Claudia Sheinbaum realizará su toma de protesta mañana, 1 de octubre, a las 11:00 horas y uno de los momentos simbólicos será el paso de la banda presidencial de México, que es el emblema del poder Ejecutivo Federal de nuestro país.
La banda presidencial que portará Claudia Sheinbaum fue confeccionada por elementos de la Sedema en la Fábrica de Sastrería del Campo Militar número 1 El Vergel, ubicado en Iztapalapa.
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A continuación te contamos el significado de la banda presidencial de México, en qué ocasiones se utiliza y quién se la entregará a la nueva presidenta de nuestro país.
La banda presidencial de México es un símbolo que representa la Bandera Nacional y que funciona como emblema del Poder Ejecutivo Federal.
Este elemento solo puede ser portado por el o la Presidenta de la República Mexicana, establecido así en el Artículo 34 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.
La banda está dividida en los colores de la bandera de México en franjas de la misma anchura que están colocadas longitudinalmente. También cuenta con el Escudo Nacional sobre los tres colores de la bandera y está bordado en hilo dorado, a la altura del pecho del portador. Por otro lado, los extremos de la banda son rematados con un fleco dorado.
En México, la banda presidencial es usada en ocasiones contadas:
Durante la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, la persona que le entregará la banda presidencial a la primera mujer presidenta de México será la economista y diputada Ifigenia Martínez Hernández.
Ifigenia Martínez Hernández es reconocida por ser una de las primeras economistas en realizar estudios sobre desigualdad económica y social en México. Además, recibió en 2021 la Medalla Belisario Domínguez, el máximo reconocimiento otorgado por el Estado mexicano y el Senado de la República.
La ofensiva fue lanzada poco después de que se confirmara que Hezbolá había disparado alrededor de 140 cohetes hacia el norte de Israel.
Israel llevó a cabo este viernes un ataque aéreo en la capital de Líbano, Beirut, después de que Hezbolá lanzara un centenar de cohetes hacia territorio israelí.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) definieron el ataque como “selectivo”, sin brindar más detalles.
Los reportes iniciales muestran que la ofensiva dejó edificios y automóviles parcialmente destruidos en Dahieh, un suburbio densamente poblado en el sur de Beirut y conocido por ser un bastión de Hezbolá.
El ataque dejó al menos ocho personas muertas y otras 59 heridas, según un reporte inicial del Ministerio de Salud libanés.
Según las FDI, las defensas aéreas interceptaron “algunos” de los cohetes que fueron disparados contra las zonas ocupadas de los Altos del Golán, Safed y la Alta Galilea.
En las últimas 24 horas el fuego cruzado ha incluido bombardeos aéreos y cohetes lanzados desde ambos lados de la frontera.
Durante la noche de este jueves, Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos en el sur de Líbano en los que asegura haber impactado más de 100 lanzacohetes de Hezbolá y otros “sitios terroristas”, incluido un depósito de armas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostuvieron que los lanzacohetes estaban listos y en posición de disparo hacia Israel.
Según informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa, Israel llevó a cabo al menos 52 ataques en el sur del país el jueves por la noche, mientras que Hezbolá atacó instalaciones militares en el norte de Israel.
Los ataques aéreos israelíes, que duraron más de dos horas, fueron unos de los más intensos del reciente conflicto.
Horas previas al ataque, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, aseguró que las explosiones mortales de dispositivos que ocurrieron a principios de semana “cruzaron todas las líneas rojas“, y acusó a Israel de lo que, en su opinión, representaba una declaración de guerra.
Israel no ha confirmado su participación en los atentados del martes y el miércoles -en los que explotaron simultáneamente beepers y walkie-talkies en todo el país-, y en los que, según las autoridades libanesas, murieron 37 personas y más de 3.000 resultaron heridas.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que Israel está emprendiendo una “nueva fase de la guerra“, concentrando más sus esfuerzos en el norte del país y su frontera con Líbano.
En su discurso televisado del jueves, Hassan Nasrallah se refirió a los ataques del martes y el miércoles: “El enemigo cruzó todas las reglas, leyes y líneas rojas. No le importó nada en absoluto, ni moralmente, ni humanamente, ni legalmente”.
“Esto es una masacre, una gran agresión contra Líbano, su pueblo, su resistencia, su soberanía y su seguridad. Se le puede llamar crimen de guerra o declaración de guerra. Cualquiera que sea el nombre que se le dé, es merecido y se ajusta a la descripción. Esta era la intención del enemigo”, añadió.
Mientras Nasrallah hablaba, aviones de guerra israelíes provocaron estruendos sobre Beirut, que atemorizaron a una población ya exhausta, y otros afectaron objetivos en el sur de Líbano.
El líder de Hezbolá reconoció que se trataba de un golpe masivo y sin precedentes para su grupo, pero insistió en que su capacidad de mando y comunicación permanecía intacta.
El tono de Nasrallah fue desafiante y prometió un duro castigo. Pero, una vez más, indicó que Hezbolá no estaba interesado en una escalada de su actual conflicto con Israel.
Dijo que los ataques transfronterizos del grupo iban a continuar a menos que se produjera un alto el fuego en Gaza, y que ninguna matanza o asesinato devolvería a los residentes del norte de Israel a sus hogares.
Las FDI afirmaron el jueves que su jefe de Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi, había “completado recientemente la aprobación de los planes para la zona norte”.
Gallant declaró más tarde que “en la nueva fase de la guerra hay importantes oportunidades, pero también importantes riesgos”.
“Hezbolá se siente perseguida y la secuencia de acciones militares continuará”, añadió.
“Nuestro objetivo es garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares. A medida que pase el tiempo, Hezbolá pagará un precio cada vez mayor“.
No está claro cómo pretende Israel lograr este objetivo. Pero los informes de principios de esta semana sugerían que el general al mando del Comando Norte de las IDF estaba a favor de la creación de una zona de seguridad controlada por Israel dentro del sur de Líbano.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió moderación a todas las partes.
“No queremos que ninguna de las partes lleve a cabo acciones que dificulten el objetivo de lograr un alto el fuego en Gaza”, declaró al reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores europeos en París para debatir la creciente crisis.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, también presente en las conversaciones de París, pidió un alto el fuego inmediato entre Israel y Hezbolá.
“Todos tenemos muy claro que queremos una solución política negociada para que los israelíes puedan regresar a sus hogares en el norte de Israel y los libaneses a los suyos”, declaró.
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