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La arquitectura responsable y su huella con el medioambiente: edificaciones por descubrir en la CDMX
La arquitectura responsable y su huella con el medioambiente: edificaciones por descubrir en la CDMX
Créditos: Alex Santibañez / @alexso_art.
8 minutos de lectura

La arquitectura responsable y su huella con el medioambiente: edificaciones por descubrir en la CDMX

Ante la crisis climática, la arquitectura y el diseño urbano también deben adaptarse para dejar de construir nuevos edificios y reutilizar los existentes dentro de una ciudad. La ONU Hábitat señala cómo el clima entre edificios y al interior de los mismos influye en la calidad de vida de las personas.
14 de marzo, 2025
Por: Verónica Santamaría y Luis Madrid
@VeroSantamariaC 

Atender el medioambiente dentro de un contexto urbano también contempla tener un plan de mitigación y adaptación para las grandes ciudades, donde el sector de la construcción juega un papel importante en la construcción e intervención de nuevos edificios.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó en 2023 un informe en el que señala que la acelerada urbanización de las ciudades en todo el mundo hará que cada cinco días, en las metrópolis, se agreguen nuevos edificios responsables del 37% de las emisiones globales.

El informe se publicó el 12 de septiembre de 2023 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Yale para Ecosistemas + Arquitectura (Yale CEA), en colaboración con Alianza Global para Edificios y Construcción (GlobalABC). 

Ahí se presenta una serie de soluciones para descarbonizar el sector de edificios y construcción, y reducir los residuos que genera.

Para alcanzar esa descarbonización de los materiales de construcción, el informe Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro, señala que se deben aplicar tres estrategias importantes y en conjunto: 

  1. Evitar la extracción y producción innecesarias.
  2. Cambiar a materiales de construcción renovables.
  3. Mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales.

Según datos del Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH), la Ciudad de México cuenta con diez edificios que superan 190 m de altura; entre ellos se encuentra la Torre Reforma, que mide 246 metros; la Torre BBVA. con 234.9 metros; y la Torre Mayor, con 225 metros.

arquitectura responsable
La Torre Reforma abrió sus puertas en 2016. Foto: Luis Madrid.

Descarbonizar los edificios

El informe de la PNUMA y Yale CEA ofrece a fabricantes, arquitectos, desarrolladores, ingenieros, constructores y recicladores una solución para reducir las emisiones de “carbono incorporado” y los impactos negativos en los ecosistemas naturales derivados de la producción y el despliegue de materiales de construcción.

Benjamín Romano es arquitecto en la Ciudad de México y fundador de LBR&A Arquitectos, una firma con 40 años de experiencia en proyectos arquitectónicos. 

En entrevista para Animal MX explica que dentro del contexto en el que se encuentra nuestro planeta, el sector de la arquitectura dejará de construir y, en consecuencia, se adaptarán nuevos espacios. 

Para Romano es atractivo hablar de arquitectura amigable con el entorno, ya que considera interesante la forma en cómo ha evolucionado esta práctica en las últimas décadas.

“Me interesa mucho porque en la arquitectura, desafortunadamente, desde mitad del siglo pasado, nos encandilaron a hacer estas cajas de cristal que son totalmente enemigas con el entorno. El cristal es totalmente transparente al frío y al calor, y eso lo resolvieron a mediados del siglo pasado con cuartos de aire acondicionado”, explica.

Un artículo de la ONU-Hábitat sobre Arquitectura y diseño urbano menciona cómo las prácticas sustentables de ambos sectores pueden combatir los efectos del clima en la ciudad, siempre y cuando se tengan en cuenta las condiciones de cada lugar.

El acondicionamiento a una edificación acorde con las condiciones climáticas de una región dará como resultado que las viviendas aprovechen mejor los rayos de sol y evitarán las fuertes corrientes de aire. 

Incluso, en las personas también habrá un cambio benéfico, ya que pasarán más tiempo en las calles, aún en días de lluvia y frío. Ante esto, la ONU Hábitat sugiere que una planeación adecuada favorece la calidad urbana y de vida en la ciudad.

Ante esto, Benjamín Romano habla del uso y costos del aire acondicionado dentro de un edificio, al explicar que este elemento tiene la cualidad de ser sumamente contaminante. 

En cifras, dice que “del 100% de monóxido de carbono que se produce en el planeta tierra, el 38% es por culpa de la arquitectura y ese número, no puede seguir existiendo”.

Romano recuerda que de la arquitectura del pasado quedan edificios sin tanto acristalamiento. Esos diseños protegían mucho el entorno del frío y del calor, de los vientos y del polvo.

“La arquitectura de cristal es muy frágil a todas esas cosas y muy contaminante”, señala.

arquitectura responsable
El arquitecto Benjamín Romano. Foto: Luis Madrid.

Del cristal a ser amigable con el entorno

Dentro de los proyectos de la firma LBR&A Arquitectos se encuentra la Torre Chapultepec y la Casa CH73, la Torre Tres Picos, la Biblioteca Vizcaínas y, más recientemente, la T2 del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, donde cada edificación conlleva un proceso rumbo a la descarbonización.

“Yo mismo debo confesar que hice una torre de cristal espejo. Es la Torre Chapultepec. La hice en la esquina de Reforma, en Arquímedes y Rubén Dario. Yo me dejé llevar por esa tendencia y estamos hablando del año 87. Luego, con el tiempo, me fui haciendo consciente de esta irracionalidad de tener que temporizar, de poner una temperatura a tu espacio artificial y eso es lo que está mal. Sí la puedes tener si no estás consumiendo energía”, señala el arquitecto.

Dentro del proceso en las nuevas adaptaciones a sus construcciones, Romano comenzó a dejar la infraestructura de cristal hasta hacer una nueva edificación: la Torre Tres Picos.

Ese edificio tiene dos fachadas portantes de acero que funcionan como termos. Esta adaptación en la construcción les ha permitido tener una demanda muy baja del consumo de energía para el aire acondicionado.

También lee: Temporada de ozono 2025 traerá de cuatro a cinco ondas de calor en la ZMVM

Después nace la Torre Reforma, un edificio del que recibió asesoría por la Universidad de Pensilvania de Estados Unidos y que fue terminado en el año 2016.

“Me ayudó a entender cómo este edificio podía consumir menos energía de la que demanda un edificio de esta categoría para su funcionamiento”, señala.

Aunque en la Torre Reforma hay consumo de energía eléctrica para el edificio, Romano señala que en la Ciudad de México llegan a tener 24.5% menos de consumo de energía que la Torre Bancomer, la Torre Mayor o cualquier otra.

arquitectura responsable
Una de las vistas al exterior desde la Torre Reforma. Foto: Luis Madrid.

Palacio Nacional, un edificio amigable con el ambiente

En la CDMX es posible encontrar otras edificaciones amigables con el ambiente, es decir, que no cuenten con un sistema de aire acondicionado. Una de esas, según comentó el arquitecto, es el antiguo edificio de Palacio Nacional.

“En esos edificios, la mampostería, la arquitectura y la apertura hacia el exterior es tan fuerte, tan potente, que la temperatura se conserva dentro. No estuvieron pensados así, pero una arquitectura como esa que es transparente y que no se calienta, podrás notar que en las fachadas (…) esas parteluces bloquean el sol y no entra, lo rechaza”, añade.

El arquitecto agrega que no se necesita de una arquitectura cerrada como la de Palacio de Gobierno para ser amigable con el ambiente, pero sí puede ser transparente y protegida.

“Ahí es donde me refiero a que la arquitectura actual o la que se hizo a finales del siglo pasado y es de cristal, la podemos proteger y minimizar el consumo de energía”, detalla.

Sin embargo, la tendencia por construir edificaciones cada vez más altas comenzó con el edificio de la Lotería Nacional en 1933. Esta construcción tardó 13 años en realizarse, según información disponible en el sitio del Gobierno de la Ciudad de México sobre los rascacielos de la capital.

¿Cómo debe ser un edificio amigable con el ambiente?

La ONU Hábitat menciona que en el sector construcción, los factores climáticos influyen en el confort y la posibilidad de estar al aire libre en las ciudades. Estos elementos son decisivos y ni la arquitectura ni la planeación urbanística deben obviarse. 

La construcción de edificios altos, por ejemplo, genera extensiones de sombra y fuertes vientos en calles y plazas, por lo que no son recomendables en lugares donde hace poco sol o mucho viento.

Otro elemento a considerar es el clima entre edificios y cómo afecta al interior de los mismos ya que, esto influye en la calidad de vida de las personas. 

arquitectura responsable
El interior de la Torre Reforma. Foto: Luis Madrid.

Por ello, la ONU Hábitat sugiere que se debe hacer una planificación cuidadosa sobre el clima como una labor obligatoria para toda edificación nueva. 

En ese sentido, las ciudades tienen la posibilidad de crear mejores espacios para disfrutar del sol y la sombra, de la lluvia y del viento, acorde con el ambiente de una región.

Benjamín Romano menciona que en la actualidad se requiere de una arquitectura que entienda el entorno ecológico, no solo desde el uso de la energía, sino también del uso del agua. 

Resalta que un edificio no debe tener un exceso de consumo de agua y para lograrlo, desde la firma de arquitectos de la que es fundador, incorpora en sus proyectos el tratamiento de agua para tener su máximo aprovechamiento. El acopio de materiales también es parte del trabajo que realizan al no contaminar.

“Cuando tu haces un edificio (…) es muy importante tener vistas al aire libre, vistas al exterior, muy importante las terrazas”, añade.

El Plan de las Naciones Unidas para reducir las emisiones en el sector de la construcción señala que se deben tener prácticas circulares a partir de esta triada:

Evitar

En este eje hace referencia a evitar el desperdicio a través de un enfoque circular como construir menos mediante la reutilización de edificios existentes lo hace una opción más valiosa, ya que genera un 50-75% menos de emisiones que la construcción nueva.

Cambiar 

Se debe incorporar el uso de materiales de construcción renovables éticos y sostenibles basados en la biología, incluyendo madera, bambú y biomasa. El cambio hacia materiales a base de biología adecuadamente gestionados podría llevar a ahorros de emisiones acumulativos en muchas regiones de hasta un 40% en el sector para 2050. 

Mejorar

La descarbonización de los materiales de construcción convencionales también es parte de estas buenas prácticas, por ello, deben priorizarse la electrificación de la producción con fuentes de energía renovable, el aumento del uso de materiales reutilizados y reciclados y la ampliación de tecnologías innovadoras. 

La ONU hace hincapié en la importancia de que el sector de la construcción se transforme desde los mercados regionales y las culturas de construcción a través de códigos de construcción, certificación, etiquetado y la educación de arquitectos, ingenieros y constructores sobre prácticas circulares.

Antes de que te vayas: ¿Te gusta la arquitectura? Estas son algunas de las joyitas que debes conocer en la CDMX

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Imagen BBC
Las impresionantes imágenes que muestran cómo era la gran Tenochtitlan
11 minutos de lectura

La gran ciudad de México-Tenochtitlan fue fundada hace siete siglos y en un periodo de 200 años se convirtió en una urbe muy desarrollada. Un experto neerlandés ha reconstruido su aspecto.

13 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

“Esta gran ciudad de Temixtitan está fundada en esta laguna salada… Tiene cuatro entradas, todas de calzada hecha a mano, tan ancha como dos lanzas jinetas. Es tan glorande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las calles de ella, digo las principales, muy anchas y muy derechas, y algunas de éstas y todas las demás son la mitad de tierra y por la otra mitad es agua, por la cual andan en sus canoas”.

Así es como el explorador español Hernán Cortés describía a la ciudad de México-Tenochtitlan (Temixtitan, según su entendimiento) en uno de los más antiguos recuentos escritos (fechado en 1520) de cómo era el corazón político y social de los mexicas.

Y es que México-Tenochtitlan y su ciudad gemela, México-Tlatelolco, causaron asombro a los españoles por su nivel avanzado de urbanización.

“Tiene esta ciudad muchas plazas donde hay continuo mercado y trato de comprar y vender. Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de 70 mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercadurías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y de plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas”, contaba Cortés.

En el momento de su llegada, la ciudad estaba en una de sus épocas de mayor esplendor. Los mexicas habían fundado México-Tenochtitlan más de dos siglos antes y en ese periodo se convirtieron en la potencia militar de Mesoamérica (la región político-cultural del actual centro y sur de México).

Aunque el año de su fundación ha sido motivo de debate entre los expertos, se cree que pudo haber ocurrido en la primera mitad del siglo XIV. En la época moderna, el gobierno mexicano ha fijado una fecha, el 13 de marzo de 1325, lo que lleva a la antigua ciudad prehispánica –que luego se convertiría en Ciudad de México– a celebrar su 700 aniversario este año.

Una visualización panorámica de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
Tenochtitlan estaba asentada en islotes que fueron extendidos sobre el lago de Texcoco.

“El imperio estaba en su máxima expansión. La ciudad tenía su mayor riqueza”, explica a BBC Mundo el doctor Federico Navarrete, un especialista de la historia prehispánica e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A pesar de que Cortés y otros cronistas de la época realizaron descripciones verbales y representaciones gráficas de la ciudad, en los últimos cinco siglos no hubo una imagen tan detallada como la publicada en 2023 por el neerlandés Thomas Kole.

A lo largo de un año y medio, Kole lideró un proyecto llamado “Retrato de Tenochitlan”, que es el trabajo más detallado sobre la ciudad mexica publicado hasta la fecha y el cual ofrece una perspectiva única de cómo habría sido aquella urbe prehispánica.

“Es fascinante ver lo que inventaron: su concepto de ciudad, cómo la organizaron y distribuyeron”, le dice a BBC Mundo Kole, desarrollador de software entre cuyas especialidades está el modelaje artístico en tres dimensiones.

El corazón del dominio mexica

Además de las descripciones de Cortés, otra de las crónicas sobre Tenochtitlan más citadas es la del fraile español Bernardino de Sahagún, que da cuenta de lo sorprendidos que quedaron los europeos al encontrase con México-Tenochtitlan y los sitios que la rodeaban.

“De que vimos cosas tan admirables, no sabíamos qué nos decir, o si era verdad lo que por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en la laguna otras muchas, e veíamoslo todo lleno de canoas, y en la calzada muchos puentes de trecho a trecho, y por delante estaba la gran ciudad de México”, señalaba en su relato.

Y no era para menos, pues los mexicas –un grupo de nahuas que, según la tradición, emigró de un mitológico lugar llamado Aztlán y fundó su pueblo en lo que hoy es Ciudad de México– había logrado la existencia de una ciudad entre los islotes y el agua del gran lago de Texcoco.

Kole explica que trabajó durante un año y medio con múltiples expertos y fuentes para darle forma a su visión de México-Tenochtitlan y su ciudad hermana, México-Tlatelolco.

Empecé por curiosidad, tanto técnica como personal, porque estaba leyendo sobre el tema y no podía visualizar el aspecto que habría tenido la ciudad. Pensé que tal vez podría utilizar la tecnología para visualizarla, primero para mí, y luego quizá para los demás. Así empezó”, cuenta.

Asegura que le resultó notable ver cómo una civilización que evolucionó sin la influencia de otros continentes desarrolló un concepto de ciudad como ocurrió en otras civilizaciones: “En muchos aspectos, llegaron a las mismas conclusiones que en otros lugares: el poder en el centro, los ricos con casas más grandes, los campesinos con granjas. Muchas de nuestras ideas sobre las ciudades y sus elementos básicos se aplican a Tenochtitlan, pero ellos lo hicieron a su manera, lo que me parece realmente interesante”, comenta.

Una visualización panorámica de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
Tenochtitlan tenía una urbanización reticular, con calzadas y canales que conectaban sus cuadrantes y otras islas.
Una visualización de edificios de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
En el centro de México-Tenochtitlan, lo mexicas edificaron grandes centros ceremoniales.

Y es que como las fuentes le mostraron, en el centro de la ciudad mexica estaba asentado el poder de sus altos gobernantes y sacerdotes, que habitaban en palacios. En las imágenes producidas por Kole, se aprecian las grandes estructuras, piramidales las más altas, así como centros ceremoniales mexicas.

En Tlatelolco además estaba uno de los más grandes mercados que existían no solo en Mesoamérica, sino en el mundo. Ahí se comerciaban productos de todo tipo traídos desde los dominios mexicas, que con la Triple Alianza con los señoríos vecinos de Texcoco y Tlacopan dominaron buena parte de Mesoamérica.

“La parte más difícil [para realizar el modelaje] fue no tener buenos mapas de esa época. Es probable que los mexicas tuvieran mapas detallados de su ciudad. Al ser muy burocráticos, los habrían utilizado probablemente para resolver disputas o trazar fronteras. Pero ya no existen, se perdieron o se quemaron, probablemente durante la conquista”, dice Kole.

Las fuentes disponibles muestran que Tenochtitlan estaba conformada por calzadas y canales de agua que conectaban los distintos islotes. La ciudad se expandió a lo largo de dos siglos con la ampliación de esas islas con una gran técnica y conocimiento del manejo del agua.

Lo que se encontraron los españoles, explica el historiador Navarrete, en realidad era el resultado de dos milenios de aprendizaje del manejo de la vida lacustre.

“Todo parece indicar que donde se fundó Tenochtitlan había un asentamiento previo de otomíes, como proponen diversos autores. Y entonces esa ciudad sería anterior a la fundación de Tenochtitlan”, explica Navarrete.

“Pero en términos generales, podemos decir que esa ciudad que conocemos como México-Tenochtitlan duró unos 200 años”, añade.

Una visualización panorámica de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan

Tenochtitlan… y más allá

El trabajo de Kole trató de dar una idea más allá de la simple visualización de cómo era México-Tenochtitlan, una ciudad con una gran actividad.

El neerlandés plantea lo fascinante que es “imaginar el aroma del aire salado” y productos de la cocina, como el chile asado. O escuchar “el sonido de la lengua náhuatl y de las canoas en los canales”, mientras se siente el calor y se escuchan las aves.

Además de lo que contaba Cortés, otras fuentes que hay sobre cómo era Tenochtitlan se produjeron años o décadas después, lo que presenta un reto para quienes han investigado la época. Kole, explica, no fue ajeno a esto.

“Hay que reconstruir a partir de material más reciente: decenas de años después de la conquista si se tiene suerte, cientos si no. Eso es todo lo que hay para trabajar. Por ejemplo, tenemos descripciones escritas de partes de la ciudad, algunos mapas y pruebas arqueológicas, pero a menudo se contradicen. Hay que decidir cómo conciliar estas fuentes contradictorias en algo razonable”, explica.

La arquitectura de ciertos palacios, centros ceremoniales y mercados es lo que más trabajo requería para proyectar una visión de Tenochtitlan. Uno de los aspectos más llamativos es el Templo Mayor, un centro ceremonial mexica ubicado en las inmediaciones de lo que hoy es el Zócalo de Ciudad de México y sus cuadras aledañas. Según diversas fuentes, ahí había casi 80 estructuras que Kole representó con algunas pirámides y palacios.

Una visualización panorámica de Tlatelolco
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
La ciudad gemela de Tlatelolco tenía uno de los mercados más grandes del mundo en su época.
Una visualización panorámica de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
El desarrollo de Tenochtitlan fue cuidadosamente planeado por los mexicas.

Tenochtitlan también tenía escuelas, donde se preparaba a guerreros y sacerdotes, así como miles de viviendas y talleres para su población, que practicaba distintos oficios, desde artesanos hasta agricultores. Las fuentes difieren sobre el tamaño, con números que van desde 50.000 hasta 200.000 habitantes, pero sobre todo, una gran movilidad de miles de personas entrando y saliendo de la ciudad por tierra o por agua.

El historiador Federico Navarrete explica que más allá de la idea de una ciudad solitaria en medio de un gran lago, en realidad la región entera del Valle de México estaba comprendida por numerosas ciudades, tanto en los islotes del lago como en las márgenes.

“Es Texcoco, es Coyoacán, es Iztapalapa… muchas ciudades que ya existían antes de Tenochtitlan. Lo que tenemos en el Valle de México son 2.000 años de ocupación por ciudades y México-Tenochtitlan no era una ciudad singular, sino una parte del sistema urbano del Valle de México que tenía unas 50 ciudades diferentes”, explica el experto, que afirma que Tenochtitlan en realidad solo tenía un 15% de la población del entorno.

Una visualización panorámica de Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
Tenochtitlan era parte de un conjunto de ciudades en el lago de Texcoco y sus márgenes.
Una visualización panorámica de Tenochtitlan de noche
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
Kole recreó la ceremonia del “Fuego nuevo” de la cosmología mexica.

De hecho la organización política de la época era menos centralista de lo que se cree. Tenochtitlan, por ejemplo, era un centro urbano poderoso por su fuerza militar y Tlatelolco por su comercio, pero cada una tenía su gobierno en un sistema “internacional” con gobiernos independientes, asegura Navarrete.

Las ciudades aledañas tenían un menor tamaño, pero no eran menos avanzadas que la gran Tenochtitlan. El cronista Francisco López de Gómara, por ejemplo, describió Iztapalapa como una ciudad de “grandísimos palacios de cantería todos y carpintería y muy bien labrados, con patios y cuatro bajos y altos y todo servicio muy cumplido”.

“En los aposentos, muchos paramentos de algodón, ricos a su manera. Tenían frescos jardines de flores y árboles olorosos, con muchos andenes con red de cañas, cubiertos de rosas y yerbecitas y con estanques de agua dulce”, dijo sobre uno de los sitios donde Cortés y sus hombres llegaron antes que a la capital mexica.

Según su recuento, ahí había 10.000 casas, mientras que en otras como Coyoacán había 6.000 o en Mexicalzingo unas 4.000. “Tienen estas ciudades muchos templos, con tantas torres, que las hermosean”, escribió.

Kole explica que su trabajo solo se centró en Tenochtitlan y Tlaltelolco, pero reconoce que existieron muchas más ciudades en el entorno.

“Sería interesante ver reconstrucciones de otras ciudades, como Iztapalapa o Texcoco, que serían lugares históricos fascinantes. Pero hay aún menos información de ellas que de Ciudad de México”, explica.

La ciudad en el agua

Los mexicas y pueblos vecinos tenían gran conocimiento sobre cómo manejar el entorno lacustre que habitaban.

Además de los sistemas de canales, diques y acequias que les permitían controlar el agua y evitar inundaciones -en una cuenca caracterizada por su abundante lluvia estacional-, también crearon una extensa barrera de tierra y piedra para separa las aguas saladas y dulces. El agua potable, incluso, era transportada con gran efectividad en acueductos.

“Lo realmente asombrosos de estas ciudades del Valle de México era su relación con las lagunas y la manera en que habían logrado un desarrollo urbano muy avanzado, de alta densidad, con una agricultura muy productiva, sin destruir el ecosistema de las lagunas y lagos del Valle de México. Era un sistema de administración hidráulicas muy complejo”, explica Navarrete.

“Y las lagunas eran un medio de transporte para llevar una gran cantidad de materiales de manera más eficientes que el otro medio, que las personas cargaran cosas sobre sus hombros”.

Los mexicas idearon un sistema de agricultura en islotes, llamados chinampas, que les permitía un cierto grado de autosuficiencia alimentaria sin necesidad de traer comida de tierra firme. La agriculutra en chinampas es una de las pocas técnicas prehispánicas que aún perdura al sur de la actual Ciudad de México.

Cinco siglos después, Ciudad de México y su zona metropolitana enfrenta serios problemas relacionados con el agua: por un lado, la región de 20 millones de habitantes enfrenta sequías que obligan a limitar el consumo de agua potable; por otro, las fuertes lluvias estacionales generan serias inundaciones en zonas donde antes había causes naturales.

“La manera como actualmente se maneja no tiene nada que ver con la manera en que lo manejaban los mexicas y otros pueblos prehispánicos. Y lo que ha habido es un ecocidio cometido por los españoles y por los gobiernos mexicanos. El hundimiento es culpa de que hemos sacado toda el agua del valle”, afirma Navarrete.

La extracción del agua del subsuelo, además, ha generado un problema de hundimiento de la ciudad que se agrava año tras año.

“Ciudad de México es un símbolo de cómo no se puede vencer al agua: es más fuerte que uno. Puedes intentar domarla, pero no la vencerás. Creo que esa es una lección que también hemos aprendido en los Países Bajos. Hemos aprendido a aceptar el agua y darle el espacio que necesita, lo que crea un entorno más saludable”, opina Kole.

“Espero que en México puedan reconciliarse con eso. La Ciudad de México es un lugar hermoso, con una identidad única y fuerte, diferente a cualquier otro sitio. Y creo que merece existir, tiene derecho a hacerlo”.

Una visualización de una tormenta en Tenochtitlan
Thomas Kole/Retrato de Tenochitlan
La cuenca del Valle de México siempre fue una región de grandes afluentes que los mexicas sabían controlar.
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