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Axolo-tlali, el sitio de conservación que rescata y le da hogar a los ajolotes abandonados
Axolo-tlali, el sitio de conservación que rescata y le da hogar a los ajolotes abandonados
Conoce el trabajo de la Fundación Axolo-tlali. Ilustración: Alejandro Santibañez @alexso_Art.
8 minutos de lectura

Axolo-tlali, el sitio de conservación que rescata y le da hogar a los ajolotes abandonados

En la Fundación Axolo-tlali rescatan, protegen y atienden a los ajolotes que las personas adoptan, pero ya no les dan los cuidados necesarios. Además, desde sus redes sociales, informan sobre la variedad genética que hay en el ajolotario y previenen la compra indiscriminada de esta especie en peligro de extinción.
11 de octubre, 2024
Por: Verónica Santamaría
@VeroSantamariaC 

Cerca del cauce de un gran río rodeado de árboles enormes, vegetación nativa y fauna residente como aves, serpientes, tlacuaches, cacomixtles y animales domésticos, se encuentra la Fundación Axolo-tlali A. C., un sitio de conservación que fundó la bióloga Ana Citlali Vargas Gómez para atender y rescatar a los ajolotes que tanto ella como pobladores encuentran en la zona.

El municipio de Tepotzotlán en el Estado de México es uno de los 10 pueblos mágicos en la entidad, conocido por su basta historia virreinal, pero también por ser parte del hábitat para los ajolotes. 

A sólo 40 minutos del centro histórico de la cabecera municipal y pasando la presa Requena rumbo a la comunidad Cañada de Madero, se encuentra la Fundación Axolo-tali, el hogar de los ajolotes.

Ana Citlali Vargas Gómez comenzó a liderar el proyecto en 2015, cuando inició con la conservación del ajolote mexicano (ambystoma mexicanum) con solo cuatro ejemplares cuando su mamá llegó a casa con ellos para protegerlos. 

Fue a partir de ese momento en que los trabajos de conservación la han llevado a reproducir a más de 500 ajolotes dotados de una diversidad genética con la cual continúa sus investigaciones.

Actualmente, en Axolo-tlali viven 350 ajolotes de la especie Ambystoma mexicanum y entre ellos, ajolotes albinos. En la última semana de septiembre, la bióloga donó cuatro individuos a una escuela para que las infancias aprendan a conservar esta especie a través de la ciencia ciudadana.

Axolo-tlali
Algunos ajolotes de Axolo-tlali. Foto: Luis Madrid.

Los ajolotes no son mascotas

Las prácticas de conservación que aplica la bióloga sobre estos ejemplares la llevaron a obtener el premio al Mérito Ecológico de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) por sus esfuerzos en la preservación de los cuerpos de agua y especies endémicas.

“La Fundación Axolo-tlali surge por la protección del ajolote. Actualmente sabemos que los ajolotes viven una crisis de extinción muy fuerte y la mayoría de las problemáticas son por efecto humano: por contaminación del aire, por introducción de especies, por saqueo de los ajolotes”, advierte Ana Citlali Vargas Gómez en entrevista con Animal MX.

La experta añade que otra de las amenazas actuales que le preocupan sobre los ajolotes, es la compra indiscriminada de esta especie. 

“Las personas adquieren un ajolote como mascota y en algún futuro lo llegan a abandonar porque no pudieron darle los cuidados adecuados, la alimentación es complicada o porque no tienen tiempo para ellos”, explica.

Vargas Gómez agrega que, hoy día, los ajolotes enfrentan el abandono de sus propietarios que no supieron cuidarlos pese a encontrarse en peligro de extinción. 

“También por eso existe Axolo-tlali, para darle [a los ajolotes] una mejor calidad de vida y poder traerlos aquí, a esos [ejemplares] que ya no tienen alguna oportunidad de que sus cuidadores sigan cuidandolos”, denuncia.

Ajolotes rescatados y protegidos

La Fundación Axolo-tlali nació en el 2023 cuando contaba con solo cuatro ejemplares. Con el tiempo, Citlali Vargas ha dado hogar a más ajolotes, incluso algunos que son rescatados del drenaje por los pobladores que al saber del sitio de conservación, los llevan ahí para que reciban atención y cuidados necesarios.

Una parte de la población de ajolotes que llegan a la fundación ocurre por donaciones porque las personas ya no pueden cuidar de ellos. 

“Recordemos que anteriormente [el ajolote mexicano] no sólo habitaba en Xochimilco. Antes, esta especie habitaba en lo que era el gran lago que estaba en la Ciudad de México. Incluso, hay reportes de que ese ajolote llegaba a habitar en esta parte del Estado de México”, añade.

Otro de los problemas que ha detectado es que cuando las personas compran ajolotes, los ejemplares se reproducen y a las crías ya no pueden cuidarlas.

Como parte de los rescates que realizan los habitantes de Tepotzotlán, cuenta la bióloga que muy cerca de la comunidad se encuentra un canal de riego que en ocasiones se abre para el riego de las milpas. 

“Ese canal de riego viene de Villa del Carbón y también tiene una especie silvestre de ajolotes, entonces, algunos de los ajolotes que llegan por rescate vienen, suponemos, de esa parte”, añade Citlali Vargas.

En México, la NOM-059-SEMARNAT-2010 asignó al ambystoma mexicanum la categoría de especie En Peligro de Extinción (P). Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) categorizó a este ejemplar en Peligro Crítico (Cr). Finalmente, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES) sitúa a este ejemplar en el Apéndice II.

Axolo-tlali
Ana Citlali Vargas Gómez, fundadora de Axolo-tlali. Foto: Luis Madrid.

El clima ideal para vivir en cautiverio

Para los ajolotes, el clima de Tepotzotlán es idóneo para vivir en cautiverio. De acuerdo con la bióloga, el ambiente que predomina en el municipio es una zona templada que beneficia a estos ejemplares.

“Los ajolotes son de zonas templadas donde la temperatura no es muy calurosa y eso ayuda mucho a que se asienten muy bien aquí. Otra de las características es la calidad del agua. Como sabemos, los ajolotes son muy sensibles como todos los anfibios a la temperatura, al cloro y a los contaminantes que hay en el agua”, informa Vargas Gómez.

Ante estas características, en Tepotzotlán el agua aún está muy limpia, hay manantiales y la distribución geográfica de la región ayuda mucho a que los ajolotes puedan estar en cautiverio porque la temperatura es la adecuada.

“Recordemos que en años anteriores el ajolote se distribuía aquí de manera natural. En esta zona el ajolote dejó de existir por la introducción de especies, se liberaron carpas en los sistemas acuáticos que depredaron a los ajolotes. En general, las condiciones climáticas y la calidad del agua siguen siendo las ideales para ellos”, enfatizó.

Cuenta la bióloga que en el municipio, a lo largo del año, el clima es templado y es muy raro que sea muy caluroso. Al ser una zona boscosa, la temperatura se mantiene muy estable. Incluso, con las lluvias que lo caracterizan, permite que la temperatura se mantenga baja y “eso lo que le gusta a los ajolotes”, señala la experta.

¿Cómo atienden a los ajolotes que rescatan?

Las personas suelen encontrar a los ajolotes en remanentes de agua, charcas y riachuelos. Otros reportes de habitantes señalan ver a estos ejemplares en la Presa de la Concepción, que está muy cerca de la Fundación Axolo-tali.

“Cuando ven a los ajolotes enfermos o lastimados es cuando deciden llevarlos a la fundación”, señala la fundadora del sitio de conservación. 

Una vez que reciben a los ajolotes, lo primero que realizan es un diagnóstico de salud general para analizar si tienen alguna infección en la piel, un hongo o síntomas de deficiencia nutricional.

En caso de detectar alguna infección, ésta es tratada y se mantienen en algún lugar aislado en cuarentena para evitar que se contagien los demás ajolotes del sitio de conservación. 

“Con el tiempo, si la evolución es positiva en los ajolotes, comenzamos a introducirlos con los demás ajolotes”, señala.

Sobre la alimentación de los ajolotes, la bióloga dijo que esta resulta ser un poco rara porque son animales muy especiales. Por ello, se recomienda alimentarlos solo con presas vivas porque ellos detectan a sus presas por el movimiento.

“Si la presa no se mueve, el ajolote no va a detectar que esa es una presa potencial. Entonces, probablemente nunca va a consumir lo que le estemos poniendo en el agua. Entre la alimentación recomendada están los charales y pequeñas lombrices”, explica. 

A través de reportes e investigación, señala la bióloga que las lombrices son una buena fuente de proteína. Tienen poca grasa y cuentan con nutrientes que ayudan a que los ajolotes estén sanos.

En la Fundación Axolo-tlali, la experta tiene un espacio dedicado a la composta de residuos orgánicos con residuos de fruta, comida, tierra y hojarasca para producir lombrices que, al mismo tiempo, se convierten en el alimentos de los ajolotes.

“Es el alimento ideal para los ajolotes. Primero, porque tenemos una base científica que lo está diciendo y segundo, porque es un alimento que se puede producir muy fácilmente. Lo que tratamos de hacer aquí es introducir el alimento que le damos a los ajolotes y de esa manera nos aseguramos de que no trae patógenos o bacterias que le puedan hacer daño”, señala.

La lombricomposta reduce los costos de mantenimiento de los ajolotes al producir todo el alimento en casa y aunque, en un inicio, fue complicado porque los ajolotes que vienen rescatados están acostumbrados a otro tipo de alimentación y con el tiempo se acostumbran. 

Axolo-tlali
Uno de los ajolotes de Axolo-tlali. Foto: Luis Madrid.

Un ajolotario que busca expandirse

Para continuar con los trabajos de conservación, Ana Citlali Vargas Gomez planea mejorar la infraestructura del centro de conservación para los 350 ajolotes que lo habitan.

Para hacerlo inició la campaña Apoyando la conservación del ajolote, un proyecto que impulsa la Fundación Axolo-tlali para realizar mejoras a sus instalaciones e infraestructura para abrir las puertas a más visitantes. 

En la campaña de recaudación de fondos a través de la plataforma en línea GoFundMe las personas que deseen apoyar este proyecto pueden hacerlo con la cantidad que deseen, incluso desde los cien pesos.

Vargas Gómez considera importante comenzar a conocer la biodiversidad mexicana. En el caso del ajolote, señala, generalmente imaginamos que es solo axolotl; sin embargo, existen 18 especies distribuidas en todo México, algunas más conocidas que otras.

“Gracias al ajolote de Xochimilco, las personas saben qué es un ajolote y creo que es el momento que empecemos a apoyar la conservación de otras especies que están igual de vulnerables (…) y que ni siquiera tenemos un acervo genético y que si se extinguen en vida silvestre, no podremos tenerlo y es algo que desafortunadamente no estamos haciendo”, advierte.

Ante esto, la bióloga hace un llamado para tener opciones conservación viables para las especies que viven en vida silvestre o, de igual forma, apoyar a los pobladores que tratan de conservar a sus especies que no tienen los medios, conocimiento y recursos para hacerlo.

Axolo-tlali
Ana Citlali Vargas Gómez en Axolo-tlali. Foto: Luis Madrid.

Antes de que te vayas: El ajolote de los volcanes está en peligro; así trabajan para conservarlo y cómo apoyar la causa

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Imagen BBC
El misterio de los pequeños puntos rojos en el espacio que desconcierta a astrónomos
6 minutos de lectura

Unos objetos astrofísicos que se formaron en las primeras etapas del universo han generado un debate entre los científicos que tratan de entender qué son y cómo se crearon.

30 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

El poder del telescopio espacial James Webb fue puesto a prueba hace poco y dio con unos resultados que han desconcertado a los científicos.

Detectaron indicios de unos objetos que se formaron hace unos 12.000 millones de años, relativamente muy poco después del Big Bang, que ocurrió hace 13.800 millones de años.

Se trata de unos objetos que antes no habían sido detectados y que desafían lo que la ciencia sabe de cómo se conforman las galaxias.

Debido a su brillo en el espectro rojo de los instrumentos con los que se miran, los astrónomos los llamaron “pequeños puntos rojos”. Pero definir qué son ha despertado un debate entre los científicos.

Y es que por sus características, pareciera que son unas pequeñas galaxias, de un 3% del tamaño de la Vía Láctea, pero que contienen miles de millones de estrellas.

También podría tratarse de unas galaxias que albergan grandes agujeros negros, con una formación que no había sido vista en las galaxias más cercanas que se conocen hasta ahora.

Todo depende de cómo estos objetos astrofísicos sean observados.

Algunos expertos incluso han comparado su cambio de apariencia con los pulpos imitadores, una especie que puede adoptar el color y forma de otros animales marinos para camuflarse.

Son unos “maestros del disfraz”, como dice el astrofísico Fabio Pacucci, del Instituto Smithsoniano de EE.UU.

Cambio de apariencia

Los pequeños puntos rojos “provienen de distancias tan lejanas que se ven muy débiles”, explica a BBC Mundo el astrónomo Mario Hamuy, profesor de la Universidad de Chile.

“Tienen tamaños típicos de unos 3.000 años luz de diámetro, un 3% del diámetro de la Vía Láctea, por ejemplo, y tienen un color muy rojo, lo que se debe a que la luz que emiten ha sido fuertemente enrojecida por la presencia de granos de polvo en su entorno”, agrega.

Imágenes de los pequeños puntos rojos detectados por el James Webb
Los pequeños puntos rojos son analizados mediante el espectro de luces generado en las observaciones del James Webb. Foto: JWST/NIRSpec

A diferencia de los telescopios de uso doméstico, los grandes observatorios como el James Webb pueden percibir luz de objetos muy lejanos en el universo. Las señales de energía que reciben pueden ser captadas en distintas frecuencias, que se analizan en espectros.

Cuando el James Webb se enfocó en los puntos más lejanos del universo, se encontró con estas señales de los “pequeños puntos rojos”, que tenían características de objetos astrofísicos diferentes a los vistos antes.

Dependiendo de cómo se les vea en el espectro, tienen una de las dos características que dividen a los científicos.

“Todos las fuentes de luz en el universo cambian de apariencia cuando uno las observa en distintas ventanas del espectro electromagnético. De la misma manera que si tomas una imagen de tu mano en rayos X o en luz óptica. En el primer caso verás los huesos de la mano y en el segundo verás la piel”, explica Hamuy.

“Los pequeños puntos rojos no son la excepción. Según qué ventana del espectro utilices, verás distintas regiones internas del objeto”, añade.

Como otros objetos del universo temprano, estos puntos existieron hace miles de millones de años y telescopios como el James Webb están detectando la luz que viajó desde entonces por el espacio.

Así es como los científicos vieron en estos pequeños puntos rojos características como las de una galaxia que alberga millones de estrellas con uno de los análisis del espectro, pero con otro una galaxia con un agujero negro supermasivo.

Infografía sobre el James Webb
BBC

No vemos este tipo de galaxias en nuestro universo cercano. Entonces fue algo que surgió en esa época temprana, que duraron por cierta cantidad de tiempo y que ahora no vemos”, explica a BBC Mundo la astrofísica Begoña Vila, una ingeniera de instrumentos de la NASA.

“En cuanto se empezaron a observar, al principio se pensaba que eran otro tipo de objeto. Pero ahora se sabe que son galaxias y es súper emocionante para todos”, añade.

Dado lo diferente que son estos objetos del universo temprano y por ser “maestros del disfraz”, están desafiando los modelos que los científicos han construido para explicar el origen de las galaxias.

Repesar lo que se sabe

Una parte de lo sorprendente de estos objetos, explica Vila, es que no se sabe cómo podrían tener tantas estrellas —un número quizás similar a las que alberga la Vía Láctea— en un espacio tan pequeño, astronómicamente hablando.

“Cómo se formaron tantas estrellas tan rápido es una duda”, dice.

Pacucci explica que en estas galaxias habría tantas estrellas en un espacio tan pequeño que es como si toda la población de China fuera colocada en una habitación.

Esto lleva a que se cuestione si los modelos que tienen los científicos para explicar la formación y composición de galaxias en las etapas tempranas de formación del universo son las correctas.

“Los modelos que existen sobre la formación de galaxias por ahora explican muy bien lo que tenemos a nuestro alrededor, las galaxias cercanas, pero ya están indicando que necesitan modificaciones para este universo temprano, para estas galaxias”, sostiene Vela.

La galaxia JADES-GS-z14-0 detectada por el telescopio James Webb
Galaxias primarias, como la JADES-GS-z14-0, están aportando información novedosa sobre la formación del universo. Se espera que los puntos rojos también lo hagan. Foto: NASA/ESA/CSA/STSCI/BRANT ROBERTSON ET AL

De igual manera, si los pequeños puntos rojos son en realidad unas galaxias que albergan un agujero negro supermasivo, la comprensión que tienen los científicos sobre cómo se forman tendría que ser repensada. Aunque no a un nivel que cambie las grandes teorías, aclara Vila.

“(En un principio) parecía que se había roto la cosmología y se pensaba que había que cambiarla. Pero no fue así. El Big Bang sigue perfecto, no hay problemas”, dice la experta de la NASA.

“Lo que pasa es que los modelos que se tenían hasta ahora estaban basados en los datos que conocíamos y reflejaban lo que conocemos hasta ahora. Pero claramente este universo temprano tiene sorpresas y eso es para lo que Webb se diseñó”.

¿Qué sigue entonces?

Desde que se identificaron los pequeños puntos rojos en el espacio y se encontraron con su cambio de apariencia llamativo, los científicos han continuado sus estudios con nuevos modelos e instrumentos para observarlos y tratar de entender de qué se trata.

Se espera que en los próximos años, los investigadores puedan tener una teoría que pueda explicar qué son y cómo se formaron.

Para Vila, tal vez la respuesta más adecuada no es definir si son galaxias con millones de estrellas o agujeros negros supermasivos: “Puede ser un poquito de ambas teorías”.

Pero también esto permitirá a los científicos conocer más sobre la formación del universo desde etapas que, hasta antes de la puesta en marcha del telescopio espacial James Webb, se tenían menos datos.

“Lo más sorprendente es que los pequeños puntos rojos son muy abundantes. Si se tratara de galaxias activas, excederían en un factor 10 a los cuásares [galaxias muy pesadas] detectados por métodos tradicionales”, opina Hamuy.

Y agrega: “En cualquier escenario, los pequeños puntos rojos resultan cruciales para comprender la formación temprana de las galaxias“.

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BBC

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