plantarás la planta o árbol, esta debe suficiente para la especie que vas a poner. 
  3. Consulta el manejo de la especie a plantar y que este sea apropiado para la planta o árbol.
  4. La planta no debe venir estresada. Observa bien sus hojas, tallo y raíz.
  5. Consultar lo básico en el manejo de las plantas para su reforestación.
  6. Asegúrate de que en la campaña de reforestación a la que acudas cuente con personal que las asesore sobre los programas de reforestación.
  7. ¡No olvides tu herramienta! Aunque la planta será manipulada durante el proceso de reforestación, es probable que sufra algunas lesiones. Por eso, es importante que tenga los cuidados necesarios al plantarla.
  8. ¡Usa la tecnología! Hoy tenemos internet y tenemos celulares, consulta lo básico sobre el manejo de las plantas para su colocación en el sitio definitivo. 
  9. ¡No entierres demasiado la raíz! El sistema radical de la planta tiene que estar, a lo mucho, a 2cm de profundidad. Es decir, podemos enterrarla a 2cm  de la parte baja del tallo.

Evita colocarla a 10 o 15 cm del suelo, recuerda que la raíz debe respirar y entre más la enterremos, menos oxígeno le llega. Esto solo pondrá en riesgo a la planta que agoniza y morirá. Tiene que quedar en la superficie en nivel y al ras del suelo con 2 cm enterrada, máximo.

  1. Atizona o aprieta el suelo un poquito, una vez que has colocado la planta o árbol. Esta acción pone a la raíz en contacto con el suelo asegurando que esté en contacto con él para absorber la humedad y los nutrimentos a partir de ese momento.
  2. Si el suelo está muy seco, no intentes reforestar. Esta observación es crítica porque si el suelo está muy seco ya no es el momento de plantar y más si ya no va a llover. Esto nos indica que la época de crecimiento ya pasó y la planta se prepara, psicológicamente, para hibernar. No es el momento.
  3. Toma en cuenta que los meses de junio y julio son los mejores. Además de este periodo, señala que durante primavera, también es buen momento para reforestar, pero habrá que estar muy atentos con los riegos.

“Es cuando la planta está saliendo de su hibernación o dormancia y empieza, fisiológicamente, a activarse y es cuando emite todo lo que le falte. Por ejemplo, si le falta raíz, brotes, nuevo follaje, [todo esto le hace saber que] hormonalmente está preparada para crecer y echar el órgano que le falta, ahí es donde deberíamos reforestar. 

Una vez que hayas acudido a la reforestación, recuerda dar seguimiento a las plantas o árboles que hayas plantado. Por eso, será importante el monitoreo de su crecimiento. Toma en cuenta que los indicadores para medir el éxito de plantar una especie son:

  • Atender la sintomatología que presente la planta: revisa qué síntomas de estrés puede presentar.
  • Detecta si la planta en el sitio donde fue plantada está recibiendo algún daño por depredadores, por enfermedades o por cualquier otra situación para saber cómo defenderla hasta que ella logre defenderse por sí sola. 
  • Si hay estrés nutrimental, entonces analiza y asesórate con un especialista en reforestación y suelos para saber cómo fertilizar o abonar a la planta o árbol, en caso de que lo requiera para aportar los nutrimentos que necesita para su establecimiento y desarrollo.
  • Riégala según las necesidades que correspondan a su especie.
  • Poda. Si notas que tiene hojas o ramas dañadas, quítalas porque de esta manera, ayudarás a la planta a establecerse y supervivir.

“Todo tiene que estar debidamente hecho para garantizar el éxito del establecimiento y desarrollo de la planta”, finaliza el experto. 

Antes de que te vayas: Lobos marinos, la especie del Alto Golfo que debemos proteger para cuidar la salud de los océanos

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Imagen BBC
La “pequeña Venezuela”: Sweida, la capital de los drusos en Siria donde el 20 % de la población es venezolana
10 minutos de lectura

La ciudad, que recientemente fue un centro de enfrentamientos entre drusos y beduinos y donde luego intervino el ejército del gobierno interino y hasta la fuerza aérea israelí, tiene un 20% de la población de origen venezolano.

21 de agosto, 2025
Por: BBC News Mundo
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Hay una ciudad al suroeste de Siria donde es común escuchar por sus calles a la gente hablando en un español con un acento entre árabe y caribeño, donde hay una Avenida Bolívar y se come arepa.

Ese lugar es Sweida.

En estas semanas fue noticia después de que una serie de enfrentamientos entre drusos y beduinos sunitas provocara el despliegue de las fuerzas militares bajo el gobierno de presidente interino Ahmed al Sharaa, a las que se les acusó de llevar a cabo una masacre en un hospital.

Esa matanza fue luego el motivo expuesto por Israel para bombardear hace un mes el cuartel del ejército sirio en Damasco y otros objetivos en el sur del país.

La ciudad es la capital de los drusos, una comunidad étnica y religiosa de habla árabe y con prácticas y creencias propias, cuya fe se originó como una rama del islam chiita.

Y aunque los drusos se reparten en los territorios de Líbano, Israel, el Golán ocupado y Siria, hay un país de América Latina donde tienen fuerte presencia: Venezuela.

Es debido a esta migración que en Sweida un 20% de la población proviene del país caribeño. Por eso entre la comunidad se la conoce como Venesweida o “la pequeña Venezuela”.

“La migración árabe en Venezuela está registrada desde el fin del siglo XIX. Aunque hay un periodo en que se les registra como “turcos” porque viajaban desde el Imperio Otomano”, explica por teléfono a BBC Mundo Enrique Alhamad, presidente de la Federación de Entidades Árabes de Venezuela (FEARAB) mientras se dirigía precisamente rumbo a Siria.

Entre esas migraciones de árabes llegaron los drusos, principalmente desde Siria, y se instalaron en Venezuela hasta el día de hoy, como en el caso de Alhamad, a la quinta generación.

“Siento a Sweida como mi casa”

De los aproximadamente dos millones de árabes entre palestinos, libaneses y sirios que FEARAB tiene registrados en Venezuela, son drusos entre 500.000 y 600.000.

“La situación geográfica, política y económica de Venezuela hizo que la gente llegara en busca de un mejor futuro. En 1954, mi padre emigró. Iba a Brasil, pero se bajó del barco en La Guaira (en la costa centro-norte de Venezuela)”, sostiene Alhamad, quien a su vez nació en Boconó, el estado andino de Trujillo.

Vista aérea de la ciudad de Sweida.
Reuters
Vista aérea de la ciudad de Sweida.

A lo largo de los años, a esta primera migración le siguieron viajes desde Medio Oriente al Caribe pero, también, del Caribe a Medio Oriente y ahora, según los cálculos de FEARAB y de la embajada de Venezuela en Siria, alrededor del 20% de la población de Sweida es sirio-venezolana.

“Este es el único lugar de Siria donde se come arepa y caraota negra”, me dice Alhamad, y me cuenta que en Sweida no necesitaría hablar árabe, “porque todo el mundo habla español”.

Refuerza la idea Basem Tajedine, que me cuenta que “es muy común ver ventas de arepas, de empanadas o que se beba malta”.

Este analista venezolano y druso es hijo del exembajador de Venezuela en Libia y Túnez, Afif Tajedine, quien nació en Sweida y fue -según palabras de Basem- quien sugirió al expresidente Hugo Chávez que visitara la ciudad.

Durante la presidenta de este último, los vínculos entre Venezuela y Siria se intensificaron y, según el diplomático jubilado y exembajador de Venezuela en Israel Héctor Quintero, se generó una “unión ideológica-política” entre Chávez y Bashar al Assad, el recientemente derrocado presidente sirio.

Hasta en tres ocasiones Chávez visitó Siria y, en uno de estos viajes, en 2009, llegó la localidad drusa de Sweida acompañado, entre otras personas, de Nicolás Maduro, quien entonces era canciller.

Allí Chávez inauguró una calle Venezuela, plantó un manzano y puso la primera piedra de lo que iba a ser un centro sirio-venezolano. También, bajo el implacable sol sirio y ante una multitud, dio un discurso de casi hora y media.

“Siento a Sweida como mi casa. Sweida es como Venezuela, Siria es como Venezuela. Y ustedes saben que Venezuela es casa para todo el pueblo sirio”, dijo.

Hugo Chávez, delante de un estrado de piedra, con tres micrófonos. Tiene los brazos abiertos y sonríe. Va vestido con una camiseta roja y encima una chaqueta de traje de tela ligera. Al fondo, hay una gigantografía con una foto donde se ven a Chávez y Bashar al-Assad mirándose y sosteniéndose los brazosde modo amistoso y, como fondo de esa foto, los colores de las banderas de Siria y Venezuela.
LOUAI BESHARA/AFP via Getty Images

Como Afif Tajeldine, fueron varios los miembros de la comunidad drusa quienes llegaron a posiciones destacadas dentro de los gobiernos chavistas.

El caso más emblemático es la familia El Aissami, donde destaca el ahora caído en desgracia Tareck El Aissami, que llegó a ser vicepresidente del país, ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, la petrolera estatal, pero hoy está entre las rejas acusado de corrupción.

La “calle del hambre”

Puede que no todos en Sweida hablen castellano, pero como me cuenta desde Venezuela Neisser Banout Radwan, quien estuvo varias veces en la ciudad siria y tiene familia allí, es muy probable que si en un supermercado hablas en esa lengua, alguien te responda en ese mismo idioma con el característico cantaíto venezolano.

“Hay una calle de moda, Tarikanawuet, muy bonita, con tiendas de ropa de marca. Y toda la calle, la estructura, todo es precioso y sientes que estás en un pedacito de Venezuela, sobre todo cuando estás acostumbrada a ver las partes del país donde hay gente árabe haciendo vida”, me explica en una videollamada.

Incluso, cuenta Neisser, que en Sweida hay una “calle del hambre”, que es como coloquialmente se le llama en el país caribeño a esa zonas urbanas que están llenas de carritos de comida callejera, usualmente areperas, puestos de empanadas o perrocalenteros, y en el caso de la de Sweida, “igualitica a las de Venezuela pero con shawarma y pura comida árabe”.

“Vas para el mercado y consigues harina pan”, dice en referencia a la harina de maíz precocido para hacer las arepas.

Dos hombres en el centro de una tienda de verduras, uno de ellos, el de la izquierda, vestido de negro, lleva una gorra en la cabeza y está fumando un cigarro. El otro, a la derecha, también lleva gorra en la cabeza y en la mano sostiene una bolsa negra, llena de verdura. Están rodeador de estantes llenos de pimientos, manzanas, tomates, cebollas. Delante de ellos, una mesa con una balanza y verdura.
OMAR HAJ KADOUR/AFP via Getty Images

Tajaldine resalta que además hay costumbres y cosas que han permeado de la cultura venezolana en Sweida. “Por ejemplo, en Siria no hay día de padre ni día del niño y en Sweida se celebra. O el día de la madre, que en Siria es el 21 de marzo, en Sweida se celebra como en Venezuela, el segundo domingo de mayo”.

Para Neisser, hay otras cosas que también son similares a Venezuela, y se refiere en concreto al centro sirio-venezolano del que Chávez puso la primera piedra en 2009. Ella lo vio y cuenta que “eso es puro peladero, ni frisado está el piso. En eso es igualito también que Venezuela, que las obras no se terminaron nunca”.

Neisser Banout Radwan vestida entera de ropa vaquera, con el pelo largo y haciendo un gesto con la mano con un paisaje de fondo lleno de olivos.
Neisser Banout Radwan
Neisser en su último viaje a Sweida, en 2016.

Neisser nació en Maracay (Aragua), pero sus abuelos migraron desde Siria tras la Segunda Guerra Mundial. Como tantos drusos encontraron en Venezuela un lugar donde refugiarse y prosperar. Aunque después de más de 30 años en el país y con la crisis venezolana, su abuela decidió regresar a Sweida.

Fue en 2016 cuando ella viajó por última vez para verla. En ese momento, Siria estaba en plena guerra; a su vez, en Venezuela había un fuerte desabastecimiento y era común hacer colas a las puertas de los supermercados que podían durar horas para conseguir productos básicos.

“En ese viaje vi cosas que me volvían loca. Tuvimos que llegar a Sweida desde Líbano por tierra porque el aeropuerto de Damasco estaba cerrado por la guerra. Pero, por otro lado, íbamos al mercado y encontrábamos harina pan. En Venezuela estábamos críticos con la comida y ahí se conseguía igual”, cuenta aún asombrada.

Y recuerda cómo su abuela, en ese contexto de guerra, la llamaba desde Siria. “Nos preguntaba si comíamos bien. Es muy fuerte vivir esas dos realidades”, dice.

“Terrorismo contra el pueblo druso”

Neisser, que normalmente usa las redes sociales como altavoz para hacer comedia activista en favor del colectivo LGTBIQ+, por una vez en estos días se vistió de los colores de la estrella drusa para denunciar lo que tanto ella como el resto de entrevistados califican de “terrorismo puro contra el pueblo druso”.

En julio, tras enfrentamientos entre los beduinos y drusos en la provincia, el gobierno del presidente interino Ahmed al Sharaa -que encabezó el derrocamiento del régimen de Bashar al Assad por los rebeldes dirigidos por islamistas en diciembre pasado- anunció que desplegaría las fuerzas del Ministerio del Interior y de Defensa para “restablecer la estabilidad”.

Desde la caída de Assad, algunos líderes drusos locales han rechazado la presencia de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Sweida. Cuando las fuerzas gubernamentales se desplegaron, los enfrentamientos se intensificaron.

Pronto se acusó a las fuerzas gubernamentales de atacar tanto a combatientes drusos como a civiles, lo que llevó al ejército israelí a intervenir con una serie de ataques aéreos que, según dijeron, pretendían proteger a los drusos.

Aunque hubo un alto el fuego, la situación permanece tensa en la ciudad y el acceso a la provincia sigue siendo difícil.

Un salón con todas las paredes jalonadas por bancos hechos de concreto, pero decorados por encima con una tela continua negra y roja, con motivos árabes. Hay una venta a la derecha, la bandera drusa en el centro y un retrato antiguo, además de otros retratos en la pared izquierda. El suelo está lleno de manchas.
Reuters
En el salón de huéspedes de la familia Al-Radwan hubo una masacre.

Según la Red Siria de Derechos Humanos, una organización no gubernamental, más de mil personas murieron en esas semanas. Acorde al Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ubicado en Reino Unido, la cifra supera los 1.600. Ambos coinciden que la mayoría de los fallecidos fueron combatientes drusos y civiles.

Hay dos focos principales donde sucedieron las masacres. Uno es el hospital de Sweida, lugar que la BBC pudo visitar y donde habló con testigos. Otro de los sitios donde se reportaron ejecuciones masivas, según reporta Reuters, fue en el salón de huéspedes de la familia Al-Radwan.

“Mi madre me llamó llorando y me cuenta que mataron a nuestra familia, que se metieron en el salón de reuniones de la familia. Fue horrible. Vi los videos y reconocí a tíos, tíos de mi mamá, todos los cadáveres en el suelo y en las paredes las fotos mi abuelo, mi bisabuelo. Es una imagen fea y dolorosa”, dice Neisser.

Su tía, que regresó hace unos años a Sweida, logró irse antes y ponerse a salvo. Pero Neisser dice que está aterrada.

“Estamos buscando la forma de sacarla de Siria. Lo último que pude hablar con ella estaba bajo resguardo, con más mujeres y niños. Pero es doloroso sentir que no tiene espacio donde pueda estar segura, que se vea obligada otra vez a dejar su país”, cuenta.

A Randa Dowiar, otra drusa nacida en Portuguesa, Venezuela, con marido sirio y residente en Siria desde 2018, no le dio tiempo a salir de su casa. Aunque logró salvar la vida.

Hablamos con ella, aún en Sweida pero a resguardo en casa de su hermana.

“Recuerdo voces, muchas balas, sonidos como de tirando cohetes. Entraron en mi casa y empezaron a robarnos todo: dólares, tres carros, otro lo quemaron, abrieron la caja fuerte. Le pusieron un cuchillo en el cuello a mi suegro, a mi cuñado”, me cuenta con la voz entrecortada.

Randa Dowiar en primer plano, con un vestido de tirantas, se hace un selfie junto a sus dos hijos, vestidos igual.
Randa Dowiar
Randa Dowiar nació en Venezuela, es drusa y ahora vive en Sweida.

“Cuando entraron, las mujeres nos pusimos un mantel en la cabeza para que no nos vieran el pelo, porque si no, nos matan. A mi hijo, que tiene autismo, le di un remedio para que se quedara callaíto y no molestara. Estuvimos cuatro días encerrados en la casa, mientras ellos entraban y salían. Nos decían que querían sacar todo lo que fuera druso, nos dijeron que éramos malos, que no sabemos lo que es Dios, que solo ellos entienden de Dios; que nos iban a maltratar, acuchillar, a matar. Pero Dios nos cuidó”, relata.

Me lo cuenta con sus dos niños al lado, pero ninguno entiende bien lo que dice porque el mayor no habla y el menor solo entiende el árabe.

El gobierno de Venezuela fletó en estos días varios vuelos para sacar a sus nacionales de Siria. Randa se anotó junto a sus hijos, pero su esposo deberá esperar aún más porque su pasaporte sirio está vencido.

“Esto era una ciudad limpia, hermosa. La vida era muy bonita. Ahora tocará de nuevo regresar a Portuguesa”, dice.

Y como la propia Sweida, con esa mezcla de dos culturas tan marcada, en los últimos minutos de nuestra llamada se dirige a sus hijos y les dice algo en árabe para luego despedirse de mi con un “Mi amor, aquí estamos a la orden”.

*Con información adicional de Juan Francisco Alonso, Ángel Bermúdez y Lina Sinjab desde Damasco.

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