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¿Cómo masturbarme? Este ejercicio de tacto placentero puede ser un buen inicio
¿Cómo masturbarme? Este ejercicio de tacto placentero puede ser un buen inicio
6 minutos de lectura
¿Cómo masturbarme? Este ejercicio de tacto placentero puede ser un buen inicio
13 de agosto, 2021
Por: César Galicia
@cesargalicia_ 
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El lenguaje terapéutico de la salud sexual suele estar lleno de términos ambiguos: “conectar”, “sentir”, “estar presente”, “escuchar a tu cuerpo”, entre otros. Vale, ¿pero cómo se hace eso? Bueno, la abstracción no es de a gratis: los procesos a los que estos términos aluden suelen ser complejos y multifactoriales y suceden lo mismo en nuestra razón que en nuestra emoción que en nuestro cuerpo que en nuestras relaciones.

Sin embargo, existen algunas dimensiones que son más tangibles que otras, por ejemplo, el desarrollo de ciertas habilidades de atención y sensibilidad a estímulos que pueden impactar positivamente en nuestra sexualidad. Y para eso quiero compartir un ejercicio (inspirado en el libro Better Sex Through Mindfulness de Lori Brotto) que puede ser realizado de manera muy fácil y en casa.

El ejercicio tiene una meta específica: experimentar sensaciones corporales en tus genitales a través del tacto. Esto sucederá a través de dos cosas, una, un ejercicio de tocamiento y dos, un ejercicio mental de visualización.

El ejercicio, por cierto, puede ser muy sexy. Piénsalo de esta manera: hay una importante retroalimentación nerviosa de tus genitales a tu cerebro y conforme vayas notando que tu cuerpo se excita, puede que tu mente interprete esas sensaciones como sexuales, lo que incrementará más la excitación corporal y el placer. Está rico, pues.

Duración: 15 a 30 minutos.

Contexto ideal: cualquier momento del día en que sientas tranquilidad, tengas pocas distracciones y existan pocas probabilidades de que te interrumpan.

Materiales: ninguno, aunque si tienes vulva podría ser conveniente tener a la mano lubricante de base agua.

Pasos:

  1. Adopta una postura cómoda, yo sugiero que te acuestes en una cama boca arriba o boca abajo. Cierra tus ojos y respira profundamente mientras haces una revisión mental del estado de tu cuerpo en ese momento. ¿Cómo te sientes? ¿Existe alguna emoción o sensación particular que detectes? ¿Tu mente está concentrada o no? No importa la respuesta a la que llegues, lo importante es que te hagas las preguntas.
  2. Ahora vas a concentrarte en tu piel y tu sentido del tacto. Comienza por tus pies. Nota el punto en que tus pies tocan la superficie debajo de ti, sea la cama o el piso. ¿Es frío, tibio, cálido? ¿Suave o áspero? ¿Agradable o desagradable? Mueve tus pies y nota qué sientes. Haz esto por algunos minutos.
  3. Haz lo mismo pero cambiando la atención hacia tus tobillos, pantorrillas y rodillas, notando cualquier sensación, tensión, cosquilleo o percepción de calor o frío que sientas ahí. Pasa unos momentos en cada una de esas partes y ve “subiendo” tu atención a lo largo de tus piernas.
  4. Cuando llegues a tus genitales, vas a invocar en tu mente una imagen: tú. Te vas imaginar siendo sexy, disfrutando, erotizándote, sintiéndo tu cuerpo sin reparos y siendo completamente capaz de actuar sexualmente. Tómate unos momentos para conectar con el lado más sensual de ti.
  5. Con ese lado sensual de ti invocado, ¿notas alguna sensación en tus genitales? Recorre con la mente tus labios, clítoris o vagina, si es el caso, o pene, testículos y escroto. Nota si estas sensaciones se sienten sexuales. Contrae tus músculos pélvicos y nota si al hacerlo sientes más placer. Concéntrate en las sensaciones producidas en tus genitales y toma nota de cualquier pensamiento o emoción que emerja. Recuérdate que éstas son partes importantes en tu placer y actividad sexual. Son tuyas y de nadie más.
  6. Si te distraes y la atención se desvía a otro lado, ¡no te preocupes! Felicítate cuando notes que eso sucedió, reconoce el estímulo o pensamiento que te distrajo y amablemente regresa tu atención a las sensaciones en tus genitales.
  7. Ahora mueve tus manos hacia tus genitales. Mientras imaginas que eres una persona sensual, presiona ligeramente con tus dedos el área alrededor de tu clítoris o del glande de tu pene. Haz un poco de presión (sin que lastime) y reconoce lo que sientes. Ahora masajea suavemente tu clítoris o el glande de tu pene, primero muy suave, luego con un poco de más presión. Después desliza tus dedos hacia cada lado de tus labios externos, o recorre tu pene con ellos. Toca ligeramente tus labios internos. Reconoce las sensaciones producidas por los distintos tipos de presión e intenta describirlas a ti misme. Puede que sean placenteras o puede que no, recuerda que el propósito de este ejercicio es aumentar tu consciencia de las sensaciones sexuales. Eso es todo.
  8. Si tienes vagina, mueve tus dedos para tocar su entrada y, cuando te sientas en disposición, introduce uno o más dedos dentro (utiliza un lubricante base agua si gustas). Reconoce y describe las sensaciones. Contrae tus músculos vaginales y nota cómo se sienten con tus dedos por dentro. Si notas que estás racionalizando las sensaciones (o la falta de ellas) en vez de estar experimentándolas, amablemente redirige tu atención hacia las sensaciones. No te atasques en el contenido de tus pensamientos sino obsérvalos como si fueran clips de una película.
  9. Si tienes pene, mueve tus dedos para tocar tu escroto y, cuando te sientas en disposición, masajéalos amablemente. Reconoce y describe las sensaciones. Contrae tus músculos pélvicos y nota cómo se siente tu pene cuando lo haces. Si notas que estás racionalizando las sensaciones (o la falta de ellas) en vez de estar experimentándolas, amablemente redirige tu atención hacia las sensaciones. No te atasques en el contenido de tus pensamientos sino obsérvalos como si fueran clips de una película.
  10. Ahora dirige tu atención, así como tus manos, a la parte superior de tu cuerpo, incluyendo tus pechos y pezones. Descríbete las sensaciones mientras tocas estas partes de tu cuerpo. Intenta reconocer lo que siente tu cuerpo desde la aceptación: no lo juzgues.
  11. Antes de terminar, tómate unos momentos más para permitirle a tu atención dirigirse de forma libre y fluida hacia todas las cosas distintas que estés sintiendo en tu cuerpo, mientras mantienes, en tu mente, la imagen de que eres una persona sensual con mucha capacidad de disfrutar. No te preocupes si es una imagen difícil de creer en este momento, sólo intenta mantenerla.
  12. Continúa haciendo esto por los siguientes minutos. Cuando sientas disposición, regresa la atención a tu respiración y poco a poco ve moviendo tus manos y tus pies. Abre lentamente tus ojos. Tómate un momento para observar cómo te sientes cuando el ejercicio termine.

Si notas pensamientos negativos en cualquier momento durante este ejercicio, sólo anótalos (“ah, los juicios están aquí”) y cuando hayan desaparecido, redirige tu atención de vuelta hacia tus sensaciones corporales. No te enjuicies mucho si sientes que esto es difícil. Para muchas personas lo va a ser y, con frecuencia, se requiere de algo de práctica para sentir comodidad con este ejercicio. Intenta realizarlo una vez por semana. No es mucho tiempo: permítetelo.

Después de algunas veces de practicarlo, puedes integrar una fantasía, un vibrador o imágenes/videos eróticos antes de realizar este ejercicio, con el objetivo de despertar la respuesta sexual.

A algunas personas esto les puede ayudar a despertar su excitación y, de esa manera, se vuelve más fácil crear una imagen sexual positiva de ellas, así como se incrementa su habilidad para notar las sensaciones en su cuerpo.

¡Y listo! Las primeras veces puede que sea un poco extraño y vayas repasando punto por punto lo que tienes que hacer.

¡No pasa nada! Conforme lo vayas haciendo más, la práctica volverá al ejercicio más intuitivo. Si te fijas, se trata únicamente de una cosa: darnos tiempo y pausa para tocarnos y poner atención en nuestro cuerpo. Eso es todo.

¡Disfruta mucho!

¡Hola! Si llegaste hasta aquí y te gusta mi contenido, tengo una noticia muy emocionante: junto a Paola Aguilar y en alianza con Esto No es Radio, acabamos de estrenar “Coger Rico & Amar Bonito”, un podcast donde repensamos las formas en que cogemos, amamos y nos relacionamos. Puedes encontrarlo en Spotify o en cualquier lugar donde escuches tus podcasts. ¡Ojalá te guste!

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Los extranjeros que eligen vivir en Argentina a pesar de la crisis
8 minutos de lectura
Los extranjeros que eligen vivir en Argentina a pesar de la crisis
30 de noviembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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No son nómadas digitales ni llegaron a Argentina atraídos por el tipo de cambio. Por el contrario, padecen al igual que los argentinos la crisis económica que vive el país.

Muchos extranjeros eligen quedarse en Argentina a pesar de los problemas que desde hace varios años atraviesa un país con más de 140% de inflación.

“Argentina está riquísimo en muchos sentidos”, dice Paige Nichols, de 36 años y que llegó a Buenos Aires desde Washington hace 15 años. Para esta asesora en contenidos digitales, Argentina es un país que puede “volverte loco”, pero eso no quita lo bueno de vivir en una sociedad “dinámica y creativa”.

De las más de 46 millones de personas que viven en Argentina más de tres millones son extranjeros con residencia argentina, según los últimos datos del Registro Nacional de las Personas.

Esa cifra, que representa un 6,5% de la población del país, no incluye a los inmigrantes que no están registrados, por lo que se estima que el número puede llegar a ser mucho más alto.

Oriane Fléchaire.
Cortesía
“Los franceses y los argentinos nos relacionamos sentados alrededor de una mesa”, dice Oriane Fléchaire.

“Argentina es reconocida por tener la mejor educación de América Latina“, dice Isla Montalier, de 29 años, que en 2012 viajó desde Sergipe, en el noreste de Brasil, hasta Buenos Aires para estudiar Medicina en una universidad privada.

Isla es parte del 87% de los migrantes que llegan a Argentina desde otros países de Sudamérica.

“Todos sabemos la situación que vive el país. Me duele lo que pasa. Pero desde que llegué nunca pensé en irme a otro lugar“, dice Larry Montes, un arquitecto de 33 años que antes de dejar Venezuela en 2017 había evaluado la posibilidad de instalarse en Santiago de Chile.

El sentimiento de comunidad, el buen trato de los argentinos a los migrantes, la energía vibrante, sus universidades, el modo de relacionarse, la mirada disruptiva y la vida nocturna son algunos de los motivos que explican por qué muchos extranjeros se quedan a pesar de las dificultades.

En BBC Mundo hablamos con algunos de ellos sobre los motivos que los llevaron a elegir Argentina.

Línea.
BBC

La recepción al migrante: Larry Montes (Venezuela)

Larry Montes.
Cortesía
Larry Montes destaca la calidez que reciben los migrantes venezolanos.

El día que llegué a Buenos Aires sentí que era mi lugar en el mundo.

Todos sabemos la situación económica que vive Argentina. Me duele lo que pasa. Pero desde que llegué en 2017 nunca pensé en irme, si bien antes de salir de Caracas había pensado en instalarme en Santiago de Chile.

Argentina es un país muy cálido con los migrantes venezolanos.

En muchos otros países de América Latina los venezolanos somos víctimas de xenofobia. Por el contrario, en Argentina somos una comunidad respetada. Los venezolanos nos sentimos agradecidos con este bello país.

Mira, por poner un ejemplo, en mi primer empleo me encontré con una persona de manera extraña, en la casa de unos conocidos, y a la semana siguiente ya estábamos comiendo un asado en su casa. ¡Es hermoso!

También lo noto en el ámbito profesional. Soy arquitecto y desde un primer momento conseguí trabajo en el sector de la construcción. Los profesionales argentinos siempre me han tratado con respeto en mis lugares de trabajo, me han hecho sentir integrado.

Pienso que eso tiene que ver con el pasado migratorio de muchas familias argentinas, que hacen de Argentina un lugar cálido para el extranjero. La mayor parte de la gente te abre las puertas de su casa, te recibe bien, te invita a comer.

Claro que me gustaría que la realidad económica no estuviera tan agitada. Ese es un sentimiento que tenemos todos en este momento.

Pero del resto… A mí me encanta vivir aquí. No puedo sentir más que agradecimiento por esta bella patria que me recibió con muchísimo amor.

La creatividad y los contrastes: Paige Nichols (EE.UU.)

Paige Nichols.
Cortesía
Paige Nichols, de 37 años, llegó a Buenos Aires en 2007 después de estudiar Filosofía en EE.UU.

A veces digo, en broma, que me quedo en Argentina porque me gusta sufrir.

Argentina tiene un caos seductor. Me refiero a que aquí hay espacio para el cambio, la transformación, la creatividad.

De todos modos, no romantizo el caos. Por momentos, me vuelve loca este país.

Por ejemplo, si un día tengo que ir al banco, al supermercado y al correo, eso me puede llevar hasta tres días: vas al banco y no hay sistema; vas a al super y no encontrás la mitad de los productos que querés llevar; llegás al correo y están de huelga.

Entonces, ahí aparece la pregunta que me hacen muchos: ¿Por qué dejaste Estados Unidos, un país de primer mundo, para vivir acá? Eso es lo que mucha gente no puede entender.

Bueno, Argentina está riquísimo en un montón de sentidos. Este país me ha dado todo en estos 15 años que llevo: me dio trabajo, una comunidad de amigos, una familia elegida, me abrió las puertas y los ojos.

Además, me gustan los contrastes de los argentinos: la histeria con sinceridad, las ganas de romper las reglas con el respeto a ciertas convenciones sociales. Es un país que te obliga a estar siempre despierta.

Por supuesto, eso tiene un costado negativo, es un país que te exige demasiado, no podés descansar porque no sabés con qué te vas a encontrar.

En Argentina hacemos más con mucho menos y eso nos obliga a ser creativos y dinámicos, algo que al final del día es una fortaleza.

El modo de relacionarse: Oriane Flechaire (Francia)

Oriane Fléchaire.
Cortesía
Oriane Fléchaire valora la forma en la que la gente se vincula.

Nací en Pernes-les-Fontaines, en el sur de Francia.

Después de estudiar administración de empresas y comunicación en Francia, decidí que quería vivir en el exterior, aunque no empecé por Argentina sino por California, en Estados Unidos.

En Los Ángeles noté que cada uno se enfoca en su vida sin mirar demasiado al otro y, para mí, el modo de relacionarse es importante.

Por ejemplo, no existe la costumbre de sentarse a conversar en un café. Creo que la ausencia de este tipo de costumbres condiciona mucho la forma en la que la gente se vincula.

En cambio, en 2011, cuando llegué a Argentina, noté que los franceses y los argentinos tenemos mucho en común.

Por ejemplo, compartimos el buen comer. Parece algo menor pero cuando digo esto me refiero a que nos relacionamos sentados alrededor de una mesa: una buena comida con buenas conversaciones.

Tanto los franceses como los argentinos valoramos más la idea de comunidad que la idea del éxito y el fracaso individual. Lo ves en la educación y en la salud pública, en la forma en que la gente sale a la calle, camina a la noche, se encuentra. Todo eso habla mucho de una sociedad.

Por supuesto, siento preocupación por lo que pasa en Argentina, sobre todo desde que soy madre. Yo quiero que mi hijo crezca en una sociedad democrática y quiero que tenga algún tipo de futuro que no sea desastroso.

En ese sentido, pensamos en nuestra permanencia en el país, pero no tengo lista la valija en un rincón de mi casa.

El acceso a la educación: Isla Montalier (Brasil)

Isla Montalier.
Cortesía.
Isla Montalier dejó de Sergipe, en el noroeste de Brasil, para estudiar medicina en Argentina.

Siempre quise ser médica. Pero estudiar Medicina en Brasil es muy caro.

La educación en Brasil es elitista. Es muy raro ver a alguien que no sea blanco de clase media o media-alta entre los médicos que se reciben en mi país.

En las universidades públicas, si no fuiste a colegios privados, es muy difícil que puedas aprobar el “vestibular” [examen de ingreso a la universidad]. En las privadas, la cuota llega a ser cinco veces más alta que en las universidades pagas de Argentina.

Por eso, muchos brasileños venimos a estudiar acá. En mi caso, me recibí en una universidad privada que no podría haber pagado en Brasil.

En ese sentido, vemos con cierta preocupación -y creo que puedo hablar por gran parte de la comunidad de brasileños en el país- el debate sobre el futuro de la educación pública en Argentina, sobre todo los que están estudiando en este momento.

Argentina es reconocida por tener la mejor educación de América Latina. Me pregunto qué pasaría en este es un país, que tiene un 50% de pobres, si no tuvieran acceso a la educación. Pienso que estarían en una posición mucho más complicada.

En mi caso, no pienso en irme del país. De eso me di cuenta un día de 2014, caminando con mi mamá por la calle Florida de Buenos Aires, cuando me dijo que tenía que pensar qué iba a hacer cuando volviera a Brasil.

En ese momento le respondí: “No quiero volver a Brasil. Me encanta la vida que tengo en Argentina“.

El crecimiento: Mauricio Flórez (Colombia)

Mauricio Florez.
Cortesía
Mauricio Florez, emprendedor gastronómico de 37 años, elige quedarse en Argentina porque a pesar de la crisis siente una “evolución” en sus negocios.

En Argentina descubrí un país donde pasa de todo en todo momento.

Me fui de Medellín, lugar donde nací, para Quito, Ecuador, a los 19 años. Estuve un tiempo ahí, pero la ciudad me parecía demasiado chica, muy conservadora.

Por el contrario, Buenos Aires es un lugar muy creativo.

Ya en Argentina, empecé poco a poco a dedicarme a la gastronomía. Primero, desde el mundo de los vinos, gracias a una sociedad con la que abrimos un bar de vinos.

Soy consciente de los problemas que vive Argentina. Para los que trabajamos en el ámbito de la gastronomía el día a día se hace muy difícil. Tenés que estar pensando siempre en los precios cuando podrías invertir ese tiempo en otras cosas.

Pero me quedo porque siento una evolución. A pesar de la crisis económica, en Argentina noto un crecimiento constante.

Además, no creo que haya tantas ciudades como Buenos Aires en Latinoamérica. Este es un lugar con gente de todas partes del mundo, divertida, con una vida nocturna intensa, que muchas de las otras ciudades de América Latina no tiene.

Me parece que eso tiene que ver con que es más segura. Si bien la seguridad ha mejorado en Medellín y ha empeorado en Buenos Aires, todavía estamos lejos de llegar a los niveles de violencia con los que se viven en algunas regiones de Colombia.

Si le tuviera que dar un consejo a alguien que está con ganas de venir a Argentina, le diría que pruebe en otras ciudades: Córdoba, Mendoza, Bariloche, que no piense solo en Buenos Aires. Hay muchas oportunidades en otras provincias.

Línea.
BBC

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