Si ya empezaste a sufrir con el calor de estos días y aparte te preocupa la salud de tu piel, hablamos con una experta que nos dio algunos consejos para su cuidado. Te contamos lo que puedes hacer para reducir el impacto de los días soleados en tu salud.
La Dra Valeria Álvarez es dermatooncóloga y dermatóloga cosmética. Nos comparte que el cambio climático también es una amenaza para nuestra piel, pues con la capa de ozono tan delgada, la radiación llega de forma más directa.
“El cáncer de piel es el número uno no solo en México, sino en todo el mundo. El tipo más frecuente es el carcinoma basocelular que tiene que ver con la exposición solar que hemos tenido a lo largo de nuestra vida”, comenta la doctora en entrevista con Animal MX.
Cuando nuestra piel está expuesta a la radiación, puede experimentar envejecimiento prematuro y sufrir daños que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Y es que la radiación UV penetra en las capas más superficiales de la piel, causando cambios en su estructura y función.
Lo anterior puede provocar la formación de arrugas, manchas solares, pérdida de elasticidad y, en casos más graves, el desarrollo de células cancerosas. Por lo tanto, es importante cuidar la piel de la radiación mediante el uso de protector solar, ropa adecuada y limitando la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad.
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Si tú tampoco entiendes muy bien la diferencia entre estos dos, ten en cuenta esta clave que nos da la doctora Valeria Álvarez:
Si con toda la información te convencimos de la importancia de usar bloqueador solar, seguramente te estarás preguntando cómo elegir uno.
“El mejor bloqueador solar es el que sí vas a usar” comenta la dra. Valeria Álvarez.
Para ella, el mejor bloqueador se basa en las necesidades individuales y el estilo de vida de cada persona. Para saber cuál te conviene más, explica que hay varios factores a considerar como:
“La piel es un órgano único”, comenta Valeria, y es que a menudo olvidamos cuidar la piel más allá de nuestra cara; nos olvidamos de los cuidados del resto del cuerpo o el cuero cabelludo. Por lo anterior, aunque el bloqueador solar es esencial, hay otras alternativas que puedes considerar para tener un cuidado total.
Una alternativa efectiva es utilizar nuestra propia ropa para cuidarnos del sol. Por ejemplo, al usar un sombrero, es recomendable que tenga ala ancha y que el tejido sea lo suficientemente denso para bloquear los rayos solares directos.
Además, podemos considerar el uso de prendas con UPF (Factor de Protección Ultravioleta) o, en su defecto, optar por ropa oscura, ya que, como explica la Dra. Valeria, estas opciones ayudan a protegerse del sol.
Claro que necesitamos de los rayos del sol, pero tampoco se trata de tirarnos cual lagartijas durante horas. La especialista nos recuerda es que lo ideal es cuidar cuánto tiempo estamos bajo el sol.
“No es necesario directamente, con lo que tomamos día a día es suficiente… sin embargo si lo haces por falta de vitamina D, es recomendable optar por suplementos orales”.
Así es, la dermatóloga también recordó la importancia de usar barras hidratantes para labios, y qué mejor si cuentan con filtro solar. (Y amigos vatos: ¡no dejen que su masculinidad tóxica les impida cuidar de su piel y de sus labios!)
Recuerda que no basta con poner bloqueador una vez al día. No importa la marca, este debe ser reaplicado aproximadamente cada 4 horas. ¡Y no pongas excusas! La doctora Valeria nos recomienda poner alarmas en el celular para no olvidar el retoque.
No importa si está nublado o está lloviendo; tampoco importa si sales o no de casa; ¡usa bloqueador todos los días! “Me parece importante recordarle a los pacientes que también aplique el bloqueador en zonas como las orejas y el cuello”, añade.
Por último y no menos importante, asiste al dermatólogo ante cualquier duda o molestia.
“Si notas una mancha extraña o un granito que no se quita, es aconsejable asistir a una consulta médica para descartar cualquier cosa. No dejen pasar tiempo.”
Te recordamos que puedes seguir a la doctora Valeria Álvarez en sus redes sociales para no perderte de ningún consejo sobre el cuidado de la piel.
Barrios, aldeas y ciudades que estallan en color.
¿Cómo escoger?
Desde barrios, hasta pueblos o ciudades enteras, hay tantos lugares hermosamente pintados de colores en el mundo que da gusto mostrar algunos, pero desazón dejar por fuera otros.
Uno de los irresistibles es el que está arriba: San Miguel de Allende, ubicado en el centro de México.
Su nombre conjuga su historia.
Fue el primer asentamiento de la corona española en Guanajuato y lleva el nombre de su fundador, el monje franciscano Juan de San Miguel.
Allende se añadió en 1826 para honrar al nativo Ignacio Allende, un héroe de la revolución contra España.
Sus iglesias y numerosos edificios coloniales lo convirtieron en un monumento histórico nacional, y en 2008 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y ha sido reconocida por la revista Condé Nast Traveler como la “Mejor Ciudad Pequeña del Mundo” en múltiples ocasiones
Pero lo que nos ocupa son los colores y, en su centro histórico, es casi imposible mirar a cualquier lado sin ver una maravillosa y vibrante paleta.
Fachadas pintadas predominantemente en tonos cálidos y terrosos, como el rojo, rosa, amarillo, naranja y terracota, bordean sus calles y plazas adoquinadas.
Por sus calles serpenteantes, casas pintadas en tonos alegres y patrones caleidoscópicos, Guatapé es un lugar encantador.
Tanto que fue uno de los lugares de Colombia que inspiró a los creadores de “Encanto” de Disney al diseñar la estética de la película.
Situada en los Andes Occidentales colombianos, su nombre, que significa “piedra elevada” en quechua, refleja la prominencia de la Piedra del Peñol, un monolito de 220 metros que se alza en su cercanía.
Desde comienzos del siglo XX, sus habitantes decidieron no sólo llenar de color el pueblo sino también contar su historia, representar su cultura y mostrar su naturaleza.
Así, los zócalos de sus casas se llenaron de ilustraciones de animales, flores, frutas, paisajes y escenas cotidianas.
Conocida como la Joya del Pacífico, Valparaíso es una ciudad portuaria chilena que se desvanece en el mar azul intenso.
Su casco histórico con calles adoquinadas y casas pintadas en vivos colores fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003.
Pero el color salpica al resto de la ciudad, que se extiende sobre 45 cerros.
Eso obliga a recorrerla cuesta arriba y cuesta abajo, a menudo envueltos por las imaginaciones caprichosas de numerosos artistas callejeros.
Se dice que Valparaíso, más que un lugar lleno de grafitis, es una vasta galería al aire libre de obras de arte que reflejan la cultura de Chile en un arcoíris de colores.
El arte conquistó el lugar y a los lugareños poco a poco.
Al principio, los habitantes borraban las obras de sus paredes, y los artistas las volvían a pintar.
Con el tiempo, las creaciones se empezaron a valorar, y los dueños de esos lienzos de concreto comenzaron a ceder sus paredes y hasta a pagarle a los más preciados artistas para que las decoraran.
La historia de La Boca se empezó a escribir en 1536, con la fundación de Buenos Aires.
Su nombre se debe a que está en el lugar donde el Riachuelo desemboca en el Río de la Plata formando un puerto natural.
Pero el capítulo colorido llegó a finales del siglo XIX, cuando numerosos inmigrantes, la mayoría genoveses, pisaron tierra ahí a su llegada a Argentina.
Muchos se asentaron en la zona, y construyeron casas con la madera y las chapas metálicas que tenían a mano.
Las viviendas albergaban a muchas familias, por lo que se empezaron a conocer como “conventillos”.
La explosión de color que caracteriza a ese famoso barrio argentino, según se cuenta, no fue intencional.
Sin mucho dinero para decorar sus hogares, los recién llegados aprovechaban cualquier resto de pintura de los barcos que llegaban al puerto.
Los colores llamativos y variados le dieron al lugar un sello muy particular que gustó, así que la idea se mantuvo.
En el sur de Irlanda, en el condado de Cork, hay un lugar con un toque de fantasía.
Kinsale es un pequeño pueblo costero con menos de 6.000 habitantes, ruinas históricas y restaurantes excelentes.
Pero lo más llamativo es que, compitiendo con el azul del mar y el exuberante verde del campo que lo rodea, su entramado de estrechas calles medievales está bordeado de casas y negocios pintados de los colores más brillantes.
Canastas y macetas de flores hacen que el lugar parezca el escenario de un alegre cuento de hadas.
Burano está compuesto por cuatro pequeñas islas, separadas por tres canales, y unidas por una serie de puentes.
Está en la Laguna de Venecia.
Comparado con la melancólica atmósfera de la vecina Venecia, Burano es un carnaval.
Sus casas resplandecen con colores intensos.
Siguiendo una costumbre de décadas, las repintan cada dos años para mantener los tonos vibrantes.
Cada una tiene que ser de un color diferente al de las vecinas: si alguien quiere pintar su vivienda del mismo color, o cambiarlo, debe obtener primero la aprobación del ayuntamiento.
Y, a kilómetros de distancia, hay un lugar que le hace eco.
Conocida como “la pequeña Venecia de Francia”, es el cauce del río Lauch en Colmar, y un tesoro medieval de Alsacia, situada cerca de la frontera con Alemania.
Las intrincadas estructuras de madera distintivas de la arquitectura alsaciana están realzadas con color… mucho color.
Además, tanto las casas como los puentes están adornados con flores y plantas de colores vibrantes.
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Bo-Kaap es uno de los barrios residenciales más antiguos de Ciudad del Cabo.
Data de mediados del siglo XVIII, cuando las tribus aborígenes de la capital se resistieron a la esclavitud holandesa.
Los colonos se vieron obligados a traer esclavos de Malasia e Indonesia, a los que alojaban en casas de alquiler en Bo-Kaap, por lo que anteriormente era conocido como el Barrio Malayo.
Las fachadas de esas viviendas eran todas blancas pero tras la emancipación en 1834, los antiguos esclavos tornados propietarios las pintaron de colores, pasteles y brillantes, como una expresión de liberación e independencia.
Kampung Pelangi, Indonesia, también es conocido como el Pueblo Arcoíris.
Se encuentra al sur de Semarang, en el corazón de la isla de Java.
Solía llamarse la aldea de Gunung Brintik, y era un barrio marginal desorganizado, con plantas silvestres crecidas y unas 325 casas con descuidadas paredes rojas.
Pero en 2017 cambió de nombre y apariencia.
Fue gracias a un proyecto que surgió luego de que se terminara del plan de mejora de un mercado de flores enfrente, que las autoridades esperaban se conviertiera en un nuevo destino turístico.
Se dieron cuenta entonces que la aldea no estaba a la altura del mercado.
El gobierno indonesio le sugirió a los residentes pintar sus precarias casas y calles de colores.
Y el anónimo pueblo se convirtió en foco de las cámaras de los aficionados de las redes sociales en Indonesia y el mundo.
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